Los
nuevos y ambiciosos proyectos de Barcelona y Panathnaikos marcan el
paso en un grupo C que encierra en sus entrañas una configuración
más que engañosa. Junto a los equipos que protagonizaran la final
del 96, un Lokomotiv sabiamente renovado y con Bartzokas al frente se
perfila como alternativa aunque sin descuidar lo que viene detrás. Y
es que, si Zalgiris ya lograba colarse en el Top 16 el curso este
parece claramente reforzado y todo mientras el estimulante Pinar ha
sabido reinventarse y el Stelmet ha configurado la que probablemente
sea la mejor plantilla de su historia.
GRUPO
C
BARCELONA
Obligado
a reinventarse tras un año en blanco a nivel local y sin
clasificación para la final four en la euroliga, el Barcelona Lassa
se presenta como un conjunto muy renovado. En un verano de grandes y
golosos nombres en el mercado de fichajes, el cuadro cule optaba por
una planificación distinta apostando por dotar a la plantilla de
profundidad y tono físico antes que de nombres propios. Con una
estructura un tanto frankesntiniana, el principal reto de Xavi
Pascual pasa por exprimir y dar cohesión a un grupo que por otra
parte este año si parece enteramente de su gusto. Renovado un Ante
Tomic llamado a ser decisivo por vias menos protagonistas, el
conjunto catalán ha reforzado el juego interior con la llegada de
Samardo Samuels y Olaseni Lawal cambiando de raiz la estructura un
tanto duplicada del año anterior. Excelente en el uso del cuerpo y
con facilidad anotadora, queda ver si Samuels puede aportar, al
margen de su solvencia interior, minutos de calidad como cuatro, tal
y como vaticinaba un Joan Creus aparentemente satisfecho del final de
su plan. Por su parte, Lawal esta llamado a aportar intimidación,
presencia en el rebote ofensivo y finalización. Un tanto peculiar en
lo defensivo, el nigeriano (que llega de ganarlo todo incluyendo el
Afrobasket) sufre en el 1x1 pero su actividad y sus ayudas pueden
contagiar al grupo...facilitando así la vida a jugadores como Justin Doellman quien con esta nueva estructura podrá lucir sus dotes en la
defensa de anticipación y quizás tapar sus enormes lagunas en la
interior. Con Vezenkov pidiendo paso a base de calidad, un mejor
rendimiento del ex de Valencia podría ser fundamental para los
cules. En el perímetro la llegada de Ribas y Perperoglou dota a los
de Pascual de solvencia defensiva, puntuales recursos en ataque y
disciplina ofensiva, quedando en el aire su papel en los días clave.
Buenos jugadores de complemento, el estado físico de Navarro, Oleson
e incluso Abrines habrá de marcar la definitiva jerarquía. Con
Satoransky en plena explosión, la otra gran novedad es la llegada de
Carlos Arroyo. Autentica leyenda del basket ofensivo, el boricua
tendrá la misión de ser el gran generador de juego de la segunda
unidad. Incuestionable en cuanto a su calidad, queda ver como
responden sus piernas en el tramo final de curso. En definitiva, el
Barcelona presenta una plantilla sin casi nada que envidiar a las más
fuertes del torneo pero con dudas claras. ¿Podrá Ribas confirmar su
buen inicio y dejar atrás su historial de irregularidades en días
clave? ¿Aguantaran las piernas de Arroyo el paso de los meses?
¿Podra Navarro ser siquiera un factor? ¿Podrá Doellman ser un poco
más efectivo en partidos trabados?. Muchos interrogantes (y nos
dejamos unos cuantos) pero a poco que dos o tres tengan respuesta
afirmativa nadie debería desdeñar a los blaugranas como claros
candidatos al título.
PANATHINAIKOS
Sin
duda otro de los grandes atractivos del grupo B, será el de observar
la evolución del nuevo y ambicioso proyecto del Panathiniakos.
Apurado por ciertas estrecheces económicas y buscando un
rejuvenecimiento y helenización de la plantilla, el club verde se
colocaba la temporada pasada en manos de Dusko Ivanovic. El
montenegrino lograba dar protagonismo a Pappas o Jankovic, mejoraba
el concepto estilistico frente al mostrado por Pedoulakis, rotaba a
los jovenes a nivel local (incluso Charalampopoulos tenía su espacio
en euroliga) y lograba el título de copa derrotando en cuartos de
final al Olympiacos (tal como acaba de hacer este año Djordjevic).
