BELGRADO
2018
Por
primera vez en su historia, Belgrado acogerá la celebración de la
final four en lo que, en cierta forma, acerca la cita a uno de los
grandes polos baloncestisticos de Europa. De considerable tradición,
aunque a veces un tanto mitificada, Belgrado no es de todas formas
novata en lo que a celebrar grandes eventos cestistas se refiere. Al
margen de algunas finales europeas disputadas a doble vuelta, la
actual capital serbia fue sede del eurobasket femenino de 1951 que
coronaba a la Urss como campeona con Checoslovaquia y Bulgaria
secundandala en el podio. Yugoslavia se había hecho cargo de la
organización con la promesa de la fiba de que en los años
siguientes le sería concedida la organización del torneo masculino.
Una cita que se concretaría en 1961 con los locales, ya con Nikolic
al mando, sumando la primera plata de su historia y con la Urss en lo
más alto. Catorce años después, Belgrado volvería a acoger un
eurobasket esta vez sí, coronado con el oro de una Yugoslavia que
vivía su primera etapa dorada. En 2005, la entonces capital de
Serbia&Montenegro, albergaba su tercer eurobasket. Con los
anfitriones naufragando de manera estrepitosa, el torneo coronaba por
segunda vez a una coral Grecia que en semifinales había remontado de
manera milagrosa ante Francia con un triple final de Dimitris
Diamantidis, antes de imponerse en la final a la Alemania de un
Nowitzki que firmaba uno de los torneos más sobresalientes a nivel
individual de la historia del baloncesto de selecciones. Sede a su
vez de la diamond ball en 2004 o de uno de los preolímpicos de 2016,
Belgrado estaba llamada a ser la sede del mundial de 1994. Una cita
marcada en rojo para la federación y que debía ser el punto
culminante de la generación de Bormio. Las guerras de desintegración
yugoslavas y las posteriores sanciones impidieron la celebración de
un mundial que terminó recalando en Toronto. Años antes, en 1970,
Yugoslavia había sumado su primer oro mundialista ejerciendo de
anfitrión pero en aquella ocasión, Sarajevo, Split, Karlovac,
Skopje y Ljubljana fueron las sedes elegidas en un guiño de Tito a
la descentralización.
A
nivel de club, Belgrado ha sido sede también de varias finales. La
más reciente la de la Copa Saporta de 1998 celebrada en la Sala
Pionir y donde el Zalgiris se imponía al Stefanel en la enésima
derrota europea de Gentile y en la consagración de un Stombergas que
firmaba 35 puntos en la final...un año antes de asaltar la euroliga
en Múnich. Antes de eso, Belgrado había ejercido de anfitriona
hasta en tres ocasiones de la final de la copa Korac. Dos de ellas
(1989 y 1998) por pura lógica al tratarse de finales a doble vuelta
con representación local. En el 89 el Partizan de Vujosevic lograba
remontar a Cantú en un ejercicio de basket ofensivo y talento
mientras que nueve años después, fiel a su condición quijotesca,
el Estrella Roja perdía en casa la renta que se había labrado en
Verona. Cuando la final de la extinta copa Korac (la copa
doméstica en serbia lleva ahora el nombre del genial pelirrojo) aún
se disputaba aún se disputaba a partido único, Belgrado acogió la
final de 1979 cerrada con triunfo local del Partizan. Dirigidos por
un jovencísimo Dusan Ivkovic y con 41 puntos de Kicanovic, los
partisanos se imponían al Rieti pese a la profundidad anotadora de
su inolvidable pareja interior Meely-Sojourner y al buen hacer de
Brunamonti o Zampolini. Con todo, si hay un precedente notorio para
esta final four, ese es el de la final de la Copa de Europa de 1977
que habría de enfrentar al Maccabi de Tel Aviv y al Varese.
Presentes en todas las finales de la década, los israelis alcanzaban su primera final con cierta polémica ya que no Cska ni
Brno habían accedido a jugar en Israel. La llegada de los israelitas
suponía un problema para la organización ya que en ese momento
Yugoslavia no mantenía relaciones diplomáticas con Israel. Las
gestiones del propio Tito, acabaron por permitir no sólo la
celebración del partido en Belgrado sino la presencia de cerca de
casi 5 mil aficionados macabeos que por unos días estuvieron exentos
de la necesidad de visado para entrar en Yugoslavia. El agónico
triunfo de los amarillos (78-77 con 26 tantos de Boatwright y 17 del
ya emergente Berkowitz) propiciaría unas impagables imágenes con
centenares de sus seguidores bañándose en el Danubio para celebrar
el título.
Sobre
la (apasionante) historia del baloncesto en Belgrado, de sus cuatro
santos y de su expansión e ideologización posterior se podrían
contar infinidad de cosas, aunque lo mejor es, para quien esté
interesado, recuperar la lectura de “Sueños robados. El baloncesto
yugoslavo” el icónico libro de Juanan Hinojo. Como ejemplo de
poderío cabe destacar que los principales equipos de la ciudad a lo
largo de la historia(Partizan, Estrella Roja, Radnicki, OKK, FMP o
Mega) han sumado 44 títulos de liga entre Yugoslavia y Serbia, 33 de
copa y 12 de la liga adriática. El Partizan fue campeón de Europa
en 1992 y estuvo, además, en las final four de 1988, 1998 y 2010. A
todo ello le suma haber sido campeón de la Korac en tres ocasiones
(1978, 1979 y 1989). Estrella Roja a su vez fue campeón de la Recopa
en 1974 y otras dos finalista (1972 y 75) así como subcampeón en el
84 y el 98 de la Korac. El Radnicki fue subcampeón de la Recopa en
el 77...tan solo tres años después de haber sido semifinalista
europeo.
EL
PABELLÓN:
Inaugurado
en julio de 2004 y con una capacidad cercana a los 20 mil
espectadores (aunque el Estrella Roja llegó a meter más de 24 mil
en un partido ante el Budivelnyk), el Stark Arena o Aleksandar
Nikolic Arena cuando acoge baloncesto, abrió sus puertas con motivo
de la celebración de la Diamond Ball previa a los juegos olímpicos
de Atenas, aunque su origen ya estaba proyectado para lo que iba a
ser el mundial de 1994.En aquel torneo Serbia Montenegro se imponía
en la final a Lituania por 93-80 con Rakocevic como máximo
realizador del encuentro. Un año después, el entonces llamado
Belgrade Arena (posteriormente pasaría a denominarse Kombank antes
de su denominación actual) sería la sede del eurobasket. Al margen
de eventos baloncestisticos, el pabellón también ha sido sede de
una final de la Copa Davis, una edición del festival de eurovisión
así como innumerables conciertos bastante más decentes que el
citado evento (Bob Dylan, Leonard Cohen, ZZ Top, Iron Maiden, Eric
Clapton…).
FENERBAHCE-ZALGIRIS
El
vigente campeón contra la gran revelación del torneo podría ser
una carta de presentación tan tópica como cierta para una semifinal
que se presenta extremadamente interesante. Con las dos figuras más
exitosas de la historia de la final four, Obradovic como entrenador y
Jasikevicius como jugador, frente a frente en el banquillo, el duelo
entre el conjunto turco y el lituano promete ser un choque de enorme
intensidad dada la propuesta de ambos clubs. Pese a la salida de
Bogdanovic o Udoh, la mayor experiencia y una plantilla más larga
parecen dotar de cierto favoritismo a un Fener que con todo solo ha
ofrecido su mejor versión en partidos muy concretos. Enfrente,
Zalgiris liderados por un técnico siempre al borde del exceso pero
que ha sabido sacar petróleo de su plantilla, aparece como un equipo
muy ajustado, intenso y concentrado. La mayor versatilidad y el
poderío físico de la plantilla turca frente a los arrebatos de los
de Kaunas para dibujar una semifinal con mucho más que decir que la
aparente diferencia entre ambos podría sugerir.
Horario:
18 Mayo 2018- 18:00
Precedentes
Esta
temporada:
1-1
En
Final four:Inédito
Historia
copa de Europa:
8-4 Fenerbahce
Otras
competiciones europeas:
Inédito
Hasta
la fecha, 12 son los enfrentamientos entre Zalgiris y Fenerbahce con
ventaja para el cuadro turco de 8 victorias a cuatro. El primer cara
a cara entre ambos data de la temporada 98/99 con sendos triunfos
locales. En el primer partido que abría la temporada el conjunto
turco,reforzado por el lock out nba y muy fuerte como local en esas
primeras semanas, se imponía por 99-84 con 33 puntos de Kutlay, 24
de Milic y 19 de Abdul Rauf muy bien secundados bajo los aros
por el trabajo de Zan Tabak, mientras que en el Zalgiris brillaban
los 17 tantos de Mindaugas Žukauskas. En la segunda vuelta, ya en
Kaunas, los lituanos devolvían la moneda venciendo por 64-59 con 21
puntos de Tyus Edney. Ya en la era uleb, el primer enfrentamiento
llegaba en la temporada 2005/06 con doble triunfo turco. En esta
etapa, el primer triunfo lituano llegaría en el top 16 de la 2010/11
con una victoria en Kaunas por 85-84 en un partido del que Jankunas
sobrevive como único jugador y en el que Jasikevicius anotaba dos
puntos...como jugador del Fener. Por último esta temporada, ambos
equipos se han repartido los triunfos imponiéndose a domicilio. En
diciembre el Zalgiris se imponía en Estambul por 89-90 con 22 tantos
de Pangos y en la vuelta el Fenerbahce devolvía la moneda por 78-85
con 16 tantos de Datome como principal estilete ofensivo.
Aunque
Fenerbahce ya no mantiene su relación con Ulker, cabe apuntar que
antes de la fusión Zalgiris se enfrentó cuatro veces al equipo
chocolatero con un balance de 2-2. Doble triunfo del Ulker en la
primera fase de la 01-02 y doble victoria lituana en el top 16 de la
03-04. Eso si, quizás el precedente más relevante entre Zalgiris y
Ulker, y único en ámbito fiba, habría que buscarlo en la 98/99
cuando el cuadro de Kaunas se imponía por 2-0 en la eliminatoria de
octavos empezando así la que sería su carrera hacía el título.
Estadísticas
de los enfrentamientos de este año:
LOS
EQUIPOS
FENERBAHCE
Campeón
de Europa:
1 (2017)
Subcampeón
de Europa:
2016
Final
four:
4 (2015, 2016 , 2017 y 2018)
Otros
títulos europeos:
-
Ligas:
8 actual BSL (se juega desde 1966) 3 campeonatos de Turquía y 7
ligas de Estambul
Copas:
11
(5 copas de Turquía y 6 Copas Presidente)
ESTA
TEMPORADA:
Primera
fase:
2º 21-9
Play-off:
3-1
ante Baskonia
Total:
24-10
Dispuesta
a defender su condición de campeón, el Fenerbahce llega a Belgrado
siendo el tercer equipo en la historia que consigue estar en, al
menos, cuatro final four consecutivas, reafirmando así una
trayectoria reciente casi impecable. Hace
ahora tres años el conjunto turco llegaba a Madrid como el primer
equipo debutante desde 2007 y el primero que lograba alcanzar una
final four sin pasar antes por otra final europea desde 1994. Un año
más tarde, en Berlín, iba un paso más allá alcanzando la final
para, finalmente, convertirse el año pasado en el primer equipo
turco que se alzaba con la “copa gorda”. Tras un verano movido en
el que la llegada de Dogus como patrocinador permitía aliviar las
cuentas pero sin incrementar el presupuesto, el conjunto que dirige
Zeljko Obradovic apostaba por una configuración de plantilla
ligeramente diferente a la del curso anterior. Con la salida de los
dos grandes referentes como Bogdan Bogdanovic y Ekpe Udoh o, en menor
medida, de Pero Antic, el conjunto del lado asiático de Estambul
volvía a reinventarse con dos premisas: renovación de piezas clave
y el fichaje de jugadores de nivel alto pero sin la consideración de
estrella para acabar dibujando una plantilla más larga. Con esos
mimbres, el Fenerbahce ha acabado por construir una temporada en
cierta forma similar a la anterior. Más regular en el campo de los
resultados pero igualmente de menos a más e igualmente eliminado de
nuevo en los cuartos de final de copa ante Efes, para acabar llegando
a la final four en el que probablemente sea su mejor estado de forma
del año. Ofensivamente algo más rico pero sin la referencia clara
de Bogdanovic, Fenerbahce aparece como un conjunto coral, muy
versátil y de personalidad en pista y con una mejorada respuesta en
el tiro exterior. Por contra, la dificultada para mantener los
mejores momentos de intensidad defensivo y la capacidad reboteadora,
aparecen como los principales debe de un equipo que tras la
estabilidad del año anterior (solo Nunnally había entrado por
Hickman) ha necesitado tiempo para fraguarse. Con Vesely,
probablemente más cómodo y protagonista sin Udoh, dominando en las
continuaciones y las finalizaciones por encima del aro, el papel de
Melli se antoja clave en un juego interior donde Thompson no ha
acabado de rendir y donde la lesión de Kalinic ha llevado al serbio
a tener muy pocos minutos como cuatro a diferencia del tramo final de
la temporada pasada. Menos dudas ofrece un perímetro donde Wanamaker
ha encajado bien, Sloukas ha alcanzado la plena madurez sin perder su
chispa, Nunnally ha dado un gran paso adelante e incluso Guduric ha
encontrado su espacio. Con Datome como excelente bisagra queda por
comprobar si Dixon puede recuperar parte de su nivel para guardar la
baza revolucionaria en un equipo que parece llegar de nuevo con las
ideas muy claras. Tras volver a pelear a la contra el año pasado con
rotaciones muy cortas y muchos minutos en pista con dos interiores
casi puros, Obradovic llega a su casa con un equipo con algo menos de
punch pero igualmente versátil y que aparentemente mantiene su
hambre competitiva. ¿Suficiente para revalidar el título? Las dudas
en el juego de meses pasados y la ausencia de los dos jugadores que
más contribuyeron al éxito el año pasado parecen ponerlo en
cuestión, pero con Zeljko al mando y el núcleo duro enchufado, nada
parece imposible.
