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domingo, 21 de agosto de 2011
Eurobasket 11 MONTENEGRO
MONTENEGRO
Apenas tres años después de su debut como selección independiente, Montenegro culmina en Lituania una primera etapa de su trayectoria marcada por el denominador común del éxito. Tras ascender en 2009 a la división A sin conocer la derrota, el verano pasado la selección montenegrina conseguía la clasificación directa al eurobasket liderando el grupo el grupo A por delante de selecciones de la talla de Israel o Italia. Juego ordenado, especial relevancia del juego interior y muchos centímetros en pista aparecían como las señales vitales de un conjunto particularmente serio en su juego y donde se vislumbraba claramente la mano de su seleccionador, un Dusko Vujosevic que apenas un par de meses después del éxito abandonaba su puesto. Pese a que Vujosevic continua ligado a la selección, su ausencia en el banco creaba la primera incógnita para una Montenegro que ya de por si presentaba varios interrogantes de cara a su primera participación en una fase final.
En una primera respuesta, y aunque la competición será la encargada del examen final, por lo visto en la preparación Dejan Radonjic mantiene las mismas premisas de los últimos veranos apostando por el mismo bloque. Con Omar Cook llevando el tempo del partido, buena parte del peso ofensivo sigue recayendo en el juego interior donde al poderío de Pekovic y la fiabilidad de Dragicevic se ha unido un Vucevic al que si bien le esta costando adaptarse ha dejado intuir apuntes muy interesantes. El acierto exterior, la capacidad del banquillo y le control del ritmo pasan por ser los aspectos en los que Montenegro puede hallar la llave para superar la primera fase y quien sabe si pelear por unos cuartos de final que vistas las bajas de alguno de sus rivales pudieran no ser tan utópicos.
LOS JUGADORES
Después de ser uno de los protagonistas del mercado de fichajes estival, Omar Cook volverá a llevar la manija de la selección montenegrina aportando control del ritmo y facilitando la conexión con el potente juego interior. Buen defensor y excelente pasador, Cook se muestra más irregular en el tiro exterior aunque suele subir su acierto en los momentos cruciales. Para dar descanso al nuevo jugador milanista, aparece Goran Jeretin jugador veterano, trotamundos y altamente competitivo. Con un perfil más anotador que el de Cook, Jeretin puede compartir pista con el neoyorquino puntualmente, aunque su función principal será la de subir el nivel defensivo saliendo desde el banquillo a la par que buscar su tiro exterior. Como posible tercera vía aparece el joven Vladimir Mihailovic que ya dispuso de minutos el verano pasado y que si bien en el Buducnost actúa preferentemente como escolta puede perfectamente dar buenos minutos en la dirección de juego. Intuitivo y rápido es un jugador a contracorriente en esta selección, disfrutando más de los espacios abiertos y de las penetraciones donde su buen salto le ayuda a firmar acciones altamente espectaculares.
Por su parte la posición de escolta es una de las que más preocupan en la selección montenegrina y por tanto la más abierta a posibles cambios (en la preparación no ha sido raro ver a dos bases en pista o a Borisov compartir pista con Dasic en las alas).
Por un lado Suad Sehovic llega tras un año complicado donde una grave lesión le impidió asentarse en el Olimpija Ljubljana lo que le llevo a terminar la temporada en el Bosna Sarajevo. Buen defensor aunque algo lento, tiene capacidad para anotar de tres puntos donde sin ser un gran especialista se muestra relativamente seguro cuñado posee tiempo para ejecutar el tiro. Por su parte, su hermano Sead, dos años más joven y con menos bagaje competitivo, atesora un mayor talento ofensivo y una mayor versatilidad que le permite ocupar distintas posiciones en el perímetro. Peor tirador, su mejor físico y su mayor altura le brindan unas mayores posibilidades en campo abierto destacando por la fiereza con la que acostumbra a atacar el aro, aunque aun le cuesta leer los momentos en que debe dar pausa a su juego. Ya en la cuesta abajo de su carrera, Vlado Scepanovic se mantiene en la selección gracias en buena medida a su experiencia y su ascendencia con el grupo. Sin la capacidad ofensiva de antaño, Scepanovic aun es capaz de aportar seguridad en el mermado tiro exterior montenegrino aprovechando los espacios que genera la fortaleza interior de Pekovic and cia. La otra opción para el puesto de escolta llega a través de Boris Bakic quien, aprovechando el mal momento del Estrella Roja, llega tras haber subido su ascendencia en el juego de los de Belgrado. Jugador todoterreno, flaquea en el tiro exterior pero posee una muy buena visión de juego y cierto instinto para ayudar en el rebote.
