viernes, 11 de mayo de 2018

FINAL FOUR 2018: ANÁLISIS SEMIFINAL FENERBAHCE-ZALGIRIS




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                     BELGRADO 2018



Por primera vez en su historia, Belgrado acogerá la celebración de la final four en lo que, en cierta forma, acerca la cita a uno de los grandes polos baloncestisticos de Europa. De considerable tradición, aunque a veces un tanto mitificada, Belgrado no es de todas formas novata en lo que a celebrar grandes eventos cestistas se refiere. Al margen de algunas finales europeas disputadas a doble vuelta, la actual capital serbia fue sede del eurobasket femenino de 1951 que coronaba a la Urss como campeona con Checoslovaquia y Bulgaria secundandala en el podio. Yugoslavia se había hecho cargo de la organización con la promesa de la fiba de que en los años siguientes le sería concedida la organización del torneo masculino. Una cita que se concretaría en 1961 con los locales, ya con Nikolic al mando, sumando la primera plata de su historia y con la Urss en lo más alto. Catorce años después, Belgrado volvería a acoger un eurobasket esta vez sí, coronado con el oro de una Yugoslavia que vivía su primera etapa dorada. En 2005, la entonces capital de Serbia&Montenegro, albergaba su tercer eurobasket. Con los anfitriones naufragando de manera estrepitosa, el torneo coronaba por segunda vez a una coral Grecia que en semifinales había remontado de manera milagrosa ante Francia con un triple final de Dimitris Diamantidis, antes de imponerse en la final a la Alemania de un Nowitzki que firmaba uno de los torneos más sobresalientes a nivel individual de la historia del baloncesto de selecciones. Sede a su vez de la diamond ball en 2004 o de uno de los preolímpicos de 2016, Belgrado estaba llamada a ser la sede del mundial de 1994. Una cita marcada en rojo para la federación y que debía ser el punto culminante de la generación de Bormio. Las guerras de desintegración yugoslavas y las posteriores sanciones impidieron la celebración de un mundial que terminó recalando en Toronto. Años antes, en 1970, Yugoslavia había sumado su primer oro mundialista ejerciendo de anfitrión pero en aquella ocasión, Sarajevo, Split, Karlovac, Skopje y Ljubljana fueron las sedes elegidas en un guiño de Tito a la descentralización.



A nivel de club, Belgrado ha sido sede también de varias finales. La más reciente la de la Copa Saporta de 1998 celebrada en la Sala Pionir y donde el Zalgiris se imponía al Stefanel en la enésima derrota europea de Gentile y en la consagración de un Stombergas que firmaba 35 puntos en la final...un año antes de asaltar la euroliga en Múnich. Antes de eso, Belgrado había ejercido de anfitriona hasta en tres ocasiones de la final de la copa Korac. Dos de ellas (1989 y 1998) por pura lógica al tratarse de finales a doble vuelta con representación local. En el 89 el Partizan de Vujosevic lograba remontar a Cantú en un ejercicio de basket ofensivo y talento mientras que nueve años después, fiel a su condición quijotesca, el Estrella Roja perdía en casa la renta que se había labrado en Verona. Cuando la  final de la extinta copa Korac (la copa doméstica en serbia lleva ahora el nombre del genial pelirrojo) aún se disputaba aún se disputaba a partido único, Belgrado acogió la final de 1979 cerrada con triunfo local del Partizan. Dirigidos por un jovencísimo Dusan Ivkovic y con 41 puntos de Kicanovic, los partisanos se imponían al Rieti pese a la profundidad anotadora de su inolvidable pareja interior Meely-Sojourner y al buen hacer de Brunamonti o Zampolini. Con todo, si hay un precedente notorio para esta final four, ese es el de la final de la Copa de Europa de 1977 que habría de enfrentar al Maccabi de Tel Aviv y al Varese. Presentes en todas las finales de la década, los israelis alcanzaban su primera final con cierta polémica ya que no Cska ni Brno habían accedido a jugar en Israel. La llegada de los israelitas suponía un problema para la organización ya que en ese momento Yugoslavia no mantenía relaciones diplomáticas con Israel. Las gestiones del propio Tito, acabaron por permitir no sólo la celebración del partido en Belgrado sino la presencia de cerca de casi 5 mil aficionados macabeos que por unos días estuvieron exentos de la necesidad de visado para entrar en Yugoslavia. El agónico triunfo de los amarillos (78-77 con 26 tantos de Boatwright y 17 del ya emergente Berkowitz) propiciaría unas impagables imágenes con centenares de sus seguidores bañándose en el Danubio para celebrar el título.



Sobre la (apasionante) historia del baloncesto en Belgrado, de sus cuatro santos y de su expansión e ideologización posterior se podrían contar infinidad de cosas, aunque lo mejor es, para quien esté interesado, recuperar la lectura de “Sueños robados. El baloncesto yugoslavo” el icónico libro de Juanan Hinojo. Como ejemplo de poderío cabe destacar que los principales equipos de la ciudad a lo largo de la historia(Partizan, Estrella Roja, Radnicki, OKK, FMP o Mega) han sumado 44 títulos de liga entre Yugoslavia y Serbia, 33 de copa y 12 de la liga adriática. El Partizan fue campeón de Europa en 1992 y estuvo, además, en las final four de 1988, 1998 y 2010. A todo ello le suma haber sido campeón de la Korac en tres ocasiones (1978, 1979 y 1989). Estrella Roja a su vez fue campeón de la Recopa en 1974 y otras dos finalista (1972 y 75) así como subcampeón en el 84 y el 98 de la Korac. El Radnicki fue subcampeón de la Recopa en el 77...tan solo tres años después de haber sido semifinalista europeo.



EL PABELLÓN:



Inaugurado en julio de 2004 y con una capacidad cercana a los 20 mil espectadores (aunque el Estrella Roja llegó a meter más de 24 mil en un partido ante el Budivelnyk), el Stark Arena o Aleksandar Nikolic Arena cuando acoge baloncesto, abrió sus puertas con motivo de la celebración de la Diamond Ball previa a los juegos olímpicos de Atenas, aunque su origen ya estaba proyectado para lo que iba a ser el mundial de 1994.En aquel torneo Serbia Montenegro se imponía en la final a Lituania por 93-80 con Rakocevic como máximo realizador del encuentro. Un año después, el entonces llamado Belgrade Arena (posteriormente pasaría a denominarse Kombank antes de su denominación actual) sería la sede del eurobasket. Al margen de eventos baloncestisticos, el pabellón también ha sido sede de una final de la Copa Davis, una edición del festival de eurovisión así como innumerables conciertos bastante más decentes que el citado evento (Bob Dylan, Leonard Cohen, ZZ Top, Iron Maiden, Eric Clapton…).



                         FENERBAHCE-ZALGIRIS





El vigente campeón contra la gran revelación del torneo podría ser una carta de presentación tan tópica como cierta para una semifinal que se presenta extremadamente interesante. Con las dos figuras más exitosas de la historia de la final four, Obradovic como entrenador y Jasikevicius como jugador, frente a frente en el banquillo, el duelo entre el conjunto turco y el lituano promete ser un choque de enorme intensidad dada la propuesta de ambos clubs. Pese a la salida de Bogdanovic o Udoh, la mayor experiencia y una plantilla más larga parecen dotar de cierto favoritismo a un Fener que con todo solo ha ofrecido su mejor versión en partidos muy concretos. Enfrente, Zalgiris liderados por un técnico siempre al borde del exceso pero que ha sabido sacar petróleo de su plantilla, aparece como un equipo muy ajustado, intenso y concentrado. La mayor versatilidad y el poderío físico de la plantilla turca frente a los arrebatos de los de Kaunas para dibujar una semifinal con mucho más que decir que la aparente diferencia entre ambos podría sugerir.



Horario: 18 Mayo 2018- 18:00



Precedentes



Esta temporada: 1-1
En Final four:Inédito
Historia copa de Europa: 8-4 Fenerbahce
Otras competiciones europeas: Inédito

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Hasta la fecha, 12 son los enfrentamientos entre Zalgiris y Fenerbahce con ventaja para el cuadro turco de 8 victorias a cuatro. El primer cara a cara entre ambos data de la temporada 98/99 con sendos triunfos locales. En el primer partido que abría la temporada el conjunto turco,reforzado por el lock out nba y muy fuerte como local en esas primeras semanas, se imponía por 99-84 con 33 puntos de Kutlay, 24 de Milic  y 19 de Abdul Rauf muy bien secundados bajo los aros por el trabajo de Zan Tabak, mientras que en el Zalgiris brillaban los 17 tantos de Mindaugas Žukauskas. En la segunda vuelta, ya en Kaunas, los lituanos devolvían la moneda venciendo por 64-59 con 21 puntos de Tyus Edney. Ya en la era uleb, el primer enfrentamiento llegaba en la temporada 2005/06 con doble triunfo turco. En esta etapa, el primer triunfo lituano llegaría en el top 16 de la 2010/11 con una victoria en Kaunas por 85-84 en un partido del que Jankunas sobrevive como único jugador y en el que Jasikevicius anotaba dos puntos...como jugador del Fener. Por último esta temporada, ambos equipos se han repartido los triunfos imponiéndose a domicilio. En diciembre el Zalgiris se imponía en Estambul por 89-90 con 22 tantos de Pangos y en la vuelta el Fenerbahce devolvía la moneda por 78-85 con 16 tantos de Datome como principal estilete ofensivo.



Aunque Fenerbahce ya no mantiene su relación con Ulker, cabe apuntar que antes de la fusión Zalgiris se enfrentó cuatro veces al equipo chocolatero con un balance de 2-2. Doble triunfo del Ulker en la primera fase de la 01-02 y doble victoria lituana en el top 16 de la 03-04. Eso si, quizás el precedente más relevante entre Zalgiris y Ulker, y único en ámbito fiba, habría que buscarlo en la 98/99 cuando el cuadro de Kaunas se imponía por 2-0 en la eliminatoria de octavos empezando así la que sería su carrera hacía el título.  




Estadísticas de los enfrentamientos de este año:






                           LOS EQUIPOS



FENERBAHCE



Campeón de Europa: 1 (2017)
Subcampeón de Europa: 2016
Final four: 4 (2015, 2016 , 2017 y 2018)
Otros títulos europeos: -
Ligas: 8 actual BSL (se juega desde 1966) 3 campeonatos de Turquía y 7 ligas de Estambul
Copas: 11 (5 copas de Turquía y 6 Copas Presidente)



ESTA TEMPORADA:



Primera fase: 2º 21-9
Play-off: 3-1 ante Baskonia
Total: 24-10



Dispuesta a defender su condición de campeón, el Fenerbahce llega a Belgrado siendo el tercer equipo en la historia que consigue estar en, al menos, cuatro final four consecutivas, reafirmando así una trayectoria reciente casi impecable. Hace ahora tres años el conjunto turco llegaba a Madrid como el primer equipo debutante desde 2007 y el primero que lograba alcanzar una final four sin pasar antes por otra final europea desde 1994. Un año más tarde, en Berlín, iba un paso más allá alcanzando la final para, finalmente, convertirse el año pasado en el primer equipo turco que se alzaba con la “copa gorda”. Tras un verano movido en el que la llegada de Dogus como patrocinador permitía aliviar las cuentas pero sin incrementar el presupuesto, el conjunto que dirige Zeljko Obradovic apostaba por una configuración de plantilla ligeramente diferente a la del curso anterior. Con la salida de los dos grandes referentes como Bogdan Bogdanovic y Ekpe Udoh o, en menor medida, de Pero Antic, el conjunto del lado asiático de Estambul volvía a reinventarse con dos premisas: renovación de piezas clave y el fichaje de jugadores de nivel alto pero sin la consideración de estrella para acabar dibujando una plantilla más larga. Con esos mimbres, el Fenerbahce ha acabado por construir una temporada en cierta forma similar a la anterior. Más regular en el campo de los resultados pero igualmente de menos a más e igualmente eliminado de nuevo en los cuartos de final de copa ante Efes, para acabar llegando a la final four en el que probablemente sea su mejor estado de forma del año. Ofensivamente algo más rico pero sin la referencia clara de Bogdanovic, Fenerbahce aparece como un conjunto coral, muy versátil y de personalidad en pista y con una mejorada respuesta en el tiro exterior. Por contra, la dificultada para mantener los mejores momentos de intensidad defensivo y la capacidad reboteadora, aparecen como los principales debe de un equipo que tras la estabilidad del año anterior (solo Nunnally había entrado por Hickman) ha necesitado tiempo para fraguarse. Con Vesely, probablemente más cómodo y protagonista sin Udoh, dominando en las continuaciones y las finalizaciones por encima del aro, el papel de Melli se antoja clave en un juego interior donde Thompson no ha acabado de rendir y donde la lesión de Kalinic ha llevado al serbio a tener muy pocos minutos como cuatro a diferencia del tramo final de la temporada pasada. Menos dudas ofrece un perímetro donde Wanamaker ha encajado bien, Sloukas ha alcanzado la plena madurez sin perder su chispa, Nunnally ha dado un gran paso adelante e incluso Guduric ha encontrado su espacio. Con Datome como excelente bisagra queda por comprobar si Dixon puede recuperar parte de su nivel para guardar la baza revolucionaria en un equipo que parece llegar de nuevo con las ideas muy claras. Tras volver a pelear a la contra el año pasado con rotaciones muy cortas y muchos minutos en pista con dos interiores casi puros, Obradovic llega a su casa con un equipo con algo menos de punch pero igualmente versátil y que aparentemente mantiene su hambre competitiva. ¿Suficiente para revalidar el título? Las dudas en el juego de meses pasados y la ausencia de los dos jugadores que más contribuyeron al éxito el año pasado parecen ponerlo en cuestión, pero con Zeljko al mando y el núcleo duro enchufado, nada parece imposible.



                                                LOS JUGADORES


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Tras ser seleccionado en el segundo mejor quinteto del torneo la temporada pasada con el Darussafaka, Brad Wanamaker está superando con buena nota su periodo de adaptación a un conjunto de mayores aspiraciones. Un tanto irregular en el tiro exterior y en la toma de decisiones, el ex jugador del Brose aporta en cambio buenas dosis de presencia física en ambos lados de la pista, facilidad para penetrar y capacidad para aparecer en los momentos clave de partido. Segundo máximo anotador del equipo en euroliga, Wanamaker ha ido peso en el equipo a la par que su complicidad en pista con Sloukas crecía enteros. Capaz de sujetar a casi cualquier exterior en defensa, si mantiene la cabeza fría y está fino en el tiro puede ser uno de los jugadores clave en Belgrado. Tras una temporada pasada marcada por ciertos altibajos, Kostas Sloukas llega a la final four tras una notable temporada en la que ha dejado la irregularidad en cotas muy mínimas, mientras alcanzaba una madurez en el juego acorde con la calidad y personalidad de la que siempre ha hecho gala. Igual de cómodo en la dirección que ejerciendo de ejecutor en lo que era una de sus asignaturas pendientes, el jugador heleno llega con sus mejores números de largo en asistencias. Unos números que, por una vez, reflejan la verdadera importancia de un jugador ya fundamental en el Fenerbahce. Fino en el tiro exterior o en la media distancia tras las fintas, de su zurda se genera un caudal de puntos impagable para los de Estambul bien sea de manera directa o alimentando principalmente a un Jan Vesely con el que ha formado una perfecta sociedad en el pick n roll. Imaginativo, valiente como pocos y cada vez más cumplidor en defensa, la final four, un hábitat en el que siempre se ha movido con soltura desde su etapa en el Pireo, puede acabar de consagrar su estatus de estrella. Muy condicionado por las lesiones, Bobby Dixon apenas ha podido dejar destellos de su habitual calidad hasta el punto de haberse quedado inédito en varios partidos. Lejos, evidentemente, ya del nivel estratosférico con el que guió al Pinar al título liguero hace tres años, el jugador ahora conocido como Ali Muhammed mantiene no obstante algunas virtudes que le pueden hacer importante en Belgrado. Su capacidad para generarse tiros o explotar los bloqueos directos o su facilidad para acelerar los partidos pueden reservarle aún algún momento de gloria en un año muy complicado para él. Su mejor partido del año, por cierto, llegó en Belgrado con 7 triples y 25 puntos en menos de 19 minutos...Capaz de ayudar en la dirección o en el puesto de escolta, Sinan Guler apenas está contando en la rotación de la euroliga y parece complicado que sea de la partida en la final four. Extraordinario en Galatasaray el año pasado, el ya veterano jugador turco mantiene unas buenas piernas a nivel defensivo y tiene capacidad para ejercer como revulsivo puntual. Buen pasador, su zurda se está mostrando muy irregular en el tiro exterior (6/10 en euroliga pero un muy pobre 26% en la BSL con una muestra mucho más significativa).



