jueves, 11 de mayo de 2017

FINAL FOUR 2017: CSKA-OLYMPIACOS

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Añadiendo un nuevo capítulo a una de las rivalidades más trascendentes de la historia reciente del basket europeo, Olympiacos y Cska abrirán la final four de Estambul con el recuerdo vivo de sus tres últimos duelos en la fase decisiva. Desde la canasta de Printezis, en la propia Estambul, que cerraba la remontada más increíble y el fin de uno de los mejores equipos de la historia, hasta la exhibición de Spanoulis en los últimos minutos de la semifinal de Madrid, el Olympiacos presenta argumentos emocionales para plantar cara a un conjunto que por plantilla y baloncesto debería ser superior. En el otro lado, el triunfo del año pasado, cimentado en buena parte en la mejor predisposición psicológica con la que se llegó a la cita decisiva, ha permitido al Cska transitar con placidez en una euroliga en la que nunca ha acabado de dar la sensación de ir al límite. En un duelo propicio para ser calificado en base a tópicos del estilo Talento vs esfuerzo, el Cska tiene la oportunidad de repetir final, enterrar su último atisbo de maldición y aspirar a plantar la base de una hegemonía en el palmarés que en la regularidad ya tiene.  Enfrente un Olympiacos con las ideas claras, disposición física y un Spanoulis que llega fino no renuncia a nada. Choque de estilos, de ritmos y de historia...difícil concebir un mejor arranque




Horario: 19 Mayo 17:30 CET



Precedentes:



Esta temporada: 2-0 Cska
En Final four: 3-0 Olympiacos
Historia copa de Europa: 21-12 Cska
Otras competiciones europeas: Inédito



Hasta la fecha, Cska Moscú y Olympiacos han medido sus fuerzas en 33 ocasiones, todas ellas en la máxima competición continental y con un balance favorable a los moscovitas de 21-12...aunque con dominio heleno en las citas más trascendentales.  El primer cara a cara, data de la temporada 94/95 con ambas escuadras jugándose el pase a la final four, en una eliminatoria de cuartos de final cuya intrahistoria refleja una de las partes más oscuras del baloncesto “noventero” (ver historia más abajo).



Un año después, Cska y Olympiacos vuelven a encontrarse, esta vez en la liguilla de octavos con doble victoria rusa: 96-91 en Moscú con 24 puntos de Koudelin y 31 de Rivers y 72-78 en el Pireo con 21 puntos de Nwosu para el Cska. Tras varios enfrentamientos más bajo el ámbito fiba (fase regular del 97,98 y 99 con un balance de 4-2 para el cuadro heleno), el primer cara a cara de la era Uleb llega en la 02/03 coincidiendo con la llegada al banquillo ruso de Dusan Ivkovic y saldándose con doble victoria del Cska: 74-67 en Moscú (17 puntos de Songaila) y 77-79 en Atenas (21 puntos de Evans). Posteriormente ambas escuadras se encuentran en los top 16 de la 03/04 y de la 06/07 con cuatro victorias para un Cska intratable. En la 07/08, tras encontrarse en la primera fase con doble victoria griega, ambos conjuntos vuelven a jugarse el pase a la final four en una eliminatoria al mejor de tres partidos. En el primero, celebrado en Moscú, una canasta sobre la bocina de Lynn Greer (https://www.youtube.com/watch?v=texwHi-4fXc) daba el triunfo a un Olympiacos que en el segundo acto arranca con ventajas de hasta 14 puntos, pese a lo cual no logra cerrar la eliminatoria y ve como el conjunto de Messina levanta la eliminatoria de la mano de un excepcional Siskauskas. De vuelta a Moscú, el Cska certificaba su pase a la final four de Madrid con un claro 81-56. El siguiente duelo llega en la temporada 11/12, con doble triunfo del conjunto de Kazlauskas: 78-86 en Atenas, en un partido que el Olympiacos dominó hasta el descanso y en el que Nenad Krstic fue el jugador más destacado con 20 puntos. En Moscú, el partido redujo su historia a una primera parte esplendorosa en la que el conjunto local anotaba sus 10 primeros intentos triples destrozando a un Olympiacos que terminaba cayendo por 96-64. Finalmente ya en la final four, la ya clásica canasta de Printezis cerraba una de las remontadas más increíbles de la historia, dejando con la miel en los labios a uno de los equipos más brillantes de la historia de la euroliga. Un año más tarde, y de nuevo en la final four, un Olympiacos sólido y eficaz, secaba absolutamente a un Cska en el que Ettore Messina perdía la primera semifinal de su carrera (69-52 para los del Pireo con 13 tantos de Hines y Pero Antic). Tras una temporada 14/15 , en la que  Cska y Olympiacos se encontraban en el top 16 con reparto de triunfos, la final four de Madrid dibuja otra de las páginas más llamativas en la lista negra del cuadro ruso...una firmada por un Spanoulis, desastroso de inicio e increíble en el tramo final. Desde entonces el Cska ha ganado los cuatro suelos que ha disputado ante el conjunto del Pireo: dos en el Top 16 del año pasado y los dos de este curso.



APUNTE HISTÓRICO



GANAR DE CUALQUIER MANERA (HISTORIA DE UN DESENCUENTRO OLY-CSKA)



Fundada en el año 1925, la sociedad polideportiva Olympiacos nacía a orillas del Pireo impregnandose ya de inicio de una fuerte vocación internacional. El contacto con marineros americanos pronto sirvió como puente de un baloncesto que encontraba en jugadores como Alekos o los hermanos Spanaoudkis (Lekos tiene el honor de haber sido el primer jugador griego en practicar el tiro en suspensión) a sus primeros alumnos aventajados. Pese a este carácter pionero, el club rojiblanco permanecía a la sombra de Panathinaikos, Panellinios o Aek quienes por turnos se disputaban la hegemonía en una liga helena de la que el Olympiacos no podría gozar hasta 1949. Lejos de asentarse, el segundo título habría de esperar hasta 1960 y el tercero 16 años más. En esa época, finales de los 70, el Olympiacos vive sus mejores momentos de la mano de dos jugadores nacionalizados: Steve Giatzoglou y Giorgios Kastrinakis y de la estrella local Giorgios Barlas. Al título del 76 se le une el del 78 con una meritoria actuación en la copa de Europa del año siguiente en la que logran colarse en la liguilla semifinal. Además la creación de la copa griega en 1976, trae nuevas alegrías a los del Pireo con 4 títulos y un subcampeonato en sus primeros cinco años de existencia. Pese a los buenos augurios, la entrada en los 80 trae consigo un dominio inicial del Panathinaikos y una segunda mitad de dominio claro del Aris de la pareja Galis-Giannakis, mientras que en el Pireo lo más notable se limita a dos subcampeonatos coperos.
Con el afán desmedido de ser grande, el Olympiacos comienza a cambiar su suerte con la llegada en la 91/92 de Zarko Paspalj. Mvp en su primera campaña, el zurdo lleva en su segunda temporada al Olympiacos al quinto título de su historia abriendo un ciclo que se prolongaría cinco años. Con el dominio local a sus pies, Europa era el nuevo objetivo...
Mediados los años 90 el eje central del baloncesto heleno vira de nuevo de Salónica hacia Atenas, haciendo que el tradicional dominio en los últimos años de Aris y Paok pasara a manos de Panathinaikos y Olympiacos. A su eterna rivalidad los atenienses sumaban ahora otra y es que ambos buscaban con locura el primer cetro continental para Grecia.



Con estas premisas no es de extrañar que la semifinal que les enfrentó en 1.994 fuera tensa y competida a más no poder. Símbolo del traspaso de poder Gallis y Fassoulas, otrora líderes de Aris y Paok, lideraban ahora a Panathinaikos y Olympiacos, aunque una extraordinaria defensa de Sigalas dejaba al primero en unos míseros 8 puntos, haciendo estériles los 32 de Volkov y llevando a los portuarios a su primera final europea. Con un Paspalj, que afrontaba su tercera temporada, y el ex nba Roy Tarpley como pareja de extranjeros sólida y millonaria, poca gente concedía oportunidades a la Penya, que había entrado en la final a la chita callando. Pero cuando el inolvidable triple de Corny Thompson besaba la red y Zarko Paspalj fallaba desde el 4´60 el proyecto se desmoronaba.



De nada sirvió que llegados los play-off el equipo del Pireo se mostrara intratable y sumara el segundo título liguero consecutivo a costa del PAOK y que además supusiera el tercer doblete (se habían llevado la copa ante el Iraklis) de su historia (casi 20 años después del segundo), ya que la gran obsesión era Europa. Paspalj cambia de acera y se va al Panathinaikos, desde el cual recala Volkov y además Tarpley también es dado de baja. Para sustituir al americano se busca de nuevo a un jugador de cartel NBA y tras sopesar varias opciones el elegido resulta ser Eddie Johnson. Jugador elegante y sobrio, Johnson se había formado en la universidad de Ilinois, para después ser elegido en segunda ronda del draft de 1981(el de Isiah Thomas o Mark Aguirre entre otros) por los Kansas City kings, franquicia en la que permaneceria durante seis temporadas promediando cerca de 20 puntos por noche (si exceptuamos su año rookie donde no llego a 10) antes de emprender un periplo por Phoenix, Seattle y Charlotte. Prueba de que pese a sus 35 años aun es un jugador válido es que en los Hornets promedia 11´5 puntos con un 40% en triples, en su última temporada previa a su aventura europea. Como curiosidad cabe recordar que Johnson había sido elegido mejor sexto hombre justo un año después de que lo hiciera el propio Tarpley. Con la guinda de Johnson, el equipo del Pireo creía acariciar el sueño europeo, más aún al comprobar la rápida adaptación de este, que en el tercer partido de la temporada europea, contribuía con 32 puntos a vengar la final de la temporada pasada con la victoria del Olympiacos en Badalona.



Pese a mostrarse un tanto irregulares, los rojos acaban por asegurarse el segundo puesto de su grupo tras vencer en casa cómodamente al Kinder de Bolonia (89-64 con 34 ptos de Johnson y 20 de Volkov) en la penúltima jornada de la primera fase, lo que les garantizaba la ventaja de campo en el cruce de cuartos de final, último escollo antes de la final four. El rival resulta ser el CSKA de Moscú, 3º del otro grupo que presentaba igual balance de victorias y derrotas que los griegos, pero se había visto relegado por el basket-average tras su empate con Madrid y Scavolini.



