jueves, 18 de febrero de 2016

Ivkovic Djordjevic, dos viejos ¿amigos?


 Ivkovic y Đorđević Foto: Captura de Pantalla



Sin duda, uno de los encuentros más interesantes de la última jornada de la primera vuelta del top 16 fue el que enfrentó al Panathinaikos y al Anadolou Efes. Interesante de por si en lo clasificatorio, el duelo entre el conjunto turco y el griego cuenta con una historia propia que, incluso, trasciende la habitual rivalidad entre escuadras de los dos países. Enfrentados por primera vez en la temporada 93/94 con doble triunfo del entonces Efes Pilsen (67-82 en Atenas y 68-59 en Estambul) con grandes actuaciones de Sarica y Naumoski, en un doble duelo que sentenciaba las dos primeras plazas del grupo B. Con todo, los duelos más trascendentes entre Efes y Panathinaikos llegarían años después con un doble enfrentamiento en las semifinales de 2000 y 2001. Tanto en Salonica como en Paris, el cuadro verde se imponía dejando en la cuneta a los cerveceros en sus dos únicas apariciones en la final four. Rivales habituales desde entonces, el otro gran precedente entre ambos habría que buscarlo en 2005, dentro de una eliminatoria de cuartos de final tan apasionante como polémica. Entonces, como en 2001, los banquillos de Panathinaikos y Efes cobijaban a Zeljko Obradovic y Oktay Mahmutti respectivamente, en un duelo de banquillos que este top 16 ha revivido, en esta ocasión dirigiendo al Fenerbahce y el Darussafaka respectivamente.


Con Obradovic de por medio, no resulta complicado encontrar historias cruzadas en casi todos sus enfrentamientos del grupo, incluyendo su duelo con quien fuera su padrino (también en la vida civil y en sentido literal) Dusan Ivkovic y quien fuera su ex compañero y luego pupilo Aleksandar Djordjevic. Sentados hoy en los banquillos de Efes y Panathinaikos su duelo de esta jornada configura una de las notas más destacadas del año. En la previa las buenas palabras fueron la nota predominante. Unas palabras tan medidas como frío fue el abrazo final en el que era su primer duelo en los banquillos.

Sin excesivo esfuerzo, no resulta complicado asociar las figuras de Ivkovic y Djordjevic, partiendo, por ejemplo, del hecho que el segundo ocupa en la actualidad el cargo de seleccionador serbio al que llegaba tras la salida del propio Ivkovic. Un poco más atrás en el tiempo, podría recordarse que en 1991 y 1995, Djordjevic se proclamaba campeón de Europa de selecciones con Yugoslavia a las ordenes del hoy técnico del Efes. Pero aun siendo esa ya una buena excusa para jugar al viejo juego de las relaciones cruzadas, su particular intrahistoria podría rastrearse mucho antes...


                               Un rincón de Belgrado

Aunque por lo general se ha situado el epicentro del baloncesto de Belgrado ( y por extensión en su día poco menos que el de Yugoslavia) en el centro de la ciudad, no toda su historia puede circunscribirse a esas coordenadas. Entorno a Kalemegdan dentro de la muralla la vida giraba en torno a Partizan o Estrella Roja, mientras que fuera de la misma el OKK Beograd disfrutaba su propio espacio. Sin embargo un cuarto foco acabaría por ocupar por derecho propio un sitio en la historia. Situado al este de la ciudad, Crvena Krst encarnaba en los años 60 la perfecta simbiosis de barrio a medio camino entre lo obrero y lo bohemio. En ese contexto particular tenía cobijo el entonces cuarto grande de Belgrado: el KK Radnicki. Entorno propio por la “lejania” del centro, cuna de árbitros y pionero en la celebración de torneos de 3X3 o minibasket aprovechando sus canchas al aire libre, Crvena Krst y el Radnicki pronto se significarían por otro aspecto más: Ser la cuna de toda una escuela de entrenadores. Con Ranko Zeravica como ejemplo más redondo, del entorno del Radnicki surgen nombres como los de Milan Vaojsevic, Bora Cenic o Dragoljub Pljakic...amen de otras cuatro figuras capitales. Ayudantes en distintas etapas del propio Zeravica, Crvena Krst es el punto de partida a su vez de las carreras de Dusan Ivkovic y Bozidar Maljkovic. Antes que ellos, otros dos nombres surgen como ejemplo rotunda de la importancia de aquel peculiar ecosistema: Solobodan “Piva” Ivkovic (hermano de Dusan) y Bratislav  "Bata" Djordjevic (padre de Sasa).

Jugador de innegable talento en el Radnicki de los años 60, una lesión ocular precipita la prematura retirada de “Piva” Ivkovic saltando sin solución de continuidad a los banquillos. Intuitivo, con fama de innovador y fiel a las ideas de Zeravica, pronto comienza a labrarse una más que interesante carrera. Tras ser uno de los pioneros en los viajes a Usa donde entabla una relación de amistad con John Wooden, Piva Ivkovic se hace cargo del primer equipo del Radnicki dirigiéndolo por más de una década. Sin grandes estrellas más allá del tercer Ivkovic (Dragan, en este caso sin parentesco) o de Srecko Jaric (padre de Marco), “Piva” lleva al Radnicki al título liguero de la 72/73 , y a las semifinales de Copa de Europa del año siguiente. Bajo su dirección, el Radnicki suma, a su vez, la copa de 1976 en lo que supone su despedida oficial de un Radnicki que en el curso siguiente cae en la final de la Recopa por tan solo un punto ante el Cantu ya dirigido por el antes citado Milan Vaojsevic. Al margen de su etapa a nivel de club, donde también sería entrenador entre otros del MZT Skopje o el OKK Belgrado, Piva Ivkovic sucede a Ranko Zeravica dirigiendo a la seleccionador junior en los juegos de los balcanes y en el europeo de Vigo en 1968 donde se alza con la plata en una selección en la que destacan Slavnic, Simonovic o Vinko Jelovac. A su vez, en la década siguiente Ivkovic dirige en diversas ocasiones a la selección “B”.


       El Radnicki de la 72/73 que dirigía Pivo Ivkovic y donde figuraba el tercer Djordjevic: Miroslav

Por su parte, Bratislav “Bata” Djordjevic surge también como jugador del Radnicki antes de dar el paso a los banquillos. Dentro de una extensa carrera, sus mayores éxitos llegan dirigiendo al Estrella Roja donde logra la copa del 71 y un año después alcanza el título liguero en un partido de desempate ante una Jugoplastika que semanas atrás se había quedado a un paso del título de campeón de Europa. Slavnic, Simonovic, Rakocevic o Kapicic forman una escuadra que al margen de sus éxitos locales logra alcanzar la final de la Recopa del 72. A finales de los 70, Djordjevic lleva al Radnicki a alcanzar la final de copa del 78 a la vez que recluta del Usce (un club amateur)a Bozidar Maljkovic como asistente en una faceta que se repetiría a la inversa en el Limoges campeón de Europa del 93.