Pese a todo eso, la segunda derrota liguera ante los del Pireo hacía
saltar las alarmas e Ivanovic era despedido. En su lugar, y tras la
transición del final de curso, llega un Aleksander Djordjevic
avalado por su reciente papel al frente de Serbia pero aun con un
escaso bagaje a nivel de club. Intuitivo, inteligente, nada dogmático
en las rotaciones y con carácter, el técnico serbio debe demostrar
aun una mayor capacidad de reacción en los malos momentos y unas
mayores dosis tácticas en la balanza con el tema motivacional. Para
ello, Djordjevic contará con una plantilla no excesivamente larga,
con espacio para el crecimiento durante el año pero sin duda
claramente reforzada respecto a la del curso anterior. Con un
Diamantidis en su gira de despedida, el regreso de Nick Calathes
garantiza solvencia en la dirección. Con Jankovic asentado, el
estado físico de Pappas pasa por ser una de las claves en un
perimetro al que llegan Feldaine y Pavlovic. El primero debe ser el
soporte anotador en momentos de apagón, mientras que el ex de
Partizan apunta a ser un jugador clave que incluso puede tener
minutos como cuatro. Con Gist y Fotsis poniendo exuberancia y tiro
exterior en el cuatro, en el puesto de pivot Djordjevic se trae a
Raduljica y Kuzmic configurando una línea interior de primera fila.
Junto a ese núcleo duro, el papel de jóvenes como Charalompopulos
(que pintaza tiene) o en menor medida Lountzis o Papagianis completa
un equipo que apunta a ser un rival duro, competitivo e incómodo y
que a poco que logre minimizar sus carencias en el tiro exterior
puede aspirar a pelear por colarse en los cuartos de final.
LOKOMOTIV
KUBAN
En
la que será su segunda participación en la euroliga, el Lokomotiv
Kuban se presenta con un proyecto reformado y que debe intentar
olvidar la perdida de un Derrick Brown fundamental para entender la
historia reciente del club de Krasnodar. Para lograrlo el primer aval
parece llegar con la contratación para el banquillo de un ex campeón
como Georgios Bartzokas. Una mala pretemporada y la derrota inicial
en la VTB en la pista del Nymburk (pista que este año será muy
complicada todo sea dicho) sembraban un primer atisbo de preocupación
que tiene su mayor vértice en el estado físico de Anthony Randolph.
Con destellos deslumbrantes el curso pasado, un año más de
adaptación y un equipo construido en torno a él deben de hacer de
Randolph una de las grandes figuras del torneo. Junto al ex de LSU,
la continuidad de Malcolm Delaney dota al conjunto ruso de una
amenaza extraordinaria en un puesto de base al que además llega
Dontaye Draper para aportar equilibrio. Junto al ex del Efes, el Loko
refuerza su plantilla con otros cuatro fichajes de notable nivel:
Chris Singleton (que debe aportar solvencia ofensiva interior),
Victor Claver (nivel defensivo y polivalencia entre el 3-4), Kyrilo
Fesenko (que debe ser de impactos cortos pero notables en la pintura)
y, una de las grandes debilidades de quien esto escribe, el
australiano Ryan Broekhoof. Junto a esa polivalente estructura de
siete jugadores foraneos, Bartzokas dispondrá de una más que
correcta base nacional en la que destacan jugadores como Bykov,
Voronov, Zozulin o un Zubkov listo para dar el paso al siguiente
nivel. Equipo nuevo, entrenador de los que gusta ir
construyendo...solo queda ver si el Lokomotiv tiene el tiempo
necesario para acoplar su nueva estructura. Una estructura peculiar,
poliédrica pero de la que bien pudiera salir un gran animador del
curso 15/16.
PINAR KARSIYAKA
Tras
unos años de continuo crecimiento, salpicados con presencias en
semifinales ligueras y algún que otro éxito “copero”, el pasado
año el Pinar Karsiyaka se convertía en una de las grandes
sensaciones europeas al logra el título de la TBL dejando en la
cuneta de manera sucesiva a Fenerbahce y Efes, y haciéndolo además
con una propuesta de juego valiente, divertida y rica en lo tactico.
