Sin
duda, uno de los encuentros más interesantes de la última jornada
de la primera vuelta del top 16 fue el que enfrentó al Panathinaikos
y al Anadolou Efes. Interesante de por si en lo
clasificatorio, el duelo entre el conjunto turco y el griego cuenta
con una historia propia que, incluso, trasciende la habitual
rivalidad entre escuadras de los dos países. Enfrentados por primera
vez en la temporada 93/94 con doble triunfo del entonces Efes Pilsen
(67-82 en Atenas y 68-59 en Estambul) con grandes actuaciones de
Sarica y Naumoski, en un doble duelo que sentenciaba las dos primeras
plazas del grupo B. Con todo, los duelos más trascendentes entre
Efes y Panathinaikos llegarían años después con un doble
enfrentamiento en las semifinales de 2000 y 2001. Tanto en Salonica
como en Paris, el cuadro verde se imponía dejando en la cuneta a los
cerveceros en sus dos únicas apariciones en la final four. Rivales
habituales desde entonces, el otro gran precedente entre ambos habría
que buscarlo en 2005, dentro de una eliminatoria de cuartos de final
tan apasionante como polémica. Entonces, como en 2001, los
banquillos de Panathinaikos y Efes cobijaban a Zeljko Obradovic y
Oktay Mahmutti respectivamente, en un duelo de banquillos que
este top 16 ha revivido, en esta ocasión dirigiendo al Fenerbahce y
el Darussafaka respectivamente.
Con
Obradovic de por medio, no resulta complicado encontrar historias
cruzadas en casi todos sus enfrentamientos del grupo, incluyendo su
duelo con quien fuera su padrino (también en la vida civil y en
sentido literal) Dusan Ivkovic y quien fuera su ex compañero
y luego pupilo Aleksandar Djordjevic. Sentados hoy en los
banquillos de Efes y Panathinaikos su duelo de esta jornada configura
una de las notas más destacadas del año. En la previa las buenas
palabras fueron la nota predominante. Unas palabras tan medidas como
frío fue el abrazo final en el que era su primer duelo en los
banquillos.
Sin
excesivo esfuerzo, no resulta complicado asociar las figuras de
Ivkovic y Djordjevic, partiendo, por ejemplo, del hecho que el
segundo ocupa en la actualidad el cargo de seleccionador serbio al
que llegaba tras la salida del propio Ivkovic. Un poco más atrás en
el tiempo, podría recordarse que en 1991 y 1995, Djordjevic se
proclamaba campeón de Europa de selecciones con Yugoslavia a
las ordenes del hoy técnico del Efes. Pero aun siendo esa ya una
buena excusa para jugar al viejo juego de las relaciones cruzadas, su
particular intrahistoria podría rastrearse mucho antes...
Un
rincón de Belgrado
Aunque
por lo general se ha situado el epicentro del baloncesto de Belgrado ( y por extensión en su día poco menos que el de Yugoslavia) en el
centro de la ciudad, no toda su historia puede circunscribirse a esas
coordenadas. Entorno a Kalemegdan dentro de la muralla la vida giraba
en torno a Partizan o Estrella Roja, mientras que fuera de la misma
el OKK Beograd disfrutaba su propio espacio. Sin embargo un cuarto
foco acabaría por ocupar por derecho propio un sitio en la historia.
Situado al este de la ciudad, Crvena Krst encarnaba en los años 60
la perfecta simbiosis de barrio a medio camino entre lo obrero y lo
bohemio. En ese contexto particular tenía cobijo el entonces cuarto
grande de Belgrado: el KK Radnicki. Entorno propio por la “lejania”
del centro, cuna de árbitros y pionero en la celebración de torneos
de 3X3 o minibasket aprovechando sus canchas al aire libre, Crvena
Krst y el Radnicki pronto se significarían por otro aspecto más:
Ser la cuna de toda una escuela de entrenadores. Con Ranko Zeravica
como ejemplo más redondo, del entorno del Radnicki surgen nombres
como los de Milan Vaojsevic, Bora Cenic o Dragoljub Pljakic...amen de
otras cuatro figuras capitales. Ayudantes en distintas etapas del
propio Zeravica, Crvena Krst es el punto de partida a su vez de las
carreras de Dusan Ivkovic y Bozidar Maljkovic. Antes que ellos, otros
dos nombres surgen como ejemplo rotunda de la importancia de aquel
peculiar ecosistema: Solobodan “Piva” Ivkovic (hermano de Dusan)
y Bratislav "Bata" Djordjevic (padre de Sasa).
Jugador
de innegable talento en el Radnicki de los años 60, una lesión
ocular precipita la prematura retirada de “Piva” Ivkovic
saltando sin solución de continuidad a los banquillos.
Intuitivo, con fama de innovador y fiel a las ideas de Zeravica,
pronto comienza a labrarse una más que interesante carrera. Tras ser
uno de los pioneros en los viajes a Usa donde entabla una relación
de amistad con John Wooden, Piva Ivkovic se hace cargo del primer
equipo del Radnicki dirigiéndolo por más de una década. Sin
grandes estrellas más allá del tercer Ivkovic (Dragan, en este caso sin
parentesco) o de Srecko Jaric (padre de Marco), “Piva” lleva al
Radnicki al título liguero de la 72/73 , y a las semifinales de Copa
de Europa del año siguiente. Bajo su dirección, el Radnicki suma, a
su vez, la copa de 1976 en lo que supone su despedida oficial de un
Radnicki que en el curso siguiente cae en la final de la Recopa por
tan solo un punto ante el Cantu ya dirigido por el antes citado
Milan Vaojsevic. Al margen de su etapa a nivel de club, donde también
sería entrenador entre otros del MZT Skopje o el OKK Belgrado, Piva
Ivkovic sucede a Ranko Zeravica dirigiendo a la seleccionador junior
en los juegos de los balcanes y en el europeo de Vigo en 1968 donde
se alza con la plata en una selección en la que destacan Slavnic,
Simonovic o Vinko Jelovac. A su vez, en la década siguiente Ivkovic
dirige en diversas ocasiones a la selección “B”.
El Radnicki de la 72/73 que dirigía Pivo Ivkovic y donde figuraba el tercer Djordjevic: Miroslav
Por
su parte, Bratislav “Bata” Djordjevic surge también como
jugador del Radnicki antes de dar el paso a los banquillos. Dentro de
una extensa carrera, sus mayores éxitos llegan
dirigiendo al Estrella Roja donde logra la copa del 71 y un año
después alcanza el título liguero en un partido de desempate ante
una Jugoplastika que semanas atrás se había quedado a un paso del
título de campeón de Europa. Slavnic, Simonovic, Rakocevic o
Kapicic forman una escuadra que al margen de sus éxitos locales
logra alcanzar la final de la Recopa del 72. A finales de los 70,
Djordjevic lleva al Radnicki a alcanzar la final de copa del 78 a la
vez que recluta del Usce (un club amateur)a Bozidar Maljkovic como
asistente en una faceta que se repetiría a la inversa en el Limoges
campeón de Europa del 93.