Llegado la temporada pasada procedente de la Scandone Avellino con la que se había proclamado máximo anotador de la lega, James Nunnally ha encontrado en su segundo año en Turquí su mejor versión como jugador. Crecido en la generación de juego siendo un aval en la circulación ofensiva y mejorando su papel en el pase, el ex estudiantil está viviendo un idilio con el aro a través de un acierto exterior tremendo. Con una carrera en la que se había significado más por ser un anotador que un tirador, el de San Jose está tirando con los mejores porcentajes de su carrera, superando incluso sus números del año pasado en la liga doméstica. Y es que si ya de por si su 54% en el triple se antoja extraordinario, el frío dato no alcanza para describir el grado de confianza del estadounidense. Letal desde las esquinas, a su tradicional solvencia en los tiros abiertos ha sumado una mayor velocidad de ejecución y un mayor rango de tiro. Tras despuntar en el Estrella Roja, Marko Guduric vuelve a Belgrado en el que quizás sea su mejor momento del año en esta su primera temporada en el Fenerbahce. Especialmente tutelado por un Obradovic que en ocasiones le ha machacado al menor error, el escolta serbio está viviendo un cursillo acelerado en su consolidación en al élite, algo que a tenor de su sobresaliente desempeño en los play-off parece ya casi un hecho. Muy mejorado a nivel defensivo, sus puntuales faltas de concentración o en su excesivo ímpetu en otras ocasiones le han llevado a tener algunos banquillazos bien a modo de peaje con Zeljko o de problemas de faltas. Muy mejorado en  la toma de decisiones, la brillante zurda de Guduric sigue en cambio funcionando mejor en el tiro exterior en los momentos clave, los tiros complicados o en general cuando la intuición predomina sobre la pausa. Con todo, y al margen de su indudable calidad, su cada vez mejor lectura de las fintas y su notable capacidad para pasar o contribuir a la velocidad en la circulación del balón juegan a su favor. Ejemplo claro de lo que suponen las diferencias entre la BSL y la euroliga y de la normativa de cupos, Melih Mahmutoglu  llega a la final four tras no contar prácticamente en buena parte de los partidos trascendentales del año en euroliga. Algo pequeño para su puesto pero dotado de un potente tren inferior, el ex del Erdemirspor es un jugador correcto en defensa y cuya principal virtud pasa por ser un especialista en el tiro exterior capaz de encadenar grandes rachas. Mejorado en la velocidad de ejecución, su mayor autoconfianza y su capacidad para rendir en rotaciones cortas pueden permitirle algún hueco como revulsivo puntual si Fenerbahce se encuentra ante defensas muy cerradas. Tercer jugador con más minutos y cuarto en anotación del Fener en liga, en euroliga su papel aparece casi como testimonial (10 puntos por partido en BSL por solo 1´7 en euroliga).



Con algo más de presencia ofensiva que el año anterior, Luigi Datome vuelve a ser el perfecto pegamento para el equipo de Obradovic. Infinitamente más cómodo como cuatro donde los espacios le permiten una mayor amenaza en el tiro, un menor sufrimiento defensivo y una mayor facilidad para destapar toda la poesía de su juego, el italiano sigue siendo clave como alero, sacrificando un punto de lucidez personal en pos de una mayor fortaleza del colectivo. Fino de nuevo en el tiro exterior y casi infalible en el libre, el de  Montebelluna mantiene esa rara capacidad para aunar calidad y garra hasta el punto de ser capaz de aumentar su aportación ofensiva directa en lapsos de tiempo más cortos. Tacticamente superdotado,clarividente en el juego y con capacidad para aparecer en los momentos más complejos, Datome lo tiene todo para volver a ser fundamental en una cita decisiva. Tras repetir club el curso pasado por primera vez en años, Nikola Kalinic firmaba una temporada de menos a más ( como ya hiciera en su momento en Vojvodina, Radnicki o Estrella Roja) para acabar siendo clave en el título turco. Llamado a ser un referente está, la lesión con Serbia en la preparación del eurobasket y sus complicaciones posteriores no han permitido que el jugador de Subotica haya alcanzado su nivel hasta la fecha. Con todo, su prometedor tramo final de la serie de cuartos ante Baskonia y su habitual estilo combativo permiten albergar esperanzas sobre su papel en Belgrado. Con muchos minutos como falso cuatro el año pasado en una posición donde explotaba su inagotable repertorio de trucos defensivos, en su vuelta a la pista está participando bastante más como alero puro. Con un ligero paso atrás en su confianza en el tiro exterior, que nunca ha acabado de ser fiable, el nuevo Kalinic parece aún lejos de su mejor versión pero ya empieza a dejar intuir su importancia en el rebote, generando ventajas en el poste o en la transición. Tras disputar tan solo tres minutos en toda la euroliga, parece claro que las posibilidades de Egehan Arna de ser parte de los 12 son casi utópicas. Miembro de la generación del 97, Arna es un proyecto de alero, zurdo, aún por definir físicamente aunque con capacidad de anotación, una buena visión de juego, irregularidad en el tiro exterior y destellos de mucha clase y elegancia.



Protagonizando la mayor media anotadora de su carrera , Jan Vesely llega a la final four tras una gran temporada en la que en muchos momentos se ha mostrado absolutamente dominante. Alternando de nuevo los puestos de 4 y de 5, aunque más este último, la salida de Udoh ha revitalizado el papel ofensivo del checo. Inmenso en las continuaciones del pick n roll, su capacidad de finalizar en mate, su presencia y su buena lectura de los bloqueos se unen a una heterodoxa pero más o menos eficaz capacidad de jugar de fuera adentro para terminar en extensión a lo que suma una continua amenaza en el rebote ofensivo y una interesante capacidad de pase. En el lado negativo, su grado de excitación en pista en ocasiones le juega malas pasadas con pérdida de concentración o roces evitables. Defensivamente, su capacidad de jugar por el aro y su actividad marcan un tono físico que catapulta los mejores momentos del equipo de Obradovic en esa faceta. Con problemas en los tiros libres en cursos pasados, con la final de 2016 como ejemplo máximo, Vesely se está mostrando muy seguro este año también en euroliga con porcentajes por encima del 70%...algo que por otra parte ya venía haciendo en liga. Ya sin dimensión exterior alguna, el checo no ha intentado ningún solo triple en toda la temporada ni en liga ni euroliga frente a los 131 que intentará en sus do últimos años en Partizan. De vuelta a Belgrado para la gran cita del año, el de Ostrava quiere ratificar su buen año borrando el recuerdo de la final berlinesa. Reservado por ligeros problemas en los últimos compromisos ligueros, a poco que llegue en plenas condiciones, sus vuelos y su actividad se antojan claves. Principal refuerzo del juego interior, Nicolo Melli llega a la gran cita del año en el que es, de largo, su mejor momento de la temporada. Eficaz en el inicio de curso pero algo tímido en ataque y blando en defensa, el italiano ha ido poco a poco asentando su juego hasta hacerse casi indispensable. Más ligero sin perder la fuerza, el ex del Brose ha ido modulando su lectura defensiva siendo un perfecto parche tanto en el cuatro de su posición natural como en los momentos en los que oficia como cinco. Inteligente en el juego y con buena visión de su juego, su bote y sus fintas contribuyen a la buena circulación de balón mientras que sus recursos a la media vuelta garantizan puntos. Fino en el tiro de tres puntos, Melli parece haber consolidado esa herramienta tras una temporada anterior marcada por un inicio espectacular y un posterior declive. Con algunos problemas para cerrar el rebote defensivo, en especial cuando ejerce de cuatro, queda ver si el enorme minutaje que lleva en sus piernas (jugador con más minutos sumando euroliga y Bsl) no le pesa en su debut en un escenario como el de la final four. De no hacerlo, el Fener puede estar más cerca de repetir la gesta. Tras su periplo por China, Jason Thompson está teniendo ciertos problemas para readaptarse al baloncesto competitivo sin haber sido capaz de erigirse como la referencia ofensiva que se esperaba. De buena actitud en pista y comprometido fuera, ese esfuerzo le ha permitido mantener la confianza de un Obradovic que si bien no le regala grandes minutadas sigue defendiendo públicamente su papel en el equipo. Muy perdido de inicio, en los últimos meses su lectura defensiva en las fintas, el flash y los 2x1 ha mejorado añadiendose a una buena producción reboteadora. Con buena mano en la media distancia, una ligera falta de tacto en las cercanías del aro y una explosividad algo más limitada de lo que había ofrecido en años anteriores limitan su impacto en el juego de ataque. Confirmando, y agrandando, las buenas sensaciones mostradas el año pasado, Ahmet Duverioglu llega a la final four consolidado entre los 12 convocados y con serias opciones de tener minutos importantes. Siempre entusiasta y de actitud encomiable, el pivot jordano ha rendido a la perfección siempre que ha dispuesto de minutos, consiguiendo una producción estadística por minuto notable. De presencia en el rebote ofensivo se muestra contundente en las finalizaciones y goza de muy buen tacto en las cercanías del aro favorecido con sus buenas manos. Mejorado en la transición, en defensa pasa por ser un buen taponador aunque aún peca de ciertos bajones. Letal en las cercanías del aro con su explosividad (70% en tiros tanto en euroliga como en BSL) su pobre porcentaje en el tiro libre es ahora mismo su próximo caballo de batalla. Bastante lastrado por sus problemas de espalda y cuestionado por sus problemas defensivos, Baris Hersek ha ido perdiendo su ya de por sí pequeño espacio en la rotación de Obradovic hasta el punto de haber sido de la partida en tan solo un partido de euroliga este años. Grande para el puesto de 4 y con capacidad de poner el balón en el suelo, Hersek destaca sobre todo por su amenaza exterior donde, pese a su peculiar mecánica, puede abrir el campo. Correcto cerrando el rebote y con capacidad de poner buenos bloqueos, su falta de movilidad y su tendencia a perder la concentración permiten aventurar que salvo problemas de faltas es poco probable que goce de minutos en Belgrado.

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                EL ENTRENADOR



Intentar explicar con números o datos una carrera suele ser tan injusto como incompleto, pero en el caso de Zeljko Obradovic las cifras son tan desbordantes que dibujan una idea de la trascendencia del personaje. Presente con la de este año en 17 final four con seis equipos distintos (Partizan, Joventut, Madrid, Benetton ,Panathinaikos y Fenerbahce), ha ganado 9 de ellas con cinco conjuntos distintos. Entre medias sus dos únicos años fuera de la primera competición continental (al margen de los sabáticos) se saldan con otros tantos triunfos en la copa Saporta (R.Madrid 97 y Benetton 99), mientras que con la selección yugoslava suma un oro y un bronce europeo, un oro mundialista y una plata olímpica. Ajeno a la gloria doméstica en su paso por la acb o la lega, en Grecia subsanaba el desliz con 11 títulos ligueros y 7 de copa que se unen a los conseguidos con el Partizan en 1992 y las tres ligas y copa turcas conseguidas en su actual etapa.



PELEANDO A LA CONTRA, DIRIGIENDO DESDE EL RESPETO



Exigente, vehemente y excelso preparador de partidos, Obradovic ha entrado por méritos propios en el olimpo de entrenadores europeos con la que es probablemente la carrera más exitosa de la historia. Con fama de ogro pero de excelente relación con sus jugadores, puestos a buscar otra de sus características, habría que apuntar a su capacidad de cambiar el guión cuando menos se lo espera o a una especial habilidad para vencer en las situaciones más adversas. Capaz de sobrevivir este año a las bajas de sus dos primeros referentes, el serbio ha vuelto dar otra vuelta de tuerca a sus planteamientos. Ya el año pasado, llegaba a la final four tras ser quinto de la fase regular, poniendo de relieve dos de las grandes cualidades del serbio: su capacidad de reinventarse y su mimo de hierro a los jugadores. Ajeno a etiquetas y cuestiones ajenas al juego, Obradovic pasaba entonce del equipo ligero del año anterior a uno mucho más corto pero duro físicamente en el que el núcleo duro cree en su papel a ojos cerrados. Y todo, de nuevo en contra de los cánones de los últimos tiempos, en una nueva forma de pelear a la contra. Pivots grandes, rotaciones cortas...para acabar firmando un último año espectacular en el que no conocía la derrota ni en liga ni euroliga.
Título de una de las mejores compilaciones de textos de Bukowski o de un disco de Quique González , el peleando a la contra podría aplicarse a buena parte de las temporadas en las que Obradovic ha triunfado en Europa y es que, el serbio se llevó de soslayo la copa de Europa del 92, la del 94, en buena parte del 95…por no hablar de la enorme sorpresa que supuso su triunfo en la final de 2002 en Bolonia o su presencia en Barcelona 2011. Pero más allá de esos triunfos, el de Cakac siempre se ha mostrado con otro rasgo raramente igualado…el de la imprevisibilidad. Tanto en la etapa de estabilidad en Atenas, como en las anteriores donde sus relaciones con los jugadores fluctuaban por momentos, Obradovic siempre ha sido capaz de sacar lo mejor en las grandes citas y hacerlo además por donde menos se espera. Etiquetado como un entrenador amante del basket control, en 2002 o 2009 fue capaz de desarbolar a equipos de Ettore Messina bien jugando con cuatro pequeños o apostando por la velocidad…rasgo poco reconocido pero por el que su Panathinaikos apostó claramente en el periodo 2003-2006 (suyas son las mayores anotaciones de la historia de la euroliga) o en el 2007 cuando su apuesta por juntar tres generadores exteriores devolvió a los verdes a lo más alto o ¿Por qué no? Incluso en su derrota de 2012 ante el Cska donde su planteamiento cortocircuito durante más de 35 minutos al equipo moscovita . Tras una nueva demostración de inteligencia táctica el año pasado en la serie de cuartos de final ante el Panathinaikos siendo así el primer equipo en lograr un 0-3 en la historia de la euroliga, el Fenerbahce llega esta vez a Belgrado mucho menos tapado pero con igual peligrosidad. Empatado a nueve títulos con el Real Madrid (aunque comparten uno) Zeljko buscará ser campeón por primera vez en su historia por dos años consecutivos con un mismo equipo en una final four en la que en los banquillos rivales se sentaran dos ex jugadores suyos y su antiguo ayudante …y todo ello tras haber comenzado su carrera como técnico de manera muy peculiar:






Situada en la parte central de Serbia, Obradovic es natural de Cacak una ciudad muy relacionada con el baloncesto y cuyo principal equipo el KK Borac Cacak llega a ser cuarto en la temporada 72/73. Por el Borac llegan a pasar jugadores de la talla de Radmilo Misovic (cinco veces máximo anotador de la liga yugoslava), Dragan Kicanovic (que anteriormente había estado en el otro equipo de la ciudad el Zelznica), Goran Grbovic, Dejan Tomasevic, Milos Teodosic, Dragan Arcis, Obad Sarancic, Dusko Savanovic, Zoran Erceg, Uros Tripkovic…o el propio Zeljko Obradovic.
Base cerebral de buen nivel defensivo y fiable en el tiro cuando se decide a ejecutarlo, Obradovic debuta en el Borac a las órdenes de Aza Nikolic y permanece cuatro años más antes de dar el salto a, Partizan por entonces dirigido por Slavnic. Con el conjunto de Belgrado gana la liga de 1987, entra en la final four de 1988 y, aunque se pierde buena parte del año, forma parte de la plantilla que se lleva la copa y la Korac de 1989. Paralelamente, en 1988 Dusan Ivkovic que busca un veterano que de equilibrio a la selección llama a Obradovic para disputar el preolímpico. Obradovic se convierte así en un rara avis por su tardanza en debutar con la absoluta y más si se comprueba que su presencia en las categorías inferiores se limita al campeonato junior de los balcanes de 1979, donde Yugoslavia (Grbovic, Bilalovic, Radovic, Savovic, Mutapcic…) se lleva el oro ante Grecia por 90-63. Tras debutar en un amistoso ante Grecia en el que anota 8 puntos, Obradovic forma parte del equipo que logra la plata en Seúl 88 y el oro en el mundial de Argentina…un año antes de que su historia cambie, y quien sabe si la de todo el baloncesto europeo.
Concentrado con la selección que va a disputar el eurobasket de Roma, Obradovic recibe una llamada de Kicanovic, por entonces director deportivo del Partizan, que le ofrece hacerse cargo del primer equipo con la condición de que se incorpore de manera inmediata. Obradovic que esa temporada ha sido subcampeón liguero, acepta, deja la selección (es sustituido por un Sretenovic que realiza un gran torneo) y en una noche pasa de compañero a jefe de los Djordjevic o Danilovic que en apenas unas semanas se cuelgan el último oro de la Yugoslavia unida. Aquel Partizan del 92 haría historia logrando un insospechado triplete y cosechando una sola derrota en la YUBA, ante el Bosna en Sarajevo. Dicen que al acabar ese partido, Mirza Delibasic, técnico del conjunto bosnio por entonces, afirmó seguro que el Partizan sería el próximo campeón de Europa ante la incredulidad de un Obradovic al que pronto la historia abriría la mayor de sus páginas.