LOS
JUGADORES
Tras
ser seleccionado en el segundo mejor quinteto del torneo la temporada
pasada con el Darussafaka,
Brad
Wanamaker
está
superando con buena nota su periodo de adaptación a un conjunto de
mayores aspiraciones. Un tanto irregular en el tiro exterior y en la
toma de decisiones, el ex jugador del Brose aporta en cambio buenas
dosis de presencia física en ambos lados de la pista, facilidad para
penetrar y capacidad para aparecer en los momentos clave de partido.
Segundo máximo anotador del equipo en euroliga, Wanamaker ha ido
peso en el equipo a la par que su complicidad en pista con Sloukas
crecía enteros. Capaz de sujetar a casi cualquier exterior en
defensa, si mantiene la cabeza fría y está fino en el tiro puede
ser uno de los jugadores clave en Belgrado. Tras una temporada pasada
marcada por ciertos altibajos, Kostas
Sloukas llega
a la final four tras una notable temporada en la que ha dejado la
irregularidad en cotas muy mínimas, mientras alcanzaba una madurez
en el juego acorde con la calidad y personalidad de la que siempre ha
hecho gala. Igual de cómodo en la dirección que ejerciendo de
ejecutor en lo que era una de sus asignaturas pendientes, el jugador
heleno llega con sus mejores números de largo en asistencias. Unos
números que, por una vez, reflejan la verdadera importancia de un
jugador ya fundamental en el Fenerbahce. Fino en el tiro exterior o
en la media distancia tras las fintas, de su zurda se genera un
caudal de puntos impagable para los de Estambul bien sea de manera
directa o alimentando principalmente a un Jan Vesely con el que ha
formado una perfecta sociedad en el pick n roll. Imaginativo,
valiente como pocos y cada vez más cumplidor en defensa, la final
four, un hábitat en el que siempre se ha movido con soltura desde su
etapa en el Pireo, puede acabar de consagrar su estatus de estrella.
Muy condicionado por las lesiones, Bobby
Dixon
apenas
ha podido dejar destellos de su habitual calidad hasta el punto de
haberse quedado inédito en varios partidos. Lejos, evidentemente, ya
del nivel estratosférico con el que guió al Pinar al título
liguero hace tres años, el jugador ahora conocido como Ali Muhammed
mantiene no obstante algunas virtudes que le pueden hacer importante
en Belgrado. Su capacidad para generarse tiros o explotar los
bloqueos directos o su facilidad para acelerar los partidos pueden
reservarle aún algún momento de gloria en un año muy complicado
para él. Su mejor partido del año, por cierto, llegó en Belgrado
con 7 triples y 25 puntos en menos de 19 minutos...Capaz de ayudar en
la dirección o en el puesto de escolta, Sinan
Guler
apenas
está contando en la rotación de la euroliga y parece complicado que
sea de la partida en la final four. Extraordinario en Galatasaray el
año pasado, el ya veterano jugador turco mantiene unas buenas
piernas a nivel defensivo y tiene capacidad para ejercer como
revulsivo puntual. Buen pasador, su zurda se está mostrando muy
irregular en el tiro exterior (6/10 en euroliga pero un muy pobre 26%
en la BSL con una muestra mucho más significativa).
Llegado
la temporada pasada procedente de la Scandone Avellino con la que se
había proclamado máximo anotador de la lega, James
Nunnally ha
encontrado en su segundo año en Turquí su mejor versión como
jugador. Crecido
en la generación de juego siendo un aval en la circulación ofensiva
y mejorando su papel en el pase, el ex estudiantil está viviendo un
idilio con el aro a través de un acierto exterior tremendo. Con una
carrera en la que se había significado más por ser un anotador que
un tirador, el de San Jose está tirando con los mejores porcentajes
de su carrera, superando incluso sus números del año pasado en la
liga doméstica. Y es que si ya de por si su 54% en el triple se
antoja extraordinario, el frío dato no alcanza para describir el
grado de confianza del estadounidense. Letal desde las esquinas, a su
tradicional solvencia en los tiros abiertos ha sumado una mayor
velocidad de ejecución y un mayor rango de tiro. Tras despuntar en
el Estrella Roja, Marko
Guduric
vuelve
a Belgrado en el que quizás sea su mejor momento del año en esta su
primera temporada en el Fenerbahce. Especialmente tutelado por un
Obradovic que en ocasiones le ha machacado al menor error, el escolta
serbio está viviendo un cursillo acelerado en su consolidación en
al élite, algo que a tenor de su sobresaliente desempeño en los
play-off parece ya casi un hecho. Muy mejorado a nivel defensivo, sus
puntuales faltas de concentración o en su excesivo ímpetu en otras
ocasiones le han llevado a tener algunos banquillazos bien a modo de
peaje con Zeljko o de problemas de faltas. Muy mejorado en la
toma de decisiones, la brillante zurda de Guduric sigue en cambio
funcionando mejor en el tiro exterior en los momentos clave, los
tiros complicados o en general cuando la intuición predomina sobre
la pausa. Con todo, y al margen de su indudable calidad, su cada vez
mejor lectura de las fintas y su notable capacidad para pasar o
contribuir a la velocidad en la circulación del balón juegan a su
favor. Ejemplo claro de lo que suponen las diferencias entre la BSL y
la euroliga y de la normativa de cupos, Melih
Mahmutoglu llega
a la final four tras no contar prácticamente en buena parte de los
partidos trascendentales del año en euroliga. Algo pequeño para su
puesto pero dotado de un potente tren inferior, el ex del Erdemirspor
es un jugador correcto en defensa y cuya principal virtud pasa por
ser un especialista en el tiro exterior capaz de encadenar grandes
rachas. Mejorado en la velocidad de ejecución, su mayor
autoconfianza y su capacidad para rendir en rotaciones cortas pueden
permitirle algún hueco como revulsivo puntual si Fenerbahce se
encuentra ante defensas muy cerradas. Tercer jugador con más minutos
y cuarto en anotación del Fener en liga, en euroliga su papel
aparece casi como testimonial (10 puntos por partido en BSL por solo
1´7 en euroliga).
Con
algo más de presencia ofensiva que el año anterior, Luigi
Datome vuelve
a ser el perfecto pegamento para el equipo de Obradovic.
Infinitamente más cómodo como cuatro donde los espacios le permiten
una mayor amenaza en el tiro, un menor sufrimiento defensivo y una
mayor facilidad para destapar toda la poesía de su juego, el
italiano sigue siendo clave como alero, sacrificando un punto de
lucidez personal en pos de una mayor fortaleza del colectivo. Fino de
nuevo en el tiro exterior y casi infalible en el libre, el de
Montebelluna mantiene esa rara capacidad para aunar calidad y
garra hasta el punto de ser capaz de aumentar su aportación ofensiva
directa en lapsos de tiempo más cortos. Tacticamente
superdotado,clarividente en el juego y con capacidad para aparecer en
los momentos más complejos, Datome lo tiene todo para volver a ser
fundamental en una cita decisiva. Tras repetir club el curso pasado
por primera vez en años, Nikola
Kalinic
firmaba
una temporada de menos a más ( como ya hiciera en su momento en
Vojvodina, Radnicki o Estrella Roja) para acabar siendo clave en el
título turco. Llamado a ser un referente está, la lesión con
Serbia en la preparación del eurobasket y sus complicaciones
posteriores no han permitido que el jugador de Subotica haya
alcanzado su nivel hasta la fecha. Con todo, su prometedor tramo
final de la serie de cuartos ante Baskonia y su habitual estilo
combativo permiten albergar esperanzas sobre su papel en Belgrado.
Con muchos minutos como falso cuatro el año pasado en una posición
donde explotaba su inagotable repertorio de trucos defensivos, en su
vuelta a la pista está participando bastante más como alero puro.
Con un ligero paso atrás en su confianza en el tiro exterior, que
nunca ha acabado de ser fiable, el nuevo Kalinic parece aún lejos de
su mejor versión pero ya empieza a dejar intuir su importancia en el
rebote, generando ventajas en el poste o en la transición. Tras
disputar tan solo tres minutos en toda la euroliga, parece claro que
las posibilidades de Egehan
Arna de
ser parte de los 12 son casi utópicas. Miembro de la generación del
97, Arna es un proyecto de alero, zurdo, aún por definir físicamente
aunque con capacidad de anotación, una buena visión de juego,
irregularidad en el tiro exterior y destellos de mucha clase y
elegancia.
Protagonizando
la mayor media anotadora de su carrera ,
Jan
Vesely
llega
a la final four tras una gran temporada en la que en muchos momentos
se ha mostrado absolutamente dominante. Alternando de nuevo los
puestos de 4 y de 5, aunque más este último, la salida de Udoh ha
revitalizado el papel ofensivo del checo. Inmenso en las
continuaciones del pick n roll, su capacidad de finalizar en mate, su
presencia y su buena lectura de los bloqueos se unen a una heterodoxa
pero más o menos eficaz capacidad de jugar de fuera adentro para
terminar en extensión a lo que suma una continua amenaza en el
rebote ofensivo y una interesante capacidad de pase. En el lado
negativo, su grado de excitación en pista en ocasiones le juega
malas pasadas con pérdida de concentración o roces evitables.
Defensivamente, su capacidad de jugar por el aro y su actividad
marcan un tono físico que catapulta los mejores momentos del equipo
de Obradovic en esa faceta. Con problemas en los tiros libres en
cursos pasados, con la final de 2016 como ejemplo máximo, Vesely se
está mostrando muy seguro este año también en euroliga con
porcentajes por encima del 70%...algo que por otra parte ya venía
haciendo en liga. Ya sin dimensión exterior alguna, el checo no ha
intentado ningún solo triple en toda la temporada ni en liga ni
euroliga frente a los 131 que intentará en sus do últimos años en
Partizan. De vuelta a Belgrado para la gran cita del año, el de
Ostrava quiere ratificar su buen año borrando el recuerdo de la
final berlinesa. Reservado por ligeros problemas en los últimos
compromisos ligueros, a poco que llegue en plenas condiciones, sus
vuelos y su actividad se antojan claves. Principal refuerzo del juego
interior,
Nicolo
Melli
llega
a la gran cita del año en el que es, de largo, su mejor momento de
la temporada. Eficaz en el inicio de curso pero algo tímido en
ataque y blando en defensa, el italiano ha ido poco a poco asentando
su juego hasta hacerse casi indispensable. Más ligero sin perder la
fuerza, el ex del Brose ha ido modulando su lectura defensiva siendo
un perfecto parche tanto en el cuatro de su posición natural como en
los momentos en los que oficia como cinco. Inteligente en el juego y
con buena visión de su juego, su bote y sus fintas contribuyen a la
buena circulación de balón mientras que sus recursos a la media
vuelta garantizan puntos. Fino en el tiro de tres puntos, Melli
parece haber consolidado esa herramienta tras una temporada anterior
marcada por un inicio espectacular y un posterior declive. Con
algunos problemas para cerrar el rebote defensivo, en especial cuando
ejerce de cuatro, queda ver si el enorme minutaje que lleva en sus
piernas (jugador con más minutos sumando euroliga y Bsl) no le pesa
en su debut en un escenario como el de la final four. De no hacerlo,
el Fener puede estar más cerca de repetir la gesta. Tras su periplo
por China, Jason
Thompson está
teniendo ciertos problemas para readaptarse al baloncesto competitivo
sin haber sido capaz de erigirse como la referencia ofensiva que se
esperaba. De buena actitud en pista y comprometido fuera, ese
esfuerzo le ha permitido mantener la confianza de un Obradovic que si
bien no le regala grandes minutadas sigue defendiendo públicamente
su papel en el equipo. Muy perdido de inicio, en los últimos meses
su lectura defensiva en las fintas, el flash y los 2x1 ha mejorado
añadiendose a una buena producción reboteadora. Con buena mano en
la media distancia, una ligera falta de tacto en las cercanías del
aro y una explosividad algo más limitada de lo que había ofrecido
en años anteriores limitan su impacto en el juego de ataque.