A
lo evidente de esos éxitos deportivos de Ivkovic y Djordjevic,
conviene añadir el exigente contexto donde se producen. En una liga
yugoslava de los 70 en la que los jugadores no podían salir a jugar
hasta los 28 años y donde se acumulan los éxitos de la selección
gracias a una generación dorada, echar un vistazo al historial de
esa década permite valorar hasta que punto era complicado arañar la
gloria. Considerada
por muchos como una década de más nivel incluso que la de los 80,
lo que esta claro es que la “prva liga”fue el ecosistema perfecto
donde convivieron un montón de equipos de primer nivel. Basta echar
un ojo al palmares de aquellos años para comprobar la cantidad de
equipos que pelearon por liga y copa. Ese nivel, no solo se
circunscribió a las fronteras yugoslavas. El Bosna Sarajevo fue
campeón de Europa en el 79, la Jugoplastika perdió por un punto (y
con polémica seria) la final del 72 y a las semifinales de la “copa
gorda” llegaron el Estrella Roja en el 73 ,el Radnicki en el 74, el
Zadar en el 75 mientras que en la liguilla del año 78 los de Split
se quedaban a un solo triunfo de la final. Fuera de la Copa de
Europa, en la Recopa el Estrella Roja alzaba el título en 1974 en un
decenio que también contemplaba los subcampeonatos del propio
Estrella Roja (72 y 75), Jugoplastika (73) y Radnicki (77). Unos
éxitos que tenían su continuidad en la Copa Korac. Un torneo que se
inauguraba en la 71/72 con la Lokomotiva de Zagreb venciendo en la
final al OKK Belgrado y que solo en sus primeros años vería los
títulos de Jugoplastika (76 y 77) y Partizan (78 y 79) o los
subcampeonatos de Partizan (74) o Bosna (78). Y
todo eso sin contar, con inunmerables presencias en semifinales,
incluyendo la del Rabotnicki en la Recopa del 76, aquella de las
históricas remontadas del Estudiantes.
Con
todo, para comprender el papel de Piva Ivkovic y Bata Djordjevic no
basta con contemplar el aspecto meramente deportivo. Y es que fuera
de las pistas ambos acaban por resultar cruciales en la historia del
Kosarka. Juntos impulsan la creación de la Asociación nacional de
entrenadores de la que Ivkovic es el primer presidente. A su vez,
Djordjevic funda la editorial “ Playmaker
& co” y con los años llega a ser el presidente del Strucni
Savet. A modo de anécdota, su relación se extiende hasta los
Emiratos Arabes donde ambos llegan a entrenar y donde el propio
Djordjevic acaba por establecerse como seleccionador. Cuentan que de
junior el pequeño Sasa se pasó parte de un verano ayudando a su
padre, desde luego las imágenes hoy serían impagables...
LOS
PRIMEROS PASOS DE ALEKSANDAR DJORDJEVIC
Djordjevic e Ilic a las ordenes de Miljkovic en el Radnicki cadete
Vistos
los precedentes, resulta poco menos que una obviedad afirmar que el
pequeño Aleksandar crece en un ambiente puramente baloncestistico.
Acompañando a su padre el infante Sasa acude a los entrenamientos
del Estrella Roja donde cuentan que se convierte en el ojito derecho
de un Moka Slavnic que se divierte jugando unos contra unos contra el
chaval, sin sospechar lo importante que sería en su carrera
posterior. Pese a todo, el pequeño Sasa crece como aficionado al
Partizan por la influencia de su abuelo partisano siendo famosa la
foto en el que de niño enarbola una bandera blanquinegra en el derby
en el que Simonovic se iba hasta los 59 puntos.
El pequeño Sasa honrando a su abuelo....y un poco más crecido junto al mariscal Tito
Con
apenas 10 años Djordjevic pasa ya a formar parte de la historia del
kosarka al ser uno de los jugadores que disputa el primer gran torneo
de minibasket del país en una Hala Sportova de Nuevo Belgrado que
con el tiempo le sería muy familiar . Lo hace defendiendo al Marko
Oeskevic su escuela primaria y lo hace además dirigido por Bozidar
Maljkovic, en esos momentos asistente del padre de Sasa en el
banquillo del Radnicki. Casual o no, esa es la primera influencia
para un Aleksandar que con el tiempo habrá de trabajar a las ordenes
de buena parte de la élite europea en los banquillos. Tras ese
primer eslabón, Djordjevic pasa a formar parte de las categorías
inferiores del Radnicki donde coincide con Nebojsa Ilic a las ordenes
de Goran Miljkovic. Por formar físicamente, Sasha comienza a dar
muestras de su capacidad de trabajo y sobre todo de su capacidad de
mando. Bata Djordjevic ha dejado el banquillo a su asistente
Maljkovic para pasar a los despachos y a las ordenes de Boza el
primer equipo firma dos temporadas a muy buen nivel. Tras esos dos
cursos, Maljkovic sorprende al dar un paso atrás y se va al Estrella
Roja para pasar a ser asistente de Ranko Zeravica (ex jugador de
Radnicki). El elegido para sustituir a Boza es Dusan Ivkovic, el
hermano de Slobodan . Maljkovic e Ivkovic por cierto se conocían
bien pues, años atrás, habían estado un mes juntos en Estados
Unidos becados por la federación como dos de los entrenadores más
prometedores de Yugoslavia.
Ivkovic, un poco más joven que en la actualidad...
Dusan
Ivkovic, a la sazón también ex jugador del Radnicki, había
accedido al primer plano siendo asistente de Zeravica en el Partizan
del 78 que se lleva la Korac ante el Bosna en la mítica final de
Banja Luka. La siguiente temporada, el paso atrás por motivos de
salud del propio Zeravica, deja a Ivkovic al frente de un Partizan
donde, pese a la ausencia de Dalipagic, logra repetir título en la
copa Korac a lo que suma el doblete nacional. Tras ese rutilante
éxito, Dusan se va a Salonica donde pasa dos años en el Aris antes
de arribar en el Radnicki. Un Radnicki que pasa por problemas
financieros y que ese mismo verano pierde a alguna de sus referencias
en la pista. Sea como sea, tras un catastrófico año el Radnicki
desciende y lo que es peor se deshace de su estructura de categorías
inferiores. Ivkovic que había subido al primer equipo a Ivica
Mavrenski (mvp del europeo juvenil del 83) recibe algunas críticas
por su pasividad al respecto pero continua en el puesto.
El Radnicki en los cromos de la 81/82 con Boza de entrenador
De
esa manera, Djordjevic junto a Ilic, el resto de sus compañeros y el
propio Goran Miljkovic pasan a formar parte de la estructura del
Estrella Roja. Tras solo unas semanas de evaluación, Djordjevic es
descartado. La decisión última la toma Zdravko Kubat aunque es el
propio Miljkovic quien se la comunica a Sasa, a la vez que le anima a
probar suerte en el Partizan. Excelente y reputado formador,
Miljkovic apuesta firmemente por Djordjevic pero recién llegado al
Crvena su influencia es muy escasa. Con el propio Nikolic como
intermediario, Djordjevic llega al Partizan donde su historia cambia
de manera radical. En apenas unas semanas Borislav Dzakovic le hace
debutar en el primer equipo en plena temporada 83/84. La 84/85 se
abre con la llegada de Zoran Slavnic al banquillo de los partisanos y
el circulo se cierra, de jugar unos contra unos con un infante Sasa a
establecerlo como miembro regular de la primera plantilla. El
Partizan cae en semifinales , resultado que el fichaje de Petar
Vilfan y la llegada al banquillo de Vladislav Lucic no pueden superar
el curso siguiente. Con una madurez impropia de sus años, Djordjevic
empieza a destacar por su buen bagaje técnico, su buena dirección y
una notable capacidad defensiva. Aun sin en la capacidad de tiro que
le haría famoso, Sasha ya protagoniza sus primeros días de acierto
ofensivo alcanzando su cenit en la disputada semifinal liguera ante
la Cibona, con el recordado 124-123 a la cabeza.