Perdida toda su línea exterior (Dixon, Diebler y Strawberry todos
acomodados en la euroliga) y su sexto hombre (Hersek), el club de
Izmir sumaba su primer gran tanto con la continuidad del autentico
arquitecto del proyecto, un Ufuk Sarica que deberá conjugar su
apuesta por un basket directo con una plantilla sin tantos referentes
claros pero probablemente más larga. Debutante en el actual formato
(su experiencia en Copa de Europa se limita a su participación en la
87/88 donde caían con el Pau Orthez), el conjunto turco lograba en
verano retener a su pareja titular interior. Con Palacios poniendo
solvencia ofensiva, este debe ser el año de la definitiva eclosión
de un Kenny Gabriel de infinitas posibilidades. Junto a los
supervivientes del año pasado, Sarica dispondrá del ex baskonista
Colton Iverson para aportar rebote y entrega y de un Kerem Gollum que
debe sumar poso. Por fuera, la imposible tarea de olvidar a Dixon,
recae en las manos de un Joe Ragland que a su manera puede encontrar
un habitat más ideal para su juego que el vivido el año pasado en
Milano. Para respaldarlo (y probablemente compartir pista en muchos
momentos), el Pinar contará con la cesión de un Sipahi que necesita
dar un paso adelante en el tiro y en la decisión ofensiva. En las
alas, la llegada de los dos Carter (Justin y Josh) configura una
pareja explosiva con tiro exterior por un lado y explosividad en el
otro. En la recamara queda un Altintig con ganas de reivindicación y
jugadores como Senturk o Koc. En definitiva, el Pinar se presenta
como un equipo con un techo menor que el del curso pasado pero a la
vez con una mayor cantidad de efectivos que deberían llevarle a la
pelea por la clasificación al Top 16 cuanto menos en igualdad de
condiciones que Zalgiris o Stelmet.
ZALGIRIS
KAUNAS
Tras
su sorprendente temporada pasada, el Zalgiris de Krapikas vuelve a la
carga respaldado en su ideario por la plata lituana en el eurobasket
y con el regreso al basket báltico de Kalnietis, Seibutis y Pocius
en lo que debería ser una línea exterior de garantías a poco que
el físico responda. Fiel espejo del actual basket lituano (en
especial dela propia Kaunas) la llegada de los tres internacionales,
las salidas de Milaknis y Anderson y y la continuidad de Lekavicius,
Lipkevicius o Ulanovas conforma un perímetro competitivo, agresivo y
feliz en campo abierto pero con problemas en estático, en la lectura
de juego y el tiro exterior. Todo ello a expensas del papel que pueda
dibujar un Oliver Hanlan clave por la configuración del resto de la
plantilla. Con la pareja Jankunas-Javtokas manteniendo el fuerte
interior, la llegada de un excelente jugador como Brack Motum otorga
una nueva dimensión al juego interior de un equipo lituano en el que
hay que ver como acaba respondiendo Ian Vougioukas. Con capacidad
para ser clave en la pintura, su falta de explosividad y sus buenos
movimientos entran en contradicción con la corriente mayoritaria de
opinión en un lado del mundo en el que se califica a Kavaliauskas
como “la maricona de Vilnius” por su el excesivo refinamiento de
su juego. En la recamara queda el papel para jugadores como Vecvagars
o Vene tras su paso por el eurobasket, especialmente fructifero en el
caso del estonio. A buen seguro competitivos como locales, la
adaptación de Hanlan y el mantenimiento del espíritu del año
pasado pueden ser fundamentales para un Zalgiris muy reforzado en
líneas globales pero con las mismas debilidades pretéritas. Con
todo, el top 16 no parece, pese a la fortaleza del grupo, una meta
nada inasequible.
STELMET ZIELONA GORA
Dirigido
por el técnico esloveno Sasa Filipovski, el Stelmet Zielona Gora
regresa a la euroliga tras sumar su segundo título de la historia.
Para la empresa, el conjunto polaco presenta un conjunto muy renovado
en el que no obstante mantiene la columna vertebral formada por los
internacionales Koszarek, Zamojski y Hrycaniuk. Desparpajo, tiro
exterior y trabajo interior para respaldar al que sin duda es el gran
fichaje del año, un Mateusz Ponitka que tras su gran año en
Oostende solo parece estar a un punto de mayor regularidad exterior
para acabar de reventar como la estrella que se intuye. Junto a
Ponitka, la llegada de Gruszecki apuntala el bloque nacional a la par
que genera una mayor respuesta ofensiva (ojo a su manera de atacar el
aro). Por lo demás, la llegada de Dee Bost debe generar un buen
caudal de juego a falta de ver su compatibilidad con Koszarek. Por si
fuera poco, desde Podgorica llegan Jr Reynolds (algo irregular pero
que debe ser importante) y el ala-pivot Nemanja Djurisic quien deberá
buscar su sitio en un juego interior al que también llegan los
brazos de Szewczyk, el buen hacer de Dejan Borovnjak y ese lujo que
siempre es Vlad Moldoveanu. Con estos mimbres, sumados a la apuesta
de futuro encarnada en Zywert y en el otro Ponitka (Marcel), el
Stelmet presenta la que probablemente es la plantilla más fuerte de
su historia. Probablemente aun lejos de la elite continental, el
conjunto de Filipovski debería convertirse en un hueso como local a
la espera de poder asaltar a Pinar, Zalgiris o incluso Lokomotiv en
busca de un nada imposible Top 16.