Confirmando, y agrandando, las buenas sensaciones mostradas el año
pasado, Ahmet
Duverioglu llega
a la final four consolidado entre los 12 convocados y con serias
opciones de tener minutos importantes. Siempre entusiasta y de
actitud encomiable, el pivot jordano ha rendido a la perfección
siempre que ha dispuesto de minutos, consiguiendo una producción
estadística por minuto notable. De presencia en el rebote ofensivo
se muestra contundente en las finalizaciones y goza de muy buen tacto
en las cercanías del aro favorecido con sus buenas manos. Mejorado
en la transición, en defensa pasa por ser un buen taponador aunque
aún peca de ciertos bajones. Letal en las cercanías del aro con su
explosividad (70% en tiros tanto en euroliga como en BSL) su pobre
porcentaje en el tiro libre es ahora mismo su próximo caballo de
batalla. Bastante lastrado por sus problemas de espalda y cuestionado
por sus problemas defensivos, Baris
Hersek
ha
ido perdiendo su ya de por sí pequeño espacio en la rotación de
Obradovic hasta el punto de haber sido de la partida en tan solo un
partido de euroliga este años. Grande para el puesto de 4 y con
capacidad de poner el balón en el suelo, Hersek destaca sobre todo
por su amenaza exterior donde, pese a su peculiar mecánica, puede
abrir el campo. Correcto cerrando el rebote y con capacidad de poner
buenos bloqueos, su falta de movilidad y su tendencia a perder la
concentración permiten aventurar que salvo problemas de faltas es
poco probable que goce de minutos en Belgrado.
EL
ENTRENADOR
Intentar
explicar con números o datos una carrera suele ser tan injusto como
incompleto, pero en el caso de
Zeljko
Obradovic
las
cifras son tan desbordantes que dibujan una idea de la trascendencia
del personaje. Presente con la de este año en 17 final four con seis
equipos distintos (Partizan, Joventut, Madrid, Benetton
,Panathinaikos y Fenerbahce), ha ganado 9 de ellas con cinco
conjuntos distintos. Entre medias sus dos únicos años fuera de la
primera competición continental (al margen de los sabáticos) se
saldan con otros tantos triunfos en la copa Saporta (R.Madrid 97 y
Benetton 99), mientras que con la selección yugoslava suma un oro y
un bronce europeo, un oro mundialista y una plata olímpica. Ajeno a
la gloria doméstica en su paso por la acb o la lega, en Grecia
subsanaba el desliz con 11 títulos ligueros y 7 de copa que se unen
a los conseguidos con el Partizan en 1992 y las tres ligas y copa
turcas conseguidas en su actual etapa.
PELEANDO
A LA CONTRA, DIRIGIENDO DESDE EL RESPETO
Exigente,
vehemente y excelso preparador de partidos, Obradovic ha entrado por
méritos propios en el olimpo de entrenadores europeos con la que es
probablemente la carrera más exitosa de la historia. Con fama de
ogro pero de excelente relación con sus jugadores, puestos a buscar
otra de sus características, habría que apuntar a su capacidad de
cambiar el guión cuando menos se lo espera o a una especial
habilidad para vencer en las situaciones más adversas. Capaz de
sobrevivir este año a las bajas de sus dos primeros referentes, el
serbio ha vuelto dar otra vuelta de tuerca a sus planteamientos. Ya
el año pasado, llegaba a la final four tras ser quinto de la fase
regular, poniendo de relieve dos de las grandes cualidades del
serbio: su capacidad de reinventarse y su mimo de hierro a los
jugadores. Ajeno a etiquetas y cuestiones ajenas al juego, Obradovic
pasaba entonce del equipo ligero del año anterior a uno mucho más
corto pero duro físicamente en el que el núcleo duro cree en su
papel a ojos cerrados. Y todo, de nuevo en contra de los cánones de
los últimos tiempos, en una nueva forma de pelear a la contra.
Pivots grandes, rotaciones cortas...para acabar firmando un último
año espectacular en el que no conocía la derrota ni en liga ni
euroliga.
Título
de una de las mejores compilaciones de textos de Bukowski o de un
disco de Quique González , el peleando a la contra podría aplicarse
a buena parte de las temporadas en las que Obradovic ha triunfado en
Europa y es que, el serbio se llevó de soslayo la copa de Europa del
92, la del 94, en buena parte del 95…por no hablar de la enorme
sorpresa que supuso su triunfo en la final de 2002 en Bolonia o su
presencia en Barcelona 2011. Pero más allá de esos triunfos, el de
Cakac siempre se ha mostrado con otro rasgo raramente igualado…el
de la imprevisibilidad. Tanto en la etapa de estabilidad en Atenas,
como en las anteriores donde sus relaciones con los jugadores
fluctuaban por momentos, Obradovic siempre ha sido capaz de sacar lo
mejor en las grandes citas y hacerlo además por donde menos se
espera. Etiquetado como un entrenador amante del basket control, en
2002 o 2009 fue capaz de desarbolar a equipos de Ettore Messina bien
jugando con cuatro pequeños o apostando por la velocidad…rasgo
poco reconocido pero por el que su Panathinaikos apostó claramente
en el periodo 2003-2006 (suyas son las mayores anotaciones de la
historia de la euroliga) o en el 2007 cuando su apuesta por juntar
tres generadores exteriores devolvió a los verdes a lo más alto o
¿Por qué no? Incluso en su derrota de 2012 ante el Cska donde su
planteamiento cortocircuito durante más de 35 minutos al equipo
moscovita . Tras una nueva demostración de inteligencia táctica el
año pasado en la serie de cuartos de final ante el Panathinaikos
siendo así el primer equipo en lograr un 0-3 en la historia de la
euroliga, el Fenerbahce llega esta vez a Belgrado mucho menos tapado
pero con igual peligrosidad. Empatado a nueve títulos con el Real
Madrid (aunque comparten uno) Zeljko buscará ser campeón por
primera vez en su historia por dos años consecutivos con un mismo
equipo en una final four en la que en los banquillos rivales se
sentaran dos ex jugadores suyos y su antiguo ayudante …y todo ello
tras haber comenzado su carrera como técnico de manera muy peculiar:
Situada
en la parte central de Serbia, Obradovic es natural de Cacak una
ciudad muy relacionada con el baloncesto y cuyo principal equipo el
KK Borac Cacak llega a ser cuarto en la temporada 72/73. Por el Borac
llegan a pasar jugadores de la talla de Radmilo Misovic (cinco veces
máximo anotador de la liga yugoslava), Dragan Kicanovic (que
anteriormente había estado en el otro equipo de la ciudad el
Zelznica), Goran Grbovic, Dejan Tomasevic, Milos Teodosic, Dragan
Arcis, Obad Sarancic, Dusko Savanovic, Zoran Erceg, Uros Tripkovic…o
el propio Zeljko Obradovic.
Base
cerebral de buen nivel defensivo y fiable en el tiro cuando se decide
a ejecutarlo, Obradovic debuta en el Borac a las órdenes de Aza
Nikolic y permanece cuatro años más antes de dar el salto a,
Partizan por entonces dirigido por Slavnic. Con el conjunto de
Belgrado gana la liga de 1987, entra en la final four de 1988 y,
aunque se pierde buena parte del año, forma parte de la plantilla
que se lleva la copa y la Korac de 1989. Paralelamente, en 1988 Dusan
Ivkovic que busca un veterano que de equilibrio a la selección llama
a Obradovic para disputar el preolímpico. Obradovic se convierte así
en un rara avis por su tardanza en debutar con la absoluta y más si
se comprueba que su presencia en las categorías inferiores se limita
al campeonato junior de los balcanes de 1979, donde Yugoslavia
(Grbovic, Bilalovic, Radovic, Savovic, Mutapcic…) se lleva el oro
ante Grecia por 90-63. Tras debutar en un amistoso ante Grecia en el
que anota 8 puntos, Obradovic forma parte del equipo que logra la
plata en Seúl 88 y el oro en el mundial de Argentina…un año antes
de que su historia cambie, y quien sabe si la de todo el baloncesto
europeo.
Concentrado
con la selección que va a disputar el eurobasket de Roma, Obradovic
recibe una llamada de Kicanovic, por entonces director deportivo del
Partizan, que le ofrece hacerse cargo del primer equipo con la
condición de que se incorpore de manera inmediata. Obradovic que esa
temporada ha sido subcampeón liguero, acepta, deja la selección (es
sustituido por un Sretenovic que realiza un gran torneo) y en una
noche pasa de compañero a jefe de los Djordjevic o Danilovic que en
apenas unas semanas se cuelgan el último oro de la Yugoslavia unida.
Aquel Partizan del 92 haría historia logrando un insospechado
triplete y cosechando una sola derrota en la YUBA, ante el Bosna en
Sarajevo. Dicen que al acabar ese partido, Mirza Delibasic, técnico
del conjunto bosnio por entonces, afirmó seguro que el Partizan
sería el próximo campeón de Europa ante la incredulidad de un
Obradovic al que pronto la historia abriría la mayor de sus páginas.
EL
DATO:
Presente
por primera vez en su carrera en cuatro final four consecutivas,
Obradovic sigue dejando registros para la historia: Contando
tanto la etapa fiba como la euroliga, Obradovic ha disputado 20
eliminatorias de play-off en la copa gorda. De las 20 ganó 19 (solo
cae en la de 2006 ante Baskonia). Su balance de victorias derrotas en
play-off es de 46-12. Fuera de la máxima competición
continental,Obradovic participó en dos ocasiones en la
Recopa/Saporta/Copa de Europa. Ahí no había play-off antes de la
final y si eliminatorias a doble partido. El balance de Zeljko en ese
tipo de eliminatorias es de 8-0. En definitiva sumando su papel en
eliminatorias europeas el amigo ha ganado 27 de sus 28 cruces
europeos.
APUNTE
HISTÓRICO
Cuarta
presencia en la final four, vigente campeón europeo pero con un
bagaje no demasiado extenso a nivel local, el Fenerbahce presenta sin
embargo una rica historia en la que bien pudieran marcarse tres
fechas clave: 1907, 1913 y 2006. Fundado como institución
polideportiva en la primera de ellas, el conjunto del famoso barrio
situado en el lado asiático de Estambul (Fener significa faro y
bahce jardín) establecería su sección de baloncesto hace ahora 102
años y terminaría por adoptar su actual status tras su fusión con
el Ulkerspor en 2006. Con todo, y aunque 1913 marque el inicio
oficial de la historia baloncestistica del Fenerbahce, los primeros
años son un continuo ejercicio de funambulismo para un equipo sin
casi estructura que aparece y desaparece en torno a los convulsos
vaivenes políticos que van desde la primera guerra mundial a la
guerra greco turca. De esta manera el primer partido oficial del
conjunto amarillo-azul marino, no se produce hasta enero de 1926 ante
un conjunto macabeo. La elección del rival no es casual y es que en
esa época, el Fenerbahce acoge en su seno a buena parte de la
comunidad judía de la ciudad. A base amistosos, idas y venidas el
conjunto de la parte asiática sigue un curso irregular, progresando
principalmente a base de enfrentamientos ante equipos de militares
estadounidenses pero sin estabilizar una estructura competitiva hasta
finales de los años 40. Dependiente económicamente de los éxitos
de su matriz futbolística, los años 50 marcan el despegar de un
club que vivirá en las dos siguientes décadas sus años de
esplendor. De la mano de figuras como Hikmet Vardar, Mehmet Baturalp
o Can Bartu, el Fenerbahce estabiliza su condición de potencia
pasando a jugar en un pabellón techado y de amplia capacidad (El
Palacio de deportes y exposiciones) en el que llegaran sus primeros
grandes éxitos. Campeón de la copa de la federación en 1954, un
año más tarde el Fenerbahce protagoniza ante el Galatasaray el
primer partido retransmitido en directo de la historia en Turquía.