Hablar hoy en día del CSKA de Moscú conlleva referirse a uno de los equipos más potentes del viejo continente, sus dos euroligas y su continua presencia en la final four así lo atestiguan. Con una estructura altamente profesionalizada y un poderío económico casi sin parangón el actual equipo moscovita poco tiene ya que ver con lo que fue en sus orígenes. Creado en los años 20 será después de la segunda guerra mundial cuando adopte el nombre de CDKA (Casa Central de la Armada Roja). Con los sucesivos cambios de nombres ligados a sus distintas adscripciones, los moscovitas lograban el título de 1954 pero sería a principios de los años 60 cuando, bajo las órdenes de Yevgeni Alexev, logren romper la hegemonía del Ask Riga de Gomelsky o del Dinamo de Tbilisi. Pronto, el histórico TSKA también logra dominar Europa, logrando cuatro títulos europeos entre 1963 y 1971, que bien podrían haber sido más de no mediar un par de decisiones políticas: Por un lado las autoridades soviéticas daban absoluta prioridad al baloncesto olímpico y cada cuatro años sus equipos no participaban en competición internacional alguna. La otra, más dañina para los intereses del TSKA, llega en 1966. Buscando dar mayor protagonismo a los jóvenes valores, la federación soviética decide limitar la presencia de los mayores de 25 años por lo que, de un plumazo, los moscovitas se ven obligados a prescindir de Zubkov, Korneev y Borodin. ¿Tenía razón el TSKA para quejarse? Evidentemente no, pues si alguien había favorecido la legislación era al equipo del ejército.



El Tska de Moscú, era oficialmente el equipo del ejército, por lo que, apoyándose en esa condición, comenzó a realizar su particular draft. Desde 1954 y hasta 1987, los técnicos del TSKA reclutaban a los mejores jugadores del país para que realizaran su servicio militar en el equipo rojo. De Semenov en 1954 a Goborov en 1987,con excepción de las lituanas, casi todas las grandes estrellas de la URSS pasaron por el TSKA mediante este procedimiento (Belov, Volnov, Edeshko, Tarakanov...), labrando una hegemonía local tan brutal, que entre 1960 y 1984, los moscovitas solo dejaran de ganar el torneo en dos ocasiones ,en el 68 ante el Dinamo de Tbilisi y en 1975 ante el Spartak de Leningrado de Alexander Belov, que por una vez dejaba de lado su condición de Poulidor del basket soviético (7 subcampeonatos en la década de los 70). Con Kurtinaitis como excepción de la ausencia de lituanos (los detalles y un millón de cosas más en las magníficas “Crónicas lituanas” de Juan Carlos Gallegohttp://www.basketme.com/noticia.php?id=37800) , el basket en la república baltica se convertía en algo más que un mero acontecimiento deportivo para definir uno de los símbolos de la identidad lituana…entra la que el Zalgiris se erigía, con algún breve interludio como el del 79 del Statyba, como principal referente. Fundado en 1944 bajo la denominación de Skif Kaunas, el club de la segunda ciudad de Lituania tardaría tan solo tres años en llevarse su primera liga soviética de la mano de Mykolas Zimiskas, llegando la segunda cuatro años más tarde ya bajo la denominación de Zalgiris. Pese a ese espectacular arranque, el club de Kaunas pasaría su particular travesía del desierto alejándose de manera paulatina de los puestos de cabeza. Con el excepcional Modestas Paulaskas a la cabeza, en los finales de los años 60 y los 70 el club va recobrando su status alcanzando en diversas ocasiones el tercer puesto, aunque la falta de jugadores interiores de garantías acaba por limitar a un equipo preciosista pero falto de contundencia. La irrupción del Civilis y la consolidación de Iovaisha como una estrella llevan al Zalgiris al subcampeonato en el año 80 y preparan el asalto al trono de un Cska que empieza a mirar de reojo la imparable ascensión de un gigantón de la propia Kaunas, de nombre Arvydas. Con Sabonis y Civilis cubriendo el juego interior, la falta de un base puro se suple con la dinamita de Homicius, Kurtinaitis o Iovaisha. El club sigue creciendo, y con la llegada de los play-off cede en las finales del 83 y del 84 ante un Cska símbolo del poder central de Moscú y ya obsesión absoluta de un grupo que cada día esta más cerca. La temporada 84/85 se ve en Kaunas como la de la definitiva ascensión algo que la propia competición va confirmando de tal manera que el Zalgiris cierra la primera fase liguera con un balance de 20-2 (cayendo solamente por 74-73 ante el Spartak y 100-92 ante el Vef Riga de Valters) , con doble victoria ante el Cska (98-88 en Kaunas y 78-80 en Moscú) y con registros anotadores espectaculares hasta el punto de superar los 110 puntos en 8 ocasiones. La segunda fase de los de Garastas , es aún mejor cerrándola invictos y venciendo de nuevo al Cska esta vez (la segunda vuelta la jugaban los ocho primeros a una sola vuelta) por 88-78. Las previsiones se cumplen y lituanos y moscovitas alcanzan la final con ventaja de campo para los primeros pero con la particularidad de que el equipo peor clasificado juega primero como local. Lejos de acusar la presión, el Zalgiris asalta Moscú por 71-86 con 26 puntos de Homicius, 19 de Kurtinaitis y 15 de Sabonis, mientras que Tkachenko con 12 se queda como el mejor realizador del Tska. Con todo a favor el segundo partido resulta ser mucho más trabado con la buena defensa de los de Gomelsky minimizando a Sabonis y obligando al Zalgiris a jugar a un ritmo menor al acostumbrado. Tensión, dureza, nervios…y empate a 69 que da paso a una prórroga donde un triple de Iovaisha certifica el triunfo del Zalgiris cortando la racha moscovita y llevando al delirio al público que abarrotaba el viejo pabellón. La euforia de la victoria y la baja de un Iovaisha al límite condicionan a un Zalgiris que días después pierde la final de la Recopa ante el Barcelona. Esa derrota y la del año siguiente en la final de Copa de Europa ante la Cibona impiden un mayor reconocimiento internacional, pero los verdes con el triunfo ante el Cska ya se habían convertido en inmortales… y más aún cuando conseguían repetir título ante el mismo rival en el 86 y el 87, con mención especial a esta última con un tercer partido épico y que probablemente se encuentre entre los mejores de esa década. Un año después, y con Sabonis lesionado, el Cska conseguía vencer en el cuarto cara a cara consecutivo, mientras que los de Kaunas, en el último baile de su quinteto mágico, serían de nuevo subcampeones en el 89 cayendo en una polémica final (al igual que Livorno o Partizan ese mismo año) ante el Budivelnyk de Volkov…tras superar al Cska en semifinales, cerrando siete años de enfrentamientos al más alto nivel. Con un Zalgiris ya sin sus cuatro grandes (aunque aun así los de Kaunas rondan la eliminación del Real Madrid en las semis europeas) el Cska recupera el título en la 89/90 superando a sus vecinos del Dinamo. Un año más tarde, será un ex jugador moscovita el protagonista liguero un Titt Sokk que se convierte en el alma del Kalev Tallin. Junto a Sokk el Kalev logra reunir a Pehka, base sobrio y excelente defensor, al pivot Sergei Babenko , plata con la URSS en el eurobasket 87, y al joven Pert Kullamae. Sin embargo, el gran impulso llega de la mano de un jugador que habría de ligar su carrera a la de nuestro protagonista: Aivar Kuusma, escolta de físico un tanto endeble, pero con una capacidad de tiro espectacular. Kuusma se había formado en el Tallin, pero a finales del año 90 había dado el salto al Youngstown pride, equipo de la WBL, donde formando pareja exterior con Mario Elie (que posteriormente ganaría tres anillos de la NBA), logra hacerse con el título. Con su reincorporación el Kalev gana en amenaza exterior y poco a poco va creciendo en su juego, logrando encarar los play-off en una forma envidiable. Una vez en las eliminatorias el equipo sigue su ascensión y en una final vibrante, derrotan al Spartak de San Petersburgo y dan a Estonia el primer título de su historia. Ya en el 92, y mientras el Spartak logra el título en una versión menor de la liga soviética, el Cska se alza con el primer título liguero de la recién creada liga rusa, estableciendo un patrón que hasta nuestros días solo ha conseguido romper el Ural Great en la 2000/01 y la 01/02 y el Khimki en la VTB 2010/11.



Pero, volvamos a 1995. Entrenados por Eremin, los moscovitas vivían tiempos de cambio y habían iniciado la competición con dos americanos: el diminuto base Evans, eléctrico y gran pasador y el rocoso pivot Patrick Eddie, aunque eso si acabarían por ser cortados. La base del equipo la formaban parte del núcleo duro que había llevado a Rusia a la meritoria plata del mundial de Canada, destacando sobre todo Karaseev un base escolta de gran capacidad ofensiva, Koudelin un impredecible escolta zurdo capaz de armar el brazo desde cualquier lado, el efectivo Panov y el resolutivo y talentoso ala-pivot Kissourine, armas estas que en cualquier caso parecían insuficientes para detener a la millonaria máquina ateniense.



Por aquel entonces los cuartos de final de la liga europea tenían la particularidad de que el primer partido se disputaba en casa del equipo con peor balance, así pues el 9 de Marzo de 1995 se disputa en Moscú el primer partido de la serie. Hasta el descanso todo transcurre con normalidad (45-44 para los locales), pero la segunda parte se salda con una memorable exhibición ofensiva del CSKA, que con Karaseev y Koudeline anotando una y otra vez se apuntan el primer tanto por un inapelable 95-65.



Las críticas de la prensa griega fueron feroces y, exceptuando a Johnson que se había ido a los 28 puntos, no respetaban a ninguno de los componentes de la fuerte plantilla roja. Pese al lógico desencanto por la abultada derrota, más de 15.000 personas llenaron el palacio de la paz y de la amistad (o de las dos mentiras como sabiamente decía el gran Ernest Rivera) y pudieron presenciar uno de los mejores partidos del año, con grandes defensas, emoción y tres jugadores rayando a un nivel sublime: Johnson de nuevo 28 ptos, Volkov 22 y 11 reb y el moscovita Karaseev cuyos 31 puntos finales resultaban estériles en el marcador final (86-77).



