Pues ya tenemos otra (pre) lista para el eurobasket. Una de las más esperadas: la de Francia. Una Francia que inicia una nueva etapa y que, por nombres, es una de las grandes candidatas a medalla. Veamos un poco de contexto.
¿De dónde viene Francia? Viene de ser plata en el anterior eurobasket, un resultado notable al que habría que poner contexto. Por debajo en las apuestas previas al torneo de Grecia, Eslovenia o Serbia, el conjunto galo dibujó un europeo irregular en el que las eliminatorias ante Turquía e Italia cayeron de su lado gracias, en buena parte, a errores en los tiros libres de sus rivales en el desenlace. Muy lejos de España en la final, la plata cumplía (de sobra) con las expectativas previas pero debaja cierto regusto amargo.
Extendiendo el ciclo, Francia viene de un pésimo mundial…pero también de haber sido plata en las dos últimas ediciones de los Juegos, incluyendo la del año pasado. Derrota ante Alemania, librada histórica ante Japón con el 3+1 de Stratzel…pero metamorfosis en los cruces y gran imagen final.
En cualquier caso, más que de estos resultados últimos, el gran cambio en Francia, al margen del generacional, viene con la salida del banquillo de Vincent Collet. Reputado en el país galo y muy cuestionado en España, en torno a su figura se ha desarrollado una leyenda no del todo cierta. Técnico con tics de conservadurismo, falta de cintura en ocasiones y poco dado a golpes de efecto, su papel en los duelos directos ante España, una España que era probablemente una de las mejores selecciones de la historia del basket europeo, ha marcado la valoración global de alguien con muchas luces también.
Heredero de una Francia llena de talento pero caótica al extremo y que se había quedado fuera de los juegos de Atenas y Beijing, Collet dotó de identidad a “les bleus” fue un gran preparador de partidos y logró dotar de orden, en ocasiones a costa de polémicas con jugadores clave, a un equipo hasta entonces ingobernable. No hace falta recordar cómo el equipo de 2007, con Parker y Diaw, fue incapaz de acceder a una de las siete plazas que valían para acceder bien a los juegos bien al preolímpico.
Y es que, aunque solo se recuerden sus fracasos, que los hay, Collet también dejó victorias tremendas. Capaz de eliminar a España en su mundial, pese a las bajas de Parker y De Colo, o a Usa en el siguiente. De hecho es, junto a Magnano, el único técnico capaz de haber ganado dos veces a una selección Usa formada por jugadores nba en Mundial y juegos. Y es que más allá de opiniones o partidos concretos, Collet se fue de la selección habiendo sumado un oro, dos platas y un bronce europeos, dos bronces mundialistas y dos platas olímpicas. En una selección que en toda su historia y hasta su llegada solo había conseguido dos platas olímpicas (1948 y 2000), ninguna medalla mundialista, una plata europea en los años 40) y 5 bronces, con solo el de 2005, posterior a los años 50.
Bien es cierto que en este lapso, Collet ha contado con jugadores excepcionales y que Francia ha multiplicado su talento pero no lo es menos que, tras España, ha sido el mejor equipo de los últimos tres lustros en Europa.
A la salida de Collet, hay que añadir la retirada de la selección de dos de sus puntales: Nando de Colo y Nico Batum. 208 y 177 veces internacionales respectivamente. El primero siempre fue ese alquimista capaz de mezclar el talento puro con la pausa y la amenaza exterior en una selección, por lo general, huérfana de ambas. El segundo siempre fue el pegamento ideal, un activo en defensa y un segundo espada extraordinario. Su excelsa semifinal del mundial 14 o el tapón a Prepelic que sellaba el pase a la final de los juegos de Tokyo son solo alguna de las muescas que jalonan su increíble paso por la selección.