Precisamente ese 1955 marca el primero de los tres títulos
consecutivos de la liga de Estambul para el conjunto “canario”. A
esos éxitos locales, el Fenerbahce suma en 1957 y 1959 sus dos
primeros títulos nacionales tras haber sido subcampeón en el 54 y
el 56. Desgraciadamente para los intereses del pujante club, el
torneo de 1958 se disputa antes de la primera Copa de Europa por lo
que el segundo puesto les deja fuera de ser parte de ese primer
envite. El representante turco pasa a ser el Modaspor quien cae a las
primeras de cambio ante el Olimpija de Daneu. Así pues, el debut del
Fenerbahce en la máxima competición continental se produce
finalmente en 1960. Tras no presentarse el Maccabi, el Fenerbahce
accede directamente a los octavos de final donde cae con claridad
ante el Akademik búlgaro: 61-69 en Estambul (20 puntos de Omer
Urkon) y 70-55 en la vuelta con 19 tantos de Tuncer Kobaner.
Esa
década de los 60 supone el primer frenazo de un Fenerbahce que
tardaría años en volver a ser un contendiente habitual. Campeón
por tercera y última vez del campeonato turco en 1965, el Fenerbahce
vuelve a la Copa de Europa en la temporada 65/66. Con 23 tantos de
Hüseyin Kozluca y 20 de Erdal Poyrazoğlu el Fener debuta derrotando
por 85-71 al Dinamo de Bucarest, pero en la vuelta una horrible
segunda parte sella una nueva eliminación turca. Una temporada más
tarde (66/67) nace la actual TBL (Türkiye Basketbol Ligi), con un
balance de 15 victorias y 7 derrotas el Fenerbahce finaliza quinto a
11 puntos del campeón (el Altinordu). Con todo la temporada tiene su
punto triunfal con el cuadro que dirige Altam Dincer proclamándose
campeón de copa. Este triunfo permite al conjunto amarillo vivir su
tercera experiencia europea con su papel en la Recopa del 68. Exento
de la primera eliminatoria, los de Estambul debutan en los octavos de
final venciendo al Asvel de Gilles por 68-61 con 30 puntos de Kozluca
pero en la vuelta, el cuadro galo remonta con suficiencia apeando de
Europa a un Fenerbahce que no volverá a Europa hasta pasados 16
años. Con el citado Kozluca como principal referencia (es el máximo
anotador liguero en la 68/69) el Fenerbahce alcanza el subcampeonato
en el 70 y el 71 antes de iniciar una década para el olvido.
Oscilando entre el sexto y el noveno puesto, el conjunto de Istambul
nada en una indiferencia que ni siquiera fichajes como el yugoslavo
Zarko Knezevic (oro en el eurobasket del 73 y plata en el mundial del
74) pueden corregir. Solo alguna gesta puntual como los 51 puntos de
Cengiz Kayaturk al DSI en la 77/78, alivian a un equipo que incluso
en la 78/79 termina penúltimo.
Por
fin, la 82/83 trae buenas noticias y tras finalizar la primera fase
invicto, el Fenerbahce accede por primera vez en cuatro años a la
liguilla por el título finalizando segundo tras el Efes Pilsen. Ese
subcampeonato les abre las puertas de la Recopa donde vuelven a caer
en la primera eliminatoria, en esta ocasión ante el Steaua de
Bucarest y de nuevo con dinámica similar: triunfo como local y
desfondamiento en la vuelta. Tercero en liga en el 84, subcampeón de
nuevo en el 85 y otra vez tercero en el 88, el Fenerbahce logra
estabilizarse entre los clubes que disputan competiciones europeas y
al fin, en la Korac del 86 supera su primera eliminatoria superando
al Zalaegerszegi TE KK húngaro. En la ida el conjunto otomano cae
por 84-78 pese a los 24 tantos de Calvin Roberts, pero de vuelta a
tierras turcas el acierto de un enorme Roberts (33 tantos con un solo
fallo en el tiro) sellan el pase a la segunda ronda. Ya en ella, el
Fener da un nuevo paso deshaciéndose del Borac Cacak. El gran papel
de Roberts, Artys y el veterano Efe Aydan puede con los puntos de los
Marko Ivanovic, Obrad Sarancic y compañía en la ida, logrando una
renta de 11 tantos suficiente para resistir la vuelta en Yugoslavia
ante un equipo que justo unos meses antes...acababa de traspasar al
Partizan de Belgrado a un tal Zeljko Obradovic. Clasificados para la
liguilla de cuartos, esta supone el techo de un Fenerbahce que se
despide sin conocer la victoria ante Milano (a la postre campeón con
Joe Barry Carroll, D´Antoni, Meneghin...) Stroitel Kiev (Volkov,
Shaptala, Belostenny) o Stade Francais (Debuisson, Radovanovic...).
Tras ese breve episodio de éxito, el Fener acumula otras nuevas
cuatro eliminaciones en primera ronda dejando a Europa casi por
imposible.
Con
todo, será la década de los noventa la que al fin vuelva a situar
al conjunto del lado asiático en lo más alto, en buena parte
gracias al fichaje de Larry Richard. Pivot pequeño y heterodoxo,
Richard llega al Fenerbahce en la temporada 89/90 tras sumar dos
títulos ligueros con el Eczacıbaşı. Richard debuta en la copa
Korac anotando 32 puntos ante el Bosna Sarajevo, aunque los 41 de
Radulovic y el buen partido de Primorac pueden más por lo que el
cuadro yugoslavo se impone por 86-92. La vuelta tiene poca historia
con los de Sarajevo dominando con claridad aunque Richard se va a los
33 tantos...en lo que habrá de ser la constante del año.
Semifinalistas ligueros donde caen ante el Pasahbace, el Fener suma
la copa presidente al derrotar al Galatasaray por 95-82. Un año más
tarde, lo ya anunciado el curso anterior cobra fuerza y en una
temporada histórica , el Fenerbahce repite título copero y suma al
fin su primera liga en la historia moderna ante el Tofas Bursa. En
una final en formato 1-2-1-1 en el que el equipo sin ventaja de pista
debuta fuera, el Fener que dirige Cetin Yilmaz se impone en el primer
partido por 86-97 con 27 tantos de Richard. Habituado a los
marcadores centenarios (hasta en tres ocasiones supera la centena en
los play-off) el cuadro de Yilmaz cae en el segundo en las trampas de
los de Bursa cayendo por 60-61. Un cómodo triunfo en el tercero y
una derrota en la prórroga en el cuarto, abocan la final al quinto
partido donde finalmente el Fenerbahce se impone en buena parte
gracias al recital de un Husnu Cakirgil en estado de gracia durante
todo el play-off. Junto a Cakirgil y Richard el tercer gran nombre de
ese equipo es Leven Topsakal. El punto negro del año, como no, llega
con una nueva eliminación en primera ronda de la copa Korac con el
guión ya conocido de victoria local y hundimiento foráneo, en esta
ocasión en Bélgica. La 91/92 parece confirmar el dominio de un
Fenerbahce que domina con claridad la fase regular pero que acaba
cayendo en las semifinales ante un Efes Pilsen en el que sobresale
Kenny Green.La salida de Richard rumbo al propio Efes y el
crecimiento del torneo alejan al Fenerbahce del título pero durante
toda la década el equipo se mantiene en la élite. Subcampeones
ligueros en el 93 y el 95, semifinalistas hasta en otras cinco se
suman a un nuevo título de la copa presidente y a un subcampeonato
de la Copa turca. Esa estabilidad llega además avalada por el
asentamiento de un Ibrahim Kutluay quien pronto se convierte en el
estandarte del equipo. En lo que Europa se refiere, el Fenerbahce cae
de nuevo a las primeras de cambio en la Recopa del 92 para al fin
volver a superar una eliminatoria europea en la Korac del 93, 94 y
95, consiguiendo su mayor éxito hasta la fecha al alcanzar los
cuartos de final de la Korac del 96 donde caen con claridad ante un
Efes Pilsen que a la postre se proclamará campeón del torneo. Con
todo, cuando realmente el Fenerbahce se hace oír en Europa es en la
euroliga de la 98/99. Con el lock out de la nba marcando el paso, el
Fenerbahce monta un equipo en el que Kutlay se ve rodeado de
jugadores como Marko Milic, Zan Tabak o Mahmoud Abdul Rauf.
Brillantes en casa e irregulares fuera, la salida de Abdul Rauf y
Milic debilita a un equipo que pese a tener el factor pista en los
octavos de final cae ante el Real Madrid.
El
cambio de década, vuelve a suponer un paso atrás para un Fenerbahce
intrascendente y cuyo mejor curso ha de esperar a la 2004/05 donde
alcanza las semifinales ligueras y la final four de la eurochallenge
cayendo en los dos partidos. Solo un par de cursos después, la
historia del Fener baloncestisticamente cambia de manera radical.
Fundado 80 años más tarde (absorbiendo al Nassasport) que el
Fenerbahce, el Ulkersport, club sustentado por la marca
chocolatera/alimenticia, había logrado en solo unos años hasta
cuatro títulos de la TBL por el único de 1991 que ostentaba el club
amarillo. En grave crisis financiera, Ulker decide abandonar “su”
equipo y, en una operación similar a la vivida por el Stefanel en
los noventa, traslada al Fenerbahce su patrocinio, estructura de club
y el núcleo duro de una plantilla que incluye a un regresado Kutlay
o jugadores de la talla de Turckan, Onan, Ira Clark o Savas. La nueva
andadura arranca en la temporada 06/07 y lo hace con un título
liguero al que, hasta hoy, han seguido otros cuatro amén de tres
copas. Cuartofinalistas de la euroliga a las órdenes de Tanjevic, el
paso de entrenadores de primer nivel como Spahija o Pianigiani supuso
la penúltima muestra de ambición de un club que al fin, de la mano
de Zeljko Obradovic, ha logrado esquivar su triste sino europeo
mientras establecía una posición de fuerza en el ámbito local.
BELGRADO,
LJUBLJANA...ISTAMBUL, OTRAS CARRETERAS SECUNDARIAS:
Puente
entre dos mundos, llegar a Istambul no siempre es fácil. Sin llegar
a los extremos del inolvidable Keraban de Jules Verne, muchos de los
jugadores del actual Fenerbahce han tenido que realizar un movido
periplo profesional para arribar a su destino. En Belgrado saboreó
su primera euroliga Zeljko Obradovic y de Belgrado llegaba este año
Marko Guduric tras formarse en el Estrella Roja y con la sombra de
Bogdanovic pendiendo sobre su figura. Un Bogdanovic que en su día
había arribado al Fenerbahce tras una intensa relación de amor-odio
con Dusko Vujosevic, el mismo Vujosevic que durante cuatro años
dirigió al propio Zeljko y del que éste “heredaría” el cargo.
Elegido como “Rising star” en la euroliga durante dos años
consecutivos, Bogdanovic ejemplifica en buena parte el estilo de un
Partizan que en los últimos años apuesta por el fichaje de
jugadores jóvenes o muy jóvenes antes que por su propia cantera. Y
sin embargo su caso dista de ser el habitual en estos tiempos en los
que el scout y el microscopio diseccionan las categorías inferiores.
Criado en el modesto Zitko basket, siendo junior de segundo año el
liderazgo de su equipo en la recién creada liga junior serbia
(impulsada por Dusan Ivkovic para dar visibilidad a los jugadores de
la periferia) le dio un primer escaparate apoyado después por su
paso por el NIJT (con el FMP de manera puntual). De progreso
constante desde entonces, Bogdanovic bien pudiera ser un claro
ejemplo de explosión tardía, pero sin duda no es tampoco el último
eslabón de la relación de este Fenerbahce con Belgrado. Bien
conocido es a su vez el paso por Partizan de un Jan Vesely quien
erigido en proyecto de alero, disputaría tres temporadas completas
en el club de la capital serbia. Natural de Ostrava, donde su padre
ya había sido un destacado jugador, Vesely aún tendría una etapa
intermedia entre el club de su ciudad y el partisano: Ljubljana. Si
bien hoy el Olimpija de Ljubljana presume de tener entre sus ex
jugadores a los nba Aaron Baynes o Danny Green, lo cierto es que si
algo ha caracterizado al club de la capital eslovena en las últimas
dos décadas, es su buen ojo para explorar mercados europeos
alternativos. Con mayor o menor fortuna, por el Olimpija han pasado
jugadores (y sin contar a los de las otras repúblicas ex yugoslavas)
como Vladimir Stepania, Sarunas Jasikevicius, Sasu Salin, Yotam
Halperin, Manuchar Markoishvili, Jiri Welch, Vladimir Boisa, Ender
Arslan, Giorgi Shermadini, Robert Stelmahers, Vitaly Nosov o
Mindaugas Zukauskas. El papel de Vesely en el Olimpija habría de
limitarse a un breve paso por el equipo junior mientras disputaba su
primer año como “profesional” en otro de los clubes de la
ciudad, un Slovan que esa temporada disputaba la liga adriática... y
en, que en buena parte, el checo sustituía a otro viejo conocido de
los amarillos como era Emir Preldzic. Con 28 años y ya en su quinta
temporada en el club, puede parecer que Melih Mahmutoglu ha
disfrutado de una carrera ascendente, pero un vistazo más detenido
permite ver que esta ascensión también conllevó sus dosis de
paciencia. Cortado en las categorías inferiores del Efes pese a ser
internacional, Mahmutoglu firma por el Pertevniyal Istanbul, de la
TBL 2 club que simultanea con apariciones puntuales en el
Darussafaka. Tras establecerse en el actual campeón de la eurocup,
llega la firma por un Galatasaray en el que no acaba de cuajar, una
prueba sin éxito con el Olimpija (de nuevo Ljubljana, y el paso por
el Antalya y el Erdemispor antes de arribar al actual Fenerbahce.