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EL DATO:



Presente por primera vez en su carrera en cuatro final four consecutivas, Obradovic sigue dejando registros para la historia: Contando tanto la etapa fiba como la euroliga, Obradovic ha disputado 20 eliminatorias de play-off en la copa gorda. De las 20 ganó 19 (solo cae en la de 2006 ante Baskonia). Su balance de victorias derrotas en play-off es de 46-12. Fuera de la máxima competición continental,Obradovic participó en dos ocasiones en la Recopa/Saporta/Copa de Europa. Ahí no había play-off antes de la final y si eliminatorias a doble partido. El balance de Zeljko en ese tipo de eliminatorias es de 8-0. En definitiva sumando su papel en eliminatorias europeas el amigo ha ganado 27 de sus 28 cruces europeos.




APUNTE HISTÓRICO

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Cuarta presencia en la final four, vigente campeón europeo pero con un bagaje no demasiado extenso a nivel local, el Fenerbahce presenta sin embargo una rica historia en la que bien pudieran marcarse tres fechas clave: 1907, 1913 y 2006. Fundado como institución polideportiva en la primera de ellas, el conjunto del famoso barrio situado en el lado asiático de Estambul (Fener significa faro y bahce jardín) establecería su sección de baloncesto hace ahora 102 años y terminaría por adoptar su actual status tras su fusión con el Ulkerspor en 2006. Con todo, y aunque 1913 marque el inicio oficial de la historia baloncestistica del Fenerbahce, los primeros años son un continuo ejercicio de funambulismo para un equipo sin casi estructura que aparece y desaparece en torno a los convulsos vaivenes políticos que van desde la primera guerra mundial a la guerra greco turca. De esta manera el primer partido oficial del conjunto amarillo-azul marino, no se produce hasta enero de 1926 ante un conjunto macabeo. La elección del rival no es casual y es que en esa época, el Fenerbahce acoge en su seno a buena parte de la comunidad judía de la ciudad. A base amistosos, idas y venidas el conjunto de la parte asiática sigue un curso irregular, progresando principalmente a base de enfrentamientos ante equipos de militares estadounidenses pero sin estabilizar una estructura competitiva hasta finales de los años 40. Dependiente económicamente de los éxitos de su matriz futbolística, los años 50 marcan el despegar de un club que vivirá en las dos siguientes décadas sus años de esplendor. De la mano de figuras como Hikmet Vardar, Mehmet Baturalp o Can Bartu, el Fenerbahce estabiliza su condición de potencia pasando a jugar en un pabellón techado y de amplia capacidad (El Palacio de deportes y exposiciones) en el que llegaran sus primeros grandes éxitos. Campeón de la copa de la federación en 1954, un año más tarde el Fenerbahce protagoniza ante el Galatasaray el primer partido retransmitido en directo de la historia en Turquía. Precisamente ese 1955 marca el primero de los tres títulos consecutivos de la liga de Estambul para el conjunto “canario”. A esos éxitos locales, el Fenerbahce suma en 1957 y 1959 sus dos primeros títulos nacionales tras haber sido subcampeón en el 54 y el 56. Desgraciadamente para los intereses del pujante club, el torneo de 1958 se disputa antes de la primera Copa de Europa por lo que el segundo puesto les deja fuera de ser parte de ese primer envite. El representante turco pasa a ser el Modaspor quien cae a las primeras de cambio ante el Olimpija de Daneu. Así pues, el debut del Fenerbahce en la máxima competición continental se produce finalmente en 1960. Tras no presentarse el Maccabi, el Fenerbahce accede directamente a los octavos de final donde cae con claridad ante el Akademik búlgaro: 61-69 en Estambul (20 puntos de Omer Urkon) y 70-55 en la vuelta con 19 tantos de Tuncer Kobaner.



Esa década de los 60 supone el primer frenazo de un Fenerbahce que tardaría años en volver a ser un contendiente habitual. Campeón por tercera y última vez del campeonato turco en 1965, el Fenerbahce vuelve a la Copa de Europa en la temporada 65/66. Con 23 tantos de Hüseyin Kozluca y 20 de Erdal Poyrazoğlu el Fener debuta derrotando por 85-71 al Dinamo de Bucarest, pero en la vuelta una horrible segunda parte sella una nueva eliminación turca. Una temporada más tarde (66/67) nace la actual TBL (Türkiye Basketbol Ligi), con un balance de 15 victorias y 7 derrotas el Fenerbahce finaliza quinto a 11 puntos del campeón (el Altinordu). Con todo la temporada tiene su punto triunfal con el cuadro que dirige Altam Dincer proclamándose campeón de copa. Este triunfo permite al conjunto amarillo vivir su tercera experiencia europea con su papel en la Recopa del 68. Exento de la primera eliminatoria, los de Estambul debutan en los octavos de final venciendo al Asvel de Gilles por 68-61 con 30 puntos de Kozluca pero en la vuelta, el cuadro galo remonta con suficiencia apeando de Europa a un Fenerbahce que no volverá a Europa hasta pasados 16 años. Con el citado Kozluca como principal referencia (es el máximo anotador liguero en la 68/69) el Fenerbahce alcanza el subcampeonato en el 70 y el 71 antes de iniciar una década para el olvido. Oscilando entre el sexto y el noveno puesto, el conjunto de Istambul nada en una indiferencia que ni siquiera fichajes como el yugoslavo Zarko Knezevic (oro en el eurobasket del 73 y plata en el mundial del 74) pueden corregir. Solo alguna gesta puntual como los 51 puntos de Cengiz Kayaturk al DSI en la 77/78, alivian a un equipo que incluso en la 78/79 termina penúltimo.



Por fin, la 82/83 trae buenas noticias y tras finalizar la primera fase invicto, el Fenerbahce accede por primera vez en cuatro años a la liguilla por el título finalizando segundo tras el Efes Pilsen. Ese subcampeonato les abre las puertas de la Recopa donde vuelven a caer en la primera eliminatoria, en esta ocasión ante el Steaua de Bucarest y de nuevo con dinámica similar: triunfo como local y desfondamiento en la vuelta. Tercero en liga en el 84, subcampeón de nuevo en el 85 y otra vez tercero en el 88, el Fenerbahce logra estabilizarse entre los clubes que disputan competiciones europeas y al fin, en la Korac del 86 supera su primera eliminatoria superando al Zalaegerszegi TE KK húngaro. En la ida el conjunto otomano cae por 84-78 pese a los 24 tantos de Calvin Roberts, pero de vuelta a tierras turcas el acierto de un enorme Roberts (33 tantos con un solo fallo en el tiro) sellan el pase a la segunda ronda. Ya en ella, el Fener da un nuevo paso deshaciéndose del Borac Cacak. El gran papel de Roberts, Artys y el veterano Efe Aydan puede con los puntos de los Marko Ivanovic, Obrad Sarancic y compañía en la ida, logrando una renta de 11 tantos suficiente para resistir la vuelta en Yugoslavia ante un equipo que justo unos meses antes...acababa de traspasar al Partizan de Belgrado a un tal Zeljko Obradovic. Clasificados para la liguilla de cuartos, esta supone el techo de un Fenerbahce que se despide sin conocer la victoria ante Milano (a la postre campeón con Joe Barry Carroll, D´Antoni, Meneghin...) Stroitel Kiev (Volkov, Shaptala, Belostenny) o Stade Francais (Debuisson, Radovanovic...). Tras ese breve episodio de éxito, el Fener acumula otras nuevas cuatro eliminaciones en primera ronda dejando a Europa casi por imposible.



Con todo, será la década de los noventa la que al fin vuelva a situar al conjunto del lado asiático en lo más alto, en buena parte gracias al fichaje de Larry Richard. Pivot pequeño y heterodoxo, Richard llega al Fenerbahce en la temporada 89/90 tras sumar dos títulos ligueros con el Eczacıbaşı. Richard debuta en la copa Korac anotando 32 puntos ante el Bosna Sarajevo, aunque los 41 de Radulovic y el buen partido de Primorac pueden más por lo que el cuadro yugoslavo se impone por 86-92. La vuelta tiene poca historia con los de Sarajevo dominando con claridad aunque Richard se va a los 33 tantos...en lo que habrá de ser la constante del año. Semifinalistas ligueros donde caen ante el Pasahbace, el Fener suma la copa presidente al derrotar al Galatasaray por 95-82. Un año más tarde, lo ya anunciado el curso anterior cobra fuerza y en una temporada histórica , el Fenerbahce repite título copero y suma al fin su primera liga en la historia moderna ante el Tofas Bursa. En una final en formato 1-2-1-1 en el que el equipo sin ventaja de pista debuta fuera, el Fener que dirige Cetin Yilmaz se impone en el primer partido por 86-97 con 27 tantos de Richard. Habituado a los marcadores centenarios (hasta en tres ocasiones supera la centena en los play-off) el cuadro de Yilmaz cae en el segundo en las trampas de los de Bursa cayendo por 60-61. Un cómodo triunfo en el tercero y una derrota en la prórroga en el cuarto, abocan la final al quinto partido donde finalmente el Fenerbahce se impone en buena parte gracias al recital de un Husnu Cakirgil en estado de gracia durante todo el play-off. Junto a Cakirgil y Richard el tercer gran nombre de ese equipo es Leven Topsakal. El punto negro del año, como no, llega con una nueva eliminación en primera ronda de la copa Korac con el guión ya conocido de victoria local y hundimiento foráneo, en esta ocasión en Bélgica. La 91/92 parece confirmar el dominio de un Fenerbahce que domina con claridad la fase regular pero que acaba cayendo en las semifinales ante un Efes Pilsen en el que sobresale Kenny Green.La salida de Richard rumbo al propio Efes y el crecimiento del torneo alejan al Fenerbahce del título pero durante toda la década el equipo se mantiene en la élite. Subcampeones ligueros en el 93 y el 95, semifinalistas hasta en otras cinco se suman a un nuevo título de la copa presidente y a un subcampeonato de la Copa turca. Esa estabilidad llega además avalada por el asentamiento de un Ibrahim Kutluay quien pronto se convierte en el estandarte del equipo. En lo que Europa se refiere, el Fenerbahce cae de nuevo a las primeras de cambio en la Recopa del 92 para al fin volver a superar una eliminatoria europea en la Korac del 93, 94 y 95, consiguiendo su mayor éxito hasta la fecha al alcanzar los cuartos de final de la Korac del 96 donde caen con claridad ante un Efes Pilsen que a la postre se proclamará campeón del torneo. Con todo, cuando realmente el Fenerbahce se hace oír en Europa es en la euroliga de la 98/99. Con el lock out de la nba marcando el paso, el Fenerbahce monta un equipo en el que Kutlay se ve rodeado de jugadores como Marko Milic, Zan Tabak o Mahmoud Abdul Rauf. Brillantes en casa e irregulares fuera, la salida de Abdul Rauf y Milic debilita a un equipo que pese a tener el factor pista en los octavos de final cae ante el Real Madrid.



El cambio de década, vuelve a suponer un paso atrás para un Fenerbahce intrascendente y cuyo mejor curso ha de esperar a la 2004/05 donde alcanza las semifinales ligueras y la final four de la eurochallenge cayendo en los dos partidos. Solo un par de cursos después, la historia del Fener baloncestisticamente cambia de manera radical. Fundado 80 años más tarde (absorbiendo al Nassasport) que el Fenerbahce, el Ulkersport, club sustentado por la marca chocolatera/alimenticia, había logrado en solo unos años hasta cuatro títulos de la TBL por el único de 1991 que ostentaba el club amarillo. En grave crisis financiera, Ulker decide abandonar “su” equipo y, en una operación similar a la vivida por el Stefanel en los noventa, traslada al Fenerbahce su patrocinio, estructura de club y el núcleo duro de una plantilla que incluye a un regresado Kutlay o jugadores de la talla de Turckan, Onan, Ira Clark o Savas. La nueva andadura arranca en la temporada 06/07 y lo hace con un título liguero al que, hasta hoy, han seguido otros cuatro amén de tres copas. Cuartofinalistas de la euroliga a las órdenes de Tanjevic, el paso de entrenadores de primer nivel como Spahija o Pianigiani supuso la penúltima muestra de ambición de un club que al fin, de la mano de Zeljko Obradovic, ha logrado esquivar su triste sino europeo mientras establecía una posición de fuerza en el ámbito local.
BELGRADO, LJUBLJANA...ISTAMBUL, OTRAS CARRETERAS SECUNDARIAS:

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Puente entre dos mundos, llegar a Istambul no siempre es fácil. Sin llegar a los extremos del inolvidable Keraban de Jules Verne, muchos de los jugadores del actual Fenerbahce han tenido que realizar un movido periplo profesional para arribar a su destino. En Belgrado saboreó su primera euroliga Zeljko Obradovic y de Belgrado llegaba este año Marko Guduric tras formarse en el Estrella Roja y con la sombra de Bogdanovic pendiendo sobre su figura. Un Bogdanovic que en su día había arribado al Fenerbahce tras una intensa relación de amor-odio con Dusko Vujosevic, el mismo Vujosevic que durante cuatro años dirigió al propio Zeljko y del que éste “heredaría” el cargo. Elegido como “Rising star” en la euroliga durante dos años consecutivos, Bogdanovic ejemplifica en buena parte el estilo de un Partizan que en los últimos años apuesta por el fichaje de jugadores jóvenes o muy jóvenes antes que por su propia cantera. Y sin embargo su caso dista de ser el habitual en estos tiempos en los que el scout y el microscopio diseccionan las categorías inferiores. Criado en el modesto Zitko basket, siendo junior de segundo año el liderazgo de su equipo en la recién creada liga junior serbia (impulsada por Dusan Ivkovic para dar visibilidad a los jugadores de la periferia) le dio un primer escaparate apoyado después por su paso por el NIJT (con el FMP de manera puntual). De progreso constante desde entonces, Bogdanovic bien pudiera ser un claro ejemplo de explosión tardía, pero sin duda no es tampoco el último eslabón de la relación de este Fenerbahce con Belgrado. Bien conocido es a su vez el paso por Partizan de un Jan Vesely quien erigido en proyecto de alero, disputaría tres temporadas completas en el club de la capital serbia. Natural de Ostrava, donde su padre ya había sido un destacado jugador, Vesely aún tendría una etapa intermedia entre el club de su ciudad y el partisano: Ljubljana. Si bien hoy el Olimpija de Ljubljana presume de tener entre sus ex jugadores a los nba Aaron Baynes o Danny Green, lo cierto es que si algo ha caracterizado al club de la capital eslovena en las últimas dos décadas, es su buen ojo para explorar mercados europeos alternativos. Con mayor o menor fortuna, por el Olimpija han pasado jugadores (y sin contar a los de las otras repúblicas ex yugoslavas) como Vladimir Stepania, Sarunas Jasikevicius, Sasu Salin, Yotam Halperin, Manuchar Markoishvili, Jiri Welch, Vladimir Boisa, Ender Arslan, Giorgi Shermadini, Robert Stelmahers, Vitaly Nosov o Mindaugas Zukauskas. El papel de Vesely en el Olimpija habría de limitarse a un breve paso por el equipo junior mientras disputaba su primer año como “profesional” en otro de los clubes de la ciudad, un Slovan que esa temporada disputaba la liga adriática... y en, que en buena parte, el checo sustituía a otro viejo conocido de los amarillos como era Emir Preldzic. Con 28 años y ya en su quinta temporada en el club, puede parecer que Melih Mahmutoglu ha disfrutado de una carrera ascendente, pero un vistazo más detenido permite ver que esta ascensión también conllevó sus dosis de paciencia. Cortado en las categorías inferiores del Efes pese a ser internacional, Mahmutoglu firma por el Pertevniyal Istanbul, de la TBL 2 club que simultanea con apariciones puntuales en el Darussafaka. Tras establecerse en el actual campeón de la eurocup, llega la firma por un Galatasaray en el que no acaba de cuajar, una prueba sin éxito con el Olimpija (de nuevo Ljubljana, y el paso por el Antalya y el Erdemispor antes de arribar al actual Fenerbahce. Pero hay más.  Sin ir más lejos, la de Bobby Dixon. Mvp liguero hace tres años con el Karsiyaka donde se había establecido, Dixon tuvo unos comienzos bastante menos “glamourosos”. Formado en Troy State, el base vivía su primera experiencia internacional en la segunda división francesa con el St Ettiene. Su buen papel le hacía ganarse un sitio en el Gravelines para los play-off...pero desde ahí, Dixon emprendía de nuevo camino pasando por la segunda división polaca y el Cherkassy ucraniano. A partir de ahí la carrera de Dixon cogería velocidad pasando dos veces por Treviso, Brindisi y por hasta cuatro clubes galos antes de arribar a Turquía. Aunque en los últimos años la trayectoria de Nikola Kalinic haya sido siempre ascendente (Vojvodina, Radnicki, Estrella Roja...) el serbio fue otro jugador de reconocimiento tardío que no conocería la selección hasta el europeo U 20 de Bilbao. Datome tuvo que cambiar Siena por Roma pese a todo lo que ya apuntaba en categorías inferiores y Hersek, a sus 29 años, está conociendo su octavo equipo en Turquía, por no hablar de la singular trayectoria de Duverioglu quien tras formarse en Jordania pasaba a Serbia y ha acabado por asentarse en el que es ya su tercer equipo en Turquía. James Nunnally pasó por varios equipos de la liga de desarrollo, el Estudiantes, Israel e Italia antes de poder debutar en euroliga con un Fenerbahce al que llegaba el año pasado para sustituir a Ricky Hickman. Campeón de Europa con el Maccabi, el estadounidense con pasaporte georgiano había llegado a Tel Aviv procedente de Pesaro...no sin antes haber pasado por Hungría, Rumanía, la segunda división alemana, Finlandia o la lega due italiana. Un camino en cierta forma similar al de Brad Wanamaker que antes de triunfar en el Brose pasó por Limoges, Varese y un par de equipos de la segunda división italiana….



Considerada por algunos críticos como menor o incluso burda, “Keraban el testarudo” es para otros un simple ensayo de lo que habría de ser “La vuelta al mundo en 80 días”. Para unos pocos, en cambio, las peripecias del testarudo turco suponen uno de los más entrañables ejemplos de novela de aventuras mezclada con espíritu libertario. No parece fácil, que el Fenerbahce salga de Estambul como campeón de Europa, pero si lo hace, a buen seguro que, como Keraban en la boda final, muchos de ellos lo saboreen de manera especial. Y es que, como con Kerouac, en el camino está buena parte del encanto.



LOS NÚMEROS






Estadísticas BSL 2017/18:

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EL JUEGO



                  ATAQUE



FOCOS: Sin una referencia primordial clara, el Fenerbahce presenta hasta 6 jugadores con medias entre los 8´5 puntos y los 13 por partido y todo ello con Dixon y Kalinic creciendo y sin contar a un Guduric que en la serie de cuartos de final se iba a los 11´3 tantos de media. Equilibrio ofensivo y muchos focos a vigilar. Fundamental la capacidad del banquillo para aportar más argumentos ofensivos y que al menos un jugador aparezca en los momentos críticos para sostener al equipo.



PUNTOS: Si el año pasado el Fenerbahce llegaba a la final four como el 13º equipo en puntos anotados, este año ha subido hasta el 7º puesto con casi 5 puntos más de media por noche.



RITMO: Con una rotación más larga que la del curso pasado, el actual Fenerbahce apuesta por lo general por un ritmo de partido más intenso que rápido aunque no renuncia a correr si tiene la oportunidad experimentando una menor fluctuación entre sus partidos como local y los visitantes.



CIRCULACIÓN: En una reminiscencia clara de lo que fue su Panathinaikos del trienio 2002-05, Obradovic ha apostado este año por dar una vuelta de tuerca más a la circulación de balón. Gran uso de los espacios, fintas, pases de vuelta e infinita paciencia, han llevado al Fenerbahce a conseguir una buena cantidad de canastas en los últimos segundos de posesión sin especular lo más mínimo. Sin un referente como Bogdanovic el año pasado, los de Estambul han ganado en cambio en variedad de recursos ante defensas cerradas.



TIRO EXTERIOR: Consecuencia directa de lo anterior, el Fenerbahce presenta el segundo mejor porcentaje de triples del torneo solo por detrás de su rival en las semifinales...aunque prodigandose bastante más que los de Kaunas.



  DEFENSA:



NÚMEROS: Aunque los números “simples” rara vez dan certezas, el Fenerbahce es el equipo que menos puntos encaja de toda la euroliga y todo ello jugando un número razonable de posesiones.



REBOTE: Probablemente el punto débil más llamativo del equipo. Pese a la presencia de varios jugadores capaces de ayudar, el conjunto turco está teniendo problemas para rebotear con solvencia y en especial para cerrar su propio aro. Clave la concentración para no conceder segundas oportunidades.



TAMAÑO-VERSATILIDAD: Capaz de juntar a quintetos enormes con Datome y Kalinic e las alas y a Vesely y Thompson como pareja interior...Obradovic apuesta en momentos determinados por quintetos enormes que ahogan espacios, cierran el aro y a su vez no pierden capacidad exterior. Por si fuera poco, la versatilidad de la plantilla les permite ajustarse a casi cualquier plan de partido...no siendo raro ver a los propios Datome o Kalinic como cuatros y a Mello como teórico 5.



ATLETICISMO: Uno de los aspectos donde más flaqueaba el Fenerbahce en los inicios del proyecto ha pasado ha pasado a ser una de las señas de identidad de este Fenerbahce, incluso tras la salida de Udoh. El dominio del juego por encima del aro de Vesely ayudado por el tamaño de Wanamaker, Nunnally o Kalinic ahogan espacios.



ACTIVIDAD: Constante, con ayudas largas y agresivas y muy buena lectura del pick n ´roll. Intimidatorios en la pintura, mantienen la agresividad en el perímetro siendo el segundo equipo que peores porcentajes triplistas causa en sus rivales. Capaces de puntear, colapsar o usar las manos, el Fenerbahce acaba por ser un equipo muy incómodo para todos sus rivales. De la capacidad para mantener los grandes picos de actividad puede depender un nuevo éxito.



                              ZALGIRIS KAUNAS
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Campeón de Europa: 1 (1999)
Subcampeón de Europa:1 (1986)
Final four: 2 (1999 y 2018)
Otros títulos europeos: 1 Recopa (1998) Subcampeón Recopa 1985. Campeón Intercontinental 1986
Ligas: 41 (30 Lituania, 1 NEBL, 5 bálticas y 5 de la Urss)
Copas: 7



Diecinueve años después de tocar el cielo, y hacérnoslo tocar a los espectadores, el Zalgiris regresa a una final four en el lapso más amplio de la historia para un equipo entre su debut y la segunda presencia. A diferencia de aquel 99, donde pese a la sorpresa que encarnó dominó durante todo el año, el conjunto lituano llega a Belgrado como una de las revelaciones más refrescantes del torneo desde el Partizan de 2010. Marcado a fuego por la personalidad de un Sarunas Jasikevicius que ha sabido canalizar su ascendencia en el baloncesto lituano para moldear un equipo ultra exigido y compacto, Zalgiris llega a Belgrado sin nada que perder y las ideas muy claras. Con una plantilla efectiva reducida a 10 jugadores, la labor de los despachos firmando a jugadores en expansión y la semilla del año pasado en la que Jasikevicius había empezado a regar un equipo que no se limitaba a competir solo como local, han acabado por germinar una historia tan bonito como féliz. Dirigidos por un Pangos extraordinariamente clarividente, los lituanos han sabido conformar una plantilla corta pero muy ajustada a sus necesidades. Un Micic que había apuntado su consolidación en Bursa, un White que apuntaba a eclosión, un Toupane con hambre de volver a competir o la apuesta por Bost o Davies del notable Monaco del año pasado, se convertían en las caras nuevas de un proyecto con las ideas claras y donde solo la falta de adaptación de Dee Bost (muy bien enmendada con la llegada de Beno Udrih) salía cruz. Con esos mimbres, y bien escoltado por sus asistentes en lo táctico, Jasikevicius ha ido calando su mensaje de exigencia y ambición hasta llegar a Belgrado. Fiables en el tiro exterior pero ajenos al exceso de su utilización, pacientes en el juego y con capacidad para superar sus apagones, los lituanos conforman un equipo muy duro mentalmente y que parece en condiciones de competir hasta el final. El idilio con el aro de Milaknis, el rejuvenecimiento de Jankunas y la consagración de Ulanovas completan las armas de un equipo sin complejos, polivalente y muy incómodo en su configuración para sus posibles rivales. Dosificados en la LKL, si Zalgiris llega fresco y White y Milaknis recuperan parte del “mojo” que parecen haber perdido en el último mes, su historia aún puede tener otra página más que escribir.

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                       LOS JUGADORES



Tras un notable debut europeo en el Gran canaria,la llegada a Kaunas la temporada pasada de Kevin Pangos no acabó de fructificar en las expectativas generadas, dibujando un año de buen nivel sin más. Un año después, la valoración del canadiense y de su rendimiento en Kaunas no puede ser más distinta. Alma y líder del equipo, el jugador de pasaporte esloveno llega a Belgrado como máximo anotador, mejor pasador y jugador más valorado del Zalgiris, en unos números que solo alcanzan a arañar su verdadero impacto en el juego. Notable en el pick n roll, clarividente en la transición y arma eficaz en el tiro exterior, Pangos ha sabido mezclar ritmos para protagonizar auténticos caudales de juego. Protegido en defensa y cómodo jugando muchos minutos con otro base en pista, las bombas en la media distancia, sus viajes por la zona y las entradas a mano cambiado o aro pasado son ya parte de la historia de esta edición de la euroliga. Un tanto irregular desde el tiro libre y a buen seguro objeto de mucha atención defensiva rival, de su capacidad para mantener la frescura va a depender buena parte de la suerte de un Zalgiris que si ha llegado tan lejos es en buena parte por el extraordinario papel del propio Pangos. Tras una sólida y galardonada carrera en categorías inferiores, Vasilije Micic parece al fin encauzar su carrera profesional con una temporada de impecable seriedad. Con personalidad en el juego y mejorado en defensa, el base serbio desprende la sensación de dominar el tempo en ocasiones por encima de su impacto real. Con todo, su mejora en el tiro exterior (aún lejos de ser un factor) y su capacidad de generar le llevan a un nuevo punto en una carrera que parece haber hecho click tras su buen año en Bursa. Algo tendente a amasar en demasía la bola, su buena capacidad de pase y su facilidad para “buscarse la vida” cerca del aro le avalan. Llegado a mitad de temporada para sustituir a Dee Bost, Beno Udrih está viviendo un feliz reencuentro con una euroliga de las que se despidió a principios de la década pasada con dos estupenda temporadas en el Olimpija de Ljubljana y el Maccabi Tel Aviv. Superada la lesión que sufrió a las pocas semanas de aterrizar en Kaunas, el jugador esloveno llega a la final four en su mejor momento del curso. Alternando las dos posiciones exteriores, Udrih parece deambular una marcha por debajo de sus compañeros pero a la vez sirve como perfecto contrapunto en el ritmo de juego. De extensa, y exitosa carrera nba en especial para sus condiciones, pese a su veteranía muestra un buen estado físico que le está permitiendo atacar el aro con solvencia. Buen pesador a los cortes de los aleros, su parada, finta y tiro a media distancia desde el tiro libre están permitiendo brillar a su zurda algo más irregular en el tiro exterior. Entre la poca adaptación de Dee Bost primero y la posterior lesión de Udrih después, Paulius Valinskas ha podido gozar de más minutos en euroliga de los que se le podían presumir al principio de temporada. Capaz de alternar como base o junto a otro generador de juego, la recuperación del esloveno probablemente le cierre las puertas en la final four a la espera de nuevas oportunidades. Correcto en el tiro y poco propenso al riesgo, Valinskas aspira a convertirse en un jugador útil y de rotación en un camino que parece bien encaminado. Tras tener algunos minutos en cuatro partidos del inicio de temporada, parece complicado que Martynas Arlauskas sea de la partida en Belgrado. Hijo de una auténtica leyenda del club, de hecho fue el primer capitán tras la retirada de Paulaskas, a día de hoy no parece en condiciones de ofrecer nada especial.



Principal especialista del equipo en el tiro exterior, Arturas Milaknis llega a la final four tras una temporada en la que ha tenido momentos de un acierto casi irreal. Algo unidimensional en su juego, pero técnicamente brillante cuando puede jugar a su ritmo, el escolta lituano ha recuperado frescura en las piernas y con ella pasa a ser un jugador muy aprovechable. Buen manejador de las fintas, su rango y velocidad de ejecución le han vuelto a convertir en el revulsivo preferido de un Zalgiris en el que vive su tercera etapa. Tras debutar hace ya más de una década, su falta de respuesta física y una lesión le llevaron al Rudupis donde fortaleció su juego y relanzó su carrera. De vuelta a Kaunas, su gran temporada 14/15 le valió el fichaje por el Unics Kazan y un hueco en la Lituania que se colgaba la plata en el eurobasket de Lille. Sin mayor suerte en tierras tartaras, su vuelta a Lituania le ha convertido en una referencia para una afición que adora sus rachas anotadoras. Más metido que nunca en el plano defensivo, en las últimas semanas ha bajado un tanto su nivel de acierto, en su capacidad para recuperarlo descansan buena parte de las opciones del Zalgiris. Aunque con números ligeramente más discretos que los del curso pasado, bien podría decirse que esta ha sido la temporada de consagración de Edgaras Ulanovas. Hombre para todo, el internacional lituano ha firmado una temporada sólida en ambos lados de la pista, siendo de mucha ayuda en el rebote, mejorando su visión de juego e incluso aportando ofensivamente. Polivalente y utilizado en ocasiones como falso cuatro, el jugador natural de la propia Kaunas ha sintonizado a la perfección con el ideario de Jasikevicius minimizando sus errores, haciendo daño al poste o buscando el aro en transición. Poseedor de una de las mecánicas de tiro menos ortodoxas y agraciadas del continente, Ulanovas hace de la necesidad virtud mostrando unos muy buenos porcentajes gracias a una buena selección de tiro. De menos a más durante el curso, Axel Toupane llega a la cita serbia pletórico de fuerza y de confianza. Algo fuera de lugar en las primeras semanas en parte por su lenta re- adaptación al basket europeo y en parte eclipsado por un Ulanovas que monopolizaba el puesto de tres, la ausencia de éste en el partido de Estambul ante el Fenerbahce permitió al francés destapar su mejor versión. Compatible desde entonces con el lituano, el jugador de Mulhouse (ex compañero de Lauvergne en los Nuggets, se da la circunstancia que los padres de ambos habían sido parte de aquel Mulhouse que impresionó en la Korac del 91) destaca por su elasticidad en la pista y su presencia defensiva siendo capaz de encargarse de cualquier jugador de perímetro. Blanco habitual de las arengas de Jasikevicius, Toupane parece encontrar estímulo en el exigente estilo de su entrenador funcionando por igual independientemente de su minutaje en pista. Tirador irregular, llega con buenas sensaciones en esa faceta a la final four y si es capaz de mantenerlas bien pudiera ser un factor a tener en cuenta.