A lo evidente de esos éxitos deportivos de Ivkovic y Djordjevic, conviene añadir el exigente contexto donde se producen. En una liga yugoslava de los 70 en la que los jugadores no podían salir a jugar hasta los 28 años y donde se acumulan los éxitos de la selección gracias a una generación dorada, echar un vistazo al historial de esa década permite valorar hasta que punto era complicado arañar la gloria. Considerada por muchos como una década de más nivel incluso que la de los 80, lo que esta claro es que la “prva liga”fue el ecosistema perfecto donde convivieron un montón de equipos de primer nivel. Basta echar un ojo al palmares de aquellos años para comprobar la cantidad de equipos que pelearon por liga y copa. Ese nivel, no solo se circunscribió a las fronteras yugoslavas. El Bosna Sarajevo fue campeón de Europa en el 79, la Jugoplastika perdió por un punto (y con polémica seria) la final del 72 y a las semifinales de la “copa gorda” llegaron el Estrella Roja en el 73 ,el Radnicki en el 74, el Zadar en el 75 mientras que en la liguilla del año 78 los de Split se quedaban a un solo triunfo de la final. Fuera de la Copa de Europa, en la Recopa el Estrella Roja alzaba el título en 1974 en un decenio que también contemplaba los subcampeonatos del propio Estrella Roja (72 y 75), Jugoplastika (73) y Radnicki (77). Unos éxitos que tenían su continuidad en la Copa Korac. Un torneo que se inauguraba en la 71/72 con la Lokomotiva de Zagreb venciendo en la final al OKK Belgrado y que solo en sus primeros años vería los títulos de Jugoplastika (76 y 77) y Partizan (78 y 79) o los subcampeonatos de Partizan (74) o Bosna (78). Y todo eso sin contar, con inunmerables presencias en semifinales, incluyendo la del Rabotnicki en la Recopa del 76, aquella de las históricas remontadas del Estudiantes.

Con todo, para comprender el papel de Piva Ivkovic y Bata Djordjevic no basta con contemplar el aspecto meramente deportivo. Y es que fuera de las pistas ambos acaban por resultar cruciales en la historia del Kosarka. Juntos impulsan la creación de la Asociación nacional de entrenadores de la que Ivkovic es el primer presidente. A su vez, Djordjevic funda la editorial “ Playmaker & co” y con los años llega a ser el presidente del Strucni Savet. A modo de anécdota, su relación se extiende hasta los Emiratos Arabes donde ambos llegan a entrenar y donde el propio Djordjevic acaba por establecerse como seleccionador. Cuentan que de junior el pequeño Sasa se pasó parte de un verano ayudando a su padre, desde luego las imágenes hoy serían impagables...

LOS PRIMEROS PASOS DE ALEKSANDAR DJORDJEVIC

               

                        Djordjevic e Ilic a las ordenes de Miljkovic en el Radnicki cadete



Vistos los precedentes, resulta poco menos que una obviedad afirmar que el pequeño Aleksandar crece en un ambiente puramente baloncestistico. Acompañando a su padre el infante Sasa acude a los entrenamientos del Estrella Roja donde cuentan que se convierte en el ojito derecho de un Moka Slavnic que se divierte jugando unos contra unos contra el chaval, sin sospechar lo importante que sería en su carrera posterior. Pese a todo, el pequeño Sasa crece como aficionado al Partizan por la influencia de su abuelo partisano siendo famosa la foto en el que de niño enarbola una bandera blanquinegra en el derby en el que Simonovic se iba hasta los 59 puntos.


El pequeño Sasa honrando a su abuelo....y un poco más crecido junto al mariscal Tito
          

Con apenas 10 años Djordjevic pasa ya a formar parte de la historia del kosarka al ser uno de los jugadores que disputa el primer gran torneo de minibasket del país en una Hala Sportova de Nuevo Belgrado que con el tiempo le sería muy familiar . Lo hace defendiendo al Marko Oeskevic su escuela primaria y lo hace además dirigido por Bozidar Maljkovic, en esos momentos asistente del padre de Sasa en el banquillo del Radnicki. Casual o no, esa es la primera influencia para un Aleksandar que con el tiempo habrá de trabajar a las ordenes de buena parte de la élite europea en los banquillos. Tras ese primer eslabón, Djordjevic pasa a formar parte de las categorías inferiores del Radnicki donde coincide con Nebojsa Ilic a las ordenes de Goran Miljkovic. Por formar físicamente, Sasha comienza a dar muestras de su capacidad de trabajo y sobre todo de su capacidad de mando. Bata Djordjevic ha dejado el banquillo a su asistente Maljkovic para pasar a los despachos y a las ordenes de Boza el primer equipo firma dos temporadas a muy buen nivel. Tras esos dos cursos, Maljkovic sorprende al dar un paso atrás y se va al Estrella Roja para pasar a ser asistente de Ranko Zeravica (ex jugador de Radnicki). El elegido para sustituir a Boza es Dusan Ivkovic, el hermano de Slobodan . Maljkovic e Ivkovic por cierto se conocían bien pues, años atrás, habían estado un mes juntos en Estados Unidos becados por la federación como dos de los entrenadores más prometedores de Yugoslavia.


                 
Ivkovic, un poco más joven que en la actualidad...

Dusan Ivkovic, a la sazón también ex jugador del Radnicki, había accedido al primer plano siendo asistente de Zeravica en el Partizan del 78 que se lleva la Korac ante el Bosna en la mítica final de Banja Luka. La siguiente temporada, el paso atrás por motivos de salud del propio Zeravica, deja a Ivkovic al frente de un Partizan donde, pese a la ausencia de Dalipagic, logra repetir título en la copa Korac a lo que suma el doblete nacional. Tras ese rutilante éxito, Dusan se va a Salonica donde pasa dos años en el Aris antes de arribar en el Radnicki. Un Radnicki que pasa por problemas financieros y que ese mismo verano pierde a alguna de sus referencias en la pista. Sea como sea, tras un catastrófico año el Radnicki desciende y lo que es peor se deshace de su estructura de categorías inferiores. Ivkovic que había subido al primer equipo a Ivica Mavrenski (mvp del europeo juvenil del 83) recibe algunas críticas por su pasividad al respecto pero continua en el puesto.

El Radnicki en los cromos de la 81/82 con Boza de entrenador

De esa manera, Djordjevic junto a Ilic, el resto de sus compañeros y el propio Goran Miljkovic pasan a formar parte de la estructura del Estrella Roja. Tras solo unas semanas de evaluación, Djordjevic es descartado. La decisión última la toma Zdravko Kubat aunque es el propio Miljkovic quien se la comunica a Sasa, a la vez que le anima a probar suerte en el Partizan. Excelente y reputado formador, Miljkovic apuesta firmemente por Djordjevic pero recién llegado al Crvena su influencia es muy escasa. Con el propio Nikolic como intermediario, Djordjevic llega al Partizan donde su historia cambia de manera radical. En apenas unas semanas Borislav Dzakovic le hace debutar en el primer equipo en plena temporada 83/84. La 84/85 se abre con la llegada de Zoran Slavnic al banquillo de los partisanos y el circulo se cierra, de jugar unos contra unos con un infante Sasa a establecerlo como miembro regular de la primera plantilla. El Partizan cae en semifinales , resultado que el fichaje de Petar Vilfan y la llegada al banquillo de Vladislav Lucic no pueden superar el curso siguiente. Con una madurez impropia de sus años, Djordjevic empieza a destacar por su buen bagaje técnico, su buena dirección y una notable capacidad defensiva. Aun sin en la capacidad de tiro que le haría famoso, Sasha ya protagoniza sus primeros días de acierto ofensivo alcanzando su cenit en la disputada semifinal liguera ante la Cibona, con el recordado 124-123 a la cabeza.