Pero hay más. Sin ir más lejos, la de Bobby Dixon. Mvp
liguero hace tres años con el Karsiyaka donde se había establecido,
Dixon tuvo unos comienzos bastante menos “glamourosos”. Formado
en Troy State, el base vivía su primera experiencia internacional en
la segunda división francesa con el St Ettiene. Su buen papel le
hacía ganarse un sitio en el Gravelines para los play-off...pero
desde ahí, Dixon emprendía de nuevo camino pasando por la segunda
división polaca y el Cherkassy ucraniano. A partir de ahí la
carrera de Dixon cogería velocidad pasando dos veces por Treviso,
Brindisi y por hasta cuatro clubes galos antes de arribar a Turquía.
Aunque en los últimos años la trayectoria de Nikola Kalinic haya
sido siempre ascendente (Vojvodina, Radnicki, Estrella Roja...) el
serbio fue otro jugador de reconocimiento tardío que no conocería
la selección hasta el europeo U 20 de Bilbao. Datome tuvo que
cambiar Siena por Roma pese a todo lo que ya apuntaba en categorías
inferiores y Hersek, a sus 29 años, está conociendo su octavo
equipo en Turquía, por no hablar de la singular trayectoria de
Duverioglu quien tras formarse en Jordania pasaba a Serbia y ha
acabado por asentarse en el que es ya su tercer equipo en Turquía.
James Nunnally pasó por varios equipos de la liga de desarrollo, el
Estudiantes, Israel e Italia antes de poder debutar en euroliga con
un Fenerbahce al que llegaba el año pasado para sustituir a Ricky
Hickman. Campeón
de Europa con el Maccabi, el estadounidense con pasaporte georgiano
había llegado a Tel Aviv procedente de Pesaro...no sin antes haber
pasado por Hungría, Rumanía, la segunda división alemana,
Finlandia o la lega due italiana. Un camino en cierta forma similar
al de Brad Wanamaker que antes de triunfar en el Brose pasó por
Limoges, Varese y un par de equipos de la segunda división
italiana….
Considerada
por algunos críticos como menor o incluso burda, “Keraban el
testarudo” es para otros un simple ensayo de lo que habría de ser
“La vuelta al mundo en 80 días”. Para unos pocos, en cambio, las
peripecias del testarudo turco suponen uno de los más entrañables
ejemplos de novela de aventuras mezclada con espíritu libertario. No
parece fácil, que el Fenerbahce salga de Estambul como campeón de
Europa, pero si lo hace, a buen seguro que, como Keraban en la boda
final, muchos de ellos lo saboreen de manera especial. Y es que, como
con Kerouac, en el camino está buena parte del encanto.
LOS
NÚMEROS
Estadísticas
euroliga 2017/18:
http://www.euroleague.net/competition/teams/showteam?clubcode=ULK&seasoncode=E2017#!stats
Estadísticas
BSL 2017/18:
EL
JUEGO
ATAQUE
FOCOS:
Sin una referencia primordial clara, el Fenerbahce presenta hasta 6
jugadores con medias entre los 8´5 puntos y los 13 por partido y
todo ello con Dixon y Kalinic creciendo y sin contar a un Guduric que
en la serie de cuartos de final se iba a los 11´3 tantos de media.
Equilibrio ofensivo y muchos focos a vigilar. Fundamental la
capacidad del banquillo para aportar más argumentos ofensivos y que
al menos un jugador aparezca en los momentos críticos para sostener
al equipo.
PUNTOS:
Si
el año pasado el Fenerbahce llegaba a la final four como el 13º
equipo en puntos anotados, este año ha subido hasta el 7º puesto
con casi 5 puntos más de media por noche.
RITMO:
Con
una rotación más larga que la del curso pasado, el actual
Fenerbahce apuesta por lo general por un ritmo de partido más
intenso que rápido aunque no renuncia a correr si tiene la
oportunidad experimentando una menor fluctuación entre sus partidos
como local y los visitantes.
CIRCULACIÓN:
En
una reminiscencia clara de lo que fue su Panathinaikos del trienio
2002-05, Obradovic ha apostado este año por dar una vuelta de tuerca
más a la circulación de balón. Gran uso de los espacios, fintas,
pases de vuelta e infinita paciencia, han llevado al Fenerbahce a
conseguir una buena cantidad de canastas en los últimos segundos de
posesión sin especular lo más mínimo. Sin un referente como
Bogdanovic el año pasado, los de Estambul han ganado en cambio en
variedad de recursos ante defensas cerradas.
TIRO
EXTERIOR:
Consecuencia directa de lo anterior, el Fenerbahce presenta el
segundo mejor porcentaje de triples del torneo solo por detrás de su
rival en las semifinales...aunque prodigandose bastante más que los
de Kaunas.
DEFENSA:
NÚMEROS:
Aunque los números “simples” rara vez dan certezas, el
Fenerbahce es el equipo que menos puntos encaja de toda la euroliga y
todo ello jugando un número razonable de posesiones.
REBOTE:
Probablemente
el punto débil más llamativo del equipo. Pese a la presencia de
varios jugadores capaces de ayudar, el conjunto turco está teniendo
problemas para rebotear con solvencia y en especial para cerrar su
propio aro. Clave la concentración para no conceder segundas
oportunidades.
TAMAÑO-VERSATILIDAD:
Capaz
de juntar a quintetos enormes con Datome y Kalinic e las alas y a
Vesely y Thompson como pareja interior...Obradovic apuesta en
momentos determinados por quintetos enormes que ahogan espacios,
cierran el aro y a su vez no pierden capacidad exterior. Por si fuera
poco, la versatilidad de la plantilla les permite ajustarse a casi
cualquier plan de partido...no siendo raro ver a los propios Datome o
Kalinic como cuatros y a Mello como teórico 5.
ATLETICISMO:
Uno
de los aspectos donde más flaqueaba el Fenerbahce en los inicios del
proyecto ha pasado ha pasado a ser una de las señas de identidad de
este Fenerbahce, incluso tras la salida de Udoh. El dominio del juego
por encima del aro de Vesely ayudado por el tamaño de Wanamaker,
Nunnally o Kalinic ahogan espacios.
ACTIVIDAD:
Constante,
con ayudas largas y agresivas y muy buena lectura del pick n ´roll.
Intimidatorios en la pintura, mantienen la agresividad en el
perímetro siendo el segundo equipo que peores porcentajes triplistas
causa en sus rivales. Capaces de puntear, colapsar o usar las manos,
el Fenerbahce acaba por ser un equipo muy incómodo para todos sus
rivales. De la capacidad para mantener los grandes picos de actividad
puede depender un nuevo éxito.
ZALGIRIS
KAUNAS
Campeón
de Europa:
1 (1999)
Subcampeón
de Europa:1
(1986)
Final
four:
2 (1999 y 2018)
Otros
títulos europeos:
1 Recopa (1998) Subcampeón Recopa 1985. Campeón Intercontinental
1986
Ligas:
41 (30 Lituania, 1 NEBL, 5 bálticas y 5 de la Urss)
Copas:
7
Diecinueve
años después de tocar el cielo, y hacérnoslo tocar a los
espectadores, el Zalgiris regresa a una final four en el lapso más
amplio de la historia para un equipo entre su debut y la segunda
presencia. A diferencia de aquel 99, donde pese a la sorpresa que
encarnó dominó durante todo el año, el conjunto lituano llega a
Belgrado como una de las revelaciones más refrescantes del torneo
desde el Partizan de 2010. Marcado a fuego por la personalidad de un
Sarunas Jasikevicius que ha sabido canalizar su ascendencia en el
baloncesto lituano para moldear un equipo ultra exigido y compacto,
Zalgiris llega a Belgrado sin nada que perder y las ideas muy claras.
Con una plantilla efectiva reducida a 10 jugadores, la labor de los
despachos firmando a jugadores en expansión y la semilla del año
pasado en la que Jasikevicius había empezado a regar un equipo que
no se limitaba a competir solo como local, han acabado por germinar
una historia tan bonito como féliz. Dirigidos por un Pangos
extraordinariamente clarividente, los lituanos han sabido conformar
una plantilla corta pero muy ajustada a sus necesidades. Un Micic que
había apuntado su consolidación en Bursa, un White que apuntaba a
eclosión, un Toupane con hambre de volver a competir o la apuesta
por Bost o Davies del notable Monaco del año pasado, se convertían
en las caras nuevas de un proyecto con las ideas claras y donde solo
la falta de adaptación de Dee Bost (muy bien enmendada con la
llegada de Beno Udrih) salía cruz. Con esos mimbres, y bien
escoltado por sus asistentes en lo táctico, Jasikevicius ha ido
calando su mensaje de exigencia y ambición hasta llegar a Belgrado.
Fiables en el tiro exterior pero ajenos al exceso de su utilización,
pacientes en el juego y con capacidad para superar sus apagones, los
lituanos conforman un equipo muy duro mentalmente y que parece en
condiciones de competir hasta el final. El idilio con el aro de
Milaknis, el rejuvenecimiento de Jankunas y la consagración de
Ulanovas completan las armas de un equipo sin complejos, polivalente
y muy incómodo en su configuración para sus posibles rivales.
Dosificados en la LKL, si Zalgiris llega fresco y White y Milaknis
recuperan parte del “mojo” que parecen haber perdido en el último
mes, su historia aún puede tener otra página más que escribir.
LOS
JUGADORES
Tras
un notable debut europeo en el Gran canaria,la llegada a Kaunas la
temporada pasada de Kevin
Pangos
no
acabó de fructificar en las expectativas generadas, dibujando un año
de buen nivel sin más. Un año después, la valoración del
canadiense y de su rendimiento en Kaunas no puede ser más distinta.
Alma y líder del equipo, el jugador de pasaporte esloveno llega a
Belgrado como máximo anotador, mejor pasador y jugador más valorado
del Zalgiris, en unos números que solo alcanzan a arañar su
verdadero impacto en el juego. Notable en el pick n roll,
clarividente en la transición y arma eficaz en el tiro exterior,
Pangos ha sabido mezclar ritmos para protagonizar auténticos
caudales de juego. Protegido en defensa y cómodo jugando muchos
minutos con otro base en pista, las bombas en la media distancia, sus
viajes por la zona y las entradas a mano cambiado o aro pasado son ya
parte de la historia de esta edición de la euroliga. Un tanto
irregular desde el tiro libre y a buen seguro objeto de mucha
atención defensiva rival, de su capacidad para mantener la frescura
va a depender buena parte de la suerte de un Zalgiris que si ha
llegado tan lejos es en buena parte por el extraordinario papel del
propio Pangos. Tras una sólida y galardonada carrera en categorías
inferiores, Vasilije
Micic
parece
al fin encauzar su carrera profesional con una temporada de impecable
seriedad. Con personalidad en el juego y mejorado en defensa, el base
serbio desprende
la sensación de dominar el tempo en ocasiones por encima de su
impacto real. Con todo, su mejora en el tiro exterior (aún lejos de
ser un factor) y su capacidad de generar le llevan a un nuevo punto
en una carrera que parece haber hecho click tras su buen año en
Bursa. Algo tendente a amasar en demasía la bola, su buena capacidad
de pase y su facilidad para “buscarse la vida” cerca del aro le
avalan. Llegado a mitad de temporada para sustituir a Dee Bost, Beno
Udrih
está
viviendo un feliz reencuentro con una euroliga de las que se despidió
a principios de la década pasada con dos estupenda temporadas en el
Olimpija de Ljubljana y el Maccabi Tel Aviv. Superada la lesión que
sufrió a las pocas semanas de aterrizar en Kaunas, el jugador
esloveno llega a la final four en su mejor momento del curso.