Con todo esto en cuenta, no cabe duda de que Francia arranca una nueva era. Una donde no hay una selección tan dominante como la española a la vista y donde su propio talento se ha multiplicado exponencialmente. Y no solo eso, a su habitual exuberancia física parece que se le van sumando brotes verdes (todavía pequeños) en unas categorías inferiores durante muchos años demasiado uniformes en su propuesta. Y si bien el éxodo temprano a nba de muchos de sus actores sigue presente, no es menos cierto que el paso adelante de la LNB y la ingente presencia por toda Europa está dando salida a buena parte de ese talento. Tanto es así que, hace unas semanas, la federación presentaba un plan de trabajo a cuatro años con la vista puesta en los juegos de Los Angeles…y una lista de más de 70 jugadores para afrontar ese desafío.
Un desafío cuyo barco pilotará el sustituto de Collet, un Frederic Fauthoux más heterodoxo que su predecesor y que los últimos cursos ha dotado al Bourg de una imagen atractiva y a la vez competitiva. Leyenda como jugador en Pau e internacional (fue bronce en el eurobasket de 2015) queda ver ahora como lidia con un grupo tan peculiar.
Y es que antes de valorar una lista de este tipo, nunca sobra recordar que los campeonatos de selecciones son un ecosistema que poco tiene que ver con el baloncesto de clubes. Jugadores que tienen que concentrarse un mes, con el desgaste psicológico que eso conlleva, para luego disputar un torneo de poco más de dos semanas. Un hábitat donde la configuración y la jerarquización de las rotaciones y los roles es casi tan importante como la calidad. Y esa es la primera gran duda con esta Francia. Ver como impone Fauthoux sus ideas, que estilo marca y como amalgama la irrupción de los nuevos talentos con los jugadores consagrados.
En 2023 Wembanyama fue número uno del draft y Coulibaly el 6, un año después Risacher y Sarr ocuparon las dos primeras plazas y Salaum la sexta con Didet también en primera ronda. Este año los Traore, Essengue y Beringer acaban deser primera ronda…todo un tsunami de potencial que habrá que filtrar.
Poniendo todo esto en contexto y conocidas ya de antemano la renuncias del propio astro de los Spurs, Fournier y de Rudy Gobert (la única vez que renunció fue en el eurobasket 17…el único en el que Francia no ha sido medalla en los últimos 15 años) la lista por nombres es impresionante e incluso, por primera vez en mucho tiempo, dotada de talento en la dirección/puesto de base.
La eclosión de Maledon en su vuelta a Europa y la consagración de Stratzel con un gran tramo final en Mónaco dotan de arsenal ofensivo para equilibrar quintetos. De hecho, la presencia de Okobo e Hifi, permite, además, la posibilidad de incluir un anotador autónomo que alivie la carga ofensiva de Fournier. Con todo, y siendo Maledon capaz de alternar el 2/1, parece que solo uno será de los 12 dejando espacio a otro base. A partir de ahí, el puzzle, se complica. Coulibaly como garante defensivo, Risacher que sirve como apuesta a medio plazo o Cordinier que fue clave en los juegos y viene de ser fundamental en la lega de la Virtus…Pero vayamos por partes
Llama la atención que la propia federación ha dividido la prelista en tres apartados: Manejadores, exteriores e interiores. Veamos un poco en detalle
MANEJADORES: Cuatro jugadores y dos fijos. Maledon y Stratzel parecen fijos e incluso no es nada descartable que compartan pista en algunos momentos. La otra, teórica, plaza quedaría entre Ntilikina y Francisco. El primero, en Partizan, no ha tenido un gran año en su vuelto a Europa mientras que el de Zalgiris ha sido el líder de los de Kaunas y acaba la temporada con la liga y su icónico triple ante Rytas. Pero esto es la selección y, teniendo además a combos como Okobo e Hifi, quizás el nivel defensivo de Ntilikina, y su experiencia (es doble plata olímpica) puede jugar a su favor.