En el verano del 86 llegan al Partizan Zarko Paspalj (clave junto a Dusko Ivanovic en el tercer puesto del Buducnost el curso anterior) y un Vlade Divac del que poco más hay que decir. Tras un inicio titubeante, en Enero el Partizan decide cambiar de entrenador y llega al equipo un joven Dusko Vujosevic cuya carrera había comenzado en la segunda división, dirigiendo a un Okk de Belgrado (con Cvjeticanin cedido por el Partizan por cierto) en el que había sucedido al omnipresente Slobodan Ivkovic. Con Sasha repartiendose el mando con Zeljko Obradovic, la sangre nueva y el rendimiento ofensivo de Goran Grbovic multiplican las opciones de un equipo que acaba por llevarse el título liguero ante el Estrella Roja. Djordjevic se asoma a su vez a una Europa dentro de una copa Korac donde consigue alguna de sus mejores actuaciones individuales del año: 22 puntos en Zaragoza, 30 en Torino... todo parece ir rodado y la 87/88 no será una excepción.



En paralelo a su progresión en el Partizan, Djordjevic ha ido labrándose una emergente carrera en la selección. Fuera del radar en categoría cadete, la primera aparición oficial de Sasha Djordjevic llega en el preuropeo junior del 84. De la manos de Rusmir Halilovic, el base de Belgrado participa en Estambul en la fase de clasificación para el europeo de Suecia. Con solo una derrota, ante los anfitriones el último día, Yugoslavia certifica su pase a un torneo en el que se colgará el bronce aunque ya sin la presencia de un Djordjevic que en el preuropeo había tenido una presencia testimonial entre los Pavicevic, Perasovic, Paspalj o Nakic. Tan solo un año después, y con Goran Miljkovic en el banco, Djordjevic repite convocatoria junior en el equipo que disputa los juegos de los balcanes, aunque al estar inmerso en la dinámica del primer equipo no obtiene permiso para viajar a Manheim. Oro sin conocer la derrota, Yugoslavia tiene en Djordjevic a su máximo anotador con 135 puntos, 83 más que un Ilic que es el segundo máximo realizador del equipo. Meses más tarde, y con Svteslav Pesic como entrenador, Djordjevic repite en los juegos balcánicos senior sumando un nuevo oro ,aunque con un papel lógicamente algo menos preponderante, en un conjunto en el que sobresale su compañero en el Partizan Danko Cvjeticanin junto a nombres como Stojko Vrankovic, Slobo Jankovic o el genial Mario Primorac. En la recta final del año, y tras participar en la preseleccion para la universiada de Kobe, Kresimir Cosic cita a Djordjevic para disputar el torneo de navidad de Madrid y tres amistosos con la selección absoluta , en uno de los cuales el joven base del Partizan endosa 29 puntos a Cuba. 1986 trae, al margen de una pequeña decepción en los juegos de los balcanes, el primer gran éxito de un Sasha Djordjevic que bajo las ordenes de Pesic, se cuelga la medalla de oro en el europeo de Gmunden. Junto a los Kukoc, Radja, Divac o Ilic (máximo anotador plavi) Sasha destaca en la dirección de un grupo llamado a ser histórico. Si el 86 es bueno, el verano del 87 habrá de ser mejor. Junto a Radja, Kukoc y Divac, Djordjevic es seleccionado por Cosic para disputar el eurobasket de Atenas...al que Sasa acabará yendo con suspense. Dado de baja por la federación por enfermedad, el base del Partizan es sustituido por un Ilic siempre tan ligado a su carrera (llegaron incluso a realizar el servicio militar a la vez y hoy coinciden en la selección). Pero, en una vuelta más de tuerca, este tiene un problema con su pasaporte y Sasa es llamado de nuevo para el eurobasket. Con una presencia testimonial Djordjevic aprovecha su hueco para endosar 20 puntos a Rumanía y acaba por tener un papel preponderante en el partido por el bronce ante España.


Lejos de ser el cenit del verano, este llega en Bormio donde con la selección junior, en la que Pesic le ha nombrado capitán, Djordjevic se proclama campeón del mundo junto a una generación poco menos que irrepetible.


       Ilic y Djordjevic con el oro de Bormio

Arranca así la temporada 87/88. Aunque, de inicio, la marcha doméstica no es igual de brillante que el curso anterior , el Partizan se convierte en la sensación de la copa de Europa terminando como líder la liguilla semifinal entrando por la puerta grande a la final four de Gante, de hecho con el formato del año anterior hubieran entrado directamente en la final. Tras caer en las semifinales ante el Maccabi, el Partizan repite final domestica tras eliminar a la Cibona en la penultima ronda domestica. Sin factor pista, los de Belgrado logran trabar el tercer partido sacando de su juego a un Drazen Petrovic que vive su último partido en Yugoslavia en la que es su tercera eliminación consecutiva como local. Al finalizar el encuentro y un tanto desquiciado por la defensa a la que se ha visto expuesto surge la polémica: Djordjevic y Petrovic se encaran y el de la Cibona afirma que va a vetar la presencia de Sasa en la selección a lo que este replica con insultos. Sea como sea, el Partizan alcanza de nuevo la final .


Tras sendas victorias locales, la Jugoplastika, con un espléndido Sobin que suma 27 tantos y minimiza a Divac, se proclama vencedora y abre las puertas a su participación en la Copa de Europa. En una época en la que sólo el campeón liguero acude a la Copa de Europa, el título nacional cobra especial relevancia como bien podían atestiguar la Cibona del 86 o el Tracer de Milán del 88, quienes tras proclamarse campeones de Europa no podían defender su condición la temporada siguiente.


                           ¿ EXISTIÓ EL VETO?


      Sasa pasa, Drazen admira...

A riesgo de pecar de anticlimaticos y de abusar del spoiler, la respuesta más evidente parece ser que si. Tras el eurobasket de Atenas y el mundial junior de Bormio, Sasa vuelve a la selección durante la temporada 87/88 participando en todos los partidos que disputa Yugoslavia tanto amistosos como clasificatorios para el eurobasket 89 (donde Yugoslavia debía ganarse plaza pese a ser el anfitrión). Tras las semifinales ante la Cibona y la amenaza de Drazen, Sasa limita su papel en la selección a un nuevo oro en los juegos de los balcanes del 88 y a su presencia en la universiada del 89 . No volverá hasta 1991. La vuelta no parece coincidencia tampoco y no se confirma hasta que se concreta la ausencia de Drazen. Para reforzar la sensación, mientras el de Sibenik no despeja la incógnita de su presencia, Djordjevic no figura entre los preseleccionados. Tras el no definitivo del croata (añadido a la renuncia de un Zeljko Obradovic que pasa directamente a ser entrenador del Partizan) es cuando Sasa vuelve a la selección, incorporándose justo en el séptimo amistoso previo al europeo...y todo cuando su carrera sigue creciendo.