Alternando las dos posiciones exteriores, Udrih parece deambular una
marcha por debajo de sus compañeros pero a la vez sirve como
perfecto contrapunto en el ritmo de juego. De extensa, y exitosa
carrera nba en especial para sus condiciones, pese a su veteranía
muestra un buen estado físico que le está permitiendo atacar el aro
con solvencia. Buen pesador a los cortes de los aleros, su parada,
finta y tiro a media distancia desde el tiro libre están permitiendo
brillar a su zurda algo más irregular en el tiro exterior. Entre la
poca adaptación de Dee Bost primero y la posterior lesión de Udrih
después, Paulius
Valinskas
ha
podido gozar de más minutos en euroliga de los que se le podían
presumir al principio de temporada. Capaz de alternar como base o
junto a otro generador de juego, la recuperación del esloveno
probablemente le cierre las puertas en la final four a la espera de
nuevas oportunidades. Correcto en el tiro y poco propenso al riesgo,
Valinskas aspira a convertirse en un jugador útil y de rotación en
un camino que parece bien encaminado. Tras tener algunos minutos en
cuatro partidos del inicio de temporada, parece complicado que
Martynas
Arlauskas
sea
de la partida en Belgrado. Hijo de una auténtica leyenda del club,
de hecho fue el primer capitán tras la retirada de Paulaskas, a día
de hoy no parece en condiciones de ofrecer nada especial.
Principal
especialista del equipo en el tiro exterior, Arturas
Milaknis
llega
a la final four tras una temporada en la que ha tenido momentos de un
acierto casi irreal. Algo unidimensional en su juego, pero
técnicamente brillante cuando puede jugar a su ritmo, el escolta
lituano ha recuperado frescura en las piernas y con ella pasa a ser
un jugador muy aprovechable. Buen manejador de las fintas, su rango y
velocidad de ejecución le han vuelto a convertir en el revulsivo
preferido de un Zalgiris en el que vive su tercera etapa. Tras
debutar hace ya más de una década, su falta de respuesta física y
una lesión le llevaron al Rudupis donde fortaleció su juego y
relanzó su carrera. De vuelta a Kaunas, su gran temporada 14/15 le
valió el fichaje por el Unics Kazan y un hueco en la Lituania que se
colgaba la plata en el eurobasket de Lille. Sin mayor suerte en
tierras tartaras, su vuelta a Lituania le ha convertido en una
referencia para una afición que adora sus rachas anotadoras. Más
metido que nunca en el plano defensivo, en las últimas semanas ha
bajado un tanto su nivel de acierto, en su capacidad para recuperarlo
descansan buena parte de las opciones del Zalgiris. Aunque con
números ligeramente más discretos que los del curso pasado, bien
podría decirse que esta ha sido la temporada de consagración de
Edgaras
Ulanovas.
Hombre
para todo, el internacional lituano ha firmado una temporada sólida
en ambos lados de la pista, siendo de mucha ayuda en el rebote,
mejorando su visión de juego e incluso aportando ofensivamente.
Polivalente y utilizado en ocasiones como falso cuatro, el jugador
natural de la propia Kaunas ha sintonizado a la perfección con el
ideario de Jasikevicius minimizando sus errores, haciendo daño al
poste o buscando el aro en transición. Poseedor de una de las
mecánicas de tiro menos ortodoxas y agraciadas del continente,
Ulanovas hace de la necesidad virtud mostrando unos muy buenos
porcentajes gracias a una buena selección de tiro. De menos a más
durante el curso, Axel
Toupane
llega
a la cita serbia pletórico de fuerza y de confianza. Algo fuera de
lugar en las primeras semanas en parte por su lenta re- adaptación
al basket europeo y en parte eclipsado por un Ulanovas que
monopolizaba el puesto de tres, la ausencia de éste en el partido de
Estambul ante el Fenerbahce permitió al francés destapar su mejor
versión. Compatible desde entonces con el lituano, el jugador de
Mulhouse (ex compañero de Lauvergne en los Nuggets, se da la
circunstancia que los padres de ambos habían sido parte de aquel
Mulhouse que impresionó en la Korac del 91) destaca por su
elasticidad en la pista y su presencia defensiva siendo capaz de
encargarse de cualquier jugador de perímetro. Blanco habitual de las
arengas de Jasikevicius, Toupane parece encontrar estímulo en el
exigente estilo de su entrenador funcionando por igual
independientemente de su minutaje en pista. Tirador irregular, llega
con buenas sensaciones en esa faceta a la final four y si es capaz de
mantenerlas bien pudiera ser un factor a tener en cuenta.
Aunque
las claves ante una cita como la de una final four siempre pueden ser
diversas, si parece probable que buena parte de las opciones del
Zalgiris pasen por hallar la mejor versión de un
AAron
White
un
tanto gris en la serie de cuartos de final. Siempre intenso, el
cuatro estadounidense parece haber llegado a la parte final de la
temporada con algo menos de chispa, probablemente en parte por su
extraordinario esfuerzo en los primeros meses de competición.
Formado en Iowa, su gran papel en Telekom y Zenit en sus dos primeras
temporadas en Europa le señalaban como uno de los grandes fichajes
de la presente euroliga, algo que ha demostrado con creces. Duro,
intenso y valiente, White tan pronto amenaza desde el triple cómo
ataca el aro con fuerza inusitada. De excelente combinación con
Davies o Jankunas, su capacidad de romper en el 1x1 y su decisión en
el juego, han sido en muchos momentos de la temporada el salvavidas
al que el Zalgiris se aferraba en sus mayores sequías ofensivas.
Convertido en el jugador con más partidos disputados en la historia
del torneo antes de alcanzar una final four (ha necesitado 295)
Paulius
Jankunas
ha
vuelto a firmar una temporada enormemente sólida. Hombre del club
salvo el breve lapso de la 09/10 en Khimki, Jankunas ha sabido
ejercer tanto de cuatro titular como de compañero de White sin
perder su importancia. Pequeño para el puesto, zurdo cerrado, sin
especiales condiciones atléticas...pero duro en el rebote, listo en
el juego y con excelente mano a pies parados en los tiros cortos,
Jankunas sigue demostrando su condición de jugador solvente donde
los haya. Elegido mvp del mes de Abril tras un excepcional play-off
ante Olympiacos, Brandon
Davies
llega
a Belgrado tras confirmar su renovación con Zalgiris en un nuevo
paso en firme de una carrera cada día más prometedora. Irregular en
Varese con mejores sensaciones en Europa que en la lega y sólido en
Monaco, el pivot estadounidense ha explotado definitivamente en
Kaunas. Ligero y buen manejador de balón, su facilidad para buscar
el aro de fuera adentro o su templanza para absorber el contacto en
el poste oxigenan la pintura de los de Jasikevicius. Sin excesivo
rango de tiro y sin excesiva voluntad de prueba (no ha intentado
ningún triple en euroliga por 37 y 36 en lega y pro a los dos años
anteriores) pero confiable en la media distancia, Davies utiliza con
tino la mano izquierda en el poste y se muestra muy fiable en el tiro
libre. Natural de Vilnius, formado en Usa y con una carrera llena de
altibajos, Antanas
Kavaliauskas parece
haber encontrado su lugar en el mundo en Kaunas. Aportando actividad
desde el banquillo, el pivot lituano no llama la atención a primera
vista por ninguna cualidad en concreto pero se muestra resolutivo en
las cercanías del aro y sólido desde el libro. Algo falto de
explosividad, en defensa aporta tamaño mientras que en ataque sus
calidad de movimientos contrasta con su aspecto de armario, acabando
por definir a un jugador mucho más fino en el juego de lo que pueda
parecer. Mvp liguero en la LKL en 2015 Kavaliauskas pasar por ser un
jugador contundente en la finalización y con una excelente lectura
del pick n´roll aunque todo ello con una dimensión exclusivamente
interior.
En
función de cada partido, la quinta plaza interior del Zalgiris
oscila entre dos de sus proyectos a medio plazo. Más hecho y
aparentemente con menos techo,
Martynas
Sajus
es
un pivot de corte clásico perfil muy interior y cierta presencia en
el rebote ofensivo. Más estimulante parece el futuro de un Gytis
Masiulis
aún
verde en el juego pero con destellos de lo más interesante. Hijo de
Tomas Masiulis el que fuera cuatro titular del Zalgiris campeón en
el 99, Gytis aún necesita ganar consistencia física pero destaca
por su inteligencia en el juego, su capacidad para aportar con
naturalidad y una cada vez más interesante mano exterior, siendo sin
duda uno de los jugadores lituanos más estimulantes en el futuro
próximo.
EL
ENTRENADOR
Si
hay un nombre propio en el éxito del Zalgiris este año ese no es
otro que el de su técnico Sarunas Jasikevicius. Leyenda absoluta del
baloncesto europeo y con uno de los palmarés más extensos de las
últimas décadas como jugador, su carisma, talento y estilo
trascendieron esos logros. Unos logros que en su corta carrera en los
banquillos amenaza con repetir. Tras hacerse cargo del Zalgiris
mediada la temporada 15/16 (2 victorias en 12 partidos en euroliga) y
título liguero, Saras empezó a llamar la atención el curso pasado
convirtiendo al equipo de Kaunas en un conjunto incómodo para el
rival, agresivo y fuerte mentalmente, algo especialmente
significativo en su desempeño en los partidos lejos de Kaunas donde
el salto del equipo fue bestial. Tras revalidar el título liguero y
sonar en los mentideros como futurible para clubes como Barcelona o
Maccabi, Jasikevicius, al fin profeta en su casa algo que como
jugador le costó toda una carrera, optó por renovar por el club
lituano. Y a la vista está que los resultados de esa decisión han
sido francamente positivos. Sextos en la liga regular, compitiendo
casi en cada partido (probablemente con la excepción de los dos
partidos ante Baskonia) y con un juego solidario en ataque, paciente
y agresivo a la vez, Zalgiris alcanza su segunda final four tras
dominar con claridad al Olympiacos en la serie de cuartos de final.
De enorme ascendencia sobre sus jugadores, club y público,
Jasikevicius ha aprovechado ese status para optar por una dirección
de partido más propia de otras épocas. Intenso, activo, gritón y
excesivo, solo desde esa posición de fuerza se entiende la
aceptación por parte de los jugadores de un estilo difícil de
encajar...pero que les ha llevado más lejos de lo imaginado. Ayudado
por un gran equipo de asistentes sobre el que recae prácticamente
toda la carga táctica del equipo, sobre la carrera de Saras en los
banquillos queda ahora la duda sobre lejos de este hábitat sabría
conjugar su mensaje con una mayor mano izquierda. Ambicioso e
inteligente como jugador, es muy posible que como entrenador, el
lituano se guarde más caras y sea capaz de dar ese salto. Entre
tanto y no, como entrenador ya ha sabido moverse ante las cámaras
con imágenes como su rueda de prensa el año pasado tras la
paternidad de Lima o sus lágrimas este año tras alcanzar el billete
a Belgrado. Y es que, pase lo que pase en años venideros, el éxito
de este año ya será innegable y el ligado se Jasikevicius a él
incontestable. Discípulo como jugador de numerosos entrenadores de
renombre (Kazlauskas, Aito, Don Nelson, Pesic, Pascual, Gershon...)
hay en el actual Sarunas un claro vestigio del primer Obradovic y
sobre todo del que fuera uno de sus primeros entrenadores tras su
vuelta a Europa de la Ncaa: el gran Zmago Sagadin.
PERFIL:
Los primeros oros y el hijo prodigo
https://www.dailymotion.com/video/xem2g8
Si
hablamos de la carrera como jugador de Sarunas Jasikevicius muchos
son los puntos que pueden tocarse, tanto desde su sobresaliente
palmarés hasta su innegable magnetismo en el juego. Cuatro veces
ganador de la euroliga, nadie lo ha hecho tantas veces en la era
final four y oro y mvp del eurobasket 2003, no todo fue un camino de
rosas para el base lituano...y menos en su ciudad
Natural
de la propia Kaunas, Sarunas Jasikevicius nace en el seno de una
familia con clara dimensión deportista, tanto por parte de la madre
(jugadora de balonmano internacional con la Urss y cuya historia ya
ha sido muchas veces contada) como del padre. Practicante habitual de
tenis y de baloncesto, el pequeño Sarunas tiene como primer
entrenador en el mundo de la canasta a Feliksas
Mitkevičius, una figura a la larga clave ya que es el encargado de
convencer a los padres de Saras cuando este, con 12 años, quiere
dejar el baloncesto por la raqueta de manera definitiva. Una vez
retomada la senda de la canasta y tras pasar por dos escuelas en
Kaunas (la Jablonskis primero y la secundaria nº 4) después, da el
salto a Estados Unidos en un trayecto nada raro a lo largo de la
historia del basket lituano (Karnisovas, Timinskas, Javtokas, Kleiza,
Pocius, Kaukėnas…). Entre medias llega su primer contacto con el
Zalgiris y es que en una selección de jóvenes de la ciudad el club
verde le lleva a una gira por Australia...aunque apenas juega y allí
se marca su primera decepción. Su primera parada en Estados Unidos
es en el Solanco High School de Quarryvile, desde donde da el salto a
la universidad de Maryland gracias a la presencia en el staff técnico
de un entrenador lituano. Tras dos primeros años duros y de pocas
oportunidades, Jasikevicius, jugando prácticamente a tiempo completo
como escolta, firma dos últimas temporadas notables que incluso le
llevan a estar en algunas quinielas de cara al draft. Sin que esto se
materialice, Jasikevicius planea su regreso a Europa. Su primera
opción pasa por el Zalgiris donde tiene buena sintonía con su
entrenador, Jonas Kazlauskas, y que viene de ganar la copa Saporta.