Hasta este punto, y dentro de la relativa sorpresa que suponía el gran rendimiento ruso, todo marchaba dentro de unas pautas habituales pero, desgraciadamente, todo estaba a punto de quebrarse. Tras disputar el segundo partido el Martes 14, y estando previsto el tercero para el Jueves 16, el Miércoles 15 ha quedado grabado como uno de los más vergonzosos de la historia reciente del basket europeo. Tras poco más de una hora de entrenamiento, varios jugadores moscovitas comenzaron a sentirse mal, pero lo que no parecía más que un pequeño problema se torna rápidamente en todo un drama: en poco más de un minuto y ante la incredulidad del cuerpo técnico, Morgunov, Panov y Koudelin pierden el conocimiento y tienen que ser trasladados a un hospital. A medida que pasa la mañana el resto de jugadores va sintiendo distintas molestias, mareos o dolores de cabeza y apuntan a las botellas de agua que la organización les había facilitado. Examinadas las que aun no se habían abierto, se observó que presentaban varios agujeros en los respectivos tapones y se decide llevarlas a un laboratorio. El dictamen es rápido y concluyente, presentan un fuerte componente químico ajeno a la composición normal y cercano al ácido lisérgico. La situación va empeorando y Panov tiene que ser trasladado a la UCI mientras Morgunov entra en coma. Poco a poco su situación mejora, pero simultáneamente Karaseev y Kornev caen también gravemente enfermos y tienen que ser ingresados. Llegado el jueves, la estupefacción es total porque la FIBA se niega a aplazar el partido. El CSKA llega al encuentro con solo cinco jugadores: Kissourine, Vadeev, Grezin, Spiridonov y un semi-recuperado Kodelin que apenas se puede mantener en pie. En una demostración de coraje, los moscovitas llegan al descanso con tan solo 5 puntos abajo, pero en 5 minutos Koudelin cae eliminado y 10 después lo hace Grezin. Con 5 minutos por jugar, la megafonía helena pide al público que anime a los heroicos jugadores rusos, pero por entonces todo suena ya a burla y el Olimpiacos gana cómodamente. Por suerte los jugadores rusos fueron recuperándose poco a poco, pero la fechoría quedó indemne. La FIBA alegaba que si no había reclamación especial no podía hacer nada y desde Rusia, pese a la insistencia de Eremin, pesó más la “alianza ortodoxa” con Grecia que la sed de justicia.



De una manera ensombrecida, el Olimpiacos llegaba de nuevo a la final four, donde habría de repetir la actuación del año anterior: semifinal victoriosa ante el Panathinaikos (la FIBA obligaba, en sus competiciones a que los equipos de un mismo país se enfrentaran en semifinales), favoritismo y posterior derrota en la final ante un equipo ACB entrenado por Obradovic (esta vez el Madrid). Pese a que volvieron a hacerse con la liga, Johnson (que volvió a buen nivel a la NBA) y Volkov salían del equipo para dar entrada a Walter Berry (que regresaba) y a David Rivers. ¿Justicia poética dirán algunos? Quizás, pero si hay que buscarla quizás se encuentre en que en la nueva temporada (95-96), CSKA y Olimpiacos fueron encuadrados en el mismo grupo y pese a que al final presentaron el mismo balance (10-4) el hecho de que los moscovitas ganaran su doble enfrentamiento hizo que, en un triple empate con el Benneton, el CSKA fuera primero y el Olimpiacos fuera tercero. Lo que puede parecer irrelevante, no lo es tanto al comprobar que al amparo de su público el CSKA lograba el pase a la final four (caerían ante un Panathinaikos con el mejor Wilkins del año, 30 ptos) mientras que los del Pireo caían ante el R.Madrid. Un año más tarde, y contra todo pronóstico, el Olympiacos lograba al fin, su anhelada euroliga tras una temporada sumamente irregular en la que se veía obligado a competir desde los octavos de final con el factor pista en su contra. Al título europeo le seguiría el doméstico…empezando una sequía que duraría hasta 2012 y donde solo pequeñas alegrías coperas (2002, 09 y 10) atenuarían la desazón de los del Pireo quienes tras arruinarse a principios de la década pasada (quizás el equipo que lidera Radja en la 01 es el último grande de esa época), pasarían a vivir otra espiral de gasto brutal con un par de finals four como exiguo premio. Curiosamente, y tras vivir otro de sus recurrentes achuchones financieros, el Olympiacos se ha reinventado de forma más natural logrando volver a tocar el cielo y haciéndolo además con el valor añadido de las cosas hechas desde abajo.








CSKA MOSCÚ

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Campeón de Europa: 7 (1961, 1963, 1969, 1971, 2006 , 2008 y 2016)
Subcampeón de Europa: 6 (1965, 1970, 1973 , 2007, 09 y 12)
Final four: 16 (1996, 2001, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008,2009 , 2010 ,12 ,13,14 15 , 16 y 17)
Otros títulos europeos: -
Ligas: 52 (24 Urss, 20 Rusia , 7 Vtb y 1 NEBL)
Copas: 8 (3 URSS, 4 Rusia 1 VTB)



ESTA TEMPORADA:



Primera fase: 2º Fase Regular 22-8
Play-off : 3-0 ante Baskonia
Total: 25-8



Fiel a su cita con la final four, 15 de las 17 disputadas este siglo siendo ya el equipo con más presencias, el Cska llega a Estambul tras una temporada relativamente relajada y con la presión de años anteriores sacudida tras el título del año pasado. Con una plantilla en la que la continuidad ha sido la principal característica, el cuadro de Itoudis ha dibujado una temporada solvente en la que ha mantenido sus principales señas de identidad. Tras un cruce de cuartos más ajustado de lo que dice el 3-0 final, algo muy parecido a lo del año pasado, el cuadro ruso llega a la cita decisiva del año sin grandes bajas, en buen momento físico y con la mejor definición de roles de su etapa reciente. Ofensivamente impecables, queda ver si defensivamente el conjunto de Itoudis se ha dejado algo en el tintero o si solo mantiene su agresividad a momentos determinados. Con De Colo y Teodosic firmando otra temporada fantástica, el Cska suma a su vez a la mejor versión reciente de Jackson y aún Cory Higgins de nuevo eficaz hasta el paroxismo. Con Fridzon como puntual revulsivo en el tiro e incluso con un Kulagin mejorado, no cabe duda de que la escuadra rusa dispone de un arsenal exterior casi infinito. La buena circulación exterior, la multitud de amenazas en el tiro y la inagotable capacidad de Teodosic para generar permiten a los de Itoudis un caudal ofensivo de primer orden. Más dudas genera un juego interior por momentos excesivamente estático. Hines sigue siendo una roca y Augustine ha encajado a la perfección, pero el declive de Khryapa, pese a mantener un digno nivel, es evidente y Vorontsevitch, muy fino en el tiro eso si, está teniendo menos impacto en el juego del esperado mientras que Freeland parece perdido para la causa. En medio, queda el puesto de alero donde Kourbanov sigue siendo un especialista de primer nivel, Higgins desnivela o incluso Itoudis se atreve a jugar con tres pequeños en pista. Algo dependientes de su necesidad de imponer su estilo, queda ver si el Cska tiene una marcha más como se le intuye. De hacerlo parece en condiciones de pelear con todas las garantías por revalidar su corona. Esa capacidad de manejar el ritmo ofensivo, un punto de equilibrio y una mayor regularidad defensiva aparecen como las claves definitivas de un equipo que, sacudidos ya sus fantasmas, debería ser capaz de casi todo.




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LOS JUGADORES



Máximo asistente y candidato de nuevo a estar presente en el mejor quinteto de la euroliga , Milos Teodosic llega a Estambul tras otra extraordinaria temporada, probablemente la primera en la que no ha tenido contestación alguna. El título del año pasado sumado a la plata en los juegos, parecen haber apagado casi definitivamente el coro de detractores del base serbio.  En algo parecido a la madurez, Teodosic arriba a la final four tras una temporada brillante en la que ha ejercido de colíder junto a De Colo con el que ha vuelto a mezclar a la perfección. Cómodo saliendo del banquillo (el año pasado no fue titular en ninguno de los 27 encuentros y este en tan solo 6 de los 27 que ha disputado ) o jugando junto a otro base, el de Valjevo ha sido la principal vía de creación de juego moscovita y casi el único sustento de un juego interior algo abandonado. Más incisivo buscando el aro y habiendo ganado recursos en el poste, Teodosic ha vivido además un año de ciertos altibajos en el tiro exterior donde,pese a todo, ha incrementado el volumen de ejecución. Capaz de seguir sorprendiendo en destellos en el pase, su tendencia a la obcecación sigue siendo un contratiempo en momentos concretos...pero cada vez menos habituales. Creativo, especial y muy cercano a la definición de genio melancólico, la defensa aparece como gran lunar pese a mostrar por segundo año ciertos, y muy esporádicos, signos de mejoría, en especial en las ayudas. Siempre escrutado en los momentos clave, de su frialdad dependerá, para bien o para mal, buena parte de la suerte del equipo rojo aunque su buena final del año pasado y el nuevo logro con Serbia deberían alejar definitivamente ya cualquier atisbo de sospecha para un jugador sin duda especial. Con la Nba llamando a su puerta parece que de manera bastante decidida, Estambul puede ser la penúltima parada de un genio de otro tiempo. Toca disfrutarla. Tras una temporada pasada en la que no acabó de encajar con el protagonismo del duo Milos-Nando, Aaron Jackson está viviendo la que probablemente sea su mejor temporada de las cinco que ya lleva en Moscú. Con las mejores medias de anotación en euroliga en toda su etapa en Cska y los mejores porcentajes en el triple de toda su carrera en general, Jackson parece al fin haber encontrado su rol ideal. Titular de facto y revulsivo posterior, el base estadounidense, pese a esa mejora en el tiro (real al margen de los porcentajes) sigue destacando por su velocidad en campo abierto y por la intensidad. De manejo de balón peculiar, el Cska necesitará de su mejor versión defensiva en Estambul. De presencia testimonial hasta la fecha, parece complicado que Mikhail Kulagin disponga de minutos en Estambul. Por consolidar físicamente, el pequeño de los Kulagin tiene chispa en el juego y en la Vtb ha evidenciado cierta facilidad ofensiva y asentamiento en su tiro exterior.
Mvp de la fase regular y de la final four el curso pasado, Nando de Colo llega a la final four consolidado como uno de los mejores jugadores de Europa tras otra temporada sensacional donde n¡ siquiera su lesión de inicio de temporada ha podido frenarlo. Segundo máximo anotador y segundo mejor valorado del torneo, los números se quedan cortos para explicar las sensaciones que desprende el jugador francés en la pista. Aun con más ascendencia y confianza en el juego que la temporada anterior, el jugador francés forma un dúo con su compañero de perímetro (y de generación) Milos Teodosic como pocas veces se ha visto en la euroliga. Escolta pero con capacidad y ocasiones para ejercer de base, De Colo vive un idilio con el aro multiplicado por su innata facilidad para acudir a la línea. Parte fundamental de un Cska que ha ahondado en sus fortalezas para ser un equipo acusadamente perimetral, el ex de Cholet significa un soplo de aire fresco entre la rutinaria colección de especialistas que pululan por las canchas europeas. Fiable en el tiro exterior a pies parados, pero sin alma ni capacidad de especialista puro, De Colo ha hecho un arte de lo excepcional con una gama de recursos en la media distancia más propios de otros tiempos. De excelsa lectura del pick n roll y sobresaliente tacto, el escolta francés encuentra vías para anotar en territorios poco explotados en el baloncesto actual. Técnicamente irreprochable, su talla y su buen uso del cuerpo le permiten atacar el aro mostrando a la par fiabilidad y elegancia en sus entradas a canasta. Notable en la visión de juego, capaz de destellos en el pase, De Colo irradia elegancia y clase en su tránsito sobre la pista. Más cuestionable en el aspecto defensivo, tiene piernas, inteligencia y cuerpo para minimizar lo que sin duda dista de ser una de sus fortalezas. Prodigio de aparente sencillez, De Colo destila clase y talento mientras desprende una sensación de falsa lentitud que termina por desbordar a un rival a menudo atónito con la facilidad del escolta galo. Integrante del quinteto ideal en el eurobasket de 2015, y protagonista directo del fin de la maldición moscovita en la final four, la retirada de la selección de Tony Parker le augura un verano de protagonismo en la selección bleu...aunque todo apunta a que antes De Colo aspira a volver a dejar su huella en la final four. Acusando, de nuevo,  la gran temporada del galo, Vitaly Fridzon sigue sin encontrar acomodo claro en las preferencias de un Itoudis que no siempre ha sido capaz de sacar todo el partido posible al escolta ruso que ha vuelto a perder otro punto más de protagonismo. Con todo, Fridzon posee capacidad para ejercer de revulsivo ofensivo y no da muestras de desapego por su papel. Notable triplista, Fridzon ha ido ganado repertorio de tiro tanto en la media distancia como en el 6´75 siendo además un buen defensor. Con alguna dificultad para generarse sus tiros, al ex del khimki le falta un punto de sosiego para transformar su buena capacidad de pase en una mayor fuente de generación de juego. De su frialdad y capacidad para seguir rindiendo en rotaciones cortas y exigentes, puede depender su papel en Estambul. Tras un notable preeuropeo con Rusia, Dmitry Kulagin está viviendo una temporada peculiar en el Cska. Sin continuidad pero con picos de presencia más altos que en cursos anteriores, el mayor de los Kulagin tiene complicado disponer de minutos de calidad en la final four. Potente de piernas y con mucho carácter, el ex del Zenit está viviendo un año de malas sensaciones en el tiro exterior pero, a cambio, cada vez se le ve más cómodo cuando tiene que ejercer como teórico base, dotandole, así, de una versatilidad que le puede hacer útil.