En
el verano del 86 llegan al Partizan Zarko Paspalj (clave junto a
Dusko Ivanovic en el tercer puesto del Buducnost el curso anterior) y
un Vlade Divac del que poco más hay que decir. Tras un inicio
titubeante, en Enero el Partizan decide cambiar de entrenador y llega
al equipo un joven Dusko Vujosevic cuya carrera había comenzado en
la segunda división, dirigiendo a un Okk de Belgrado (con
Cvjeticanin cedido por el Partizan por cierto) en el que había
sucedido al omnipresente Slobodan Ivkovic. Con Sasha repartiendose el
mando con Zeljko Obradovic, la sangre nueva y el rendimiento ofensivo
de Goran Grbovic multiplican las opciones de un equipo que acaba por
llevarse el título liguero ante el Estrella Roja. Djordjevic se
asoma a su vez a una Europa dentro de una copa Korac donde consigue
alguna de sus mejores actuaciones individuales del año: 22 puntos en
Zaragoza, 30 en Torino... todo parece ir rodado y la 87/88 no será
una excepción.
En
paralelo a su progresión en el Partizan, Djordjevic ha ido
labrándose una emergente carrera en la selección. Fuera
del radar en categoría cadete, la primera aparición oficial de
Sasha Djordjevic llega en el preuropeo junior del 84. De la manos de
Rusmir Halilovic, el base de Belgrado participa en Estambul en la
fase de clasificación para el europeo de Suecia. Con solo una
derrota, ante los anfitriones el último día, Yugoslavia certifica
su pase a un torneo en el que se colgará el bronce aunque ya sin la
presencia de un Djordjevic que en el preuropeo había tenido una
presencia testimonial entre los Pavicevic, Perasovic, Paspalj o
Nakic. Tan solo un año después, y con Goran Miljkovic en el banco,
Djordjevic repite convocatoria junior en el equipo que disputa los
juegos de los balcanes, aunque al estar inmerso en la dinámica del primer equipo no obtiene permiso para viajar a Manheim. Oro sin conocer la derrota, Yugoslavia tiene
en Djordjevic a su máximo anotador con 135 puntos, 83 más que un
Ilic que es el segundo máximo realizador del equipo. Meses más
tarde, y con Svteslav Pesic como entrenador, Djordjevic repite en los
juegos balcánicos senior sumando un nuevo oro ,aunque con un papel
lógicamente algo menos preponderante, en un conjunto en el que
sobresale su compañero en el Partizan Danko Cvjeticanin junto a
nombres como Stojko Vrankovic, Slobo Jankovic o el genial Mario
Primorac. En la recta final del año, y tras participar en la
preseleccion para la universiada de Kobe, Kresimir Cosic cita a
Djordjevic para disputar el torneo de navidad de Madrid y tres
amistosos con la selección absoluta , en uno de los cuales el joven
base del Partizan endosa 29 puntos a Cuba. 1986 trae, al margen de
una pequeña decepción en los juegos de los balcanes, el primer gran
éxito de un Sasha Djordjevic que bajo las ordenes de Pesic, se
cuelga la medalla de oro en el europeo de Gmunden. Junto a los Kukoc,
Radja, Divac o Ilic (máximo anotador plavi) Sasha destaca en la
dirección de un grupo llamado a ser histórico. Si el 86 es bueno,
el verano del 87 habrá de ser mejor. Junto a Radja, Kukoc y Divac,
Djordjevic es seleccionado por Cosic para disputar el eurobasket de
Atenas...al que Sasa acabará yendo con suspense. Dado de baja por la
federación por enfermedad, el base del Partizan es sustituido por un
Ilic siempre tan ligado a su carrera (llegaron incluso a realizar el servicio militar a la vez y hoy coinciden en la selección). Pero, en una vuelta más de
tuerca, este tiene un problema con su pasaporte y Sasa es llamado de
nuevo para el eurobasket. Con una presencia testimonial Djordjevic
aprovecha su hueco para endosar 20 puntos a Rumanía y acaba por
tener un papel preponderante en el partido por el bronce ante España.
Lejos
de ser el cenit del verano, este llega en Bormio donde con la
selección junior, en la que Pesic le ha nombrado capitán,
Djordjevic se proclama campeón del mundo junto a una generación
poco menos que irrepetible.
Ilic y Djordjevic con el oro de Bormio
Arranca
así la temporada 87/88. Aunque, de inicio, la marcha doméstica no es
igual de brillante que el curso anterior , el Partizan se convierte
en la sensación de la copa de Europa terminando como líder la
liguilla semifinal entrando por la puerta grande a la final four de
Gante, de hecho con el formato del año anterior hubieran entrado
directamente en la final. Tras caer en las semifinales ante el
Maccabi, el Partizan repite final domestica tras eliminar a la Cibona
en la penultima ronda domestica. Sin factor pista, los de Belgrado
logran trabar el tercer partido sacando de su juego a un Drazen
Petrovic que vive su último partido en Yugoslavia en la que es su
tercera eliminación consecutiva como local. Al finalizar el
encuentro y un tanto desquiciado por la defensa a la que se ha visto
expuesto surge la polémica: Djordjevic y Petrovic se encaran y el de
la Cibona afirma que va a vetar la presencia de Sasa en la selección
a lo que este replica con insultos. Sea como sea, el Partizan alcanza
de nuevo la final .
Tras
sendas victorias locales, la Jugoplastika, con un espléndido Sobin
que suma 27 tantos y minimiza a Divac, se proclama vencedora y abre
las puertas a su participación en la Copa de Europa. En una época
en la que sólo el campeón liguero acude a la Copa de Europa, el
título nacional cobra especial relevancia como bien podían
atestiguar la Cibona del 86 o el Tracer de Milán del 88, quienes
tras proclamarse campeones de Europa no podían defender su condición
la temporada siguiente.
¿
EXISTIÓ EL VETO?
Sasa pasa, Drazen admira...
A
riesgo de pecar de anticlimaticos y de abusar del spoiler, la
respuesta más evidente parece ser que si. Tras el eurobasket de
Atenas y el mundial junior de Bormio, Sasa vuelve a la selección
durante la temporada 87/88 participando en todos los partidos que
disputa Yugoslavia tanto amistosos como clasificatorios para el
eurobasket 89 (donde Yugoslavia debía ganarse plaza pese a ser el
anfitrión). Tras las semifinales ante la Cibona y la amenaza de
Drazen, Sasa limita su papel en la selección a un
nuevo oro en los juegos de los balcanes del 88 y a su presencia en la
universiada del 89 . No volverá hasta 1991. La vuelta no parece
coincidencia tampoco y no se confirma hasta que se concreta la
ausencia de Drazen. Para reforzar la sensación, mientras el de
Sibenik no despeja la incógnita de su presencia, Djordjevic no
figura entre los preseleccionados. Tras el no definitivo del croata
(añadido a la renuncia de un Zeljko Obradovic que pasa directamente
a ser entrenador del Partizan) es cuando Sasa vuelve a la selección,
incorporándose justo en el séptimo amistoso previo al europeo...y
todo cuando su carrera sigue creciendo.