 En el eurobasket de Atenas...
     
A nivel personal, la 88/89 significa un enorme paso adelante para un Djordjevic al que la baja de Obradovic le confiere un rol mucho más determinante en el aspecto ofensivo. Campeones coperos en Maribor ante la Jugoplastika, los de Belgrado suman el segundo título del año alzándose con la copa Korac ante el Cantu. Djordjevic supera la veintena de puntos en los dos actos de la final y por si fuera poco resulta clave en el triunfo liguero sobre la Jugoplastika que, a dos jornadas para la final de la fase regular, da la ventaja de campo al Partizan. Tras algunos apuros en unas semis donde los triples de Oliver Popovic y la vuelta de Miroslav Peckarski de USA se antojan claves, el conjunto de Belgrado alcanza la final, donde esperan la otra vez los de Split. Con la final programada por primera vez en la historia a cinco partidos, el duelo se antoja clave no sólo para dirimir la hegemonía en Yugoslavia sino también en Europa… y es aquí donde Zan Tabak emerge en el inesperado actor que acabaría por cambiar el rumbo de la historia. En un partido trabado y más del gusto de los de Split, el primer acto de la final llega a sus dos últimos minutos con 71-70 para el cuadro local, pero un mate de Radja tras un excelente pick n´roll con Sretenovic y una canasta de Sobin tras un error de Danilovic colocaban un 71-74 en el marcador. En un tramo final lleno de nervios, el Partizan reduce distancias con dos tiros libres de un Divac que acaba de forzar la quinta falta a Dino Radja. Una gran defensa posterior fuerza a los de Maljkovic a agotar la posesión por lo que el balón del partido pasa a las manos de un Partizan que de nuevo trata de buscar a Divac, logrando que este fuerce la eliminación de Sobin. En esa tesitura aparece un Zan Tabak que no había disputado ni un sólo segundo de partido hasta el momento y que tiene la misión de enfrentarse a Divac. Con siete segundos por jugar, el pívot del Partizan lanza un semigancho que tras tocar el aro es barrido por el hoy entrenador del Maccabi. Ese palmeo devuelve el factor pista a la Jugoplastika… en una final que no habría de acabar, ya que en el segundo acto y tras verse 5 abajo, un supuesto monedazo a Divac (la final se jugaba de manera alterna en cada pista) provoca el abandono del Partizan y una posterior sanción que daba por terminada la final.



La 89/90 resulta diametralmente opuesta. Divac y Paspalj se van a la nba, Danilovic se lesiona y Sasa tiene que realizar el servicio militar por lo que apenas pasa de jugar algunos partidos en la Recopa. Un año más tarde, con Djordjevic y Danilovic ya de vuelta,el regreso de Paspalj devuelve la competitividad a un equipo que no obstante no puede plantar cara a un Pop 84 intratable en la que a la postre resulta ser la última final de la liga yugoslava. En el 90 Sasa prueba con los Celtics, en una encuesta entre los entrenadores de la liga yugoslava sale elegido de manera abrumadora como mejor base del país...el veto parece claro.

HISTORIA DE UNA FRUSTRACIÓN, LAS RAZONES DE DRAZEN

         

Sin ánimo de justificar el (supuesto) veto de Petrovic, hay razones que bien podrían explicar parte de su ira tras aquella derrota del 88, recapitulemos...

Leyenda como pocas, el nombre de Drazen Petrovic suele ir asociado a términos relacionados con el triunfo, la voracidad, la superación o incluso la precocidad. Ciertos algunos de ellos y menos otros, nadie duda que la figura del de Sibenik es una de las más trascendentales de la historia del basket europeo. De una enorme dureza mental y capaz de reinventarse para sobrevivir y luego triunfar en la Nba, sus éxitos con Yugoslavia o su dominio en las competiciones continentales están fuera de toda cuestión. Sin embargo,y quizás debido a su temprana desaparición, en ocasiones, su figura es objeto de estudios que rayan en lo hagiográfico obviando que en su carrera también hubo espacio para las sombras y las frustraciones.

Hermano pequeño de Aleksandar, Drazen Petrovic se hace un nombre a temprana edad jugando con la escuela Osnovna Skola Marsal Tito en Sibenik . Siguiendo los pasos de su hermano, Drazen pasa con 13 años a formar parte de las categorías inferiores del Sibenka Sibenik y tan solo dos después ve como Moka Slavnic le hace debutar en el primer equipo. Con jugadores como Srecko Jaric, Zivko Ljubojevic, Branko Macura o Predrag Saric (padre de Dario) el conjunto de la costa croata navegaba por la zona medio/alta de la tabla en las primeras apariciones de un Drazen que va haciéndose hueco de manera más paulatina de la que en ocasiones parece ser recordado. Con presencia testimonial en la temporada 80/81 (apenas llega a los dos puntos por partido) Petrovic vive la clasificación para la copa Korac, semanas antes de disputar su primer gran torneo con Yugoslavia: el europeo cadete (por entonces U 17) de 1981. Petrovic emerge como una de las figuras del torneo y termina el mismo como el máximo anotador, pero en lo colectivo Yugoslavia naufraga y cae al quinto puesto ,con una selección compuesta con jugadores como Vrankovic, Sasa Radunovic, Perasovic o Sretenovic,...tras haber sido medalla en todas las ediciones de un torneo que se había comenzado a disputar en 1971 (lo sería a su vez las cuatro ediciones posteriores). El oro se lo lleva la Urss de Sabonis venciendo a la final a Italia. Un año antes, Drazen había formado parte de la selección junior que disputaba los juegos de los balcanes, liderandola en anotación por delante de Radunovic y Cvjeticanin. Dos derrotas finales ante Bulgaria y Turquía relegaban a Yugoslavia a la tercera posición solo por delante de Rumanía y Grecia.

El siguiente curso (81/82) Drazen crece en importancia, sube sus medias anotadoras por encima de los 14 puntos y los de Sibenik logran alcanzar la final de la copa Korac donde caen ante el Limoges. El verano trae para Drazen una nueva oportunidad con Yugoslavia, el europeo junior de Bulgaria. Con parte del bloque de su etapa cadete más jugadores como Cvjeticanin o Sobin, Yugoslavia alcanza la final y Drazen es elegido MVP del torneo (en esta ocasión el máximo anotador del torneo es Jordi Villacampa). En la final el rival es la Urss que no cuenta con un Sabonis que esos días disputa el mundial de Colombia con la selección absoluta. Pese a la ausencia del lituano, en una segunda parte excepcional los soviéticos liderados por un imparable Biriukov se llevan el oro dejando a Drazen con la miel en los labios.