Lejos de la presencia y el reconocimiento de Sony Weems, Cory Higgins llegaba la temporada pasada a Moscú culminando un trayecto que partía como excelso anotador en la Vtb con el Triumph para acabar de crecer como jugador total a las órdenes de Jure Zdovc el curso siguiente en el Royal Halil turco. Fundamental en el título del curso pasado, este año no solo ha confirmado su condición de jugador de equipo “grande” sino que ha logrado subir su aportación, especialmente en defensa donde su impacto ha sido tremendo. Serio y concentrado en el juego, Higgins alterna posiciones exteriores saliendo del banquillo y aportando casi al instante. Buen manejador de balón y con instinto para buscar el aro, el ex de Colorado cumple en defensa y ha ganado lectura de juego en estático. Más anotador que tirador, su buena selección de tiro le ha llevado a mejorar de nuevo sus porcentajes exteriores siendo especialmente fiable en los momentos cruciales. Algo menos acertado de cara al aro que el curso anterior, Nikita Kurbanov ha dado un paso más en su asentamiento en la élite gracias a su capacidad de adaptación al juego de Itoudis. Importante en el rebote, su papel como tres titular se redobla con su gran rendimiento defensivo, llegando incluso en ocasiones a usarse como comodín ante bases o escoltas. Maduro en el juego y mejorado en la visión del mismo, su capacidad para jugar al poste y su amenaza en los tiros abiertos pese a no ser un especialista hacen que puntualmente pueda sumarse al juego ofensivo de un equipo que, no obstante, le necesita más en la intendencia.



Fundamental en los esquemas de Itoudis,Andrey Vorontsevich se ha asentado como cuatro titular y uno de los grandes pilares del juego interior moscovita...pese a estar viviendo un año un tanto irregular. De ayuda en el rebote y muy fiable en el tiro exterior (50% en triples en euroliga), Vorontsevitch es además un muy buen pasador en especial desde el poste alto pero en muchos momentos de la temporada ha dejado la sensación de que su peso real en el juego ha disminuido. Coordinado y con facilidad para el tapón, peca en ocasiones de falta de concentración defensiva pero pasa por ser una de las claves del actual Cska y un engranaje fundamental en la temperatura de un juego interior mucho menos exuberante que el perimetral. Lejos ya de sus mejores días (que injusto fue su no nominación como mvp de la temporada en 2010) Victor Khryapa llega sin embargo en su mejor momento del año a la cita de Estambul. Protagonista del palmeo que cambió la historia reciente del club, Khryapa aparece ahora con cuentagotas pero sigue dejando destellos de calidad incuestionables. Aun con condiciones para ser importante en defensa y en el rebote, no está fino en el tiro exterior aunque, paradójicamente si parece con buenas sensaciones en el resto de acciones de cara al aro. Su tranquilidad y la pausa con la que lee el juego le convierten en muchas ocasiones en un segundo base para el equipo. Desde el poste alto Khryapa es capaz de tirar, amenazar y sobre todo crear a través de una excelente visión de juego, una certera (y rápida) capacidad de pase y un excelente uso de las fintas, lo que en un equipo como este Cska en ocasiones tan directo es un plus para momentos clave. Llegado este curso tras una gran trayectoria reciente en el Nizhny Novgorod, Semen Antonov está viviendo un primer año en el Cska de claro aprendizaje. Con pocos minutos y poca presencia, pero muy bien aprovechada, el internacional ruso puede alternar los puestos de 3 y de 4 ayudando a abrir la pista con su fiabilidad en el triple siempre que disponga de tiempo de ejecución. Listo en el poste y con buena visión de juego, a lo largo de su carrera siempre se ha caracterizado por dar su mejor versión en los momentos clave por lo que podría ser uno de los tapados de la final four.


Elegido mejor defensor de la temporada pasada, Kyle Hines ha vuelto a ser el principal referente interior del Cska. Doble campeón con Olympiacos  e importante en el título moscovita en Berlín, el ex del Brose está viviendo un curso dulce favorecido por el estilo abierto del equipo. Duro en el poste e inteligente en los cambios defensivos, su excelente uso del cuerpo y su depurada técnica de salto le permiten competir en la zona con plenas garantías. Más peligroso en el rebote ofensivo, la capacidad de aguantar los contactos y su buena lectura del pick n´roll son su principal vía ofensiva junto a su facilidad para conducir en ocasiones la transición. Buen taponador y una auténtica roca cuando gana la posición ha dado otro paso más en su mejora en el pase. Llegado tras unos muy buenos años en el Khimki, James Augustine está ejerciendo casi a tiempo completo como cinco en los esquemas de Itoudis. Excelente defensor en el 1x1 o cuando el equipo adelantar líneas, tiene algún problema más en fases más elaboradas. Sólido en el rebote, su buena lectura del pick n roll y su buena conexión con Teodosic le permiten ciertas apariciones ofensivas que complementa con destellos de su zurda de cara al aro en la media distancia. Algo flojo de manos debe cuidar su irregularidad en los tiros libres. Recuperado de sus múltiples lesiones, pero incapaz de hacerse con un rol claro, Joel Freeland llega a la final four con un papel casi marginal en este Cska. De sempiternos problemas defensivos, la falta de rol y confianza le impiden tener la continuidad ofensiva que por condiciones puede llegar a tener. De buen uso de ambas manos en la zona, su buena mano en la media distancia y sus destellos de “explosividad” pueden llegar a ser un alivio ofensivo si Itoudis decide darle una oportunidad, ya que pocos interiores pueden ofrecer un rendimiento ofensivo directo tan inmediato. Lesionado durante casi todo el curso, parece poco menos que imposible que Pavel Korobkov llegue, pese a ser un jugador del gusto de Itoudis, a la cita turca, por lo que un posible recambio interior de emergencia podría quedar en manos de un Ivan Lazarev inédito este año en euroliga y con una presencia muy testimonial en la VTB. Con capacidad para correr la pista y tendencia a cargar el rebote ofensivo, por momentos deja destellos de explosividad que permiten vislumbrar una progresión interesante pero aun por definir



EL ENTRENADOR



Asistente durante casi una década de Zeljko Obradovic, Dimitris Itoudis ya puede presumir de una carrera meteórica como primer espada. Tras vivir hace tres años su primera experiencia en un Banvit donde por momentos realizó un notable baloncesto, el técnico heleno llega a su tercera final four habiendo dibujado una trayectoria en el conjunto moscovita efectiva y por momentos brillante. Con una plantilla ligeramente más corta y decantada al exterior, Itoudis dispone de un conjunto hecho a su medida con el que el curso pasado logró romper el maleficio de los últimos años. Notable en la preparación de partidos, exigente y apasionado, el técnico griego sigue teniendo problemas para manejar las rotaciones largas y para mantener la calma en los momentos complicados. Tendente al barroquismo en sus gestos y decisiones en los tramos finales, los problemas físicos de Freeland y la mayor definición de la plantilla le simplifican una de las cuestiones. Con una apuesta de juego encomiable y apetecible para el espectador, si logra controlar la segunda, el Cska puede estar más cerca de volver a reinar en Europa. Cómodo jugando con estructuras diferentes según el rival, el título del año pasado debería servirle como contrapunto a su habitual estado de excitación.

ESTADÍSTICAS ACUMULADAS EUROLIGA 2016/17






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EL JUEGO



ATAQUE



MILOS & NANDO: Aunque los focos de anotación del Cska son de lo más diverso, pocos equipos pueden presumir de contar con dos referentes tan claros como Nando De Colo y Milos Teodosic. Sus medias combinadas de 35´8 puntos y 11 asistencias por noche les convierten en la pareja más productiva en la historia reciente de la euroliga, superando incluso sus propios registros del año anterior. Más allá de esos números simples y directos, la facilidad del francés para generarse canastas fáciles y la capacidad del serbio para generar juego o alimentar a los interiores garantizan a los de Itoudis un canal ofensivo sin parangón en Europa.
NÚMEROS: Esta temporada el Cska ha sido el segundo equipo que más asistencias ha repartido por partido y el máximo anotador de entre los 16 equipos de la euroliga...eso sí con casi tres puntos menos por noche que el año pasado. Entonces con 90.7 puntos por partido el Cska había logrado la tercera mejor anotación media en una temporada solo por detrás del Maccabi de la 2004/05 y del Verona de la 2000/01.



TIRO EXTERIOR: Con cuatros abiertos con facilidad para abrirse y una batería de exteriores de primer nivel, el tiro exterior sigue siendo una de las señas de identidad de un Cska que no obstante ha variado un tanto su juego. De ser el segundo equipo que más triples intentaba la temporada pasada, los moscovitas han pasado al puesto 11...eso si siendo los segundos con mejores porcentajes. Más allá de las cifras, subyace una cuestión. Jugadores como Vorontsevitch, Higgins o el mejorado Jackson presentan una gran efectividad...pero muy ligada a la excelsa circulación de balón. En una cita como la final four la capacidad de generarse sus tiros de Teodosic o Fridzon será probablemente más importante.