En el eurobasket de Atenas...
A
nivel personal, la 88/89 significa un enorme paso adelante para un
Djordjevic al que la baja de Obradovic le confiere un rol mucho más
determinante en el aspecto ofensivo. Campeones coperos en Maribor
ante la Jugoplastika, los de Belgrado suman el segundo título del
año alzándose con la copa Korac ante el Cantu. Djordjevic supera la
veintena de puntos en los dos actos de la final y por si fuera poco
resulta clave en el triunfo liguero sobre la Jugoplastika que, a dos
jornadas para la final de la fase regular, da la ventaja de campo al
Partizan. Tras algunos apuros en unas semis donde los triples de
Oliver Popovic y la vuelta de Miroslav Peckarski de USA se antojan
claves, el conjunto de Belgrado alcanza la final, donde esperan la
otra vez los de Split. Con la final programada por primera vez en la
historia a cinco partidos, el duelo se antoja clave no sólo para
dirimir la hegemonía en Yugoslavia sino también en Europa… y es
aquí donde Zan Tabak emerge en el inesperado actor que acabaría por
cambiar el rumbo de la historia. En un partido trabado y más del
gusto de los de Split, el primer acto de la final llega a sus dos
últimos minutos con 71-70 para el cuadro local, pero un mate de
Radja tras un excelente pick n´roll con Sretenovic y una canasta de
Sobin tras un error de Danilovic colocaban un 71-74 en el marcador.
En un tramo final lleno de nervios, el Partizan reduce distancias con
dos tiros libres de un Divac que acaba de forzar la quinta falta a
Dino Radja. Una gran defensa posterior fuerza a los de Maljkovic a
agotar la posesión por lo que el balón del partido pasa a las manos
de un Partizan que de nuevo trata de buscar a Divac, logrando que
este fuerce la eliminación de Sobin. En esa tesitura aparece un Zan
Tabak que
no había disputado ni un sólo segundo de partido hasta el momento y
que tiene la misión de enfrentarse a Divac. Con siete segundos por
jugar, el pívot del Partizan
lanza
un semigancho que tras tocar el aro es barrido por el hoy entrenador
del Maccabi. Ese palmeo devuelve el factor pista a la Jugoplastika…
en una final que no habría de acabar, ya que en el segundo acto y
tras verse 5 abajo, un supuesto monedazo a Divac
(la
final se jugaba de manera alterna en cada pista) provoca el abandono
del Partizan y una posterior sanción que daba por terminada la
final.
La 89/90 resulta diametralmente opuesta. Divac y Paspalj se van a la nba, Danilovic se lesiona y Sasa tiene que realizar el servicio militar por lo que apenas pasa de jugar algunos partidos en la Recopa. Un año más tarde, con Djordjevic y Danilovic ya de vuelta,el regreso de Paspalj devuelve la competitividad a un equipo que no obstante no puede plantar cara a un Pop 84 intratable en la que a la postre resulta ser la última final de la liga yugoslava. En el 90 Sasa prueba con los Celtics, en una encuesta entre los entrenadores de la liga yugoslava sale elegido de manera abrumadora como mejor base del país...el veto parece claro.
HISTORIA
DE UNA FRUSTRACIÓN, LAS RAZONES DE DRAZEN
Sin ánimo de justificar el (supuesto) veto de Petrovic, hay razones que
bien podrían explicar parte de su ira tras aquella derrota del 88,
recapitulemos...
Leyenda
como pocas, el nombre de Drazen Petrovic suele ir asociado a términos
relacionados con el triunfo, la voracidad, la superación o incluso
la precocidad. Ciertos algunos de ellos y menos otros, nadie duda que
la figura del de Sibenik es una de las más trascendentales de la
historia del basket europeo. De una enorme dureza mental y capaz de
reinventarse para sobrevivir y luego triunfar en la Nba, sus éxitos
con Yugoslavia o su dominio en las competiciones continentales están
fuera de toda cuestión. Sin embargo,y quizás debido a su temprana
desaparición, en ocasiones, su figura es objeto de estudios que
rayan en lo hagiográfico obviando que en su carrera también hubo
espacio para las sombras y las frustraciones.
Hermano
pequeño de Aleksandar, Drazen Petrovic se hace un nombre a temprana
edad jugando con la escuela Osnovna Skola Marsal Tito en Sibenik .
Siguiendo los pasos de su hermano, Drazen pasa con 13 años a formar
parte de las categorías inferiores del Sibenka Sibenik y tan solo dos
después ve como Moka Slavnic le hace debutar en el primer equipo.
Con jugadores como Srecko Jaric, Zivko
Ljubojevic, Branko Macura o Predrag Saric (padre de Dario) el
conjunto de la costa croata navegaba por la zona medio/alta de la
tabla en las primeras apariciones de un Drazen que va haciéndose
hueco de manera más paulatina de la que en ocasiones parece ser
recordado. Con presencia testimonial en la temporada 80/81 (apenas
llega a los dos puntos por partido) Petrovic vive la clasificación
para la copa Korac, semanas antes de disputar su primer gran torneo
con Yugoslavia: el europeo cadete (por entonces U 17) de 1981.
Petrovic emerge como una de las figuras del torneo y termina el mismo
como el máximo anotador, pero en lo colectivo Yugoslavia naufraga y
cae al quinto puesto ,con una selección compuesta con jugadores como
Vrankovic, Sasa Radunovic, Perasovic o Sretenovic,...tras haber sido
medalla en todas las ediciones de un torneo que se había comenzado a
disputar en 1971 (lo sería a su vez las cuatro ediciones
posteriores). El oro se lo lleva la Urss de Sabonis venciendo a la
final a Italia. Un año antes, Drazen había formado parte de la
selección junior que disputaba los juegos de los balcanes,
liderandola en anotación por delante de Radunovic y Cvjeticanin. Dos
derrotas finales ante Bulgaria y Turquía relegaban a Yugoslavia a la
tercera posición solo por delante de Rumanía y Grecia.
El
siguiente curso (81/82) Drazen crece en importancia, sube sus medias
anotadoras por encima de los 14 puntos y los de Sibenik logran
alcanzar la final de la copa Korac donde caen ante el Limoges. El
verano trae para Drazen una nueva oportunidad con Yugoslavia, el
europeo junior de Bulgaria. Con parte del bloque de su etapa cadete
más jugadores como Cvjeticanin o Sobin, Yugoslavia alcanza la final
y Drazen es elegido MVP del torneo (en esta ocasión el máximo
anotador del torneo es Jordi Villacampa). En la final el rival es la
Urss que no cuenta con un Sabonis que esos días disputa el mundial
de Colombia con la selección absoluta. Pese a la ausencia del
lituano, en una segunda parte excepcional los soviéticos liderados
por un imparable Biriukov se llevan el oro dejando a Drazen con la
miel en los labios.