Aunque las claves ante una cita como la de una final four siempre pueden ser diversas, si parece probable que buena parte de las opciones del Zalgiris pasen por hallar la mejor versión de un AAron White un tanto gris en la serie de cuartos de final. Siempre intenso, el cuatro estadounidense parece haber llegado a la parte final de la temporada con algo menos de chispa, probablemente en parte por su extraordinario esfuerzo en los primeros meses de competición. Formado en Iowa, su gran papel en Telekom y Zenit en sus dos primeras temporadas en Europa le señalaban como uno de los grandes fichajes de la presente euroliga, algo que ha demostrado con creces. Duro, intenso y valiente, White tan pronto amenaza desde el triple cómo ataca el aro con fuerza inusitada. De excelente combinación con Davies o Jankunas, su capacidad de romper en el 1x1 y su decisión en el juego, han sido en muchos momentos de la temporada el salvavidas al que el Zalgiris se aferraba en sus mayores sequías ofensivas. Convertido en el jugador con más partidos disputados en la historia del torneo antes de alcanzar una final four (ha necesitado 295) Paulius Jankunas ha vuelto a firmar una temporada enormemente sólida. Hombre del club salvo el breve lapso de la 09/10 en Khimki, Jankunas ha sabido ejercer tanto de cuatro titular como de compañero de White sin perder su importancia. Pequeño para el puesto, zurdo cerrado, sin especiales condiciones atléticas...pero duro en el rebote, listo en el juego y con excelente mano a pies parados en los tiros cortos, Jankunas sigue demostrando su condición de jugador solvente donde los haya. Elegido mvp del mes de Abril tras un excepcional play-off ante Olympiacos, Brandon Davies llega a Belgrado tras confirmar su renovación con Zalgiris en un nuevo paso en firme de una carrera cada día más prometedora. Irregular en Varese con mejores sensaciones en Europa que en la lega y sólido en Monaco, el pivot estadounidense ha explotado definitivamente en Kaunas. Ligero y buen manejador de balón, su facilidad para buscar el aro de fuera adentro o su templanza para absorber el contacto en el poste oxigenan la pintura de los de Jasikevicius. Sin excesivo rango de tiro y sin excesiva voluntad de prueba (no ha intentado ningún triple en euroliga por 37 y 36 en lega y pro a los dos años anteriores) pero confiable en la media distancia, Davies utiliza con tino la mano izquierda en el poste y se muestra muy fiable en el tiro libre. Natural de Vilnius, formado en Usa y con una carrera llena de altibajos, Antanas Kavaliauskas parece haber encontrado su lugar en el mundo en Kaunas. Aportando actividad desde el banquillo, el pivot lituano no llama la atención a primera vista por ninguna cualidad en concreto pero se muestra resolutivo en las cercanías del aro y sólido desde el libro. Algo falto de explosividad, en defensa aporta tamaño mientras que en ataque sus calidad de movimientos contrasta con su aspecto de armario, acabando por definir a un jugador mucho más fino en el juego de lo que pueda parecer. Mvp liguero en la LKL en 2015 Kavaliauskas pasar por ser un jugador contundente en la finalización y con una excelente lectura del pick n´roll aunque todo ello con una dimensión exclusivamente interior.
En función de cada partido, la quinta plaza interior del Zalgiris oscila entre dos de sus proyectos a medio plazo. Más hecho y aparentemente con menos techo, Martynas Sajus es un pivot de corte clásico perfil muy interior y cierta presencia en el rebote ofensivo. Más estimulante parece el futuro de un Gytis Masiulis aún verde en el juego pero con destellos de lo más interesante. Hijo de Tomas Masiulis el que fuera cuatro titular del Zalgiris campeón en el 99, Gytis aún necesita ganar consistencia física pero destaca por su inteligencia en el juego, su capacidad para aportar con naturalidad y una cada vez más interesante mano exterior, siendo sin duda uno de los jugadores lituanos más estimulantes en el futuro próximo.



                        EL ENTRENADOR

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Si hay un nombre propio en el éxito del Zalgiris este año ese no es otro que el de su técnico Sarunas Jasikevicius. Leyenda absoluta del baloncesto europeo y con uno de los palmarés más extensos de las últimas décadas como jugador, su carisma, talento y estilo trascendieron esos logros. Unos logros que en su corta carrera en los banquillos amenaza con repetir. Tras hacerse cargo del Zalgiris mediada la temporada 15/16 (2 victorias en 12 partidos en euroliga) y título liguero, Saras empezó a llamar la atención el curso pasado convirtiendo al equipo de Kaunas en un conjunto incómodo para el rival, agresivo y fuerte mentalmente, algo especialmente significativo en su desempeño en los partidos lejos de Kaunas donde el salto del equipo fue bestial. Tras revalidar el título liguero y sonar en los mentideros como futurible para clubes como Barcelona o Maccabi, Jasikevicius, al fin profeta en su casa algo que como jugador le costó toda una carrera, optó por renovar por el club lituano. Y a la vista está que los resultados de esa decisión han sido francamente positivos. Sextos en la liga regular, compitiendo casi en cada partido (probablemente con la excepción de los dos partidos ante Baskonia) y con un juego solidario en ataque, paciente y agresivo a la vez, Zalgiris alcanza su segunda final four tras dominar con claridad al Olympiacos en la serie de cuartos de final. De enorme ascendencia sobre sus jugadores, club y público, Jasikevicius ha aprovechado ese status para optar por una dirección de partido más propia de otras épocas. Intenso, activo, gritón y excesivo, solo desde esa posición de fuerza se entiende la aceptación por parte de los jugadores de un estilo difícil de encajar...pero que les ha llevado más lejos de lo imaginado. Ayudado por un gran equipo de asistentes sobre el que recae prácticamente toda la carga táctica del equipo, sobre la carrera de Saras en los banquillos queda ahora la duda sobre lejos de este hábitat sabría conjugar su mensaje con una mayor mano izquierda. Ambicioso e inteligente como jugador, es muy posible que como entrenador, el lituano se guarde más caras y sea capaz de dar ese salto. Entre tanto y no, como entrenador ya ha sabido moverse ante las cámaras con imágenes como su rueda de prensa el año pasado tras la paternidad de Lima o sus lágrimas este año tras alcanzar el billete a Belgrado. Y es que, pase lo que pase en años venideros, el éxito de este año ya será innegable y el ligado se Jasikevicius a él incontestable. Discípulo como jugador de numerosos entrenadores de renombre (Kazlauskas, Aito, Don Nelson, Pesic, Pascual, Gershon...) hay en el actual Sarunas un claro vestigio del primer Obradovic y sobre todo del que fuera uno de sus primeros entrenadores tras su vuelta a Europa de la Ncaa: el gran Zmago Sagadin.



                            PERFIL: Los primeros oros y el hijo prodigo

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Si hablamos de la carrera como jugador de Sarunas Jasikevicius muchos son los puntos que pueden tocarse, tanto desde su sobresaliente palmarés hasta su innegable magnetismo en el juego. Cuatro veces ganador de la euroliga, nadie lo ha hecho tantas veces en la era final four y oro y mvp del eurobasket 2003, no todo fue un camino de rosas para el base lituano...y menos en su ciudad
Natural de la propia Kaunas, Sarunas Jasikevicius nace en el seno de una familia con clara dimensión deportista, tanto por parte de la madre (jugadora de balonmano internacional con la Urss y cuya historia ya ha sido muchas veces contada) como del padre. Practicante habitual de tenis y de baloncesto, el pequeño Sarunas tiene como primer entrenador en el mundo de la canasta a Feliksas Mitkevičius, una figura a la larga clave ya que es el encargado de convencer a los padres de Saras cuando este, con 12 años, quiere dejar el baloncesto por la raqueta de manera definitiva. Una vez retomada la senda de la canasta y tras pasar por dos escuelas en Kaunas (la Jablonskis primero y la secundaria nº 4) después, da el salto a Estados Unidos en un trayecto nada raro a lo largo de la historia del basket lituano (Karnisovas, Timinskas, Javtokas, Kleiza, Pocius, Kaukėnas…). Entre medias llega su primer contacto con el Zalgiris y es que en una selección de jóvenes de la ciudad el club verde le lleva a una gira por Australia...aunque apenas juega y allí se marca su primera decepción. Su primera parada en Estados Unidos es en el Solanco High School de Quarryvile, desde donde da el salto a la universidad de Maryland gracias a la presencia en el staff técnico de un entrenador lituano. Tras dos primeros años duros y de pocas oportunidades, Jasikevicius, jugando prácticamente a tiempo completo como escolta, firma dos últimas temporadas notables que incluso le llevan a estar en algunas quinielas de cara al draft. Sin que esto se materialice, Jasikevicius planea su regreso a Europa. Su primera opción pasa por el Zalgiris donde tiene buena sintonía con su entrenador, Jonas Kazlauskas, y que viene de ganar la copa Saporta. Pero desde la dirección deportiva, el club prefiere apostar fuerte y dice no tener espacio para promesas. Ese año Zalgiris gana la euroliga y Jasikevicius firma un notable año en el Lietuvos Rytas formando pareja exterior con una leyenda como Rimas Kurtinaitis y más adelante, tras la recuperación de su lesión, con un emergente Ramunas Siskauskas (sobre el lituano escribí un perfil aqui: http://laesquinadesunara.blogspot.com.es/search/label/siskauskas) . El Lietuvos cae en la final de la liga lituana por 3-0 ante el campeón de Europa pero Jasikevicius es elegido en el quinteto ideal del torneo y lidera el torneo en pases de canasta, mientras que en Europa firma 17 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias por noche. Ese verano, la posibilidad de volver a Zalgiris cobra forma pero de nuevo la gerencia, en clara divergencia con su entrenador, lo descarta alegando que es “demasiado caro para ser suplente”. Tras esa nueva decepción Jasikevicius apuesta por irse a Ljubljana atraído por el interés de Zmago Sagadin y le peculiar política del equipo esloveno con jugadores europeos. Tan exigente como con excelente ojo para los jóvenes, Sagadin acabará por ser clave, como con tantos otros, en la definitiva eclosión de un Jasikevicius que en la capital eslovena sublima su baloncesto. Campeón de copa y mvp del torneo, es en Europa donde Jasikevicius vuelve a mostrar su mejor versión. Líder casi desde su llegada en un equipo en el que empieza a despuntar Becirovic y donde ofrecen su tutelaje veteranos como Zdovc o Kotnik junto a jugadores de la talla de Milic, Golemac o Kovacic, Saras deja sus primeras tarjeta de visita en las dos primeras jornadas de euroliga con sendas victorias ante el Paok y el Real Madrid. En la cuarta jornada el Olimpija cae ante el Tofas pero él se va a los 29 puntos en un duelo tremendo con David Rivers y en la quinta llega el regreso a Kaunas. Con la polémica sobre su no fichaje revoloteando y monopolizando las previas del partido, Jasikevicius empieza el partido muy nervioso y el Zalgiris, vigente campeón, se escapa en el marcador con ventajas de hasta 17 tantos. Pero Saras vuelve y de su mano el mejor Olimpija hasta completar la remontada y vencer por 84-85. Las imágenes de Jasikevicius autoafirmandose en la pista acaban por certificar su divorcio definitivo con el Zalgiris:






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El Olimpija sigue firme y accede a los octavos de final donde se enfrenta al Olympiacos. Tras sendas victorias locales, en el tercer partido los eslovenos certifican su pase a los cuartos eliminando a un conjunto del Pireo que el año anterior había alcanzado la final four. Saras firma 29 puntos y un impecable 7/7 en triples. En los cuartos de final espera el Barcelona con la final four de Salónica en juego. En el primer partido en el Palau el Barcelona se impone por tres puntos pero los eslovenos devuelven la moneda en el segundo (71-64). En el tercero la lógica se impone y los barcelonistas sellan su pase a la final four venciendo por 71-66. Saras se despide del torneo con 22 puntos y siendo el segundo mejor jugador del mismo en asistencias y en porcentaje de triples. Ese mismo día se acaba de fraguar su fichaje por los blaugranas. El cansancio de esa eliminatoria pese y el Olimpija cae en la semifinales de liga ante el Krka de Smodis y Sunara (más detalles aqui: http://laesquinadesunara.blogspot.com.es/search/label/smodis .  El resto ya es historia. Su llegada a Barcelona, el doblete con Pau Gasol, sub gran papel el año siguiente en la final de copa y la 02/03 con el triplete y su mvp en la final de la acb.La salida, su llegada a Maccabi y sus dos nuevos títulos. La llegada a la nba, la frustración en los Warriors y la vuelta triunfal a Europa de la mano de un Obradovic ahora rival en Belgrado pero al que le une una enorme amistad. Tras dos años en Grecia, la floja 09/10 del equipo verde y unos problemas físicos en la espalda le llevan de nuevo a Lituania. Pero una vez más el destino es esquivo y Saras vuelve a Vilnius. Tras lograr meter al Lietuvos en el top 16, firma por el propio Fenerbahce con el que gana la liga y la copa turcas. Ya plenamente recuperado pero en el ocaso de su carrera, Jasikevicius vuelve a Atenas con un nuevo rol. Obradovic le reserva, le da minutos contados pero todos ellos en momentos calientes de partido y con plena ascendencia en el juego. Alcanzan la final four, suma un nuevo título de copa y es elegido mvp de la misma. Un año después, esa gira de despedida le lleva a Barcelona donde también se alza con la copa. En verano y tras coquetear con la retirada, Jasikevicius acaba por jugar un último año. Y esta vez si, lo hace con un Zalgiris con el que cierra definitivamente heridas y acepta jugar una temporada antes de integrarse en el staff técnico. Cuatro años después y desde el otro lado de la pista, Saras ya puede sonreír y sentirse profeta en su ciudad...y es que si extendemos el concepto de ciudad a su tierra siempre lo ha sido, ya que si bien su historia con el Zalgiris siempre ha sido esquiva no se puede decir lo mismo con la selección.