Aunque en su periplo romano ha venido actuando principalmente como 4, Vladimir Dasic parece destinado a seguir siendo el alero titular de los de Radonjic. Grande para el puesto, es no obstante un jugador coordinado capaz de botar con soltura y con mucha capacidad para hacer daño de fuera hacia dentro. Sin ser un gran tirador mejora con espacios y puede ser de ayuda en uno de los puntos débiles del conjunto montenegrino. De carácter particular, le cuesta mantener la concentración y en ocasiones tiene problemas con las faltas bastante evitables. La otra opción en el puesto de 3 (aunque no sería raro verle compartir pista con Dasic) llega de la mano de un Milos Borisov al que a sus 26 años el eurobasket podría suponer un excelente escaparate. Natural, como Dusko Ivanovic, de Bjeljo Polje, Borisov es un jugador versátil extremadamente inteligente y que muestra una clarividencia en el juego que le lleva a cometer muy pocos errores. Clave en la circulación de balón, no es un tirador puro pero es especialmente peligroso en las esquinas y en la media distancia donde suele granjearse buenos espacios gracias a su excelente uso de las fintas. Buen reboteador, al nuevo jugador de Teramo solo le falta un punto de explosividad y decisión para dar el paso a ser considerado un jugador de primera fila.
En el puesto de 4, quizás el más prolífico de esta Montenegro, vuelve a sobresalir un Vladimir Dragicevic que, pese a no haber cuajado en el Baskonia, esta llamado a ser una de las grandes referencias anotadoras del cuadro balcánico. Alejado del prototipo moderno de 4, Dragicevic tiende a jugar de cara al aro pero sus puntos llegan a través del juego sin balón, de la utilización de los espacios y, sobre todo, de su facilidad para completar penetraciones cercanas gracias a su habilidad en el manejo de balón en espacios cortos. Muestra de su fiabilidad son sus porcentajes de tiro en el pasado preeuropeo donde termino con un increíble 41/50 en tiros de 2 con exhibiciones como las dadas ante Israel en el partido decisivo (9/11), Letonia (9/9) o Finlandia (8/8)…de momento en el primer amistoso del verano su línea parecía ser la misma (8/8 ante Croacia). En el aspecto negativo, Dragicevic sufre ante cuatros eminentemente rápidos y tiende a perder algún balón evitable por su empeño en finalizar las jugadas. Como primer relevo de Dragicevic aparece el que también será su relevo en el Baskonia, un Milko Bjelica que pese a su clase no acaba de hacerse un hueco claro en la rotación montenegrina. Hablar de Bjelica remite a la figura de un jugador un tanto ciclotímico y en el que se pueden diferenciar claramente el aspecto ofensivo del defensivo. En la primera faceta, el montenegrino es un jugador de buena técnica individual, facilidad resolutiva y capacidad para hacer daño tanto por dentro como por fuera. Inteligente sin balón, suele hacer daño por el lado débil, posee un buen tacto para los palmeos así como facilidad para finalizar con su mano izquierda (es diestro) y variedad de recursos en las cercanías del aro y en la media distancia. Pese a no acreditar buenos porcentajes en el tiro de tres puntos, no es raro verle prodigarse en esa faceta donde posee una buena mecánica de tiro algo lastrada por su lentitud de ejecución y cuya amenaza utiliza en ocasiones para fintar y penetrar ya que, pese a sus 2.07, es capaz de poner el balón en la pista con relativa facilidad. Frente a su buena disposición ofensiva aparece en el otro lado de la balanza su nivel defensivo, faceta en la que debe trabajar si quiere hacerse el hueco que sus cualidades parecen reservarle. Tendente al despiste y poco activo, Bjelica se muestra excesivamente blando en los contactos y pese a que rebotea con cierta facilidad por momentos tiene lagunas bastantes considerables. Además adolece de cierta falta de explosividad lo que limita sus posibilidades de intimidación, lo que en una selección con sobrepoblación interior termina por restarle mucho protagonismo.