Biriukov por encima de Drazen
La
82/83 trae, a nivel individual, la definitiva consagración de un
Petrovic que se alza con el Mvp de la temporada a la sazón del
segundo mejor registro anotador de la liga yugoslava tras Dusko
Ivanovic. El Sibenka vuelve a alcanzar la final de la Korac donde
repite derrota ante el Limoges, aunque la gran oportunidad surge en
liga. El vigente campeón (la Cibona) parte visiblemente mermado y
dibuja un año terrible (0-10 en la copa de Europa) mientras que el
Partizan, subcampeón el curso anterior, ve como sus dos grandes
estrellas, Slavnic y Dalipagic, salen a Italia y España. Primero en
la fase regular, el conjunto croata alcanza la final decidiendo en el
tercer partido de cuartos y semis ante Jugoplastika y Estrella Roja.
Su rival es el Bosna Sarajevo que dirige Sveteslav Pesic, tercero en
liga, pero que ha eliminando al Partizan en semifinales. Recién
llegado al cargo de entrenador, Pesic cuenta en el equipo bosnio con
jugadores como Radovanovic, Varajic o Benacek antiguos compañeros
suyos en la victoria en la Copa de Europa del 79. Como en las dos
eliminatorias anteriores, el Sibenka gana su partido como local y
pierde como visitante por lo que la final, programada al mejor de
tres encuentros, se decide en la costera ciudad croata. Una final que
acabará por ser recordada como una de las más polémicas de la
historia. Presidida por un ambiente altamente candente, el partido
entra en sus últimos segundos con ventaja bosnia 81-82. Petrovic,
autor de 40 tantos, asume la responsabilidad y a falta de dos
segundos decide jugarse el tiro decisivo recibiendo una más que
dudosa falta de Sabit Hadzic (puede verse un pequeño perfil suyo al
final de esta
entrada:http://laesquinadesunara.blogspot.com.es/2011/08/eurobasket-11-bosnia-herzegovina.html
) . El banquillo del Bosna salta indignado y Pesic es expulsado a la
sazón que empujado por parte de un exaltado publico local. Drazen no
falla y la locura se instala en una Sibenik que esa noche se lanza,
literalmente, a la calle. Pero ,como en una cruel reminiscencia del
cuento de la cenicienta, a la mañana siguiente llega el jarro de
agua fría: Tras una reclamación del Bosna, la federación examina
el vídeo del partido y dictamina que este debe repetirse y además
en terreno neutral (concretamente en Novi Sad). Tomada la decisión
como una afrenta, el Sibenka decide no presentarse y tras un
surrealista salto inicial, el Bosna es el nuevo campeón. La polémica
se alarga durante semanas y desde la prensa croata se acusa a la
federación y al gobierno de querer premiar a una Sarajevo que el año
siguiente va a albergar los juegos olímpicos de invierno (los
mismos cuyo logotipo sería clave años después en el desenlace de
la maravillosa “Forbrydelsen”). El propio Petrovic no es ajeno
al maremagnum acusando a Pesic de manipulador...
Ese
verano del 83, trae el debut de Drazen en un gran torneo con la
“Reprezentacija” (su debut había sido en un amistoso ante Italia
en Mayo del año anterior con Tanjevic aun como seleccionador) en un
eurobasket donde Yugoslavia, en medio de dos grandes generaciones,
naufraga hasta finalizar en séptima posición, siendo la batalla de
las tijeras su momento más recordado. Al margen del eurobasket,
Drazen disputa, a las ordenes de un Dusan Ivkovic con el que congenia
a la maravilla, la universiada de Edmonton. Petrovic es el máximo
anotador de la selección por delante de Ivan Sunara en un grupo en
el que también figuran jugadores como Cvjeticanin, Vujacic, Grbovic
o Perasovic. Yugoslavia
llega invicta a la final pero en ella cae ante la anfitriona: Una
excelente Canadá ,dirigida por Jack Donohue y liderada en la pista
por Jay Triano, que había sido capaz de eliminar a Usa en las
semifinales. Un equipo estadounidense en el que estaban, entre otros,
Charles Barkley, Karl Malone, Kevin Willis, Ed Pickney o Johny
Dawkins, lo que da una idea de la fortaleza del torneo.
La
83/84 supone para Drazen la temporada del cumplimiento de su servicio
militar por lo que pasa prácticamente el año en blanco y su mayor
preocupación es escoger entre sus múltiples ofertas el destino del
año siguiente. Descartadas las de Jugoplastika y Partizan, así como
la de algunas universidades Usa como Notre Dame, Drazen duda entre
la oferta de la Cibona donde juega su hermano o la de un Estrella
Roja del que su padre es fiel seguidor. O lo que es lo mismo entre
Novosel o Zeravica. Croatas y serbios alcanzan la final liguera y
Drazen opta por una decisión: jugará con el campeón pues desea
asomarse a la Copa de Europa. La final resulta una de las más
emocionantes de la historia y acaba decidiéndose por un tiro casi
desesperado de Mihovil Nakic. Título para la Cibona, fichaje de
relumbrón y una muesca más en la entrañable historia de
oportunidades perdidas del Estrella Roja.
Pese
a la inactividad, Drazen es convocado por Mirko Novosel, futuro
entrenado suyo en la Cibona (aunque solo en Europa), para los juegos
de Los Angeles donde ya va a tener un papel central dentro de la
selección. En el primer amistoso previo a los juegos, en Brasil y
disputado meses antes ya que al ser la vigente campeona Yugoslavia
no disputaba el preolímpico, el de Sibenik anota 32 puntos dejando
claro cual va a ser su nuevo rol. Ya en L.A., Drazen completa un buen
torneo pero Yugoslavia debe conformarse con una medalla de bronce
que, en especial dada la ausencia de la Urss, sabe a poco.
Drazen
llega así, en la 84/85, a la Cibona de Novosel y Pavlicevic (el
primero en Europa y el segundo en la liga....aunque Mirko era el capo
absoluto) y de su hermano Aza. Una Cibona que ya antes de su llegada
ya vive los mejores días de su historia. No en vano los de Zagreb
han sumado en cinco años dos ligas, cuatro copas y la Recopa del 82.
El impacto es inmediato y Drazen rompe definitivamente como icono
europeo. Mvp de la temporada y máximo anotador, el pequeño de los
Petrovic guía a la Cibona al primer puesto de la fase regular y ya
en play-off a la final tras dejar en la cuneta al Bosna Sarajevo (con
dedicatoria incluida a Pesic) y al Partizan. Entre medio de las dos
eliminatorias, la Cibona toca el cielo proclamandose en Atenas
campeona de Europa mientras Drazen pasa a ser ya definitivamente el
demonio particular del Real Madrid. Tras el éxtasis europeo, en la
final liguera espera el Estrella Roja en una repetición de la final
del año pasado. Drazen se muestra discreto en el primer encuentro
pero la Cibona no lo acusa. En el segundo acto en Belgrado, las cosas
tornan, Drazen se va hasta los 44 puntos pero con un punto abajo en
el último minuto falla dos tiros libres y el postrero triple por lo
que la eliminatoria vuelve a Zagreb. El tercer partido, fiel a su
época, tiene espacio para la polémica con los blanquirrojos
quejándose amargamente del arbitraje y algunas escenas ya míticas
como las de la camiseta de Avdija o la patada de Radovic a Aza
Petrovic. Sea como sea, la Cibona no falla y suma su segundo título
liguero, el primero para Drazen...y a la postre el último. Una
semana más tarde, los de Zagreb completan su año mágico derrotando
en la final de copa a la Jugoplastika que dirige Kresimir Cosic.