RITMO: Sin ser un equipo estrictamente rápido, el Cska se ha vuelto a caracterizar por un alto ritmo de partido. Su poco peso en la pintura y la configuración interior facilitan un estilo más basado en los primeros pases que en la transición pura. Donde si destacan por su ritmo ofensivo, es en el ataque estático, donde rara vez descansan y aunque tienden a la simplificación (aclarados para De Colo o generación de Teodosic) lo hacen siempre intentando no arañar segundos.





TRANQUILIDAD: Jugando mucho con los bloqueos directos y la facilidad de Teodosic o De Colo para explotar el 2x2, el Cska consigue generar muchos espacios. Cuando no hay opción directa, la buena circulación de balón y la velocidad de ejecución en los pases logran un alto porcentaje de tiros librados. A todas esas características ya presentes el curso pasado, el Cska ha sumado un estado de tranquilidad en el juego envidiable. Bien sea por el título del año pasado o por una sublimación de su idea de equipo, los moscovitas transitan por los partidos con un plan de juego casi inalterable. En el lado negativo, esa tranquilidad en ocasiones les ha costado parciales por no recuperar a tiempo el pulso en partidos que cambian de trayectoria.
DEFENSA



AGRESIVIDAD: Tras “sestear” durante buena parte de la temporada pasada, el Cska dió un salto cualitativo en los momentos decisivos subiendo la agresividad sobre todo en las líneas de pase. Este año, de momento, el conjunto ruso apenas ha tenido momentos destacados por lo que queda la duda de si será capaz de llevar su defensa al siguiente nivel.



OPCIONES: La llegada de James Augustine ha subido las posibilidades defensivas en una pintura en la que Hines sigue teniendo minutos de dominio. La capacidad de Vorontsevich, aunque no sea su fuerte, para adaptarse también ayuda lo suyo. Por fuera Kurbanov pone centímetros, tamaño y ganas y Higgins se ha afianzado como un defensor de primer nivel. En definitiva el Cska no ha mostrado grandes alardes defensivos, pero, al menos, parece contar con más jugadores capaces de ejercer ese papel. Atención a la mejora de Teodosic atrás.

SORPRESAS: Más habituado a castigar debilidades defensivas en el rival, Itoudis también ha planteado alguna sorpresa defensiva en momentos concretos. La posibilidad de juntar a dos cuatros por dentro, los jugadores cambiando de par defensivo en ataques alternos o Kurbanov trabajando sobre el base rival alguno de los factores que ya han testado.




APUNTE HISTÓRICO



TROPIEZOS PRETÉRITOS



Hablar hoy en día del CSKA de Moscú conlleva referirse a uno de los equipos más potentes del viejo continente, sus tres euroligas y su continua presencia en la final four así lo atestiguan. Con una estructura altamente profesionalizada y un poderío económico casi sin parangón el actual equipo moscovita poco tiene ya que ver con lo que fue en sus orígenes. Relajados, al fin, tras recuperar el título europeo, los últimos años ha visto como su casi continuada presencia en la final four ha tenido, en muchas ocasiones, suerte esquiva. Las derrotas ante el anfitrión en 2003 y 2004 para luego caer con un 10/38 en tiros libres cuando al fin la final four llegaba a Moscú. La horrible primera parte en Berlín 2009, la remontada del Olympiacos en 2012, la pérdida de Khryapa ante el Maccabi, los triples de Spanoulis en el palacio...toda una galería de horrores propios y ajenos que no obstante llegan con la permanencia en la élite. Y es que con la salvedad de la 2001/02 (pese al gran papel de Giriceck and Turckan) y del año de Vujosevic (¿qué pasaría en aquella gira Usa?) el actual Cska siempre ha estado en primera línea. Algo que no siempre ha sido así...incluso con alguna derrota “local”.



Creado en los años 20 será después de la segunda guerra mundial cuando adopte el nombre de CDKA (Casa Central de la Armada Roja). Con los sucesivos cambios de nombres ligados a sus distintas adscripciones, los moscovitas lograban el título de 1954 pero sería a principios de los años 60 cuando, bajo las órdenes de Yevgeni Alexev, logren romper la hegemonía del Ask Riga de Gomelsky o del Dinamo de Tbilisi. Pronto, el histórico TSKA también logra dominar Europa, logrando cuatro títulos europeos entre 1963 y 1971, que bien podrían haber sido más de no mediar un par de decisiones políticas: Por un lado las autoridades soviéticas daban absoluta prioridad al baloncesto olímpico y cada cuatro años sus equipos no participaban en competición internacional alguna. La otra, más dañina para los intereses del TSKA, llega en 1966. Buscando dar mayor protagonismo a los jóvenes valores, la federación soviética decide limitar la presencia de los mayores de 25 años por lo que, de un plumazo, los moscovitas se ven obligados a prescindir de Zubkov, Korneev y Borodin. ¿Tenía razón el TSKA para quejarse? Evidentemente no, pues si alguien había favorecido la legislación era al equipo del ejército.



El Tska de Moscú, era oficialmente el equipo del ejército, por lo que, apoyándose en esa condición, comenzó a realizar su particular draft. Desde 1954 y hasta 1987, los técnicos del TSKA reclutaban a los mejores jugadores del país para que realizaran su servicio militar en el equipo rojo. De Semenov en 1954 a Goborov en 1987,con excepción de las lituanas, casi todas las grandes estrellas de la URSS pasaron por el TSKA mediante este procedimiento (Belov, Volnov, Edeshko, Tarakanov...), labrando una hegemonía local tan brutal, que entre 1960 y 1984, los moscovitas solo dejaran de ganar el torneo en dos ocasiones ,en el 68 ante el Dinamo de Tbilisi y en 1975 ante el Spartak de Leningrado de Alexander Belov, que por una vez dejaba de lado su condición de Poulidor del basket soviético (7 subcampeonatos en la década de los 70). Con Kurtinaitis como excepción de la ausencia de lituanos (los detalles y un millón de cosas más en las magníficas “Crónicas lituanas” de Juan Carlos Gallego http://www.basketme.com/noticia.php?id=37800) , el basket en la república báltica se convertía en algo más que un mero acontecimiento deportivo para definir uno de los símbolos de la identidad lituana…entra la que el Zalgiris se erigía, con algún breve interludio como el del 79 del Statyba, como principal referente. Fundado en 1944 bajo la denominación de Skif Kaunas, el club de la segunda ciudad de Lituania tardaría tan solo tres años en llevarse su primera liga soviética de la mano de Mykolas Zimiskas, llegando la segunda cuatro años más tarde ya bajo la denominación de Zalgiris. Pese a ese espectacular arranque, el club de Kaunas pasaría su particular travesía del desierto alejándose de manera paulatina de los puestos de cabeza. Con el excepcional Modestas Paulaskas a la cabeza, en los finales de los años 60 y los 70 el club va recobrando su status alcanzando en diversas ocasiones el tercer puesto, aunque la falta de jugadores interiores de garantías acaba por limitar a un equipo preciosista pero falto de contundencia. La irrupción del Civilis y la consolidación de Iovaisha como una estrella llevan al Zalgiris al subcampeonato en el año 80 y preparan el asalto al trono de un Cska que empieza a mirar de reojo la imparable ascensión de un gigantón de la propia Kaunas, de nombre Arvydas. Con Sabonis y Civilis cubriendo el juego interior, la falta de un base puro se suple con la dinamita de Homicius, Kurtinaitis o Iovaisha. El club sigue creciendo, y con la llegada de los play-off cede en las finales del 83 y del 84 ante un Cska símbolo del poder central de Moscú y ya obsesión absoluta de un grupo que cada día esta más cerca. La temporada 84/85 se ve en Kaunas como la de la definitiva ascensión algo que la propia competición va confirmando de tal manera que el Zalgiris cierra la primera fase liguera con un balance de 20-2 (cayendo solamente por 74-73 ante el Spartak y 100-92 ante el Vef Riga de Valters) , con doble victoria ante el Cska (98-88 en Kaunas y 78-80 en Moscú) y con registros anotadores espectaculares hasta el punto de superar los 110 puntos en 8 ocasiones. La segunda fase de los de Garastas , es aún mejor cerrándola invictos y venciendo de nuevo al Cska esta vez (la segunda vuelta la jugaban los ocho primeros a una sola vuelta) por 88-78. Las previsiones se cumplen y lituanos y moscovitas alcanzan la final con ventaja de campo para los primeros pero con la particularidad de que el equipo peor clasificado juega primero como local. Lejos de acusar la presión, el Zalgiris asalta Moscú por 71-86 con 26 puntos de Homicius, 19 de Kurtinaitis y 15 de Sabonis, mientras que Tkachenko con 12 se queda como el mejor realizador del Tska. Con todo a favor el segundo partido resulta ser mucho más trabado con la buena defensa de los de Gomelsky minimizando a Sabonis y obligando al Zalgiris a jugar a un ritmo menor al acostumbrado. Tensión, dureza, nervios…y empate a 69 que da paso a una prórroga donde un triple de Iovaisha certifica el triunfo del Zalgiris cortando la racha moscovita y llevando al delirio al público que abarrotaba el viejo pabellón. La euforia de la victoria y la baja de un Iovaisha al límite condicionan a un Zalgiris que días después pierde la final de la Recopa ante el Barcelona. Esa derrota y la del año siguiente en la final de Copa de Europa ante la Cibona impiden un mayor reconocimiento internacional, pero los verdes con el triunfo ante el Cska ya se habían convertido en inmortales… y más aún cuando conseguían repetir título ante el mismo rival en el 86 y el 87, con mención especial a esta última con un tercer partido épico y que probablemente se encuentre entre los mejores de esa década. Un año después, y con Sabonis lesionado, el Cska conseguía vencer en el cuarto cara a cara consecutivo, mientras que los de Kaunas, en el último baile de su quinteto mágico, serían de nuevo subcampeones en el 89 cayendo en una polémica final (al igual que Livorno o Partizan ese mismo año) ante el Budivelnyk de Volkov…tras superar al Cska en semifinales, cerrando siete años de enfrentamientos al más alto nivel. Con un Zalgiris ya sin sus cuatro grandes (aunque aun así los de Kaunas rondan la eliminación del Real Madrid en las semis europeas) el Cska recupera el título en la 89/90 superando a sus vecinos del Dinamo. Un año más tarde, será un ex jugador moscovita el protagonista liguero un Titt Sokk que se convierte en el alma del Kalev Tallin. Junto a Sokk el Kalev logra reunir a Pehka, base sobrio y excelente defensor, al pivot Sergei Babenko , plata con la URSS en el eurobasket 87, y al joven Pert Kullamae. Sin embargo, el gran impulso llega de la mano de un jugador que habría de ligar su carrera a la de nuestro protagonista: Aivar Kuusma, escolta de físico un tanto endeble, pero con una capacidad de tiro espectacular. Kuusma se había formado en el Tallin, pero a finales del año 90 había dado el salto al Youngstown pride, equipo de la WBL, donde formando pareja exterior con Mario Elie (que posteriormente ganaría tres anillos de la NBA), logra hacerse con el título. Con su reincorporación el Kalev gana en amenaza exterior y poco a poco va creciendo en su juego, logrando encarar los play-off en una forma envidiable. Una vez en las eliminatorias el equipo sigue su ascensión y en una final vibrante, derrotan al Spartak de San Petersburgo y dan a Estonia el primer título de su historia. Ya en el 92, y mientras el Spartak logra el título en una versión menor de la liga sovietica, el Cska se alza con el primer título liguero de la recién creada liga rusa, estableciendo un patrón que hasta nuestros días ya solo conseguirían romper el Ural Great en la 2000/01 y la 01/02 y el Khimki en la VTB 2010/11.