      
     
             Biriukov por encima de Drazen



La 82/83 trae, a nivel individual, la definitiva consagración de un Petrovic que se alza con el Mvp de la temporada a la sazón del segundo mejor registro anotador de la liga yugoslava tras Dusko Ivanovic. El Sibenka vuelve a alcanzar la final de la Korac donde repite derrota ante el Limoges, aunque la gran oportunidad surge en liga. El vigente campeón (la Cibona) parte visiblemente mermado y dibuja un año terrible (0-10 en la copa de Europa) mientras que el Partizan, subcampeón el curso anterior, ve como sus dos grandes estrellas, Slavnic y Dalipagic, salen a Italia y España. Primero en la fase regular, el conjunto croata alcanza la final decidiendo en el tercer partido de cuartos y semis ante Jugoplastika y Estrella Roja. Su rival es el Bosna Sarajevo que dirige Sveteslav Pesic, tercero en liga, pero que ha eliminando al Partizan en semifinales. Recién llegado al cargo de entrenador, Pesic cuenta en el equipo bosnio con jugadores como Radovanovic, Varajic o Benacek antiguos compañeros suyos en la victoria en la Copa de Europa del 79. Como en las dos eliminatorias anteriores, el Sibenka gana su partido como local y pierde como visitante por lo que la final, programada al mejor de tres encuentros, se decide en la costera ciudad croata. Una final que acabará por ser recordada como una de las más polémicas de la historia. Presidida por un ambiente altamente candente, el partido entra en sus últimos segundos con ventaja bosnia 81-82. Petrovic, autor de 40 tantos, asume la responsabilidad y a falta de dos segundos decide jugarse el tiro decisivo recibiendo una más que dudosa falta de Sabit Hadzic (puede verse un pequeño perfil suyo al final de esta entrada:http://laesquinadesunara.blogspot.com.es/2011/08/eurobasket-11-bosnia-herzegovina.html ) . El banquillo del Bosna salta indignado y Pesic es expulsado a la sazón que empujado por parte de un exaltado publico local. Drazen no falla y la locura se instala en una Sibenik que esa noche se lanza, literalmente, a la calle. Pero ,como en una cruel reminiscencia del cuento de la cenicienta, a la mañana siguiente llega el jarro de agua fría: Tras una reclamación del Bosna, la federación examina el vídeo del partido y dictamina que este debe repetirse y además en terreno neutral (concretamente en Novi Sad). Tomada la decisión como una afrenta, el Sibenka decide no presentarse y tras un surrealista salto inicial, el Bosna es el nuevo campeón. La polémica se alarga durante semanas y desde la prensa croata se acusa a la federación y al gobierno de querer premiar a una Sarajevo que el año siguiente va a albergar los juegos olímpicos de invierno (los mismos cuyo logotipo sería clave años después en el desenlace de la maravillosa “Forbrydelsen”). El propio Petrovic no es ajeno al maremagnum acusando a Pesic de manipulador...







Ese verano del 83, trae el debut de Drazen en un gran torneo con la “Reprezentacija” (su debut había sido en un amistoso ante Italia en Mayo del año anterior con Tanjevic aun como seleccionador) en un eurobasket donde Yugoslavia, en medio de dos grandes generaciones, naufraga hasta finalizar en séptima posición, siendo la batalla de las tijeras su momento más recordado. Al margen del eurobasket, Drazen disputa, a las ordenes de un Dusan Ivkovic con el que congenia a la maravilla, la universiada de Edmonton. Petrovic es el máximo anotador de la selección por delante de Ivan Sunara en un grupo en el que también figuran jugadores como Cvjeticanin, Vujacic, Grbovic o Perasovic. Yugoslavia llega invicta a la final pero en ella cae ante la anfitriona: Una excelente Canadá ,dirigida por Jack Donohue y liderada en la pista por Jay Triano, que había sido capaz de eliminar a Usa en las semifinales. Un equipo estadounidense en el que estaban, entre otros, Charles Barkley, Karl Malone, Kevin Willis, Ed Pickney o Johny Dawkins, lo que da una idea de la fortaleza del torneo.

La 83/84 supone para Drazen la temporada del cumplimiento de su servicio militar por lo que pasa prácticamente el año en blanco y su mayor preocupación es escoger entre sus múltiples ofertas el destino del año siguiente. Descartadas las de Jugoplastika y Partizan, así como la de algunas universidades Usa como Notre Dame, Drazen duda entre la oferta de la Cibona donde juega su hermano o la de un Estrella Roja del que su padre es fiel seguidor. O lo que es lo mismo entre Novosel o Zeravica. Croatas y serbios alcanzan la final liguera y Drazen opta por una decisión: jugará con el campeón pues desea asomarse a la Copa de Europa. La final resulta una de las más emocionantes de la historia y acaba decidiéndose por un tiro casi desesperado de Mihovil Nakic. Título para la Cibona, fichaje de relumbrón y una muesca más en la entrañable historia de oportunidades perdidas del Estrella Roja.


Pese a la inactividad, Drazen es convocado por Mirko Novosel, futuro entrenado suyo en la Cibona (aunque solo en Europa), para los juegos de Los Angeles donde ya va a tener un papel central dentro de la selección. En el primer amistoso previo a los juegos, en Brasil y disputado meses antes ya que al ser la vigente campeona Yugoslavia no disputaba el preolímpico, el de Sibenik anota 32 puntos dejando claro cual va a ser su nuevo rol. Ya en L.A., Drazen completa un buen torneo pero Yugoslavia debe conformarse con una medalla de bronce que, en especial dada la ausencia de la Urss, sabe a poco.

Drazen llega así, en la 84/85, a la Cibona de Novosel y Pavlicevic (el primero en Europa y el segundo en la liga....aunque Mirko era el capo absoluto) y de su hermano Aza. Una Cibona que ya antes de su llegada ya vive los mejores días de su historia. No en vano los de Zagreb han sumado en cinco años dos ligas, cuatro copas y la Recopa del 82. El impacto es inmediato y Drazen rompe definitivamente como icono europeo. Mvp de la temporada y máximo anotador, el pequeño de los Petrovic guía a la Cibona al primer puesto de la fase regular y ya en play-off a la final tras dejar en la cuneta al Bosna Sarajevo (con dedicatoria incluida a Pesic) y al Partizan. Entre medio de las dos eliminatorias, la Cibona toca el cielo proclamandose en Atenas campeona de Europa mientras Drazen pasa a ser ya definitivamente el demonio particular del Real Madrid. Tras el éxtasis europeo, en la final liguera espera el Estrella Roja en una repetición de la final del año pasado. Drazen se muestra discreto en el primer encuentro pero la Cibona no lo acusa. En el segundo acto en Belgrado, las cosas tornan, Drazen se va hasta los 44 puntos pero con un punto abajo en el último minuto falla dos tiros libres y el postrero triple por lo que la eliminatoria vuelve a Zagreb. El tercer partido, fiel a su época, tiene espacio para la polémica con los blanquirrojos quejándose amargamente del arbitraje y algunas escenas ya míticas como las de la camiseta de Avdija o la patada de Radovic a Aza Petrovic. Sea como sea, la Cibona no falla y suma su segundo título liguero, el primero para Drazen...y a la postre el último. Una semana más tarde, los de Zagreb completan su año mágico derrotando en la final de copa a la Jugoplastika que dirige Kresimir Cosic.