EXTERIORES: Aquí podríamos hacer subgrupos. Primero, lo ya dicho, Hifi y Okobo parecen perfiles relativamente similares. Pequeños, zurdos, con capacidad de generarse tiros… El de Monaco es más consistente atrás, ya conoce la selección y puede encajar mejor en medio de tanto relevo generacional. En cambio su pobre serie ante el Barça y final four, volvieron a poner en cuestión sus `problemas de gestión de la presión…todo lo contrario del de París y su estilo imprevisible. ¿Los dos juntos? Parece complicado…aunque quizás si solo van dos bases. Y aquí entra otra disquisición. Como decía la federación anunció la selección en tres categorías pero en el cuadro de la noticia atribuye posiciones a los jugadores. A Ntilikina, por ejemplo, lo pone como 1-2, a Okobo como 2-1…y a Hifi solo como 2
Del resto, diría, que Cordinier es el más “fijo”. Buen año en Virtus, polivalente, clave en los juegos y muy del gusto de Fauthoux. A partir de ahí, Coulibaly da tono físico, ya estuvo en los juegos y debe de ser una de las caras visibles del cambio generacional…algo que cobra más fuerza todavía con Risacher. Número uno del draft del año pasado, correcto primer año en los Hawks, capaz de entrar en racha…debería ser, siendo muy diferente, el sustituto natural de Fournier así que qué mejor que empezar ya el año en que no está el del Oly. Quedarían Luwawu-Cabarot, muy de destellos en Baskonia sin cuajar del todo, como apuesta de continuidad u Ousmane Dieng, muy tierno todavía, pero con esa talla que puede parchear al cuatro…y con la vitola de llegar como campeón de la nba con los Thunder.
INTERIORES: Pese a las bajas de Gobert y “Wemby” sigue teniendo Francia profundidad…y una duda clave: un Matias Lessort todavía no recuperado del todo de su lesión. Si está bien, debe ser fijo. Si no la puerta se abre para Poirier (con 60 internacionalidades es el jugador más experto) ya que el puesto de Sarr, otra apuesta a medio plazo, parece medio garantizada. El de los Wizards con su juego de cara al aro puede partir como 4 y parchear como 5. En ese 4, la referencia volverá a ser Yabusele tras un buen año en Sixers, unos grandes juegos y con una capacidad ofensiva y de abrir campo muy necesarias para esta Francia. Sin el factor de correción de Wembanyama y Gobert, eso sí, sus habituales lagunas defensivas van a necesitar más atención. Hoard como alternativa más ligera, aunque sin demasiado al tiro, al 4 y Jaiteh, tras una muy buena segunda mitad de curso en Mónaco, en el 5 deberían tener opciones. Completa la convocatoria un Diabate que si bien puede parecer por detrás puede tener sus chances. El de los Hornets da mucha capacidad de repetir esfuerzos, actividad defensiva (más agresiva que táctica) y rebote.
En definitiva estamos ante una Francia muy renovada, mucho menos experta (tres jugadores que no son internacionales y otros 3 con menos de 10 internacionalidades), sin referentes tan claros y con muchos cambios estructurales. Pero es, a la vez, un grupo muy profundo, de enorme tono atletico, bastante versatilidad, algo más de dinamita exterior y que, con las bajas, puede aliviar un poco la presión-
¿Expectativas? Francia arranca en el grupo D donde, a priori, solo Eslovenia parece en condiciones de discutirles mínimamente el liderazgo. El cruce de octavos sería ante el grupo de España-Grecia-Italia and cia, por lo que un posible desliz en la fase final podría complicarle el arranque de las eliminatorias. Si no, los cuartos deben ser el mínimo para un equipo que, pese a la ausencia capital de Wembanyama, tiene mimbres para pelear por las medallas. De hecho las bajas y el hecho de que Fauthoux sea debutante quizás puedan contribuir a aligerar un tanto la presión a un equipo cuyo camino empieza ahora pero donde los objetivos son a más largo plazo. Eso sí, nada despeja más los fantasmas que las medallas…
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