OLYMPIACOS PIREO


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Campeón de Europa: 3 (1997, 2012 y 2013)
Subcampeón de Europa: 4 (1994, 95, 2010 y 2015)
Final Four: 10ª (1994, 95, 97,99, 2009, 2010, 12,13  15 y 2017)
Otros títulos europeos: -
Ligas: 12
Copas: 9



Esta temporada:



Fase regular: 3º 19-11
Cuartos de final: 3-2 al Efes
Total: 22-13



Fiel a su estilo reciente, el Olympiacos llega a Estambul para vivir su quinta final four de la década, una gesta lograda con cuatro técnicos distintos lo que da una idea aproximada de la buena salud del proyecto del cuadro del Pireo. Tercero en la fase regular y abocados a remontar un 1-2 adverso en la eliminatoria de cuartos, el equipo que dirige Sfeiropoulos regresa a la ciudad donde sorprendió a Europa hace cinco años con una de las mayores sorpresas de la historia del torneo, y lo hace con el aval de haber ganados sus cuatro últimas semifinales. Un tanto de tapados, una vez más, los griegos alcanzan el momento culmen de la temporada con una definición de equipo muy cercana a su ideal. Duros en casa y competitivos en las fechas clave como foráneos, los del Pireo llegan tras un año complicado en cuanto a las lesiones en el que quizás sea su mejor momento físico del año. Con la baja segura de Hackett y alguna duda menor en torno a Lojeski, por lo demás parece que Sfeiropoulos tendrá todo su arsenal a su disposición. Con una tendencia cada vez mayor al control, una rotación física y más larga de lo que su plantilla parece indicar, el Olympiacos cuenta con la mejor versión de Spanoulis reciente, un Printezis inspirado un Papanikolaou muy recuperado y toda una pléyade de jugadores muy conscientes de su rol. Sumamente hábiles a la hora de imponer su ritmo de partido, la falta de continuidad ofensiva y las dificultades de generación aparecen como principales lunares en un conjunto que, no obstante, está donde quería estar y como lo quería hacer: sin presión, en línea ascendente y con los conceptos muy claros. ¿Suficiente para imponerse al Cska? La lógica apelaría a lo complicado de la misión, la historia reciente apunta casi a lo contrario…

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LOS JUGADORES



Plenamente asentado como base titular, Evangelos Mantzaris llega a la final four en su mejor momento de forma del año. Maduro como director de juego y excelente defensor, el base heleno se encuentra cómodo marcando el ritmo de partido, mezclando muy bien en su juego con Spanoulis y apareciendo cuando más lo necesita su equipo. De mucha personalidad y buen pasador, en especial en el pick n´roll, ofensivamente no toma demasiado protagonismo, aunque sin ser un gran tirador se muestra muy fiable en los triples abiertos y ha ido ganando algo de velocidad de ejecución. Muy del gusto de Sfeiropoulos, tras la lesión de Daniel Hackett su papel es fundamental y queda pendiente ver su respuesta si el ritmo de partido se acelera. Clásico fichaje del Olympiacos más pensando en un perfil que en el nivel propiamente dicho, Dominic Waters llegó al equipo del Pireo tras la baja de Hackett. Trotamundos europeo su buen papel en Kolossos y Aris le abría así la gran oportunidad de su carrera. Irregular desde fuera y cómodo marcando el ritmo desde el balón, Waters carece de peso ofensivo pero se ha adaptado muy bien a su papel de dar relevos cortos a base de dirección, ortodoxia y buena defensa. A modo de curiosidad cabe apuntar que Waters ya había sido compañero de Lojeski en la universidad de Hawaii. Integrante de la generación helena de 1996 y miembro habitual de la selección en categorías inferiores, parece poco menos que imposible que Vassilis Toliopoulos vaya a disponer de hueco en Istambul cuando a lo largo de la temporada tan solo ha disputado poco más de un minuto repartido entre tres partidos. Con mucho margen de mejora en el tiro y en lo ofensivo en general, Toliopoulos pasa por ser un base fuerte, muy rápido de manos y con buen nivel defensivo.
Tras una temporada europea pasada bastante discreta, Vassilis Spanoulis protagonizaba en la final de la liga griega otra de esas exhibiciones encadenadas que le han reservado un lugar en la historia. Sus tiros ganadores y el simbolismo de hacerlo en la retirada de Diamantidis, compensaban un año gris...que en esta ocasión no se ha repetido. Mejor dosificado y más fresco de piernas, Spanoulis ha subido en todos los números respecto a la temporada anterior, siendo el segundo mejor pasador del torneo, subiendo porcentajes de tiro y, sobre todo, dejando la sensación de que mantiene la capacidad de dominar siendo clave en la resolución de la serie de cuartos de final. Partiendo siempre como escolta pero dirigiendo de facto al equipo en buena parte de los minutos que está en pista Spanoulis maneja como pocos los tempos del partido. Heterodoxo pero eficaz en el tiro exterior (su fiabilidad en lo clave va por encima de sus porcentajes), su peculiar dominio de los tobillos y de las fintas le permite generar tiros inconcebibles con porcentajes nada desdeñables. Correcto en defensa donde suele estar bastante arropado, el de Larissa sigue siendo un maestro en el uso del cuerpo al atacar la canasta lo que junto a su capacidad de encontrar al hombre libre le convierten en una amenaza casi total, en especial en los momentos calientes de partido. La paulatina pérdida de fuerza de piernas le ha llevado a buscar menos penetraciones y mejor elegidas, pero a cambio su capacidad para mandar en el pick n roll ha subido otro peldaño. Algo irregular en los tiros libres, si consigue estar cómodo todo el Olympiacos respirara mejor. En su segunda experiencia europea, Erick Green está refrendando, con creces, las buenas sensaciones que ya había dibujado en Siena. Capaz de alternar en las tres posiciones del perímetro, su capacidad para generarse tiros, sus preciosas y precisas suspensiones y su capacidad exterior, en un cuadro nada boyante en ese aspecto,  han acabado por hacerle un hueco importante en el actual Olympiacos. Correcto en defensa, el ex de la universidad de Virginia Tech ha tenido además la virtud de dar un paso adelante en las ausencias de Spanoulis o Lojeski. Algo individualista en ocasiones, Green puede ser clave para solucionar los problemas ofensivos de los del Pireo. Con un perfil bastante alejado del prototipo ideal de Sfeiropoulos y una gran competencia en su puesto, Ioannis Athinaiou está viviendo una temporada prácticamente marginal en euroliga. Buen tirador y con una notable visión de juego, su falta de físico y consistencia defensiva le alejan de asomarse a la rotación habitual.



Tras sufrir un periodo de readaptación cercano a lo traumático tras su vuelta de Denver, Kostas Papanikolaou parece haber dejado atrás los problemas del año pasado y llega a la final four en una línea claramente ascendente. Intenso, competitivo y con capacidad para revolucionar los partidos, el alero griego ha recuperado confianza ofensiva y se está mostrando peligroso en campo abierto y en los cortes a canasta. Buen defensor y de ayuda en el rebote, su zurda sigue sufriendo en el triple pero sus porcentajes en nada recuerdan a los terriblemente bajos del año pasado. Pendiente, en ocasiones, en exceso de los aspectos extradeportivos su plenitud física permite al Olympiacos marcar una línea de intensidad notable. En su cuarta temporada ya en el Pireo, Matt Lojeski sigue confirmando todo lo apuntado desde que llegó a Bélgica procedente de la universidad de Hawaii. Duda por sus recientes problemas físicos, todo hace indicar que llegará a tiempo a la cita en Istambul. Inteligente como pocos y de pasmosa regularidad en el juego, el norteamericano goza de una apreciable técnica individual y un tiro exterior notable. Muy eficaz desde las esquinas, su tendencia a ganar el centro y levantarse en suspensión le garantizan puntos en la media distancia. Dotado de un buen tren inferior, el ex del Oostende sorprende de vez en cuando con potentes mates, siendo además de ayuda en el rebote. Buen pasador, sufre en defensa ante jugadores veloces y le sigue costando ser fiable en las transiciones, siendo su manejo de balón mejor en espacios cortos que en campo abierto. Capaz de alternar los puestos de tres y de cuatro indistintamente, Ioannis Papapetrou parece al fin asentado en su juego una vez olvidadas sus recurrentes lesiones. Más cómodo ofensivamente como cuatro y defensivamente como tres, en cualquiera de los dos roles el ex de Texas llega tras una temporada de menos protagonismo ofensivo que la anterior pero donde no obstante a vuelto a dejar su sello en momentos complicados. Sus dos triples casi consecutivos en el tercer cuarto del quinto partido de la serie de cuartos ante el Efes, volvían a reafirmar la capacidad de Papapetrou para aparecer en los momentos de más tensión. Intenso y valiente, le queda mucho por estabilizar en el juego pero su coraje y cierta mejora en el tiro permiten cierto optimismo en torno a su figura.

Autor de la canasta ganadora en la anterior edición celebrada en Estambul y del triple que metía al Olympiacos en la cita de 2015, Georgios Printezis llega a la final four plenamente tras otra temporada de enorme nivel. Heterodoxo y de amplio ámbito de movimientos, el internacional heleno destaca por su juego sin balón y su facilidad para anotar con ambas manos a través de sus peculiares semiganchos. De notable movilidad, no es un gran tirador (aunque llega con su mejor porcentaje en triples desde su paso por Málaga) pero gana enteros desde las esquinas o cuando se eleva a pies juntos. Buen reboteador, sin ser un especialista defensivo, Printezis destaca por su intuición sobre las líneas de pase y por su capacidad de jugar de fuera adentro algo que cada vez explota más gracias a su creciente confianza en su manejo de balón. Fundamental, al nivel de Spanoulis, para los suyos, debe cuidar su tendencia a cargarse de faltas o al sobreesfuerzo en momentos menos trascendentales. De planta imponente, Dimitros Agravanis es otro de los jóvenes jugadores sobre los que el Olympiacos espera sustentar su futuro inmediato...pero que por unas razones u otras no acaba de dar el paso que se esperaba. Algo tendente a la falta de concentración, cuando está metido en partido Agravanis es un jugador duro, que no se arruga en defensa y con facilidad para rebotear en especial en el aro contrario. De buena lectura del pick n´roll y facilidad para finalizar con ambas manos, Agravanis acusa cierta falta de explosividad pero denota talento en el juego, encontrándose mucho más cómodo jugando de cara al aro o incluso corriendo la pista. Capaz de jugar de cuatro o de cinco, su falta de progreso en el tiro exterior y su tendencia a pelearse con el mundo están cercenando su progresión.