Y es que si a Jasikevicius le ha llevado media vida triunfar en el Zalgiris, con la selección su historia ha sido una muy distinta. Oro en los eurobaskets de 1937 y 1939, Lituania no habría de volver a jugar un torneo oficial hasta 1992 tras su independencia de la Urss. La historia es bien conocida, con el excelente preolímpico en Zaragoza, la derrota en la primera fase ante la CEI, que probablemente les costó la plata, y el posterior bronce en un partido de nuevo ante sus antiguos paisanos. Un año después llegaría la traumática derrota ante Bielorrusia y, con ella, el quedar fuera del eurobasket 93 y por tanto del mundial 94, antes de culminar aquella primera etapa con la excelsa final y la plata del eurobasket 95 y un nuevo bronce en los Juegos de Atlanta. Después de aquello, Marciulionis ya no volvería a la selección y Sabonis solo puntualmente para el eurobasket de Francia 99. Pero mientras todo eso pasaba, Lituania lograba también su primer oro...y en él Jasikevicius tendría mucho protagonista. Líder anotador, con 18 tantos de media, de la selección cadete que quedaba eliminada con un triple empate en el europeo del 93, Jasikevicius volvía a jugar con Lituania en el europeo junior de 1994...un torneo que acabaría siendo icónico. Con el baloncesto lituano deprimido tras la ausencia de su selección senior en el eurobasket y el mundial, el conjunto junior acabaría por devolver la alegría al Krepsinis local. Dirigidos por Jonas Kazlauskas y tras una odisea de viaje hoy inimaginable (https://www.dailymotion.com/video/xem2g8) Lituania llegaba a Tel Aviv con unas aspiraciones que la derrota inaugural ante la Eslovenia de Milic y Nesterovic parecían infundadas. Y más con un Jasikevicius tocado que apenas rendía en los primeros partidos pero que despertaba en el tramo final. 21 tantos a la Italia de Bulleri y Gironi en el partido que daba esta vez si el pase a semifinales, 19 en la semifinal a España (Iturbe, Carlos Jimenez, Rodrigo De la Fuente) y 10 puntos y otras tantas asistencias en la apretada final (73-71) a Croacia (el gran Zemljic, Giricek, Nicevic..). 54 años después Lituania volvía a ganar un oro:






Un año después Jasikevicius alcanza el quinto puesto en el mundial junior de Grecia siendo de nuevo el máximo anotador y pasador de la selección. La siguiente parada llega en el europeo U 22 de Estambul. De nuevo en los compases iniciales de torneo, Lituania cae ante Eslovenia que repite con Nesterovic como referencia interior y que cuenta con Goran Jagodnik como máximo anotador y reboteador del partido. Citando al gran Imanol Martinez hablando del esloveno “Si el físico de Jagodnik hubiera sido mejor la leyenda de Bodiroga hoy sería menor”. A partir de ahí, Lituania,de nuevo dirigida por Kazlauskas, retoma el vuelo y se mete en semifinales. En ellas vence a los anfitriones pese a los 35 puntos de Kutluay para meterse en una final que acaban dominando ante España en un enorme partido de Timinskas y del hoy seleccionador lituano Adomaitis. Tras la independencia, segundo oro para Lituania y segundo oro para Saras. Un año más tarde, Kazlauskas es promovido a seleccionador absoluto y hace debutar a Jasikevicius en el eurobasket 97. Repite en el mundial 98 y asombra en el 99 estando a punto de frustrar con 22 puntos y 5 triples a aquella España que, De Miguel mediante, había logrado minimizar a Sabonis. Un año después, en Sidney, Saras ya es el dueño del equipo, logrando el bronce olímpico y en cierta forma humanizar a Estados Unidos. Luego el fiasco de Estambul 2001 apartaría del foco a una Lituania que volvería con más fuerza que nunca en el eurobasket 2003. Con uno de los baloncestos más atractivos vistos en décadas, Lituania se colgaba el oro en Estocolmo con una exhibición de recursos pocas veces vista. Era el tercer oro tras la independencia y el primero en categoría senior. El tercero también para un Jasikevicius que además era nombrado mvp del torneo. Siempre competitiva, Lituania no ha ganado desde entonces ningún otro oro en senior y tuvo que esperar unos cuantos años más a que la generación de Valanciunas lo hiciera en formación. Saras aún habría de maravillar en los juegos de Atenas y Pekin amen de sumar el bronce en el eurobasket de Madrid. Todo le que le costó encontrar en Kaunas nunca le faltó en la selección…




                 APUNTE HISTÓRICO

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Del fin de la era al éxito absoluto 89-99



Una de las visiones más tópicas que dibujan la imagen del baloncesto es aquella que reduce su belleza a su acto final. Pese a lo injusto de tal valoración, no es posible negar la evidencia de que pocas sensaciones pueden compararse a las de la resolución de un encuentro en la última jugada, en especial si esta obra también como punto final de un campeonato. La canasta de Aleksandr Belov en Munich, el triple de Djordjevic en Istambul…todo buen aficionado guarda en algún rincón de su memoria sentimental alguno de aquellos tiros decisivos que le llevaron a la gloria o a la frustración. De entre todos estos, pocos habrán sido tan espectaculares como aquel triple desde su propia pista de Dusan Kecman con el que el alero del Partizan daba a los de Belgrado el título de la liga adriática de 2.010, devolviendo, de la manera más cruda, a la realidad a los miles de aficionados locales que apenas un segundo antes celebraban el triunfo de la Cibona, gracias a otra increíble canasta de tres puntos de Bojan Bogdanovic. Aquel triple de Bogdanovic, parecía romper la hegemonía serbia en el torneo a la par que propiciar el primer título para los de Zagreb, con lo que la postrera canasta del serbio colocaba sobre la mesa todos los ingredientes necesarios para una enorme polémica. Afortunadamente, otro de los grandes signos que identifican este deporte, es el de su continuo afán por avanzar hacia la modernidad. Entre los pasos dados en esta dirección, pocos resultan tan eficaces como el “Instant replay” a través del cual los colegiados pueden, con la ayuda del video, dictaminar sobre si un lanzamiento decisivo ha estado dentro del tiempo. De esta manera, aquel tiro de Kecman o el que en 2005 de Ruben Douglas daba a la Fortitudo de Bolonia su segundo scudetto, eran dados por válidos sin que nadie tuviera espacio para algo más que el simple disfrute/lamento deportivo.

Si, aun teniendo en cuenta lo dicho, a día de hoy el panorama dista de resultar idílico, resulta fácil adivinar hasta dónde podían llegar las suspicacias y polémicas apenas unos años atrás. Ejemplos hay muchos, y podrían hallarse en casi cada competición y en cada momento. Entre los más curiosos podría citarse la final de la liga griega de 1.959, disputada en un curioso formato  triangular y para cuyo desenlace último la organización se vio obligada a contratar a una pareja de árbitros yugoslavos (Vukovic y Pastor) ante las continuas objeciones de los dos grandes clubes de Salónica. Finalmente con 25 puntos de Ikonomou y 18 de Theothoritis, la moneda caería del lado de un cuadro blanquinegro que sumaría así el primero de los dos únicos triunfos ligueros que atesora. Ahora bien, más allá de ejemplos concretos, a buen seguro ninguna temporada habría de resultar tan convulsa como la 1988/89. Y es que, en una Europa en la que, permítase utilizar el empalagoso título de la canción de Scorpions, los vientos de cambio soplaban con fuerza, hasta tres de sus principales ligas acabarían por ver como su campeón se decidía más allá de los 40 minutos de juego del último encuentro. En Yugoslavia, la retirada del Partizan en un segundo partido que tenía poco menos que perdido cerraba la que bien pudiera haber sido una serie histórica. En cambio, en la Urss e Italia (ay Livorno) la validez de una última canasta tendría la palabra definitiva.
      PERESTROIKA

Procedente del vocablo ruso перестройка, la palabra perestroika fue acogida en el llamado mundo occidental con su acepción literal de reestructuración, focalizando en la figura de Mijaíl Gorbachov, un proceso que en realidad ya había comenzado muchos años antes y en el que incluso podrían rastrearse antecedentes en la desestalinización surgida tras el impacto del informe Jruschov. Con todo, los postreros meses de 1.988 y el comienzo del 89, traían consigo evidencias cada vez más claras del derrumbe, de tal manera que, aunque oficialmente el muro caía un 9 de Noviembre, se puede afirmar que en realidad las grietas ya estaban a la vista. El triunfo de “Solidaridad” en Polonia y los movimientos aperturistas en Hungría suponían los primeros signos evidentes del triunfo desde dentro de la teoría del shock, mientras que la retirada de las tropas de Afganistán ahondaba en la ya innegable vulnerabilidad del otrora gigante soviético. Junto a las cuestiones geopolíticas, la ecuación terminaría de resolverse con la consolidación del “Glasnost” o política de apertura, donde, ahí sí, la figura de Gorbachov acabaría de resultar fundamental para el devenir del coloso.

Paralelamente el baloncesto de la Urss vivía a caballo entre dos sensaciones, ya que mientras por un lado figuras tan emblemáticas como la de Sergei Belov o Aleksander Gomelsky criticaban abiertamente a la federación por su falso aperturismo, por el otro, en el ambiente aún permanecía la dulce fragancia del oro conseguido en los juegos de Seúl… aunque para ser sinceros, al igual que en el juego político, la perestroika baloncestistica había comenzado bastante tiempo atrás:

Es muy probable que ningún otro país europeo viva el baloncesto como lo hace Lituania, de ahí que no es de extrañar que la organización del eurobasket en 2011 supusiera todo un terremoto emocional para la joven república báltica, que de repente se veía inundada de actos, publicaciones y un sinfín de actividades relacionadas con su “Krepšinis”. Entre todas ellas, destacaba la publicación del excelente libro de fotografía “Legendiniai Zalgirio vyrai”, puesta al día de la histórica obra de los Romualdas más famosos de la fotografía europea: Pozaerkis y Rakauskas, quienes en 1987 publicaron un álbum captando en imágenes los cuatro últimos años de existencia de un club, el Zalgiris, que se había convertido en mucho más que una entidad deportiva, hasta el punto que en la nueva edición, Ferdinadas Kauzonas, uno de los autores del célebre documental “Aukso karstlige”, llegaba a comparar la trascendencia del club con la del movimiento Sajudis .
Es fácil comprender el orgullo que una ciudad como Kaunas pudo haber sentido cuando en 1998 y 1999 su equipo enlazaba los títulos de la Copa Saporta y la Euroliga, pero quizás sea un poco más complejo tratar de explicar como algo más de una década antes otro Zalgiris es reverenciado hoy con un fervor y un respeto a la altura de los más escogidos. Para explicarlo se podría enfocar el tema desde muchos ángulos, pero quizás ninguno como el de la rivalidad con un CSKA, que como símbolo del ejército soviético, era  elevado a la categoría de perfecta Némesis , y es que como Holmes tuvo a su Moriarty (aunque en realidad el pobre profesor apenas aparece en una historia del canon a la par que es mencionado en otras dos…), la leyenda del Zalgiris va muy ligada a la del equipo rojo.

Hablar hoy en día del CSKA de Moscú conlleva referirse a uno de los equipos más potentes del viejo continente. Con una estructura altamente profesionalizada y un poderío económico casi sin parangón, el actual equipo moscovita poco tiene ya que ver con lo que fue en sus orígenes. Sin embargo, el histórico TSKA también logró dominar Europa, logrando cuatro títulos europeos entre 1963 y 1971 que bien podrían haber sido más de no mediar un par de decisiones políticas. Por un lado, las autoridades soviéticas daban absoluta prioridad al baloncesto olímpico y cada cuatro años sus equipos no participaban en competición internacional alguna. La otra, más dañina para los intereses del TSKA, llega en 1966. Buscando dar mayor protagonismo a los jóvenes valores, la Federación soviética decide limitar la presencia de los mayores de 25 años por lo que, de un plumazo, los moscovitas se ven obligados a prescindir de Zubkov, Korneev y Borodin. ¿Tenía razón el TSKA para quejarse? Evidentemente no, pues si alguien había favorecido la legislación era al equipo del ejército. El Tska de Moscú era oficialmente el equipo del ejército, por lo que, apoyándose en esa condición, comenzó a realizar su particular “draft”. Desde 1954 y hasta 1987, los técnicos del TSKA reclutaban a los mejores jugadores del país para que realizaran su servicio militar en el equipo rojo. De Semenov en 1954 a Goborov en 1987, con excepción de las lituanas, todas las grandes estrellas de la URSS pasaron por el TSKA mediante este procedimiento (Belov, Volnov, Edeshko, Tarakanov...), labrando una hegemonía local tan brutal que, entre 1960 y 1984, los moscovitas sólo dejarán de ganar el torneo en dos ocasiones, en el 68 ante el Dinamo de Tbilisi y en 1975 ante el Spartak de Leningrado de Alexander Belov, que por una vez dejaba de lado su condición de Poulidor del basket soviético (7 subcampeonatos en la década de los 70).

Paralelamente el basket se convertía en algo más que un mero acontecimiento deportivo para definir uno de los símbolos de la identidad lituana, entre los que el Zalgiris se erigía, con algún breve interludio como el del 79 del Statyba, como principal referente. Fundado en 1944 bajo la denominación de Skif Kaunas, el club de la segunda ciudad de Lituania tardaría tan sólo tres años en llevarse su primera liga soviética de la mano de Mykolas Zimiskas, llegando la segunda cuatro años más tarde ya bajo la denominación de Zalgiris. Pese a ese espectacular arranque, el club de Kaunas pasaría su particular travesía del desierto alejándose de manera paulatina de los puestos de cabeza. Con el excepcional Modestas Paulaskas a la cabeza, en los finales de los años 60 y los 70 el club va recobrando su status alcanzando en diversas ocasiones el tercer puesto (1971, 73 y 78), aunque la falta de jugadores interiores de garantías acaba por limitar a un equipo preciosista pero falto de contundencia. La irrupción de Raimundad Civilis y la consolidación de Iovaisha como una estrella llevan al Zalgiris al subcampeonato en el año 80 y preparan el asalto al trono de un CSKA que empieza a mirar de reojo la imparable ascensión de un gigantón de la propia Kaunas, de nombre Arvydas. Con Sabonis y Civilis cubriendo el juego interior, la falta de un base puro se suple con la dinamita de Homicius, Kurtinaitis o Iovaisha. El club sigue creciendo, y con la llegada de los play-off cede en las finales del 83 y del 84 ante un CSKA símbolo del poder central de Moscú y ya obsesión absoluta de un grupo que cada día está más cerca.

Así pues, la temporada 84/85 se ve en Kaunas como la de la definitiva ascensión algo que la propia competición va confirmando de tal manera que el Zalgiris cierra la primera fase liguera con un balance de 20-2 (cayendo solamente por 74-73 ante el Spartak y 100-92 ante el Vef Riga de Valdis Valters), incluyendo una doble victoria ante el CSKA (98-88 en Kaunas y 78-80 en Moscú) y con registros anotadores espectaculares hasta el punto de superar los 110 puntos en 8 ocasiones. La segunda fase de los pupilos de Vladas Garastas es aún mejor, cerrándola invictos y venciendo de nuevo al CSKA esta vez (la segunda vuelta la jugaban los ocho primeros a una sola vuelta) por 88-78. Las previsiones se cumplen y lituanos y moscovitas alcanzan la final con ventaja de campo para los primeros pero con la particularidad de que el equipo peor clasificado juega primero como local. Lejos de acusar la presión, el Zalgiris asalta Moscú por 71-86 con 26 puntos de Homicius, 19 de Kurtinaitis y 15 de Sabonis, mientras que Tkachenko con 12 se queda como el mejor realizador del Tska. Con todo a favor el segundo partido resulta ser mucho más trabado con la buena defensa de los de Gomelsky minimizando a Sabonis y obligando al Zalgiris a jugar a un ritmo menor al acostumbrado. Tensión, dureza, nervios… y empate a 69 que da paso a una prórroga donde un triple de Iovaisha, siempre valiente, siempre decisivo, certifica el triunfo del Zalgiris cortando la racha moscovita y llevando al delirio al público que abarrotaba el viejo pabellón.