Sin duda alguna la gran referencia de Montenegro, llega encarnada en la figura de un Nikola Pekovic quien tras su agridulce temporada en los Wolves llega a Lituania dispuesto a reclamar su sitio entre los mejores centers de Europa. Grande y duro, Pekovic posee unas muy buenas manos que le permiten la recepción de los balones más inverosímiles así como un excelente uso de su, enorme, cuerpo lo que le facilita lograr la posición en el poste bajo con suma facilidad. Imparable con espacio, su juego se limita un tanto al 1*1 por lo que debe mejorar en la velocidad de pase (no posee mala visión) cuando recibe las ayudad. Buen reboteador ofensivo y con una mejorada media vuelta, deberá cuidar sus faltas para llegar fresco a los momentos clave de partido. Junto a Pekovic, el puesto de 5 queda excelentemente cubierto con la llegada a la selección de Nikola Vucevic. Número 13 del ultimo draft, Vucevic ha evidenciado cierta falta de adaptación al basket profesional en la preparación pero tiene condiciones para ser relevante en Lituania. Grande y con buen uso del cuerpo es resolutivo de espaldas al aro gracias a un buen semigancho. Algo falto de explosividad puede sufrir antes pivots físicos o ante 4 rápidos si como en la preparación llega a compartir minutos junto a Pekovic, algo que ofensivamente puede permitirse gracias a su buena mano tanto en la media distancia como incluso en el triple.
La ultima plaza del juego interior deberá salir de la competencia entre Vladimir Golubovic, más versátil y de gran capacidad anotadora aunque muy inconsistente, o Slavko Vranes que aportaría intimidación desde sus interminables 228 centímetros, algo lastrados por su falta de explosividad y por tener unas manos muy blandas que le impiden finalizar en situaciones francamente propicias. Con todo, a través de algún rebote ofensivo, mate o semigancho (curiosa la cantidad de veces que es taponado con el balón ya en trayectoria descendente) puede tener cierta aportación… que en su caso se multiplica en defensa. Anclaje final en las defensas zonales, Vranes impone su envergadura en las proximidades del aro aunque su presencia suele limitarse a momentos muy puntuales.
EL ENTRENADOR: Técnico del Buducnost en las ultimas cinco temporadas, Dejan Radonjic hereda el cargo de seleccionador de un Dusko Vujosevic con el que no obstante ha diseñado parte de la planificación previa al eurobasket. Metódico y expresivo, Radonjic mantiene como técnico buena parte de las constantes que mostró como jugador (Lovcen, Buducnost, FMp, Vojvodina…), faceta donde ya destacaba, además de su buena mano, por su dirección de equipo y por su inteligencia en la lectura de los partidos.
EL ASISTENTE: Aunque rara vez se suela reparar en la figura del asistente en este eurobasket hay dos selecciones en las que el peso de los mismos (ya sea directamente sentados en el banquillo o como “asesores”) va a ser incuestionable. Una de ellas es Turquia donde Bogdan Tanjevic tutelara la ascensión de Orhun Ene y la otra será Montenegro donde Dejan Radonjic tendrá que convivir con un Dusko Vujosevic que meses después de dimitir como primer entrenador aceptaba volver a la selección en calidad de asesor/ayudante.
Autentico líder del grupo que logro la clasificación para Lituania, pocos entrenadores europeos han conseguido tanta ascendencia sobre su equipos como Dusko Vujosevic en la que fue su ultima etapa en Partizan o en la propia selección montenegria. Un autentico ídolo para los aficionados del Pionir (algo que no siempre fue así), Vujosevic hizo de la necesidad virtud, sumando a su vocación y-excelente-capacitación en la formación de jóvenes a sus labores tácticas y de motivación , logrando resultados impensables dada la perpetua reconstrucción a la que se ve sometido un Partizan al que la temporada pasada llevaba a tocar el cielo. Seleccionador a la sazón de la joven Montenegro, a la que había ascendido a la división A y, Vujosevic lograba que el Partizan tiranizara la historia reciente de la liga serbia (9 ligas y 4 copas de manera consecutiva) e incluso de una liga adriatica, donde ningún equipo había conseguido revalidar título hasta que su Partizan encadenara los 4 últimos títulos. Pese a este excelso balance domestico, fue el escaparate de la euroliga el que devolvió al primer plano a un Vujosevic que repetía presencia en una final four, 22 años después de su primera aparición, en un record difícilmente igualable. Y es que, si bien a día de hoy todo son alabanzas, la carrera de Vujosevic vivió momentos de mucho menor reconocimiento.