Tras su debut europeo en el Usak, Khem Birch está cumpliendo las expectativas en su primer año en el Pireo. Intenso, con capacidad de intimidación y potente finalizador, el pivot canadiense destaca además por su carga del rebote ofensivo. Sin gran rango de tiro y algo falto de tacto, su correcta lectura del pick n roll le han hecho uno de los socios favoritos de Spanoulis. Irregular pero con más protagonismo en la segunda mitad de curso, Nikola Milutinov pasa por ser el interior más clásico en el actual Olympiacos. Grande y espigado, el pivot serbio pasa por ser un buen taponador posicional y un notable defensor interior aunque con más problemas a la hora de gestionar las ayudas. Lastrado ofensivamente por su falta de capacidad en la repetición de esfuerzos y una explosividad baja, en ataque vive de su gran capacidad de rebote ofensivo y de un correcto tacto. A cuentagotas deja algún destello de calidad en el pase mientra que, a cambio, tiende a tener bajones de concentración preocupantes. Llamado a ser la principal referencia interior en las expectativas de inicio de curso, Patric Young llega a Estambul tras una temporada complicada en la que nunca ha podido encontrar su rol en el equipo ni su tono físico. Tras un notable debut europeo con el Galatasray, sus inicios el año pasado en el Olympiacos auguraban lo mejor hasta que una grave lesión le dejó fuera tras haber disputado tan solo diez partidos con los del Pireo. Recuperado sobre el papel, pero lejos de la exuberancia física mostrada antes de la lesión, Young ha perdido parte de su capacidad de finalización y vive de alguna jugada al poste con más esfuerzo que decisión. Correcto en defensa, puede ser importante en la labor de desgaste pese a su pérdida de intimidación.






EL ENTRENADOR:



Vigente campeón liguero,Giannis Sferopoulos ha sumado otro éxito a su carrera como entrenador al conseguir colarse por segunda vez en una final four. Curtido principalmente como asistente, Sferopoulos pasa por ser un estudioso del juego, serio en sus planteamientos y de relación profesional con sus jugadores. Menos versátil, y vistoso, que sus predecesores, el técnico griego ha conseguido plasmar su idea de juego ahondando en la dureza mental del Olympiacos. Encomendado a Spanoulis en la parcela ofensiva, el técnico griego se ha especializado en contrarrestar las virtudes del rival hasta conformar un equipo no especialmente atractivo para el espectador pero siempre competitivo. Sustituto de Bartzokas hace dos temporadas y media, suma dos ligas y ha acabado sorteando siempre los peores momentos  gracias a su perseverancia y a la confianza del bloque nacional como se demostró el año pasado. Eliminados en la copa ,el Olympiacos lleva cuatro años de la final y solo dos títulos coperos en los últimos catorce años (2010 y 11 ambos con Teodosic como mvp de la final),  y  fuera del play-off de la euroliga, el Olympiacos llegó a la final doméstica con el factor pista en contra en lo que parecía ser una temporada para olvidar. El triunfo ante el Panathinaikos renovó el crédito de un entrenador que con su presencia en Estambul ha devuelto con creces la apuesta.

Carrera: Formado desde muy joven en el Apollon Kalmarias, Giannis Sferopoulos comienza su carrera en los banquillos con apenas 19 años haciéndose cargo de las categorías inferiores de un club en el que va escalando posiciones durante casi una década. Tras lograr el ascenso con el club senior a la segunda división, recibe la llamada del Paok Salonica donde entra como ayudante en la temporada 97/98. Ya con fama de estudioso del baloncesto (llega a publicar un par de libros sobre táctica) en ese primer curso disfruta de su primer contacto con la euroliga así como la presencia en la final liguera tras eliminar al propio Olympiacos con la histórica canasta de Stojakovic:https://www.youtube.com/watch?v=G6lCeeosIeA ). Asistente dos cursos más en el Paok, mediada la temporada 2000/01, la destitución , tras ser eliminados en la euroliga,de Kostas Flevarakis le permite debutar como primer entrenador hasta final de curso en un equipo por el que pasan jugadores como Jorge Racca, Pep Cargol, Evangelos Koronios, Pannagiotis Liadelis, Claudio Coldebella, Valery Daineko o un joven Kostas Vasileiadis. Tras ese intervalo, Sferopoulos vuelve al cargo de asistente a la par que empieza a compaginarlo con una función similar en la selección griega hasta los juegos de Atenas. En el Paok hasta la 2004/05, en la temporada 2005/06 vive su primera experiencia, aún como asistente, en un Olympiacos en el que permanece durante tres cursos, entre medio de los cuales forma parte del staff de los Cleveland Cavaliers en las ligas de verano. Finalmente, en la 2008-2009, firma su primer contrato como entrenador permaneciendo tres temporadas en el Vap Kolossos. Entre medias, el recién nombrado seleccionador heleno Jonas Kazlauskas le solicita como asistente, de tal manera que Sferopoulos vuelve a la selección siendo parte del bronce en el eurobasket de Polonia. Finalizada su etapa en el Kolossos, el técnico griego vuelve a las órdenes de Kazlauskas para formar parte del staff de un Cska de Moscú con el que consigue la liga rusa y la VTB...y con el que contempla, desde la otra orilla, la inolvidable canasta de Printezis. La salida de Kazlauskas, lleva a Sferopoulos a volver a estados Unidos donde trabaja con los Houston Rockets hasta que es contratado por un Panionios en el que permanece año y medio en el que es el paso previo a su gran oportunidad...la de dirigir a un Olympiacos con el que va dibujando una carrera sin duda remarcable.



EL PERFIL: MATT LOJESKI, EL DOCTOR MISÁNTROPO




Aunque es imposible quedarse con un solo rincón de Praga, “Toda la belleza del mundo” que diría Seifert, seguro que pocos son tan especiales como la calle que sube desde Mala Strana hasta el castillo. La arteria, tan empinada y vertical como bella y evocadora, lleva por nombre Nerudova en honor a Jan Neruda. A diferencia de compatriotas como Rilke o Kafka, Neruda fue una de las principales personalidades culturales en atreverse a escribir en checo en un tiempo en el que el alemán era poco menos que omnipresente. Pero más allá de su valor cultural, la obra poética del escritor praguense no debería tomarse a la ligera sirviendo, como prueba de su valor, la enorme influencia que llegó a tener en las generaciones venideras. Del porqué el poeta chileno, Neftali Ricardo Reyes optó por tomar como nombre artístico Pablo Neruda, existen las más diversas teorías hasta el punto de que incluso puede leerse un entretenido y curioso pastiche holmesiano al respecto (“La pista Sarasate”), pero en cualquier caso lo que si parece seguro es que el autor de “20 poemas de amor…” tomó su apellido en honor al escritor checo. Poeta, dramaturgo e incluso notable escritor de viajes, Jan Neruda es recordado hoy principalmente por su libro de relatos “Cuentos de la Mala Strana”. Publicado en 1870 pero de sorprendente modernidad al ser contemplado con ojos contemporáneos, los relatos que componen el volumen poseen como principal punto común su ambientación en el barrio que da título al libro. De entre ellos, destaca sin duda alguna “El doctor Misántropo”(Doktor Kazisvet). Breve pero genial, narra la peripecia del doctor Heribert quien tras heredar la próspera consulta de su padre, opta por aislarse del mundo dedicando sus días a la lectura y a los paseos aparentemente ajeno al mundo que le rodea. Un buen día, al cruzarse con el entierro de un noble local, Heribert descubre que el presunto finado no sufre si no un ataque de catalepsia rescantandolo así. Pese a su renovada celebridad, el doctor misántropo vuelve a su vieja vida sin ánimo alguno de aprovechar su repentina fama.



Situada en el estado de Winsconsin, no parece que la ciudad de Racine guarde muchas similitudes con Praga. Cuna del gran Ben Sidran o de jugadores como Jim Mcllvaine o Alex Scales, Racine vio nacer el 24 de Julio de 1985 a Matt Lojeski. Formado en ese entorno local, Lojeski daría sus siguientes pasos en la universidad de Hawaii para solo dos años después comenzar su aventura profesional en Bélgica en las filas del Okapi Aalstar. Serio, eficaz y callado, el alero estadounidense se convertía en una de las sensaciones de la liga dando el salto tras dos años a un Oostende donde habría de permanecer otras cuatro temporadas más, ganando dos ligas y dos copas y asomándose tímidamente a Europa de manera escalonada. Eurochallange, eurocup, previa de euroliga...y al fondo un pasaporte belga que le convertía en una pieza mucho más apetecible. Desconocido para muchos, Lojeski aterrizaba así hace ya cuatro años en un Olympiacos donde pronto se granjeaba el favor de compañeros y público, sin un solo ruido pero con una regularidad pasmosa, despejando cualquier duda en torno a su fichaje. Claramente deudora de joyas como Forbrydelsen o State of Play, la serie belga “Deadline” incluía en su desenlace un lugar para un encuentro de esa liga belga entre el Antwerp y el Oostende. Como el doctor Heribert, Lojeski heredaba de ese Oostende una tradición que desde el club ha catapultado a Europa a jugadores como J.R.Holden, Mirza Teletovic, Gert Kullamae, Giedraitis, Rashad Wright, Ed Cota, Rimantas Kaukenas, Dusan Kecman, Ivan Paunic o Eddie Gill... Como Heribert, el ahora internacional belga deambula por la pista ajeno al ruido, al halago gratuito y a todo lo vano que rodea el juego. Lo hace fiel a su manera de ser, al estilo de juego que le ha traído hasta aquí y que probablemente aún le reserve nuevas metas. Consciente del estrellazgo en el Olympiacos de Spanoulis o Printezis, Lojeski medita y vive los partidos desde la consciencia de quien sabe aprovechar y esperar su oportunidad. Como Heribert, Lojeski pasea y lee. Lee los partidos como pocos jugadores y lo hace sin atisbo de ausencia. Y así, cuando tocan a funeral, cuando todo lo demás falla y el club del Pireo luce propicio para el funeral, el doctor Lojeski alza la voz, ataca el aro o eleva una de sus suspensiones. Y el enfermo respira, y una vez que lo hace, el bueno de Heribert, el bueno de Lojeski, vuelve a su particular Mala Strana para gozo de los que aún amamos lo que queda de juego en este negocio. 