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La euforia de la victoria y la baja de un Iovaisha al límite condicionan a un Zalgiris que días después pierde la final de la Recopa ante el Barcelona. Esa derrota y la del año siguiente en la final de Copa de Europa ante la Cibona impiden un mayor reconocimiento internacional, pero los verdes con el triunfo ante el CSKA ya se habían convertido en inmortales en su tierra,  más aún cuando conseguían repetir título ante el mismo rival en el 86 y el 87, con mención especial a esta última con un tercer partido épico y que probablemente se encuentre entre los mejores de esa década. La temporada 87/88 llega para los de Kaunas marcada por la ausencia de Sabonis, cuya baja se revela especialmente clave en unas finales que devuelven al Tska su condición de vanguardia en el baloncesto soviético. Con Sabonis de vuelta, el Zalgiris afronta la nueva temporada de nuevo como favorito, máxime cuando el rival moscovita pierde a dos jugadores de la talla de Tikhonenko y Volkov. Precisamente la salida del segundo, elegido mejor jugador el año anterior, rumbo a Kiev, donde se reencuentra con otro campeón olímpico como Belostenny, coloca al Budivelnyk entre los aspirantes claros a llevarse un torneo, donde por primera vez en años la dispersión de talento (Valters en Riga, Marciulionis en el Statyba, Tikhonenko en el Alma Ata, Sokk en el Kalev Tallin…) augura un campeonato menos bipolar de lo acostumbrado. Tras un inicio titubeante con sorprendentes derrotas ante rivales como el Dinamo Moscu o el Kalev, el Zalgiris mete la directa tras el parón liguero provocado por la habitual gira de la selección por los Estados Unidos (saldada con un balance de 8-2 para los soviéticos) dominando con claridad el segundo tramo de la temporada y asegurándose así el factor pista por delante del Budivelnyk y del Tska. El conjunto rojo había recuperado a Tkachenko tras su grave lesión y contaba con una buena base de jugadores encarnada en los Tarakanov, Goborov, Pankrashkin o Miglieniks, pero su excesiva mecanización ofensiva y su falta de frescura habían convertido en un suplicio el hecho de simultanear la competición doméstica con una Copa de Europa donde no podían pasar del penúltimo puesto en una liguilla de cuartos que cerraban con un pobre balance de 4-10. De los avatares europeos no estaban exentos tampoco los otros dos grandes candidatos. Por un lado el cuadro ucraniano, que en Europa utilizaba Stroitel como sustantivo,  quedaba apeado en la liguilla de cuartos de la copa Korac de la manera más dura posible. Encuadrado en el grupo D junto a Cantú, Orthez y Den Helder, el hecho de que solo el primer clasificado siguiera adelante parecía abocar al grupo a un duelo directo entre ucranianos e italianos que en el primer cara a cara parecía decantarse a favor de los primeros, quienes de la mano de un gran Antonello Riva firmaban un convincente 108-97. Sin fallos ante el resto de los equipos, la penúltima jornada parecía ser la decisiva de tal manera que, cuando tras una estratosférica actuación de Volkov, el Stroitel se imponía por 15 tantos la suerte del grupo parecía sentenciada. Sin embargo, contra todo pronóstico, en el último suspiro el cuadro ucraniano dejaba escapar el pase a las semifinales cayendo por un solo punto en la pista de un Orthez que nada se jugaba. Por su parte, el Zalgiris llegaría un paso más adelante aunque, curiosamente, esto les traería más problemas. Tras liderar su grupo de cuartos de final al quedar por delante de la Cibona gracias al average, el conjunto de Kaunas afrontaba con las máximas aspiraciones las semifinales de una Recopa, que, pese a su condición de segunda competición, reunía en su penúltima fase a tres de las más rutilantes estrellas del basket europeo: el propio Arvydas Sabonis, un Drazen Petrovic que en el otro lado destrozaba a sus antiguos compañeros de la Cibona y un Oscar Schmidt convertido en la mayor amenaza para el conjunto de Garastas, que no obstante lograba controlar la mano del brasileño para llevarse el partido de ida por 86-80. Con todo por resolver, el partido de vuelta en Caserta llegaba igualado a la media parte (53-53) pero acababa cayendo del lado transalpino tras una segunda parte donde los nervios del Zalgiris llegaban al punto de transformarse en un claro enfrentamiento entre varios de sus jugadores, con Jovaisa apuntando tras el partido directamente hacia su entrenador y alguno de sus compañeros (en especial Kurtinaitis y Homicius) acusándolos de olvidarse de Sabonis. El sensacional jugador de Anykščiai no eludía tampoco la autocrítica y, aunque desde fuera los problemas parecían gravitar en torno a la eliminación, se convertía en el vivo ejemplo de lo que comenzaba a suceder en un club cuya autoexigencia caminaba en paralelo con multitud de problemas estructurales, económicos e incluso políticos.

Con todo, el Zalgiris logra la primera plaza de la fase regular y se presenta en la final con el factor pista a favor ante un Budivelnyk que reafirma sus opciones dejando al Tska fuera de las dos primeras plazas por primera vez desde 1.968. La final, programada al mejor de tres partidos con el equipo mejor clasificado jugando fuera el primer encuentro, arranca en la capital ucraniana donde la buena defensa de Belostenny y los problemas físicos de Sabonis condicionan el juego de un Zalgiris que cae por 97-94. De vuelta a Kaunas, el segundo partido de la serie comienza marcado inevitablemente por la ausencia de un Sabonis al que, como en buena parte de la temporada, sus problemas en el talón le vuelven a jugar una mala pasada. El partido transcurre tenso, con los locales abusando del tiro exterior y con los visitantes llevando la iniciativa  gracias a un inspirado Volkov que permite llegar a su equipo con 10 puntos de ventaja al descanso. Con todo por decidir, el partido entra en su tramo final mucho más comprimido gracias a una mayor agresividad de los locales y al despertar ofensivo de un Jovaisa que con un triple y una penetración marca de la casa, vuelve a poner al Zalgiris en un partido que de todas formas parece escapárseles de las manos cuando, a falta de un minuto, el punto número 23 de Volkov pone un 81-87 que se antoja definitivo. Con todo en contra, el decimotercer triple local (en 26 intentos) de la noche vuelve a apretar un partido que vive un nuevo golpe de efecto tras un precipitado tiro del omnipresente Volkov cuyo error deja a los de Kaunas 28 segundos para buscar el empate. Con Jovaisa y Kurtinaitis tapados, el balón va hacia un Homicius que recibe la falta de un nervioso Shaptala. El Zalgiris opta por sacar de banda y el balón vuelve a Valdemaras que con un escorzo en el aire intenta igualar el partido encontrándose con el hierro. Con el Budivelnyk paralizado por el vértigo del éxito, el rebote ofensivo cae, bajo el aro, en las manos de un Krapikas que sin oposición alguna y con una frialdad polar sale de la zona y anota el triple del empate con 12 segundos por jugar. En medio de la algarabía báltica, el Budivelnyk pone la última bola en manos de un Volkov que bota sin demasiada fluidez y que incomprensiblemente no ataca el aro, hasta que, con dos segundos por jugar, decide levantarse desde cerca de la línea de la media pista anotando limpiamente un triple increíble que desata la euforia en el cuadro ucraniano. La jugada parece clara, pero el público comienza a mostrar su ira mientras el cuadro que dirige Viktor Bojehar  celebra su histórico triunfo en mitad de la pista. Los árbitros dudan, la canasta no acaba de subir al electrónico e incluso un “recuperado” Sabonis hace acto de aparición remangando su camisa de rayas a la par que se dirige hacia unos comisarios de mesa que tras un interminable debate deciden anular el triple visitante. Con el ánimo por los suelos, el Budivelnyk es presa fácil en la prórroga por lo que la serie se ve abocada a un tercer partido al que los jugadores de Kiev no comparecen. El Zalgiris es proclamado campeón, pero apenas dos días después, en una decisión que en Lituania se interpreta como puramente política, el comité deportivo accede a revisar el video del partido tras lo cual decide dar por válido el triple de Volkov y, por tanto, el primer título de la historia al conjunto ucraniano. https://www.youtube.com/watch?v=FcE39nlqxIk

La sentencia causaría un enorme revuelo pero los cambios cada vez más vertiginosos pronto la harían olvidar y así, apenas unas semanas después, 45 puntos de Nicos Gallis y un triple letal de Fannis Christodolou apeaban a la Urss de la final del eurobasket. Una Urss de la que en ese mismo verano comenzarían a salir sus estrellas más rutilantes y que, tan solo otro año después, se presentaría en el mundial de Argentina con un solo lituano: su seleccionador Vladas Garastas.



Con los cambios precipitándose, el Zalgiris pasa en la 89/90 a ser un equipo casi irreconocible tras la salida del núcleo duro con Sabonis y Homicius poniendo rumbo a la acb y Kurtinaitis y Iovaisha a Alemania. Zalgiris queda lejos de los puestos de cabeza en liga, pero a cambio firma una notable Recopa. Tras pasar con algunos apuros la liguilla de cuartos de final, los de Kaunas se encuentran en las semifinales con el Real Madrid. Los blancos ganan con solvencia en la ida por 13 puntos pero en la vuelta el conjunto lituano firma los mejores minutos del curso y al descanso ya vence por 15 tantos con un buen Einikis y Lukminas desatado en el tiro exterior. Finalmente los nervios locales y un providencial rebote ofensivo de Frederick dejaban el marcador final en un insuficiente +12 para los lituanos que daba el pase a la final a un Madrid (que siempre ha sido al menos finalista en cada participación europea cuando no ha disputado la copa de Europa) que habría de caer en ella ante la Knorr de Bolonia de Ray Richardson y Messina. Esa eliminatoria sería el canto del cisne del Zalgiris durante muchos años en Europa. Tras el derrumbe final de la urss, la nueva liga profesional lituana nace en 1993  y el Zalgiris (que ya ha ganado las tres ediciones de transición entre el viejo y el nuevo modelo) se erige en el gran dominador hasta el punto de que se lleva todas las ediciones hasta el triunfo del Lietuvos en la 19999-2000. Pero en Europa las cosas son muy distintas y durante años el guión es similar: eliminados en la primera eliminatoria de la Copa de Europa pasan a la recopa...donde tampoco consiguen avanzar. En la temporada 94/95, tras su éxito en las inferiores de la selección, se hace cargo del equipo sin que el resultado europeo mejore...una mejora que llegara el siguiente curso. Por primera vez en años, el Zalgiris supera la primera ronda en la máxima competición continental para caer en la segunda ante el Panathinaikos que a la postre se proclamará campeón con Wilkins y el famoso tapón de Vrankovic. Repescado para la Recopa, el club de Kaunas esta vez si da la talla y regresa a unas semifinales europeas donde cae ante el Paok de Prelevic, Stojakovic o Rentzias. El siguiente año, sin derecho a participar en la copa de Europa, el Zalgiris es líder de su grupo en la primera fase para acabar cayendo en los octavos de final ante el PSG de Sciarra, Dacoury y Struelens. Un paso atrás...pero de los que sirven para coger impulso. Pese al ligero desengaño, la temporada sirve de consolidación para una nueva hornada de jugadores y para implementar el estilo que desea Jonas Kazlauskas. Un Kazlauskas que ese verano debuta como seleccionador absoluto y que tras el título liguero promete un Zalgiris “que va a llegar lejos en Europa” para el siguiente curso. Sin derecho a participar de nuevo en la copa de Europa (la fiba en esos años había dejado de lado las previas y los campeones de diversos países no participaban), el Zalgiris debuta en la segunda competición continental con paso firme y vuelve a erigirse como líder de su grupo. Keravnos en dieciseisavos, Tofas en octavos y Beobanka en cuartos caen ante un Zalgiris crecido. En semifinales espera el Saratov, pero ya en la ida en Kaunas el cuadro de Kazlauskas sentencia con un contundente 96-74. 30 puntos de Stombergas y 22 de Adomaitis con 6 triples sentencian a un cuadro ruso donde el más destacado es un ex de la casa como Einikis que a base de ganchos alcanza la treintena. Tras cumplir en el partido de vuelta con un -14, el Zalgiris alcanza la tercera final europea de su historia. El rival el Stefanel de Milán con Gentile, Warren Kidd, Sigalas o Thurl Bailey, el escenario la sala Pionir de Belgrado. Los italianos parten como favoritos pero Zalgiris llega al descanso con cuatro puntos de ventaja. Lejos de conformarse, la salida del segundo tiempo es una avalancha lituana y los de Kazlauskas se llevan el primer título europeo de su historia venciendo por 82-67. Stombergas se va a los 35 puntos y 5 asistencias, Whatley aporta 19 y Franjo Arapovic domina en defensa y en el rebote. Lo que vendría después es de todos conocido. El lockout nba que facilitaba el fichaje de Bowie, la llegada de Jiri Zidek y tras él la de Tyus Edney (Sabonis llegó a entrenar con el equipo pero no a debutar). Campeón ncaa y compañero de piso del checo, la amenaza de que el lockout vaya a extenderse hacen que el menudo base se plantee dar el salto a Europa y en esa tesitura la intermediación de Zidek acaba por ser decisiva. La continuidad de los Zukauskas (que no eran hermanos) el liderazgo de Stombergas y una buena base de rotación se veía reforzada por tres fichajes de lujo. Otro factor acabaría por ser importante en aquella gesta. Al margen de la Copa de Europa y la liga lituana, el Zalgiris forma parte de la embrionaria NEBL. Mayor volumen de partidos y un detalle importante, allí el reloj de posesión es de 24 segundos algo que acaba por definir a un conjunto ya de por sí con vocación suicida. Tras aquel momento de gloria absoluto, Zalgiris rozaría una nueva final four en 2004 quedando fuera tras toda una sucesión de calamidades culminadas con el milagroso triple de Sharp.


                                      EL JUEGO






ESTADÍSTICAS LKL 2017/18: http://www.lkl.lt/komandos/zalgiris#stats



                     ATAQUE:



CIRCULACIÓN: Pese a que la configuración de la plantilla no parece la más adecuada para ese estilo de juego, Zalgiris ha conseguido implementar un estilo de juego coral, que genera ventajas a través del pick n roll pero que rara vez ejecuta de manera directa, apostando por la generación de espacios y el pase extra.



PACIENCIA: Íntimamente relacionado con el aspecto anterior, Zalgiris no duda en meter ritmo en las transiciones pero ha conseguido minimizar sus momentos de excesiva aceleración. Muy sintomático es también el proceder de sus jugadores en el poste o cuando reciben un 2x1, y es que rara vez se precipitan o se obcecan buscando como primera opción sacar el balón al espacio.



REFERENTES: Aunque es un equipo bastante coral, la figura de Kevin Pangos aparece como la principal fuente de anotación ya sea de manera directa, asistiendo o arrastrando las defensas rivales. Junto al canadiense, solo Jankunas alcanza los dobles dígitos en anotación aunque en buena parte de la temporada White con su primer paso o Milaknis desde el triple han sido grandes desatascadores.



TIRO EXTERIOR: Hubo un tiempo en el que si algo definía a los jugadores exteriores lituanos era su buena muñeca y su capacidad de generación de juego pese a la pertinente sequía de bases. En los últimos años el prototipo de jugador surgido de Lituania ha tendido a un modelo diametralmente opuesto con el físico y la versatilidad como estandartes. Y es que pese aún se pueda escuchar de tanto en cuanto el viejo tópico de lituano-tirador no hay mucho de cierto ya en ello, salvo contadas excepciones. Este Zalgiris podría ser prueba de ambos casos. Por un lado es el equipo con mejor porcentaje de triples del torneo pero por otro es el que menos intenta por partido con poco más de 16. Y dentro de eso, su acierto está totalmente polarizado. De los 243 triples que han anotado en la euroliga más de la mitad (143) los han conseguido entre solo dos hombres: Arturas Milaknis (74) Kevin Pangos (73). Mantener el acierto, incrementar el volumen y sumar referentes fundamental para crecer…



                    DEFENSA



AGRESIVIDAD: Fiel espejo de lo que transmite Jasikevicius desde el banquillo (en la oposición de lo que encarnaba y pregonaba como jugador) el Zalgiris destaca por llevar los partidos a un punto de agresividad defensiva notable, sin miedo al uso de las manos en línea de pase y con mucha actividad.



RIESGO: Defensas adelantadas, cambios defensivos automáticos, presiones a toda pista o atacar al hombre de balón desde muy lejos del aro son solo algunas de las muescas de un Zalgiris que no duda (ni teme) en arriesgar aunque en ocasiones le lleve a encajar algunas canastas gratis.



REBOTE: Aunque sus números totales no asustan, el Zalgiris es el segundo equipo que menos rebotes concede a sus adversarios...aunque paradójicamente en muchos momentos sufre para cerrar su aro.