Campeón liguero con el Partizan en el 87 (con el triple de Grbovic y el posterior fallo de Radovic desde el 4´60), en lo que suponía el quinto (y único en formato play-off) título en la historia de los de Belgrado (el anterior se remontaba al 82), Vujosevic se asoma a Europa en la temporada 87/88 llevando al Partizan a la primera final four de la historia y haciéndolo como primero de grupo (con el formato del año anterior hubiera jugado directamente la final). A nivel domestico, el esfuerzo europeo se paga y el Partizan acumula 7 derrotas en la temporada regular donde termina tercero. Pese a ello, se planta en la final y solo cede ante la emergente Jugoplastica (solo una derrota esa temporada) en el tercer y último partido de la final.
Oro en el europeo junior con la Yugoslavia de Komazec y Danilovic, la temporada 89 lleva al Partizan de Vujosevic a hacerse con la Korac (con un memorable partido de vuelta en la final ante el Cantu), la copa (87-74 ante la Jugoplastica en Maribor) y el liderato de la fase regular. Con la final programada por primera vez a cinco partidos, el Partizan cede en casa en el primero por 73-74 ante una Jugoplastica, que, como local esta vez, a falta de unos segundos domina por 5 puntos también en el segundo…polémica arbitral, una supuesta agresión a Divac por parte del publico, todo deriva en la retirada de un Partizan que es sancionado con la perdida del tercer encuentro y por consiguiente la final, cerrando en falso una temporada aciaga en ese aspecto (Italia y la Urss vivieron también la resolución de sus ligas fuera de las pistas).
Hasta aquí el currículo de Vujosevic, bien pudiera ser envidiable, pero todo comienza a torcerse en el año 90. Cesado en Granada en su primera experiencia foránea, su vuelta al Partizan deriva (amen del subcampeonato del 91) en problemas con algunos jugadores clave y en el año 92, Dusko cambia de acera para enrolarse en el Estrella Roja…coincidiendo con el título europeo de un Partizan dirigido por su ex pupilo Zeljko Obradovic. La supremacía de la Jugoplastica y la brillante carrera de varios de los jugadores de los que Vujosevic dispuso (Paspalj, Divac, Djordjevic…) y ese título de un Partizan con una plantilla aparentemente menor, terminan por desdibujar con el paso de los años la impronta del técnico montenegrino que a su vez inicia una autentica travesía por el desierto.
En un sorprendente giro, Vujosevic viaja hasta a Italia para hacerse cargo del trabajo de cantera de un Brescia que por entonces milita en la B1. Salto al primer equipo, acceso a la lega a través del Pistoia y finalmente Scavolini, donde es cesado, completan su aventura italiana. Dos años en el Radnicki preceden a su vuelta al Partizan, de la mano de un Predrag Danilovic que se convierte en su principal valedor y donde tras un inicio complicado, comienza a labrar lo que hoy bien pudiéramos calificar ya como una autentica leyenda.
Lograda la hazaña, Vujosevic decidía volver a combatir al destino aceptando la oferta de un ambicioso Cska de Moscú, donde tras una pretemporada prometedora entraba en una espiral de incomprensión y malos resultados que forzaba su cese y aumentaba la leyenda negra de su papel fuera de su entorno con la amargura de producirse poco después de su renuncia al cargo de seleccionador. Ahora, pasados los meses, Vujosevic estará en Lituania quizás recordando su papel de seleccionador en el eurobasket de 2003 y haciéndolo además con un papel que resulta difícil pensar que no trascenderá del de mero asistente. Y ahí, en ese rol y con la confianza de saber por donde se mueve, Vujosevic puede volver a ser el rey, parafraseando la gran canción de Nacho Vegas:
Pero en veintiocho años,
vean que la reconstruí
con estas sucias manos
un millar de veces y sigo viviendo así,
como un rey en mi palacio de papel.
Se está bien aquí, se está bien.
La mujer del tiempo anuncia un huracán,
pero no me iré; resistiré.
Y si hay un fuego aprenderé a arder.
Y si empiezo a arder aprenderé a apagarme.
DATOS, CLAVES, CURIOSIDADES…
GUIÑOS: El 6 de septiembre de 2008 en la ciudad holandesa de La Almare, la selección montenegrina inauguraba su periplo oficial con una victoria por 63-70 en un partido donde comenzaba a cimentarse el ascenso a la división A del basket europeo.