Drazen, aun en el Sibenka, anotando por encima de Cosic

Pero este apartado lleva por título historia de una frustración...y la temporada, inmaculada en la Cibona, también tendría su reverso en la selección. En diciembre, y a las ordenes de Ivkovic, Drazen participa en los juegos de los balcanes cayendo de nuevo ante Bulgaria y teniendo que conformarse con la segunda plaza. Ya en verano, el nuevo seleccionador de la absoluta (Cosic) coloca a Drazen como pieza central del equipo que acude al eurobasket de Alemania. Con el dominio ejercido en la Copa de Europa, Drazen parece en disposición de guiar a Yugoslavia a cotas altas. Líderes de grupo en la primera fase pese a caer de nuevo ante la Urss, los plavi se miden en cuartos de final a Checoslovaquia. Tras el europeo de Praga 1981,la maravillosa generación de los Brabenec, Kropilak y compañía parecía haber llegado a su ocaso con la consecución del bronce. De hecho sus tres siguientes años se saldan con resultados mediocres. Con esta perspectiva se habían plantado en Stuttgart con un quinteto que pasaba de los 30 años de media y que acumulaba la friolera de 1.456 presencias con la selección. La primera fase no hizo más que corroborar los augurios con los checos (en un grupo asequible) siendo capaces tan sólo de vencer a Holanda y a Israel por la mínima (93-92).Este triunfo ante los hebreos otorgaba a los centroeuropeos el cuarto puesto pese a su empate a 2 victorias con el propio equipo israeli. De todas formas, parecía el canto del cisne. Con un extraordinario acierto exterior (curiosamente aquel grupo crepuscular fue el que mejor se adapto a la nueva línea de 3) y la diversificación del ataque entre sus titulares, Checoslovaquia lograba imponerse por 102-91. Brabenec con 32 puntos se encontraba excelentemente acompañado por Havlick(24),Rajniak, el padre del futuro jugador del Gijón baloncesto,(23) ,Kropilak (22) y Skala(19). Drazen se iba hasta los 25 insuficientes para sostener a una Yugoslavia que al día siguiente, y con Drazen quedándose en cinco puntos, caía ante Alemania. Segundo eurobasket para Drazen y por segunda vez séptimo puesto para Yugoslavia...diciendo adiós a una racha de siete medallas, el peor puesto desde el 67 y la primera vez que encadenaba dos europeos fuera del podio desde finales de los años 50. El eurobasket se lo termina llevando con autoridad una Urss demoledora en la que Sabonis muestra una versión superlativa.
Apenas un mes más tarde, con el propio Cosic como seleccionador y con Boza Maljkovic como asistente, Drazen lidera el equipo de Yugoslavia que acude a la universiada de Kobe en un conjunto en el que también destacan apellidos como los de Perasovic, Cutura, Kotnik, Sobin, Cvjeticanin o Vrankovic. Los plavi vuelven a comenzar fuertes, pero a la hora de la verdad una derrota ante la Urss les manda al quinto puesto. El propio equipo soviético termina llevándose el torneo gracias a un triple sobre la bocina de Marciulionis en la final ante Usa, en un encuentro en el que Kurtinaitis con 30 puntos y 7 triples había marcado diferencias. Curiosamente la única derrota del cuadro rojo había llegado ante el propio equipo Usa (con Ron Harper o Chuck Person entre otros) en la primera fase. Tras nueve presencias con la selección de la más diversa índole, Drazen seguía sin conocer el triunfo.


Con el sinsabor veraniego en el paladar, Drazen arranca la 85/86 aun con una mayor voracidad en una Cibona ya sin Knego y donde Aza Petrovic realiza el servicio militar. En el otro lado de la balanza los de Zagreb suman con la llegada de Danko Cvjeticanin y de Franjo Arapaovic. El pequeño de los Petrovic lidera a los de Zagreb en una fase regular en la que solo suman una derrota y a esos éxitos colectivos suma, además, una nueva designación como mejor jugador de la liga y como máximo anotador con una marca sideral. Precisamente ese afán anotador había traído en bandeja la primera gran polémica de la temporada. En la primera jornada liguera la Cibona recibe al Olimpija de Ljubljana en Zagreb en lo que acabará por ser un partido histórico. Radovan Lorbek, delegado del Olimpija (y padre de Domen, Erazem y Klemen) comete un error con las fichas y el conjunto esloveno se ve obligado a jugar con juveniles. Aprovechando la circunstancia Drazen se exhibe y se va hasta los 112 puntos. A la larga, la sanción por el error (dos puntos menos) condena a los eslovenos al descenso. Pero antes de eso, los 112 puntos del de Sibenik ya levantan ampollas entre los que no entienden ese ensañamiento con un equipo de chavales. Apenas una semana después, en la vuelta de su eliminatoria de Korac ante el Apoel Chipriota, el entrenador del Zadar decide subir la apuesta. Vlado Djurovic, técnico de Drazen en el Sibenka que ha perdido la final ante el Bosna, aprovecha la victoria en la ida por 81 puntos (40-121) para proponer a sus jugadores batir el record de Drazen. Los primeros espadas rehuyen el ofrecimiento, pero Zdenko Babic acepta y acaba yéndose a los 144 puntos ante el jolgorio local...y la rabia de Drazen. Pese a ello, la temporada va cogiendo visos de histórica, y la Cibona vuelve a proclamarse campeón copero derrotando por 110-98 al Bosna con un Drazen de nuevo hipermotivado ante el equipo de Pesic y, sobre todo, repite título como campeón de Europa con un Petrovic que ya es sin duda el rey del basket europeo. Tras imponerse al Zalgiris en la final de la Copa de Europa, la Cibona se impone al Estrella Roja en el tercer partido de cuartos de final, una historia que repite en semifinales ante un Partizan que en el segundo partido derrota al conjunto croata por un espectacular 124-123 con 21 puntos del joven Djordjevic. Tras solventar en el desempate, la Cibona abre la final con un sudado triunfo ante el Zadar de un Djurovic que logra que la final se dispute a un ritmo muy por debajo de lo esperado. Con los ánimos encendidos, Drazen no viaja a Zadar para el segundo encuentro. ¿Problemas físicos? ¿Cura de salud ante una posible acumulación de técnicas que le impida jugar un hipotético tercer encuentro? O ¿Sobradez de un genio que quiere celebrar e título en casa?. Aprovechando la tesitura el Zadar se impone por 84-73 y la serie vuelve a Zagreb. Una Zagreb donde la Cibona lleva tres años y medio sin perder. Con un Cvjeticanin sobrenatural la Cibona maneja el encuentro y llega a manejar ventajas superiores a los 10 puntos en la segunda mitad. Cuando todo parece encauzado a un nuevo título, un espectacular Petar Popovic se echa el equipo a las espaldas y, con la ayuda de Petranovic, aboca el partido a la disputa de dos prórrogas donde el Zadar, sin su estrella Iván Sunara (que permanecía inédito casi todo el año al realizar el servicio militar), completa la machada sumando el título liguero… y por ende, apeaba a la Cibona de la Copa de Europa pese a su condición de vigente campeón. Un Djurovic triunfal salta en medio de la pista ante una gesta inesperada mientras Drazen se retira desconsolado.