Drazen, aun en el Sibenka, anotando por encima de Cosic
Pero
este apartado lleva por título historia de una frustración...y la
temporada, inmaculada en la Cibona, también tendría su reverso en
la selección. En diciembre, y a las ordenes de Ivkovic, Drazen
participa en los juegos de los balcanes cayendo de nuevo ante
Bulgaria y teniendo que conformarse con la segunda plaza. Ya en
verano, el nuevo seleccionador de la absoluta (Cosic) coloca a Drazen
como pieza central del equipo que acude al eurobasket de Alemania.
Con el dominio ejercido en la Copa de Europa, Drazen parece en
disposición de guiar a Yugoslavia a cotas altas. Líderes de grupo
en la primera fase pese a caer de nuevo ante la Urss, los plavi se
miden en cuartos de final a Checoslovaquia. Tras el europeo de Praga
1981,la maravillosa generación de los Brabenec, Kropilak y compañía
parecía haber llegado a su ocaso con la consecución del bronce. De
hecho sus tres siguientes años se saldan con resultados mediocres.
Con esta perspectiva se habían plantado en Stuttgart con un quinteto
que pasaba de los 30 años de media y que acumulaba la friolera de
1.456 presencias con la selección. La primera fase no hizo más que
corroborar los augurios con los checos (en un grupo asequible) siendo
capaces tan sólo de vencer a Holanda y a Israel por la mínima
(93-92).Este triunfo ante los hebreos otorgaba a los centroeuropeos
el cuarto puesto pese a su empate a 2 victorias con el propio equipo
israeli. De todas formas, parecía el canto del cisne. Con un
extraordinario acierto exterior (curiosamente aquel grupo crepuscular
fue el que mejor se adapto a la nueva línea de 3) y la
diversificación del ataque entre sus titulares, Checoslovaquia
lograba imponerse por 102-91. Brabenec con 32 puntos se encontraba
excelentemente acompañado por Havlick(24),Rajniak, el padre del
futuro jugador del Gijón baloncesto,(23) ,Kropilak (22) y Skala(19).
Drazen se iba hasta los 25 insuficientes para sostener a una
Yugoslavia que al día siguiente, y con Drazen quedándose en cinco
puntos, caía ante Alemania. Segundo eurobasket para Drazen y por
segunda vez séptimo puesto para Yugoslavia...diciendo adiós a una
racha de siete medallas, el peor puesto desde el 67 y la primera vez
que encadenaba dos europeos fuera del podio desde finales de los años
50. El eurobasket se lo termina llevando con autoridad una Urss
demoledora en la que Sabonis muestra una versión superlativa.
Apenas
un mes más tarde, con el propio Cosic como seleccionador y con Boza
Maljkovic como asistente, Drazen lidera el equipo de Yugoslavia que
acude a la universiada de Kobe en un conjunto en el que también
destacan apellidos como los de Perasovic, Cutura, Kotnik, Sobin,
Cvjeticanin o Vrankovic. Los plavi vuelven a comenzar fuertes, pero a
la hora de la verdad una derrota ante la Urss les manda al quinto
puesto. El propio equipo soviético termina llevándose el torneo
gracias a un triple sobre la bocina de Marciulionis en la final ante
Usa, en un encuentro en el que Kurtinaitis con 30 puntos y 7 triples
había marcado diferencias. Curiosamente la única derrota del cuadro
rojo había llegado ante el propio equipo Usa (con Ron Harper o Chuck
Person entre otros) en la primera fase. Tras nueve presencias con la
selección de la más diversa índole, Drazen seguía sin conocer el
triunfo.
Con
el sinsabor veraniego en el paladar, Drazen arranca la 85/86 aun con
una mayor voracidad en una Cibona ya sin Knego y donde Aza Petrovic
realiza el servicio militar. En el otro lado de la balanza los de
Zagreb suman con la llegada de Danko Cvjeticanin y de Franjo
Arapaovic. El pequeño de los Petrovic lidera a los de Zagreb en una
fase regular en la que solo suman una derrota y a esos éxitos
colectivos suma, además, una nueva designación como mejor jugador
de la liga y como máximo anotador con una marca sideral.
Precisamente ese afán anotador había traído en bandeja la primera
gran polémica de la temporada. En la primera jornada liguera la
Cibona recibe al Olimpija de Ljubljana en Zagreb en lo que acabará
por ser un partido histórico. Radovan Lorbek, delegado del Olimpija (y
padre de Domen, Erazem y Klemen) comete un error con las fichas y el
conjunto esloveno se ve obligado a jugar con juveniles. Aprovechando
la circunstancia Drazen se exhibe y se va hasta los 112 puntos. A la
larga, la sanción por el error (dos puntos menos) condena a los
eslovenos al descenso. Pero antes de eso, los 112 puntos del de
Sibenik ya levantan ampollas entre los que no entienden ese
ensañamiento con un equipo de chavales. Apenas una semana después,
en la vuelta de su eliminatoria de Korac ante el Apoel Chipriota, el
entrenador del Zadar decide subir la apuesta. Vlado Djurovic, técnico
de Drazen en el Sibenka que ha perdido la final ante el Bosna,
aprovecha la victoria en la ida por 81 puntos (40-121) para proponer
a sus jugadores batir el record de Drazen. Los primeros espadas
rehuyen el ofrecimiento, pero Zdenko Babic acepta y acaba yéndose a
los 144 puntos ante el jolgorio local...y la rabia de Drazen. Pese a
ello, la temporada va cogiendo visos de histórica, y la Cibona
vuelve a proclamarse campeón copero derrotando por 110-98 al Bosna
con un Drazen de nuevo hipermotivado ante el equipo de Pesic y, sobre
todo, repite título como campeón de Europa con un Petrovic que ya
es sin duda el rey del basket europeo. Tras imponerse al Zalgiris en
la final de la Copa de Europa, la Cibona se impone al Estrella Roja
en el tercer partido de cuartos de final, una historia que repite en
semifinales ante un Partizan que en el segundo partido derrota al
conjunto croata por un espectacular 124-123 con 21 puntos del joven
Djordjevic. Tras solventar en el desempate, la Cibona abre la final
con un sudado triunfo ante el Zadar de un Djurovic que logra que la
final se dispute a un ritmo muy por debajo de lo esperado. Con los
ánimos encendidos, Drazen no viaja a Zadar para el segundo
encuentro. ¿Problemas físicos? ¿Cura de salud ante una posible
acumulación de técnicas que le impida jugar un hipotético tercer
encuentro? O ¿Sobradez de un genio que quiere celebrar e título en
casa?. Aprovechando la tesitura el Zadar se impone por 84-73 y la
serie vuelve a Zagreb. Una Zagreb donde la Cibona lleva tres años y
medio sin perder. Con
un Cvjeticanin sobrenatural la Cibona maneja el encuentro y llega a
manejar ventajas superiores a los 10 puntos en la segunda mitad.
Cuando todo parece encauzado a un nuevo título, un espectacular
Petar Popovic se echa el equipo a las espaldas y, con la ayuda de
Petranovic, aboca el partido a la disputa de dos prórrogas donde el
Zadar, sin su estrella Iván Sunara (que permanecía inédito casi
todo el año al realizar el servicio militar), completa la machada
sumando el título liguero… y por ende, apeaba a la Cibona de la
Copa de Europa pese a su condición de vigente campeón. Un Djurovic
triunfal salta en medio de la pista ante una gesta inesperada
mientras Drazen se retira desconsolado.