ESPECIALISTAS: Plantilla en mano, solo Toupane parece merecer la consideración de especialista defensivo, pero si algo ha demostrado a lo largo del año este Zalgiris es que es capaz de cambiarle la cara a casi cualquier jugador.

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DATOS, CLAVES, CURIOSIDADES….



LA EXPERIENCIA ES UN GRADO:



Factor absolutamente favorable al Fenerbahce frente a un Zalgiris donde ninguno de sus jugadores sabe lo que es jugar una final four.
FENERBAHCE



Kostas Sloukas: 5 (Campeón 2012 y 13 CON Olympiacos y 2017 con Fenerbahce, subcampeón 2015 con Olympiacos y finalista 16 con Fenerbahce)
Bobby Dixon: 2 ( campeón 2017 y finalista 16 con Fenerbahce)
Melih Mahmutoglu: 3 (Sf 2015, finalista 16 y campeón 2017 con Fenerbahce)
James Nunnally: 1 (Campeón 2017 con Fenerbahce)
Nikola Kalinic: 2 (2 ( finalista 16 y campeón 17 con Fenerbahce)
Luigi Datome 2 ( finalista 16 y campeón 17 con Fenerbahce)
Barış Hersek 1:  finalista 16 con Fenerbahce
Jan Vesely: 4 (Sf 2010 y 2015 con Partizan y Fenerbahce , finalista 16 y campeón 17 con Fenerbahce )
Ahmet Duverioglou: 1 (Campeón 2017 con Fenerbahce)



Zeljko Obradovic: 16 (campeón 2000, 02 , 07 09 y 11 con Panathinaikos, 1992 con Partizan, 1994 con Joventut y 1995 con Real Madrid y 2017 con Fenerbahce; subcampeón 2001 con Panathinaikos y sf 2005 y 2012 con Panathinaikos, 1998 con Benetton ,1996 con Real Madrid y  Sf 2015 y finalista 16 con Fenerbahce)



* Como jugador, Zeljko Obradovic fue semifinalista de la final four de 1988 con el Partizan



En Zalgiris como jugador, Sarunas Jasikevicius disputó 6 final four ganando cuatro. En su cuadro de asistentes están Darius Songaila que fue semifinalista en 2003 con el Cska y Darius Maskoliunas que era el capitán del Zalgiris campeón en 1999.



MEDALLISTAS (senior)



Nikola Kalinic: Plata mundial 2014 y plata JJOO 2016 con Serbia
Marko Guduric: Plata eurobasket 2017 con Serbia
Zeljko Obradovic: Oro en el mundial de 1998, oro en el eurobasket 1997, plata en los JJOO de 1996 y bronce en el eurobasket de 1999 con Yugoslavia (serbomontenegrina). Como jugador, oro en el mundial de 1990 y plata en los JJOO de 1988 con Yugoslavia.
Arturas Milaknis: Plata eurobasket 2015 con Lituania
Vasilije Micic: Plata eurobasket 2017 con Serbia
Paulius Jankunas: Plata eurobasket 2015 y bronce 2007 (siendo compañero de Saras) con Lituania
Antanas Kavaliauskas: Plata eurobasket 2015



Como jugador Jasikevicius fue oro en el eurobasket de 2003, bronce en el de 2007 y bronce olímpico en el 2000.



Otros títulos europeos:
Zeljko Obradovic: Copa Saporta 1997 con el Real Madrid y Copa Saporta 1999 con Benetton Treviso.



BANQUILLOS: Sin duda uno de los polos de interés en la semifinal será el duelo de banquillos entre Zeljko Obradovic y Sarunas Jasikevicius. Amo y señor de la historia de la final four, el técnico serbio ha ganado más final four que ningún otro equipo en su conjunto, las mismas copas de Europa que el Real Madrid y ha accedido a tantas final four como el Cska. En esta edición, Obradovic, que jugará en “casa”, tendrá en los tres banquillos rivales a su antiguo asistente Itoudis y a dos ex jugadores suyos como Pablo Laso y el propio Sarunas Jasikevicius. Considerado un discípulo del serbio, Saras y Zeljko mantienen una excelente relación personal, en especial desde la segunda etapa del lituano en el Panathinaikos donde el serbio le cambió el rol sin por ello hacerle perder jerarquía. Eso sí, si bien como entrenador su carrera aún es incipiente, como jugador el actual entrenador del Zalgiris tiene un bagaje como jugador también muy ligado a la final four.









CAMPEÓN DE EUROPA ENTRENADOR-JUGADOR: A lo largo de la historia de la copa de Europa de baloncesto, solo tres personas han conseguido alzar el título en la doble faceta de jugador y entrenador: Ardenak Alachatchan (Cska Moscú), Lolo Saiz (Real Madrid) y Sveteslav Pesic (Bosna Sarajevo/Barcelona). De los tres solo el título como entrenador del serbio se produjo en la final four por lo que aún nadie ha conseguido llevarse una final four en ambas facetas...algo que sí podría sumar Jasikevicius este año.  Hasta el momento, quienes más cerca han estado son Dusko Ivanovic y Panagiotis Giannakis que tras haber sido campeones como jugadores lograron alcanzar la final desde el banquillo. En el caso del técnico griego, el logro hubiera sido doble ya que ya había logrado el doble triunfo en el eurobasket. Otros entrenadores que alcanzaron la final four tras haber sido campeones de Europa fueron Velimir Perasovic, Evgeni Pashutin y Velimir Perasovic. Otros dos participantes en esta final four desde los banquillos como Zeljko Obradovic y Pablo Laso saben lo que es vivir la gran cita como jugadores y como entrenadores.



COPERO: Como jugador Jasikevicius ha ganado 10 ediciones coperas en 5 países distintos...pero perdió las tres que disputó en Lituania. Como entrenador esa asignatura ya la ha corregido con dos títulos en los dos últimos años.
                                



         NÚMERO DE EQUIPOS DISTINTOS GANANDO EUROLIGA (RANKING)



3



Sarunas Jasikevicius (Barcelona, Maccabi, Panathinaikos)



2



Dejan Bodiroga (Panathinaikos, Barcelona)
Zoran Savic (Jugoplastika, Kinder)
Matjas Smodis (Kinder, Cska)
David Andersen (Kinder, Cska)
Zeljko Rebraca (Partizan, Panathinaikos)
Ivo Nakic (Cibona, Partizan)
Predrag Danilovic (Partizan, Kinder)
Dino Meneghin (Varese, Milán)
Fausto Bargna (Cantu, Milán)
Ramunas Siskauskas (Panathinaikos, Cska)
Dimitris Papanikolaou (Olympiacos, Panathinaikos)
Velibor Radovic (Jugoplastika, Maccabi)
Aleksey Savrasenko (Olympiacos, Cska)



Sin embargo, en participar con el mayor número de equipos distintos en final four, Jasikevicius debe conformarse con compartir la segunda plaza:



4



David Andersen (Kinder, Siena, Cska, Barcelona)



3



Sarunas Jasikevicius (Barcelona, Maccabi, Panathinaikos)
Zeljko Rebraca (Partizan, Benetton, Panathinaikos)
Zarko Paspalj (Partizan, Olympiacos, Panathinaikos) *
Matjas Smodis (Kinder, Skipper, Cska)
Zoran Savic (Jugoplastika, Real Madrid, Kinder)
Michalis Kakiouzis (Aek, Siena, Barcelona)
Mirsad Turkcan (Efes, Siena, Cska)
Marko Jaric (Teamsystem, Kinder, Siena)
Johny Rogers (Milán, Olympiacos, Panathinaikos)
Predrag Drobnjak (Partizan, Efes, Tau)
Erazem Lorbek (Skipper, Cska, Barcelona) **
Damir Mulaomerovic (Teamsystem, Efes, Panathinaikos)
Terence Morris (Maccabi, Cska, Barcelona)



* En la 97/98 Paspalj llegó a disputar algunos partidos con la Kinder Bolonia, pero no llegó a disputar la final four.



** En la 06/07 disputó la euroliga con el Unicaja, pero regresó a la lega antes de la disputa de la final four.



Por los pelos se queda fuera Ken Barlow, que fue campeón de Europa con el Tracer en la última final pre-final four y luego llegó a disputarla con Maccabi y Paok.



Ha ganado el eurobasket y la final four el mismo año.



Jugadores campeones de Europa club y selección mismo año



2015: Sergio Llull, Sergio Rodríguez, Rudy Fernández y Felipe Reyes (Real Madrid/España)
2003: Sarunas Jasikevicius (Barcelona/Lituania)
2001: Marko Jaric (Kinder/Yugoslavia)
1991: Zoran Sretenovic, Velimir Perasovic, Toni Kukoc, Zoran Savic (Pop84/Yugoslavia)
1989: Toni Kukoc y Dino Radja (Pop 84/Yugoslavia)
1983: Pierluigi Marzorati, Antonello Riva (Cantu/Italia)
1971: Sergei Belov, Ivan Edeshko, Vladimir Andreev, Aleksandr Zharmukhamendov (Cska/Urss)
1969: Sergei Belov, Vladimir Andreev, Gennady Volnov, Aleksander Kulkov, (Cska/Urss)
1963: Armenak Alachachian, Aleksander Travin, Vjacheslav Khrynin, Gennadi Volnov, Jaak Lipso, Aleksander Petrov (Cska/Urss)
1961: Armenak Alachachian, Gennadi Volnov, Viktor Zubkov
1959: Valdis Muiznieks, Maigonis Valdmanis, Janis Krumins (Ask Riga/Urss)



RITMO: Siempre importante en una cita de esta magnitud, la primera semifinal de la final four enfrenta a dos equipos capaces de jugar con distintos registros. Más anotadores que hace un año, tanto Fenerbahce como Zalgiris pueden imponer un ritmo alto pero tienden más a gestionar su ataque a través de la circulación. Con cierta tendencia a sufrir atascos en su juego, quizás los de Kaunas necesiten un punto más frente a un cuadro turco que llega tras unos últimos partidos ligueros donde ha bordado el jugar con los espacios, la circulación y el crono.



VERSATILIDAD: Aunque ambos equipos tienen jugadores polivalentes y que pueden doblar posiciones, este parece uno de los grandes puntos fuertes del club otomano. Zalgiris puede duplicar cuatros o juntar a Toupane y Ulanovas en las alas para presentar un punto más de físico. Los recursos del Fener, en cambio, son casi ilimitados. Meter tamaño con Wanamaker de uno, Nunnally de dos y un tres grande con dos pivots...o jugar con cuatro pequeños. Casi cualquier combinación la ha probado ya un Obradovic probablemente más agusto que nunca con su equipo.



FÍSICO: Un poco en la línea del punto anterior, el Fenerbahce, en especial con Vesely, parece un punto por encima.



TIRO EXTERIOR: Frente a frente los dos equipos con mejor porcentaje de triples del torneo. Eso sí, los de Kaunas son el equipo que menos se prodiga y se focaliza de manera muy clara en Pangos y Milaknis. Fenerbahce, en cambio,cuenta tanto con especialistas como con muchos polos de peligro.



REBOTE: Otra prueba de que, salvando las distancias,Zalgiris y Fenerbahce son dos equipos de corte similar es su desempeño en el rebote. Ambas son las escuadras que menos rebotes conceden pero a la vez tienen problemas para cerrar su propia canasta. Tema recurrente en el pasado, el Fenerbahce ya supo gestionarlo a la perfección en la pasada final four.



JUEGO INTERIOR: Al principio del curso daba la impresión de que la pintura del Fenerbahce podía ser algo escasa en número, algo que el poco impacto de Thompson ha podido agudizar. Con todo, Zalgiris presenta, también en esto, una configuración similar con una rotación limitada a cuatro jugadores.



FACTOR PISTA: Aunque Belgrado parece ser una sede neutral, dado el ritmo de ventas de entradas es posible que el Fenerbahce juegue casi casi como local. Ahí van algunos precedentes.



En la historia de la Final Four, siete son los equipos que han ejercido como anfitriones, con un balance de cinco títulos (Barcelona 2003, Maccabi 2004,  Panathinaikos 2007 ,madrid 2015 y Fenerbahce 2017), un finalista (Kinder 2002) y un eliminado en semifinales (Cska 2002). En la época FIBA ningún anfitrión propiamente dicho llegó a participar, pero con el sistema de venta de entradas de entonces mucho más limitado en lo geográfico podrían trazarse similitudes con algunos casos. En esa tesitura, Zaragoza en 1990 y 1995 casi puede decirse que ejerció de anfitriona para Barcelona y Real Madrid con resultado dispar: derrota en la final para los blaugranas ante la Jugoplastika y título para el Real Madrid. En la prehistoria del torneo en 1966 y 1967 se disputó una primera versión de final a cuatro con sede en Bolonia/Milán y Madrid. En el 66 el título sería para los milanistas y en el 67 para los blancos.



Fuera de la euroliga los precedentes en final four con equipo anfitrión son dispares:



EUROCUP 2011 Treviso: Benetton eliminado en semifinales
EUROCUP 2012 Khimki: Khimki campeón ante el Valencia



Este año en formato play-off el Valencia perdía el partido decisivo en casa



EUROCHALLANGE 2004 Kazan: Unics Kazan campeón
EUROCHALLANGE 2005 Estambul: Fenerbahce eliminado en semifinales
EUROCHALLANGE 2006 Kiev: Bc Kyv eliminado en semifinales
EUROCHALLANGE 2007 Girona: Akasvayu Girona Campeón
EUROCHALLANGE 2008 Limassol: Proteas eliminado en semifinales
EUROCHALLANGE 2009 Bolonia: Virtus Bolonia campeón
EUROCHALLANGE 2010 Gottingen: BC Gottingen Campeón
EUROCHALLANGE 2011 Oostende: Oostende elimiando en semifinales
EUROCHALLANGE 2012 Debrecen: Szolnoki eliminado en semifinales
EUROCHALLANGE 2013 Esmirna: Pinar Karsiyaka subcampeón
EUROCHALLANGE 2015 Trabzon: Trabzonspor subcampeón
Champions 2016: Tenerife Campeón



La edición de 2014 contó con el Reggio Emilia como anfitrión pero al no cumplir su cancha los requisitos mínimos se disputó en Bolonia con título para el Reggio.



Fuera del formato final four los precedentes europeos con presencia del anfitrión en final a partido único:



RECOPA 1968 Atenas: Aek Campeón
KORAC 1979 Belgrado: Partizan Campeón
RECOPA 1996 Vitoria: Tau Baskonia Campeón



Fuera de lo literal, se podrían buscar ejemplos en ambos sentidos: el título del Joventut en la Korac del 81 jugando en Barcelona, la Jugoplastika llevando la Korac ante la Fortitudo en Génova en el 77...



A nivel de selecciones, los últimos eurobaskets no han sido especialmente propicios para los anfitriones:



EL PAPEL DE LOS ANFITRIONES EN LOS ÚLTIMOS EUROBASKET



1971 RFA 9ª
1973 España Plata
1975 Yugoslavia Oro
1977 Bélgica 8ª
1979 Italia 5ª
1981 Checoslovaquia Bronce
1983 Francia 5ª
1985 Alemania 5ª
1987 Grecia Oro
1989 Yugoslavia Oro
1991 Italia Plata
1993 Alemania Oro
1995 Grecia 4ª
1997 España 5ª
1999 Francia 4ª
2001 Turquia Plata
2003 Suecia 16ª
2005 Serbia 9ª
2007 España Plata
2009 Polonia 10ª
2011 Lituania 5ª
2013 Eslovenia 5ª
2015 Francia Bronce
2017 Turquía Eliminado en octavos



Los últimos mundiales y juegos tampoco han sido especialmente propicios para los anfitriones.
A modo de curiosidad desde que la ACB implantará un sistema de final four en 1984 para pasar a final a 8 en 1987, sólo dos anfitriones se han llevado la copa del Rey: Cai Zaragoza en 1984 y Baskonia en 2002. Quizás la excepción sea la nueva champions de la fiba que en sus dos ediciones ha coronado al anfitrión de la final four (Tenerife en 2017 y Aek en 2018)






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