Pese al desengaño doméstico, la conquista de la segunda Copa de Europa sitúa a Drazen como claro líder de la Yugoslavia que acude al mundial de España dispuesta a todo. Invictos en la primera fase, los plavi comparten en la liguilla semifinal de Oviedo balance de 4-1 con una Usa erigida en la única selección capaz de derrotarles hasta ese momento, gracias en buena parte al extraordinario marcaje de Tyrone Bogues sobre el propio Drazen. Segunda de grupo, Yugoslavia viaja a la semifinal de Madrid para enfrentarse a la Urss y durante muchos minutos parece que va a conseguir doblegar a los soviéticos. El resto es historia, con el partido totalmente de cara, tres triples consecutivos de los de Sabonis y los recordados dobles de un imberbe Divac llevan el partido a una prorroga donde el equipo de Cosic no logra reaccionar. Un día después el equipo se recompone y, ante Brasil, suma con suficiencia un bronce que, no obstante, sabe a poco                    
                        
 Drazen, la viva imagen de la felicidad, tras el bronce en el mundial

Sin conocer el oro en la selección, Drazen y la Cibona manejan la temporada 86/87 como muestra de reivindicación. Una sorprendente derrota ante el IMT de Belgrado de segunda división en la copa (donde el equipo que dirige Sakota acabará por ser campeón ante un Olimpija también de segunda) marca el único lunar en una temporada regular para el recuerdo en la que los de Zagreb terminan líderes sin conocer la derrota. Drazen repite como máximo artillero, mejor jugador y, de nuevo, triunfa en Europa sumando la Recopa con una autoridad incuestionable: invicto y con 89-74 en la final ante Scavolini. El hambre tras el fracaso del año pasado y el regreso de Aza Petrovic y Knego derivan en un balance de 31-0 entre liga y Recopa. Ya en play-off, la Cibona bate por un cómodo 2-0 al MZT y abre las semifinales con una victoria de tramite ante el Estrella Roja que dirige el verdugo del año anterior Vlado Djurovic. En Belgrado la situación da la vuelta y el partido entra en su recta final con empate a 92. Con todo a favor para sentenciar el pase a la final, Usic marra dos tiros libres y en el último instante Nebojsa Ilic sentencia para los locales. El tercer partido acabaría por ser un terrible deja vu para los croatas. Tras un primer tiempo arrollador en el que Drazen se iba hasta los 30 tantos, en la reanudación el planteamiento de Djurovic volvía a cortocircuitar a la Cibona. Para completar la sensación, en lugar de Popovic esta vez emergía la figura de un estelar Branislav Prelevic quien con 32 puntos sentenciaba las semifinales. Por segundo año consecutivo, la Cibona se quedaba fuera de la Copa de Europa. Para rematar, la final traía cola con una monumental polémica en la que Novosel acusaba a Radovic, presidente de la federación de árbitros, de favorecer al Estrella Roja ya que en el equipo de Belgrado ejercía de base su hijo. A su vez los hermanos Petrovic y Usic increpaban a los árbitros, recibiendo a cambio una sanción de varios partidos. Tras el partido Drazen anunciaba que ese verano no acudiría a la selección para disputar el eurobasket ni la universiada.



Pasado el “calentón”, Drazen da marcha atrás y acude a la concentracción de la selección para el eurobasket de Atenas. Con el de Sibenik como claro líder, Cosic diseña un equipo un tanto híbrido en el que la aparición de Paspalj, Djordjevic, Kukoc, Radja y la continuidad respecto al mundial de Divac insinúan ya una nueva Yugoslavia que no obstante aun tardará en manifestarse. Junto a esa savia joven, jugadores de buen nivel y mediana edad como Aza Petrovic, Grbovic, Cvjeticanin o Radovic completan un equipo extraño y que acabará por no tener continuidad. El torneo comienza con marejada. Un enfrentamiento nada disimulado entre Cosic y Aza Petrovic ,se suma a una clara derrota inaugural ante una Urss sin Sabonis en un partido en el que el técnico croata no hace saltar a la pista a Drazen en toda la primera parte. La segunda jornada, no mejora las cosas y con Galis superando claramente a Petrovic, Yugoslavia suma su segunda derrota consecutiva, algo que no ocurría de inicio en un eurobasket desde los años 40. Un calendario más suave, mejora los resultados disfrazando un tanto la deriva de un grupo a punto de explotar. Superado el cruce de cuartos, Yugoslavia cae en semifinales ante Grecia tras desperdiciar una clara renta para un día después remontar ante España y así colgarse la medalla de bronce. Comparado con los dos torneos anteriores es un paso adelante, pero el juego, los problemas y la entidad de los rivales dejan en entredicho el “exito”. Claro dominador en las competiciones europeas, Drazen se despide del eurobasket con cierta sensación de impotencia y sin ni siquiera formar parte del quinteto ideal del torneo.

Con todo, el verano acabará por traer el primer triunfo de Drazen con Yugoslavia. Oficialmente representada por su selección B, los plavi acuden a la universiada de Zagreb con un equipo de excepción. El hecho de ser anfitriones y el evidente ensayo de cara a la cita en el siguiente eurobasket ejerce de reclamo para una selección que dirigirá Dusan Ivkovic. Más cómodo con el serbio que con Cosic, Drazen lidera a la B a un oro incontestable y del que también forman parte jugadores como su hermano Aleksandar, Cutura, Cvjeticanin, Divac, Arapovic, Primorac o Grbovic.

Tras el oro en la universiada Drazen afronta la 87/88 dispuesto a despedirse de la liga yugoslava por todo lo alto. La Cibona pierde a jugadores como Aza Petrovic, Usic o Nakic pero a su vez se refuerza con Pavicevic o Ivan Sunara. Subcampeones de la Korac, los de Zagreb terminan segundos de la fase regular tras la Jugoplastika. Los de Split, ya habían sido una de las sensaciones el año anterior, aunque en cuartos de final un triple en el último instante del tercer partido en Split de Boro Vucevic (padre del actual jugador de los Magic) había cercenado sus ilusiones. Al margen del precedente del año anterior, la Cibona llega a los play-off con otro refuerzo moral tras ser campeón copera ante el propio equipo de Maljkovic. A nivel individual, Drazen repite como máximo anotador del torneo pero el premio al mejor jugador va a parar a Dino Radja (en play-off sería para Dusko Ivanovic) lo que impide al de Sibenik superar a Kicanovic y Cosic como jugador más galardonado de la historia. En cuartos de final, los de Zagreb resuelven por la vía rápida ante el Imt de Belgrado, en semis espera el Partizan. Vigente campeón, el equipo de Vujosevic llega a las semis tras un año en el que ha acusado su gran papel europeo en el ámbito domestico. La serie se abre en Zagreb y la Cibona suma el primer punto con una victoria cómoda (102-91), pero en el segundo acto un flojo partido de Drazen, el acierto exterior partisano y la dupla anotadora Divac-Djordjevic (48 puntos entre ambos) fuerzan el desempate. Intratable de nuevo durante toda la temporada como local, la Cibona se enfrenta a un deja vu cargado de presión...y un mismo resultado. En el que acaba por ser su último partido en Yugoslavia, Drazen se queda en 11 puntos bien defendido por momentos por Djordjevic y, en definitiva, eliminado por tercer año consecutivo de la misma forma. No es el final soñado y el de Sibenik estalla....