Pese
al desengaño doméstico, la conquista de la segunda Copa de Europa
sitúa a Drazen como claro líder de la Yugoslavia que acude al
mundial de España dispuesta a todo. Invictos en la primera fase, los
plavi comparten en la liguilla semifinal de Oviedo balance de 4-1 con
una Usa erigida en la única selección capaz de derrotarles hasta
ese momento, gracias en buena parte al extraordinario marcaje de
Tyrone Bogues sobre el propio Drazen. Segunda de grupo, Yugoslavia
viaja a la semifinal de Madrid para enfrentarse a la Urss y durante
muchos minutos parece que va a conseguir doblegar a los soviéticos.
El resto es historia, con el partido totalmente de cara, tres triples
consecutivos de los de Sabonis y los recordados dobles de un imberbe
Divac llevan el partido a una prorroga donde el equipo de Cosic no
logra reaccionar. Un día después el equipo se recompone y, ante
Brasil, suma con suficiencia un bronce que, no obstante, sabe a poco
Drazen, la viva imagen de la felicidad, tras el bronce en el mundial
Sin
conocer el oro en la selección, Drazen y la Cibona manejan la
temporada 86/87 como muestra de reivindicación. Una sorprendente
derrota ante el IMT de Belgrado de segunda división en la copa
(donde el equipo que dirige Sakota acabará por ser campeón ante un
Olimpija también de segunda) marca el único lunar en una temporada
regular para el recuerdo en la que los de Zagreb terminan líderes
sin conocer la derrota. Drazen repite como máximo artillero, mejor
jugador y, de nuevo, triunfa en Europa sumando la Recopa con una
autoridad incuestionable: invicto y con 89-74 en la final ante
Scavolini. El hambre tras el fracaso del año pasado y el regreso de
Aza Petrovic y Knego derivan en un balance de 31-0 entre liga y
Recopa. Ya en play-off, la Cibona bate por un cómodo 2-0 al MZT y
abre las semifinales con una victoria de tramite ante el Estrella
Roja que dirige el verdugo del año anterior Vlado Djurovic. En
Belgrado la situación da la vuelta y el partido entra en su recta
final con empate a 92. Con todo a favor para sentenciar el pase a la
final, Usic marra dos tiros libres y en el último instante Nebojsa
Ilic sentencia para los locales. El tercer partido acabaría por ser
un terrible deja vu para los croatas. Tras un primer tiempo
arrollador en el que Drazen se iba hasta los 30 tantos, en la
reanudación el planteamiento de Djurovic volvía a cortocircuitar a
la Cibona. Para completar la sensación, en lugar de Popovic esta vez
emergía la figura de un estelar Branislav Prelevic quien con 32
puntos sentenciaba las semifinales. Por segundo año consecutivo, la
Cibona se quedaba fuera de la Copa de Europa. Para rematar, la final
traía cola con una monumental polémica en la que Novosel acusaba a
Radovic, presidente de la federación de árbitros, de favorecer al
Estrella Roja ya que en el equipo de Belgrado ejercía de base su
hijo. A su vez los hermanos Petrovic y Usic increpaban a los
árbitros, recibiendo a cambio una sanción de varios partidos. Tras
el partido Drazen anunciaba que ese verano no acudiría a la
selección para disputar el eurobasket ni la universiada.
Pasado
el “calentón”, Drazen da marcha atrás y acude a la
concentracción de la selección para el eurobasket de Atenas. Con el
de Sibenik como claro líder, Cosic diseña un equipo un tanto
híbrido en el que la aparición de Paspalj, Djordjevic, Kukoc, Radja
y la continuidad respecto al mundial de Divac insinúan ya una nueva
Yugoslavia que no obstante aun tardará en manifestarse. Junto a esa
savia joven, jugadores de buen nivel y mediana edad como Aza
Petrovic, Grbovic, Cvjeticanin o Radovic completan un equipo extraño
y que acabará por no tener continuidad. El torneo comienza con
marejada. Un enfrentamiento nada disimulado entre Cosic y Aza
Petrovic ,se suma a una clara derrota inaugural ante una Urss sin
Sabonis en un partido en el que el técnico croata no hace saltar a
la pista a Drazen en toda la primera parte. La segunda jornada, no
mejora las cosas y con Galis superando claramente a Petrovic,
Yugoslavia suma su segunda derrota consecutiva, algo que no ocurría
de inicio en un eurobasket desde los años 40. Un calendario más
suave, mejora los resultados disfrazando un tanto la deriva de un
grupo a punto de explotar. Superado el cruce de cuartos, Yugoslavia
cae en semifinales ante Grecia tras desperdiciar una clara renta para
un día después remontar ante España y así colgarse la medalla de
bronce. Comparado con los dos torneos anteriores es un paso adelante,
pero el juego, los problemas y la entidad de los rivales dejan en
entredicho el “exito”. Claro dominador en las competiciones
europeas, Drazen se despide del eurobasket con cierta sensación de
impotencia y sin ni siquiera formar parte del quinteto ideal del
torneo.
Con
todo, el verano acabará por traer el primer triunfo de Drazen con
Yugoslavia. Oficialmente representada por su selección B, los plavi
acuden a la universiada de Zagreb con un equipo de excepción. El
hecho de ser anfitriones y el evidente ensayo de cara a la cita en el
siguiente eurobasket ejerce de reclamo para una selección que
dirigirá Dusan Ivkovic. Más cómodo con el serbio que con Cosic,
Drazen lidera a la B a un oro incontestable y del que también forman
parte jugadores como su hermano Aleksandar, Cutura, Cvjeticanin,
Divac, Arapovic, Primorac o Grbovic.
Tras
el oro en la universiada Drazen afronta la 87/88 dispuesto a
despedirse de la liga yugoslava por todo lo alto. La Cibona pierde a
jugadores como Aza Petrovic, Usic o Nakic pero a su vez se refuerza
con Pavicevic o Ivan Sunara. Subcampeones de la Korac, los de Zagreb
terminan segundos de la fase regular tras la Jugoplastika. Los de
Split, ya habían sido una de las sensaciones el año anterior,
aunque en cuartos de final un triple en el último instante del
tercer partido en Split de Boro Vucevic (padre del actual jugador de
los Magic) había cercenado sus ilusiones. Al margen del precedente
del año anterior, la Cibona llega a los play-off con otro refuerzo
moral tras ser campeón copera ante el propio equipo de Maljkovic. A
nivel individual, Drazen repite como máximo anotador del torneo pero
el premio al mejor jugador va a parar a Dino Radja (en play-off sería
para Dusko Ivanovic) lo que impide al de Sibenik superar a Kicanovic
y Cosic como jugador más galardonado de la historia. En cuartos de
final, los de Zagreb resuelven por la vía rápida ante el Imt de
Belgrado, en semis espera el Partizan. Vigente campeón, el equipo de
Vujosevic llega a las semis tras un año en el que ha acusado su gran
papel europeo en el ámbito domestico. La serie se abre en Zagreb y
la Cibona suma el primer punto con una victoria cómoda (102-91),
pero en el segundo acto un flojo partido de Drazen, el acierto
exterior partisano y la dupla anotadora Divac-Djordjevic (48 puntos
entre ambos) fuerzan el desempate. Intratable de nuevo durante toda
la temporada como local, la Cibona se enfrenta a un deja vu cargado
de presión...y un mismo resultado. En el que acaba por ser su último
partido en Yugoslavia, Drazen se queda en 11 puntos bien defendido
por momentos por Djordjevic y, en definitiva, eliminado por tercer
año consecutivo de la misma forma. No es el final soñado y el de
Sibenik estalla....