Pero desde la dirección deportiva, el club prefiere apostar fuerte y
dice no tener espacio para promesas. Ese año Zalgiris gana la
euroliga y Jasikevicius firma un notable año en el Lietuvos Rytas
formando pareja exterior con una leyenda como Rimas Kurtinaitis y más
adelante, tras la recuperación de su lesión, con un emergente
Ramunas Siskauskas (sobre el lituano escribí un perfil aqui:
http://laesquinadesunara.blogspot.com.es/search/label/siskauskas)
. El Lietuvos cae en la final de la liga lituana por 3-0 ante el
campeón de Europa pero Jasikevicius es elegido en el quinteto ideal
del torneo y lidera el torneo en pases de canasta, mientras que en
Europa firma 17 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias por noche. Ese
verano, la posibilidad de volver a Zalgiris cobra forma pero de nuevo
la gerencia, en clara divergencia con su entrenador, lo descarta
alegando que es “demasiado caro para ser suplente”. Tras esa
nueva decepción Jasikevicius apuesta por irse a Ljubljana atraído
por el interés de Zmago Sagadin y le peculiar política del equipo
esloveno con jugadores europeos. Tan exigente como con excelente ojo
para los jóvenes, Sagadin acabará por ser clave, como con tantos
otros, en la definitiva eclosión de un Jasikevicius que en la
capital eslovena sublima su baloncesto. Campeón de copa y mvp del
torneo, es en Europa donde Jasikevicius vuelve a mostrar su mejor
versión. Líder casi desde su llegada en un equipo en el que empieza
a despuntar Becirovic y donde ofrecen su tutelaje veteranos como
Zdovc o Kotnik junto a jugadores de la talla de Milic, Golemac o
Kovacic, Saras deja sus primeras tarjeta de visita en las dos
primeras jornadas de euroliga con sendas victorias ante el Paok y el
Real Madrid. En la cuarta jornada el Olimpija cae ante el Tofas pero
él se va a los 29 puntos en un duelo tremendo con David Rivers y en
la quinta llega el regreso a Kaunas. Con la polémica sobre su no
fichaje revoloteando y monopolizando las previas del partido,
Jasikevicius empieza el partido muy nervioso y el Zalgiris, vigente
campeón, se escapa en el marcador con ventajas de hasta 17 tantos.
Pero Saras vuelve y de su mano el mejor Olimpija hasta completar la
remontada y vencer por 84-85. Las imágenes de Jasikevicius
autoafirmandose en la pista acaban por certificar su divorcio
definitivo con el Zalgiris:
https://www.dailymotion.com/video/x15mbb7
El
Olimpija sigue firme y accede a los octavos de final donde se
enfrenta al Olympiacos. Tras sendas victorias locales, en el tercer
partido los eslovenos certifican su pase a los cuartos eliminando a
un conjunto del Pireo que el año anterior había alcanzado la final
four. Saras firma 29 puntos y un impecable 7/7 en triples. En los
cuartos de final espera el Barcelona con la final four de Salónica
en juego. En el primer partido en el Palau el Barcelona se impone por
tres puntos pero los eslovenos devuelven la moneda en el segundo
(71-64). En el tercero la lógica se impone y los barcelonistas
sellan su pase a la final four venciendo por 71-66. Saras se despide
del torneo con 22 puntos y siendo el segundo mejor jugador del mismo
en asistencias y en porcentaje de triples. Ese mismo día se acaba de
fraguar su fichaje por los blaugranas. El cansancio de esa
eliminatoria pese y el Olimpija cae en la semifinales de liga ante el
Krka de Smodis y Sunara (más detalles aqui:
http://laesquinadesunara.blogspot.com.es/search/label/smodis
.
El resto ya es historia. Su llegada a Barcelona, el doblete con
Pau Gasol, sub gran papel el año siguiente en la final de copa y la
02/03 con el triplete y su mvp en la final de la acb.La salida, su
llegada a Maccabi y sus dos nuevos títulos. La llegada a la nba, la
frustración en los Warriors y la vuelta triunfal a Europa de la mano
de un Obradovic ahora rival en Belgrado pero al que le une una enorme
amistad. Tras dos años en Grecia, la floja 09/10 del equipo verde y
unos problemas físicos en la espalda le llevan de nuevo a Lituania.
Pero una vez más el destino es esquivo y Saras vuelve a Vilnius.
Tras lograr meter al Lietuvos en el top 16, firma por el propio
Fenerbahce con el que gana la liga y la copa turcas. Ya plenamente
recuperado pero en el ocaso de su carrera, Jasikevicius vuelve a
Atenas con un nuevo rol. Obradovic le reserva, le da minutos contados
pero todos ellos en momentos calientes de partido y con plena
ascendencia en el juego. Alcanzan la final four, suma un nuevo título
de copa y es elegido mvp de la misma. Un año después, esa gira de
despedida le lleva a Barcelona donde también se alza con la copa. En
verano y tras coquetear con la retirada, Jasikevicius acaba por jugar
un último año. Y esta vez si, lo hace con un Zalgiris con el que
cierra definitivamente heridas y acepta jugar una temporada antes de
integrarse en el staff técnico. Cuatro años después y desde el
otro lado de la pista, Saras ya puede sonreír y sentirse profeta en
su ciudad...y es que si extendemos el concepto de ciudad a su tierra
siempre lo ha sido, ya que si bien su historia con el Zalgiris
siempre ha sido esquiva no se puede decir lo mismo con la selección.
Y
es que si a Jasikevicius le ha llevado media vida triunfar en el
Zalgiris, con la selección su historia ha sido una muy distinta. Oro
en los eurobaskets de 1937 y 1939, Lituania no habría de volver a
jugar un torneo oficial hasta 1992 tras su independencia de la Urss.
La historia es bien conocida, con el excelente preolímpico en
Zaragoza, la derrota en la primera fase ante la CEI, que
probablemente les costó la plata, y el posterior bronce en un
partido de nuevo ante sus antiguos paisanos. Un año después
llegaría la traumática derrota ante Bielorrusia y, con ella, el
quedar fuera del eurobasket 93 y por tanto del mundial 94, antes de
culminar aquella primera etapa con la excelsa final y la plata del
eurobasket 95 y un nuevo bronce en los Juegos de Atlanta. Después de
aquello, Marciulionis ya no volvería a la selección y Sabonis solo
puntualmente para el eurobasket de Francia 99. Pero mientras todo eso
pasaba, Lituania lograba también su primer oro...y en él
Jasikevicius tendría mucho protagonista. Líder anotador, con 18
tantos de media, de la selección cadete que quedaba eliminada con un
triple empate en el europeo del 93, Jasikevicius volvía a jugar con
Lituania en el europeo junior de 1994...un torneo que acabaría
siendo icónico. Con el baloncesto lituano deprimido tras la ausencia
de su selección senior en el eurobasket y el mundial, el conjunto
junior acabaría por devolver la alegría al Krepsinis local.
Dirigidos por Jonas Kazlauskas y tras una odisea de viaje hoy
inimaginable (https://www.dailymotion.com/video/xem2g8)
Lituania llegaba a Tel Aviv con unas aspiraciones que la derrota
inaugural ante la Eslovenia de Milic y Nesterovic parecían
infundadas. Y más con un Jasikevicius tocado que apenas rendía en
los primeros partidos pero que despertaba en el tramo final. 21
tantos a la Italia de Bulleri y Gironi en el partido que daba esta
vez si el pase a semifinales, 19 en la semifinal a España (Iturbe,
Carlos Jimenez, Rodrigo De la Fuente) y 10 puntos y otras tantas
asistencias en la apretada final (73-71) a Croacia (el gran Zemljic,
Giricek, Nicevic..). 54 años después Lituania volvía a ganar un
oro:
Un
año después Jasikevicius alcanza el quinto puesto en el mundial
junior de Grecia siendo de nuevo el máximo anotador y pasador de la
selección. La siguiente parada llega en el europeo U 22 de Estambul.
De nuevo en los compases iniciales de torneo, Lituania cae ante
Eslovenia que repite con Nesterovic como referencia interior y que
cuenta con Goran Jagodnik como máximo anotador y reboteador del
partido. Citando al gran Imanol Martinez hablando del esloveno “Si
el físico de Jagodnik hubiera sido mejor la leyenda de Bodiroga hoy
sería menor”. A partir de ahí, Lituania,de nuevo dirigida por
Kazlauskas, retoma el vuelo y se mete en semifinales. En ellas vence
a los anfitriones pese a los 35 puntos de Kutluay para meterse en una
final que acaban dominando ante España en un enorme partido de
Timinskas y del hoy seleccionador lituano Adomaitis. Tras la
independencia, segundo oro para Lituania y segundo oro para Saras. Un
año más tarde, Kazlauskas es promovido a seleccionador absoluto y
hace debutar a Jasikevicius en el eurobasket 97. Repite en el mundial
98 y asombra en el 99 estando a punto de frustrar con 22 puntos y 5
triples a aquella España que, De Miguel mediante, había logrado
minimizar a Sabonis. Un año después, en Sidney, Saras ya es el
dueño del equipo, logrando el bronce olímpico y en cierta forma
humanizar a Estados Unidos. Luego el fiasco de Estambul 2001
apartaría del foco a una Lituania que volvería con más fuerza que
nunca en el eurobasket 2003. Con uno de los baloncestos más
atractivos vistos en décadas, Lituania se colgaba el oro en
Estocolmo con una exhibición de recursos pocas veces vista. Era el
tercer oro tras la independencia y el primero en categoría senior.
El tercero también para un Jasikevicius que además era nombrado mvp
del torneo. Siempre competitiva, Lituania no ha ganado desde entonces
ningún otro oro en senior y tuvo que esperar unos cuantos años más
a que la generación de Valanciunas lo hiciera en formación. Saras
aún habría de maravillar en los juegos de Atenas y Pekin amen de
sumar el bronce en el eurobasket de Madrid. Todo le que le costó
encontrar en Kaunas nunca le faltó en la selección…
APUNTE
HISTÓRICO
Del
fin de la era al éxito absoluto 89-99
Una
de las visiones más tópicas que dibujan la imagen del baloncesto es
aquella que reduce su belleza a su acto final. Pese a lo injusto de
tal valoración, no es posible negar la evidencia de que pocas
sensaciones pueden compararse a las de la resolución de un encuentro
en la última jugada, en especial si esta obra también como punto
final de un campeonato. La canasta de Aleksandr Belov en Munich, el
triple de Djordjevic en Istambul…todo buen aficionado guarda en
algún rincón de su memoria sentimental alguno de aquellos tiros
decisivos que le llevaron a la gloria o a la frustración. De entre
todos estos, pocos habrán sido tan espectaculares como aquel triple
desde su propia pista de Dusan Kecman con el que el alero del
Partizan daba a los de Belgrado el título de la liga adriática de
2.010, devolviendo, de la manera más cruda, a la realidad a los
miles de aficionados locales que apenas un segundo antes celebraban
el triunfo de la Cibona, gracias a otra increíble canasta de tres
puntos de Bojan Bogdanovic. Aquel triple de Bogdanovic, parecía
romper la hegemonía serbia en el torneo a la par que propiciar el
primer título para los de Zagreb, con lo que la postrera canasta del
serbio colocaba sobre la mesa todos los ingredientes necesarios para
una enorme polémica. Afortunadamente, otro de los grandes signos que
identifican este deporte, es el de su continuo afán por avanzar
hacia la modernidad. Entre los pasos dados en esta dirección, pocos
resultan tan eficaces como el “Instant replay” a través del cual
los colegiados pueden, con la ayuda del video, dictaminar sobre si un
lanzamiento decisivo ha estado dentro del tiempo. De esta manera,
aquel tiro de Kecman o el que en 2005 de Ruben Douglas daba a la
Fortitudo de Bolonia su segundo scudetto, eran dados por válidos sin
que nadie tuviera espacio para algo más que el simple
disfrute/lamento deportivo.