        ¿HUBO ALGO MÁS?



De nuevo el spoiler dibuja un si. Si a estas alturas queda algún lector ¿Arcadio?, es posible que se esté preguntando por si tanta historia no resulta demasiado rebuscada para hablar de la relación entre Djordjevic e Ivkovic. De nuevo la respuesta es si. Sea como sea, vayamos por partes. Dando por cierto el veto, no hay que olvidar que quien esta al cargo de la selección en ese trienio no es otro que Dusan Ivkovic. ¿Tenía capacidad para levantarlo? ¿Lo intentó? Nada hay concluyente, aunque detalles como la amenaza de Drazen tras las semis del 87 de no volver a la selección y su pronta marcha atrás invitan a pensar que de haber habido voluntad...

Pero pongamos las cosas en contexto. Tras el eurobasket de Atenas, la crisis de confianza en los métodos de Cosic cobra fuerza y la corriente que lidera Novosel se impone en la decisión de cesar al técnico croata. Al margen de los resultados, ciertos bandazos y lo que se entiende por falta de rigor pesan más que la estimulante apuesta por los nuevos valores...una apuesta que el tiempo habría de dar por excelente. Cesado el croata, la elección de nuevo seleccionador se centra en dos nombres: Sveteslav Pesic y Dusan Ivkovic. Este que ha sido ayudante de Cosic en el mundial de España, cuenta ya con cierta experiencia ya que en el 83 había ejercido de puente entre la destitución de Djerdja y la llegada de Novosel. Por su parte Pesic, al margen de su notable bagaje en el Bosna, cuenta con el aval de sus tres oros consecutivos con la generación que va a tomar el relevo de la absoluta. La historia reciente parece respaldar a Pesic en cuanto la estructura del basket yugoslavo tendía también a la formación de entrenadores en continuo ascenso. El debate sin embargo es amplio y las posiciones encontradas. A Ivkovic le avala Novosel y su buena relación con Drazen, a Pesic el principal apoyo le viene de Bata Djordjevic. Tras semanas de incertidumbre, Pesic decide irse a Alemania. El técnico de la generación de Bormio, el mismo que había dado la capitanía a Djordjevic en la selección junior, el que se había enfrentado a Drazen sella así el destino en favor de un Ivkovic que entrará a formar parte de la historia en buena parte con la herencia del propio Pesic.

El nombramiento de Ivkovic no calma las cosas y ya como seleccionador el serbio tiene que aguantar serias críticas. Las principales de Bata Djordjevic. El padre de Sasa, saca a colación el descenso en su día del Radnicki (cuando Sasa tiene que irse)y el modesto bagaje a nivel de clubes (Sibenka y Vojvodina) en tiempos recientes de Ivkovic. Dos años después, ambos protagonizan otro intercambio de impresiones vía prensa tras la prueba de Sasa en los Celtics. Ivkovic alude a la frivolidad y Bata le califica como hipócrita. Famoso es el rifirrafe entre Skansi y Maljkovic tras la final de la euroliga 93 (por cierto con mucho bagaje histórico detrás). En esa final four Ivkovic, dirigiendo al Paok, había caído en las semifinales y sería uno de los primeros en felicitar a Maljkovic...esquivando el saludo a su ayudante, si Bata Djordjevic.

                              
                                  Padre e hijo

A todo esto Sasa, que si es convocado en los primeros partidos previos a su pique con Drazen, trata de mantenerse al margen y a finales del 88 acude dócilmente a los juegos de los balcanes. Un año después, los entrenadores de la liga le escogen en el quinteto ideal del torneo y el propio Ivkovic le califica como “el mejor base del país”. El técnico niega cualquier tipo de veto...pero Sasa, campeón de copa y de Korac, ni siquiera es llamado para la preselección, algo que a día de hoy dice aun no entender. Por si fuera poco, como “premio”, el base del Partizan si es convocado con la selección B para la universiada de Duisburg. La ausencia del 90, es más entendible en lo deportivo, pero aun así causa revuelo y en la rueda de prensa tras la convocatoria varias preguntas a Ivkovic giran a ese respecto. El oro de Zagreb, brillante, exime de cualquier problema a un técnico que deportivamente ha promocionado a la selección a Zeljko Obradovic (88 y 90) y ah depositado su confianza en Jure Zdovc, o lo que es lo mismo a sumado solidez para liberar a Drazen. Djordjevic es preguntado y contesta “ Es una decepción...pero no una sorpresa”. Tras seis amistosos previos al eurobasket de Roma, la salida de Obradovic para ser entrenador y la definitiva renuncia de Petrovic vuelven a a abrirle la puerta de la Representazija a Sasa. En definitiva, todo apunta a que el veto había existido...pero que a su vez Ivkovic tampoco había hecho nada por tratar de remitirlo. 



          La reacción de Djordjevic tras su no convocatoria del 90 no pasa desapercibida...

Tras el eurobasket del 91 y el 95, Ivkovic y Djordjevic se encontrarían en distintas ocasiones como entrenador y jugador. La más famosa en la final de la Copa de Europa de 1997. El Olympiacos de Ivkovic se impone al Barcelona y el técnico serbio da la clave “Sabíamos que Rivers podía superar a Djordjevic y por ahí hemos empezado a ganar la final”. Año 2010, Serbia ha vuelto con Ivkovic al primer plano con la plata en el eurobasket de 2009 y defiende su rol en el mundial de Turquía. En una televisión española (marca Tv), Djordjevic ejerce como comentarista “Nadie puede discutir a Ivkovic...pero creo que con estos jugadores se podría jugar más rápido y alegre...jugar mejor”. 2014 Serbia es plata mundialista con Djordjevic como seleccionador, Ivkovic comenta en Mondo.rs “Es un éxito increíble. Sasa ha demostrado ser un gran entrenador...pero no conviene olvidar que en la primera fase se jugó con fuego”. 2015 la valoración de Ivkovic tras el eurobasket es escueta “Ha sido un buen torneo, pero hay que analizar que falló en la semifinal". 2016, sorteo del preolímpico Sasa afirma “El objetivo es duro pero estimulante, clasificarnos para nuestros primeros juegos, algo que ni Dusan Ivkovic pudo conseguir”. Buenas palabras mutuas, pero casi siempre seguidas del matiz. En la previa del partido, ambos coincidían en alabarse e incluso Sasa afirmaba:"Me siento honrado de tener la oportunidad de jugar contra uno de los mejores entrenadores de la historia...Él fue uno de mis mentores". Al acabar y al comenzaar el abrazo no iba correspondido de cruce de miradas. Cuentan que los años de la sanción a la Yugoslavia serbomontenegrina sirvieron de aglutinante y que en esa tesitura se cerraron muchas heridas antes del eurobasket 95. Sea como sea, nadie duda que historia entre ambos hay para regalar





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