¿HUBO
ALGO MÁS?
De
nuevo el spoiler dibuja un si. Si a estas alturas queda algún lector
¿Arcadio?, es posible que se esté preguntando por si tanta historia
no resulta demasiado rebuscada para hablar de la relación entre
Djordjevic e Ivkovic. De nuevo la respuesta es si. Sea como sea,
vayamos por partes. Dando por cierto el veto, no hay que olvidar que
quien esta al cargo de la selección en ese trienio no es otro que
Dusan Ivkovic. ¿Tenía capacidad para levantarlo? ¿Lo intentó?
Nada hay concluyente, aunque detalles como la amenaza de Drazen tras
las semis del 87 de no volver a la selección y su pronta marcha
atrás invitan a pensar que de haber habido voluntad...
Pero
pongamos las cosas en contexto. Tras el eurobasket de Atenas, la
crisis de confianza en los métodos de Cosic cobra fuerza y la
corriente que lidera Novosel se impone en la decisión de cesar al
técnico croata. Al margen de los resultados, ciertos bandazos y lo
que se entiende por falta de rigor pesan más que la estimulante
apuesta por los nuevos valores...una apuesta que el tiempo habría de
dar por excelente. Cesado el croata, la elección de nuevo
seleccionador se centra en dos nombres: Sveteslav Pesic y Dusan
Ivkovic. Este que ha sido ayudante de Cosic en el mundial de España,
cuenta ya con cierta experiencia ya que en el 83 había ejercido de
puente entre la destitución de Djerdja y la llegada de Novosel. Por
su parte Pesic, al margen de su notable bagaje en el Bosna, cuenta
con el aval de sus tres oros consecutivos con la generación que va a
tomar el relevo de la absoluta. La historia reciente parece respaldar
a Pesic en cuanto la estructura del basket yugoslavo tendía también
a la formación de entrenadores en continuo ascenso. El debate sin
embargo es amplio y las posiciones encontradas. A Ivkovic le avala
Novosel y su buena relación con Drazen, a Pesic el principal apoyo
le viene de Bata Djordjevic. Tras semanas de incertidumbre, Pesic
decide irse a Alemania. El técnico de la generación de Bormio, el
mismo que había dado la capitanía a Djordjevic en la selección
junior, el que se había enfrentado a Drazen sella así el destino en
favor de un Ivkovic que entrará a formar parte de la historia en
buena parte con la herencia del propio Pesic.
El
nombramiento de Ivkovic no calma las cosas y ya como seleccionador el
serbio tiene que aguantar serias críticas. Las principales de Bata
Djordjevic. El padre de Sasa, saca a colación el descenso en su día
del Radnicki (cuando Sasa tiene que irse)y el modesto bagaje a nivel
de clubes (Sibenka y Vojvodina) en tiempos recientes de Ivkovic. Dos
años después, ambos protagonizan otro intercambio de impresiones
vía prensa tras la prueba de Sasa en los Celtics. Ivkovic alude a la
frivolidad y Bata le califica como hipócrita. Famoso es el rifirrafe
entre Skansi y Maljkovic tras la final de la euroliga 93 (por cierto
con mucho bagaje histórico detrás). En esa final four Ivkovic,
dirigiendo al Paok, había caído en las semifinales y sería uno de
los primeros en felicitar a Maljkovic...esquivando el saludo a su
ayudante, si Bata Djordjevic.
Padre e hijo
A
todo esto Sasa, que si es convocado en los primeros partidos previos
a su pique con Drazen, trata de mantenerse al margen y a finales del
88 acude dócilmente a los juegos de los balcanes. Un año después,
los entrenadores de la liga le escogen en el quinteto ideal del
torneo y el propio Ivkovic le califica como “el mejor base del
país”. El técnico niega cualquier tipo de veto...pero Sasa,
campeón de copa y de Korac, ni siquiera es llamado para la
preselección, algo que a día de hoy dice aun no entender. Por si
fuera poco, como “premio”, el base del Partizan si es convocado
con la selección B para la universiada de Duisburg. La ausencia del
90, es más entendible en lo deportivo, pero aun así causa revuelo y
en la rueda de prensa tras la convocatoria varias preguntas a Ivkovic
giran a ese respecto. El oro de Zagreb, brillante, exime de cualquier
problema a un técnico que deportivamente ha promocionado a la
selección a Zeljko Obradovic (88 y 90) y ah depositado su confianza
en Jure Zdovc, o lo que es lo mismo a sumado solidez para liberar a
Drazen. Djordjevic es preguntado y contesta “ Es una
decepción...pero no una sorpresa”. Tras seis amistosos previos al
eurobasket de Roma, la salida de Obradovic para ser entrenador y la
definitiva renuncia de Petrovic vuelven a a abrirle la puerta de la
Representazija a Sasa. En definitiva, todo apunta a que el veto había
existido...pero que a su vez Ivkovic tampoco había hecho nada por
tratar de remitirlo.
La reacción de Djordjevic tras su no convocatoria del 90 no pasa desapercibida...
Tras el eurobasket del 91 y el 95, Ivkovic y
Djordjevic se encontrarían en distintas ocasiones como entrenador y
jugador. La más famosa en la final de la Copa de Europa de 1997. El
Olympiacos de Ivkovic se impone al Barcelona y el técnico serbio da
la clave “Sabíamos que Rivers podía superar a Djordjevic y por
ahí hemos empezado a ganar la final”. Año 2010, Serbia ha vuelto
con Ivkovic al primer plano con la plata en el eurobasket de 2009 y
defiende su rol en el mundial de Turquía. En una televisión
española (marca Tv), Djordjevic ejerce como comentarista “Nadie
puede discutir a Ivkovic...pero creo que con estos jugadores se
podría jugar más rápido y alegre...jugar mejor”. 2014 Serbia es
plata mundialista con Djordjevic como seleccionador, Ivkovic comenta
en Mondo.rs “Es un éxito increíble. Sasa ha demostrado ser un
gran entrenador...pero no conviene olvidar que en la primera fase se
jugó con fuego”. 2015 la valoración de Ivkovic tras el eurobasket
es escueta “Ha sido un buen torneo, pero hay que analizar que falló
en la semifinal". 2016, sorteo del preolímpico Sasa afirma “El
objetivo es duro pero estimulante, clasificarnos para nuestros
primeros juegos, algo que ni Dusan Ivkovic pudo conseguir”. Buenas palabras mutuas, pero casi siempre seguidas del matiz. En la previa del partido, ambos coincidían en alabarse e incluso Sasa afirmaba:"Me siento honrado de tener la oportunidad de jugar contra uno de los mejores entrenadores de la historia...Él fue uno de mis mentores". Al acabar y al comenzaar el abrazo no iba correspondido de cruce de miradas. Cuentan que los años de la sanción a la Yugoslavia serbomontenegrina sirvieron de aglutinante y que en esa tesitura se cerraron muchas heridas antes del eurobasket 95. Sea como sea, nadie duda que historia entre ambos hay para regalar
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