ESTADÍSTICAS OLYMPIACOS EUROLIGA 2016/17: http://www.euroleague.net/competition/teams/showteam?clubcode=OLY&seasoncode=E2016#!stats


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EL JUEGO



ATAQUE



CONTROL: Capaz hace cuatro años de llevarse el título con dos partidos antagónicos, el actual Olympiacos pasa por ser un equipo un punto menos versátil pero con un control aún mayor del ritmo de partido. Con jugadores capacitados para jugar en transición, los del Pireo utilizan el recurso sólo cuando disponen de una ventaja franca. A cambio, su manejo de los tempos del partido casi no tiene rival. Con capacidad para explotar el pick n´roll y jugar movimientos sencillos, si no se les saca de su ritmo son letales. Al ritmo que marcan Spanoulis o Mantzaris, solo Papanikolaou o muy puntualmente Green gozan de cierta manga ancha para acelerar.



SPANOULIS: Poco más que añadir. Amo y señor del equipo, bien partiendo desde el lateral o bien oficiando como director, el de Larissa garantiza todo un caudal de juego siendo el absoluto termómetro de los del Pireo. Tan capaz de delegar como de echarse el equipo a la espalda, es probablemente el jugador con más ascendencia sobre su equipo en toda la final four. En los momentos clave, suelen usar un par de pases antes de entregarle el balón en mano, buscando aclararle el centro. Tres veces mvp en la final four, el regusto de su excepcional final liguera del año pasado ante Panathinaikos y su eliminatoria de cuartos ante el Efes auguran que el bueno de Vassilis aún tiene otra ronda que pagar.



TIRO EXTERIOR: Sin duda una de las facetas más irregulares de un equipo con muchos jugadores capaces de anotar desde la larga distancia pero casi ningún especialista puro. De la capacidad para mantener la amenaza exterior pueden depender buena parte de sus opciones. Tercer equipo con peor porcentaje de la competición, el Olympiacos necesita que, Lojeski y Green al margen, varios de sus jugadores encuentren su mejor versión. Tendentes al atasco ofensivo en momentos de partido, un punto superior de acierto al habitual puede ser la puerta para respirar.



SEGUNDAS OPORTUNIDADES: En un baloncesto que cada vez renuncia con más asiduidad a cargar el rebote ofensivo en pos de una mejor transición defensiva, el Olympiacos vuelve a ir contracorriente. El equipo, de largo, que más rebotes ofensivos coge de los cuatro en liza y además el que más lo carga casi siempre con hasta tres jugadores.



ALTERNATIVAS: Segundo mejor pasador del curso, capacidad para sacar faltas...muchos factores apuntan al ya citado Spanoulis pero las opciones del Olympiacos han de pasar por contar con más focos ofensivos. El buen año de Printezis, la capacidad de Green o Lojeski y la actividad de Papanikolaou serán necesarias.



            DEFENSA



FÍSICO: Seña habitual de los del Pireo en los últimos años, la dimensión física del equipo se ha apuntalado con fichajes como el de Khem Birch. La movilidad de los interiores, el uso de manos y una rotación larga garantizan agresividad y actividad los 40 minutos.



TAMAÑO: Si bien por dentro solo Milutinov pasa por ser un grande de hechura clásica, la polivalencia y el tamaño de aleros como Papanikolaou o Papapetrou o las posibilidades de “bajar” a Lojeski al dos, permiten a Sfeiropoulos momentos de estrechamiento de pista.



EL DATO: El Olympiacos es el segundo equipo que menos puntos ha encajado en esta euroliga solo superado por el Estrella Roja. El ritmo de partido,obviamente influye, pero queda claro que tipo de partido buscan los de Sfeiropoulos.



DUREZA MENTAL: Puesta aquí como podría esta en el apartado ofensivo. Por muy tópico que suene, no hay equipo en Europa con la dureza mental del Olympiacos. Vayan como vayan en el marcador y por muy espesos que estén en ataque, los del Pireo mantienen siempre su idea de juego, creciendo desde atrás.



AYUDAS: Sin miedo a los cambios defensivos , el Olympiacos es uno de los equipos que mejor lee cuando ayudar o no, logrando así una buena estabilidad defensiva y alargar los ataques rivales. Con los estadounidenses poniendo piernas, en función de si juegan con un tres grande o con tres pequeños, van fluctuando la agresividad exterior y saturando el centro de la zona.



DATOS, CLAVES, CURIOSIDADES...



LA EXPERIENCIA ES UN GRADO (PARTICIPACIONES EN FINAL FOUR)



CSKA



Milos Teodosic: 7 final four (Finalista 2010 y sf 09 con Olympiacos. Finalista 2012 y sf 13 , 14 y 15 y campeón 16 con Cska)
Aaron Jackson: 4 final four (Sf 2013 , 14 y 15  y campeón 16 con Cska)
Dmitry Kulagin: 1 final four ( campeón 2016 con Cska)
Vitaly Fridzon: 3 final four (Sf 2014 y 15  y campeón 16con Cska)
Nando De Colo: 2 final four (Sf 2015 y campeón 16 Cska)
Cory Higgins: 1 final four ( campeón 2016 con Cska)
Viktor Khryapa: 10  final four (campeón 2008 y 16, subcampeón 09 y 12 y sf 2003, 04, 10, 13 y 14 con Cska).
Nikita Kurbanov: 3 final four (finalista 2007y sf 2010 con Cska y campeón 16)
Andrei Vorontsevich: 6 final four (Subcampeón 2012 y sf 2010, 13 ,14 y 15 con CSKA y campeón 16)**
Kyle Hines: 5  final four (Campeón 2012 y 13 con Olympiacos y sf 2014 y 15  y campeón 16 con Cska)
Pavel Korobkov: 2 final four (Sf 2015 Cska y campeón 16)
Dimitris Itoudis: 2 final four (Sf 2015 Cska y campeón 16)



** Vorontsevich disputó varios partidos tanto en la 2007/08 (campeones) como en la 08/09 (subcampeones) pero en ninguna de esas temporadas llegó a estar inscrito en la final four.



Olympiacos



Evangelos Mantzaris:  2 (Campeón 2012 y subcampeón 15 Olympiacos)
Matt Lojeski: 1 (subcampeón 2015 Olympiacos)
Vassilis Spanoulis: 4 (Campeón 2009 y sf 2005 con Panathinaikos y campeón 2012 y 13 Olympiacos, subcampeón 2015 Olympiacos)
Kostas Papanikolaou: 3 (Campeón 2012 y 13 con Olympiacos, Sf 14 con Barcelona)
Ioannis Papapetrou: 1 (subcampeón 2015 Olympiacos)
Georgios Printezis: 3 ( Sf 2009, subcampeón 2015 y campeon 2012 y 13 Olympiacos)
Dimitris Agravanis: 1 (subcampeón 2015 Olympiacos)
Giannis Sfeiropoulos: 1 (subcampeón 2015 Olympiacos)



MEDALLISTAS (Senior):



Milos Teodosic: Plata eurobasket 2009, Plata mundial 2014  y Plata JJOO 2016 con Serbia
Nando De Colo: Plata eurobasket 2011 , oro eurobasket 2013 y bronce eurobasket 2015 con Francia
Vitalij Fridzon: Bronce eurobasket 2011 y JJOO 2012 con Rusia
Viktor Khryapa: Oro eurobasket 2007, bronce 11 con Rusia y bronce JJOO 2012 con Rusia.
Andrei Vorontsevich: Bronce eurobasket 2011 con Rusia
Semen Antonov: Bronce eurobasket 2011 con Rusia
Vasilis Spanoulis: Oro eurobasket 2005, plata mundial 06 y bronce eurobasket 2009.
Giorgios Printezis: Bronce eurobasket 2009



Otros títulos europeos



Vitalij Fridzon: Eurocup 2012 con Khimki
Nando de Colo: Eurocup 2010 con Valencia



BANQUILLOS: Duelo de compatriotas, duelo de estilos y duelo de carreras marcadas por su papel en buena parte de ellas como asistentes. A modo de curiosidad, en su banquillo ambos tienen como asistente a alguien que sabe lo que es ganar la final four como jugador: Tomic en el Olympiacos y Middleton en el Cska. Entre las relaciones cruzadas destaca el paso de Sferopoulos por el banquillo del Cska...en 2012.



RITMO: Con un Cska mucho más vivo en su propuesta y un Olympiacos un punto menos versátil, está claro que la batalla por el tempo del partido puede ser una de las grandes claves. Con enorme facilidad para resolver a través del talento, si el partido “fluye” pocos equipos pueden hacer frente a este Cska. En el otro lado, el salto físico del Olympiacos y su rapidez de pies y manos pueden sacar del punto a un equipo que este año no ha tenido muchos partidos cerrados. Con todo, tampoco, pese a su cambio, el Olympiacos pasa por ser el arquetipo de equipo limitado al 5*5. La capacidad del Cska para abrir la pista en ataque y cerrarla en defensa fundamental. Frente a frente dos estilos casi antagónicos.  



DUREZA MENTAL: Por mucho que suene a tópico, una cita como la final four, en especial una tan abierta como la de este año, tiende a decidirse en muchas ocasiones por pequeños detalles o incluso estados de ánimo. ¿Pesará la historia reciente? El Cska se sacudió muchos fantasmas en su armario sentimental con su triunfo del año pasado pero le queda alguno y buena parte de ellos se relacionan con un Olympiacos... que bien pudiera ser el ejemplo contrario en cuanto a dureza mental.
TIRO EXTERIOR: Siempre fundamental en este tipo de partidos. Para el Cska casi siempre es un seguro de vida mientras que para el Olympiacos tiende a ser uno de sus grandes problemas. Minimizar a los moscovitas y encontrar alivio en sus carencias fundamental para los del Pireo.



REFERENTES: Milos&Nando aparece como una de las mejores parejas de la historia del torneo y enfrente Spanoulis y Printezis. Mucho menos glamour pero mucha efectividad. Choque de estilos.



PRODUCTO INTERIOR: Con la normativa de jugadores en la euroliga plenamente abierta resulta complicado encontrar equipos que basen su juego en los jugadores nacionales. Curiosamente el Olympiacos pasa por ser quizás el ejemplo más claro con hasta 6 jugadores griegos en su rotación habitual.



DEFENSA: En su plácido caminar por la presente edición de la euroliga el Cska ha tenido pocos momentos de verdadero impacto defensivo. Si, como es previsible, el partido se traba ¿Tendrá la capacidad para subir ese punto necesario? El año pasado demostró que si. De lograrlo la diferencia de calidad puede hacer el resto




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