Debutante atípica entonces, Montenegro presentaba como mejores anotadores de aquel partido a dos ex campeones del torneo: Vlado Scepanovic y Predrag Dorbnjak mientras que por la selección naranja, en otro guiño del destino, el máximo realizador era un Kees Akerboom cuyo apellido también estaba ligado a la historia del torneo, ya que su padre había sido el máximo anotador del eurobasket 77. Considerado una de las grandes leyendas del baloncesto holandés, Akerboom comenzó su carrera en el Flamingo para pasar mas tarde al Den Bosch, manteniéndose durante 19 años en la elite conquistando la friolera de 12 títulos ligueros, incluso ha mediados de los 80 y ya semi retirado (estaba en una categoría inferior) el Den Bosch lo reclamo por las lesiones y todavía fue clave para meterlos en la liguilla de Copa de Europa, y es que también en las competiciones europeas Akerboom había dejado su sello siendo clave en el Den Bosch que alcanzaba la final de la Recopa de 1979, tras eliminar en la prorroga del partido de vuelta de las semifinales a la Virtus Bolonia de los Villalta, Cosic o Caglieris que solo unas semanas después sumaria su octava lega.
Ya en el partido decisivo los holandeses caían ante el intratable Cantu por 83-73 tras haber alcanzado el descanso a tan solo un punto de los italianos. Akerboom con 17 puntos fue el mejor realizador del EBBC mientras que en los de Arnaldo Taurisano John Neumann aportaba 26.
Volviendo a la relación con el eurobasket, Akerboom participó con la selección en tres europeos, destacando sobre todo su actuación en el de 1977 donde promedio más de 27 ptos, cebándose principalmente con España a la que endoso 38...
Tras un largo, e invicto, camino Montenegro completaría la primera parte del camino ascendiendo a la división A tras derrotar en una eliminatoria brillante a Suecia, buscando así la estela de un eurobasket que para varios de sus integrantes ya era territorio conocido (al margen de Scepanovic o Drobnajk, el propio Vujosevic o Nebojsa Bogavac ya sabían lo que era participar en una fase final).
EXPERIENCIA: Pese a ser una selección debutante, Montenegro presenta la paradoja de contar con un jugador que ya sabe lo que es participar en un eurobasket, en concreto para Vlado Scepanovic será su cuarto europeo tras participar con Yugoslavia en 1999 ,2001 y 2005 (ya bajo la denominación de Serbia y Montenegro), logrando el bronce en el 99 y el oro en 2001 donde además s convertía en el inesperado héroe de la final gracias a sus 19 puntos.
CENTIMETROS: Factor clave en una Montenegro que basa buena parte de su juego en sus hombres interiores y que por si fuera poco casi siempre utilizas treses altos.
RITMO: Marcado por lo anterior, a los montenegrinos les gusta jugar al son que marca Cook, sin grandes alardes en las transiciones y explotando su fortaleza interior. Si el partido se rompe y gana velocidad, los de Radonjic sufren.
TIRO EXTERIOR: Con la fortaleza de Pekovic y la habilidad de Dragicevic, los exteriores serán los que midan la temperatura de un equipo al que le cuesta tener regularidad desde el exterior, pero que cuando la encuentra se convierte en doblemente peligroso.
SERIEDAD: Pese a ser un equipo nuevo, Montenegro muestra un grado de concentración y seriedad en su juego que le emparenta claramente con la filosofía de juego de sus ex vecinos serbios.
DEFENSA: Buena en el aspecto reboteador y de dureza y contacto en el exterior, la defensa montenegrina adolece sin embargo de un mayor grado de intensidad/riesgo que pudiera llevarle a cambiar el sino de partidos que se le pongan cuesta arriba.
FALTAS: En el doble sentido, irregulares desde el libre para aprovechar las recibidas y con algunos problemas de hombres clave en el otro lado de la balanza. Dosificar a Pekovic y Cook clave para llegar con opciones a los finales de partido.
BANQUILLO: Sin ser brillante, el banquillo de los de Radonjic ofrece suficientes recambios, en especial en la pintura, de similar nivel lo que puede llevar al técnico del Buducnost a manejar una rotación amplia…algo que con la ampliación de la primera fase a 5 partidos puede ser fundamental.
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