Si, aun teniendo en cuenta lo dicho, a día de hoy el panorama dista de resultar idílico, resulta fácil adivinar hasta dónde podían llegar las suspicacias y polémicas apenas unos años atrás. Ejemplos hay muchos, y podrían hallarse en casi cada competición y en cada momento. Entre los más curiosos podría citarse la final de la liga griega de 1.959, disputada en un curioso formato triangular y para cuyo desenlace último la organización se vio obligada a contratar a una pareja de árbitros yugoslavos (Vukovic y Pastor) ante las continuas objeciones de los dos grandes clubes de Salónica. Finalmente con 25 puntos de Ikonomou y 18 de Theothoritis, la moneda caería del lado de un cuadro blanquinegro que sumaría así el primero de los dos únicos triunfos ligueros que atesora. Ahora bien, más allá de ejemplos concretos, a buen seguro ninguna temporada habría de resultar tan convulsa como la 1988/89. Y es que, en una Europa en la que, permítase utilizar el empalagoso título de la canción de Scorpions, los vientos de cambio soplaban con fuerza, hasta tres de sus principales ligas acabarían por ver como su campeón se decidía más allá de los 40 minutos de juego del último encuentro. En Yugoslavia, la retirada del Partizan en un segundo partido que tenía poco menos que perdido cerraba la que bien pudiera haber sido una serie histórica. En cambio, en la Urss e Italia (ay Livorno) la validez de una última canasta tendría la palabra definitiva. PERESTROIKA
Procedente del vocablo ruso перестройка, la palabra perestroika fue acogida en el llamado mundo occidental con su acepción literal de reestructuración, focalizando en la figura de Mijaíl Gorbachov, un proceso que en realidad ya había comenzado muchos años antes y en el que incluso podrían rastrearse antecedentes en la desestalinización surgida tras el impacto del informe Jruschov. Con todo, los postreros meses de 1.988 y el comienzo del 89, traían consigo evidencias cada vez más claras del derrumbe, de tal manera que, aunque oficialmente el muro caía un 9 de Noviembre, se puede afirmar que en realidad las grietas ya estaban a la vista. El triunfo de “Solidaridad” en Polonia y los movimientos aperturistas en Hungría suponían los primeros signos evidentes del triunfo desde dentro de la teoría del shock, mientras que la retirada de las tropas de Afganistán ahondaba en la ya innegable vulnerabilidad del otrora gigante soviético. Junto a las cuestiones geopolíticas, la ecuación terminaría de resolverse con la consolidación del “Glasnost” o política de apertura, donde, ahí sí, la figura de Gorbachov acabaría de resultar fundamental para el devenir del coloso.
Paralelamente el baloncesto de la Urss vivía a caballo entre dos sensaciones, ya que mientras por un lado figuras tan emblemáticas como la de Sergei Belov o Aleksander Gomelsky criticaban abiertamente a la federación por su falso aperturismo, por el otro, en el ambiente aún permanecía la dulce fragancia del oro conseguido en los juegos de Seúl… aunque para ser sinceros, al igual que en el juego político, la perestroika baloncestistica había comenzado bastante tiempo atrás:
Es muy probable que ningún otro país europeo viva el baloncesto como lo hace Lituania, de ahí que no es de extrañar que la organización del eurobasket en 2011 supusiera todo un terremoto emocional para la joven república báltica, que de repente se veía inundada de actos, publicaciones y un sinfín de actividades relacionadas con su “Krepšinis”. Entre todas ellas, destacaba la publicación del excelente libro de fotografía “Legendiniai Zalgirio vyrai”, puesta al día de la histórica obra de los Romualdas más famosos de la fotografía europea: Pozaerkis y Rakauskas, quienes en 1987 publicaron un álbum captando en imágenes los cuatro últimos años de existencia de un club, el Zalgiris, que se había convertido en mucho más que una entidad deportiva, hasta el punto que en la nueva edición, Ferdinadas Kauzonas, uno de los autores del célebre documental “Aukso karstlige”, llegaba a comparar la trascendencia del club con la del movimiento Sajudis .
Es fácil comprender el orgullo que una ciudad como Kaunas pudo haber sentido cuando en 1998 y 1999 su equipo enlazaba los títulos de la Copa Saporta y la Euroliga, pero quizás sea un poco más complejo tratar de explicar como algo más de una década antes otro Zalgiris es reverenciado hoy con un fervor y un respeto a la altura de los más escogidos. Para explicarlo se podría enfocar el tema desde muchos ángulos, pero quizás ninguno como el de la rivalidad con un CSKA, que como símbolo del ejército soviético, era elevado a la categoría de perfecta Némesis , y es que como Holmes tuvo a su Moriarty (aunque en realidad el pobre profesor apenas aparece en una historia del canon a la par que es mencionado en otras dos…), la leyenda del Zalgiris va muy ligada a la del equipo rojo.
Hablar hoy en día del CSKA de Moscú conlleva referirse a uno de los equipos más potentes del viejo continente. Con una estructura altamente profesionalizada y un poderío económico casi sin parangón, el actual equipo moscovita poco tiene ya que ver con lo que fue en sus orígenes. Sin embargo, el histórico TSKA también logró dominar Europa, logrando cuatro títulos europeos entre 1963 y 1971 que bien podrían haber sido más de no mediar un par de decisiones políticas. Por un lado, las autoridades soviéticas daban absoluta prioridad al baloncesto olímpico y cada cuatro años sus equipos no participaban en competición internacional alguna. La otra, más dañina para los intereses del TSKA, llega en 1966. Buscando dar mayor protagonismo a los jóvenes valores, la Federación soviética decide limitar la presencia de los mayores de 25 años por lo que, de un plumazo, los moscovitas se ven obligados a prescindir de Zubkov, Korneev y Borodin. ¿Tenía razón el TSKA para quejarse? Evidentemente no, pues si alguien había favorecido la legislación era al equipo del ejército. El Tska de Moscú era oficialmente el equipo del ejército, por lo que, apoyándose en esa condición, comenzó a realizar su particular “draft”. Desde 1954 y hasta 1987, los técnicos del TSKA reclutaban a los mejores jugadores del país para que realizaran su servicio militar en el equipo rojo. De Semenov en 1954 a Goborov en 1987, con excepción de las lituanas, todas las grandes estrellas de la URSS pasaron por el TSKA mediante este procedimiento (Belov, Volnov, Edeshko, Tarakanov...), labrando una hegemonía local tan brutal que, entre 1960 y 1984, los moscovitas sólo dejarán de ganar el torneo en dos ocasiones, en el 68 ante el Dinamo de Tbilisi y en 1975 ante el Spartak de Leningrado de Alexander Belov, que por una vez dejaba de lado su condición de Poulidor del basket soviético (7 subcampeonatos en la década de los 70).
Paralelamente el basket se convertía en algo más que un mero acontecimiento deportivo para definir uno de los símbolos de la identidad lituana, entre los que el Zalgiris se erigía, con algún breve interludio como el del 79 del Statyba, como principal referente. Fundado en 1944 bajo la denominación de Skif Kaunas, el club de la segunda ciudad de Lituania tardaría tan sólo tres años en llevarse su primera liga soviética de la mano de Mykolas Zimiskas, llegando la segunda cuatro años más tarde ya bajo la denominación de Zalgiris. Pese a ese espectacular arranque, el club de Kaunas pasaría su particular travesía del desierto alejándose de manera paulatina de los puestos de cabeza. Con el excepcional Modestas Paulaskas a la cabeza, en los finales de los años 60 y los 70 el club va recobrando su status alcanzando en diversas ocasiones el tercer puesto (1971, 73 y 78), aunque la falta de jugadores interiores de garantías acaba por limitar a un equipo preciosista pero falto de contundencia. La irrupción de Raimundad Civilis y la consolidación de Iovaisha como una estrella llevan al Zalgiris al subcampeonato en el año 80 y preparan el asalto al trono de un CSKA que empieza a mirar de reojo la imparable ascensión de un gigantón de la propia Kaunas, de nombre Arvydas. Con Sabonis y Civilis cubriendo el juego interior, la falta de un base puro se suple con la dinamita de Homicius, Kurtinaitis o Iovaisha. El club sigue creciendo, y con la llegada de los play-off cede en las finales del 83 y del 84 ante un CSKA símbolo del poder central de Moscú y ya obsesión absoluta de un grupo que cada día está más cerca.
Así pues, la temporada 84/85 se ve en Kaunas como la de la definitiva ascensión algo que la propia competición va confirmando de tal manera que el Zalgiris cierra la primera fase liguera con un balance de 20-2 (cayendo solamente por 74-73 ante el Spartak y 100-92 ante el Vef Riga de Valdis Valters), incluyendo una doble victoria ante el CSKA (98-88 en Kaunas y 78-80 en Moscú) y con registros anotadores espectaculares hasta el punto de superar los 110 puntos en 8 ocasiones. La segunda fase de los pupilos de Vladas Garastas es aún mejor, cerrándola invictos y venciendo de nuevo al CSKA esta vez (la segunda vuelta la jugaban los ocho primeros a una sola vuelta) por 88-78. Las previsiones se cumplen y lituanos y moscovitas alcanzan la final con ventaja de campo para los primeros pero con la particularidad de que el equipo peor clasificado juega primero como local. Lejos de acusar la presión, el Zalgiris asalta Moscú por 71-86 con 26 puntos de Homicius, 19 de Kurtinaitis y 15 de Sabonis, mientras que Tkachenko con 12 se queda como el mejor realizador del Tska. Con todo a favor el segundo partido resulta ser mucho más trabado con la buena defensa de los de Gomelsky minimizando a Sabonis y obligando al Zalgiris a jugar a un ritmo menor al acostumbrado. Tensión, dureza, nervios… y empate a 69 que da paso a una prórroga donde un triple de Iovaisha, siempre valiente, siempre decisivo, certifica el triunfo del Zalgiris cortando la racha moscovita y llevando al delirio al público que abarrotaba el viejo pabellón.
La euforia de la victoria y la baja de un Iovaisha al límite condicionan a un Zalgiris que días después pierde la final de la Recopa ante el Barcelona. Esa derrota y la del año siguiente en la final de Copa de Europa ante la Cibona impiden un mayor reconocimiento internacional, pero los verdes con el triunfo ante el CSKA ya se habían convertido en inmortales en su tierra, más aún cuando conseguían repetir título ante el mismo rival en el 86 y el 87, con mención especial a esta última con un tercer partido épico y que probablemente se encuentre entre los mejores de esa década. La temporada 87/88 llega para los de Kaunas marcada por la ausencia de Sabonis, cuya baja se revela especialmente clave en unas finales que devuelven al Tska su condición de vanguardia en el baloncesto soviético. Con Sabonis de vuelta, el Zalgiris afronta la nueva temporada de nuevo como favorito, máxime cuando el rival moscovita pierde a dos jugadores de la talla de Tikhonenko y Volkov. Precisamente la salida del segundo, elegido mejor jugador el año anterior, rumbo a Kiev, donde se reencuentra con otro campeón olímpico como Belostenny, coloca al Budivelnyk entre los aspirantes claros a llevarse un torneo, donde por primera vez en años la dispersión de talento (Valters en Riga, Marciulionis en el Statyba, Tikhonenko en el Alma Ata, Sokk en el Kalev Tallin…) augura un campeonato menos bipolar de lo acostumbrado. Tras un inicio titubeante con sorprendentes derrotas ante rivales como el Dinamo Moscu o el Kalev, el Zalgiris mete la directa tras el parón liguero provocado por la habitual gira de la selección por los Estados Unidos (saldada con un balance de 8-2 para los soviéticos) dominando con claridad el segundo tramo de la temporada y asegurándose así el factor pista por delante del Budivelnyk y del Tska. El conjunto rojo había recuperado a Tkachenko tras su grave lesión y contaba con una buena base de jugadores encarnada en los Tarakanov, Goborov, Pankrashkin o Miglieniks, pero su excesiva mecanización ofensiva y su falta de frescura habían convertido en un suplicio el hecho de simultanear la competición doméstica con una Copa de Europa donde no podían pasar del penúltimo puesto en una liguilla de cuartos que cerraban con un pobre balance de 4-10. De los avatares europeos no estaban exentos tampoco los otros dos grandes candidatos. Por un lado el cuadro ucraniano, que en Europa utilizaba Stroitel como sustantivo, quedaba apeado en la liguilla de cuartos de la copa Korac de la manera más dura posible. Encuadrado en el grupo D junto a Cantú, Orthez y Den Helder, el hecho de que solo el primer clasificado siguiera adelante parecía abocar al grupo a un duelo directo entre ucranianos e italianos que en el primer cara a cara parecía decantarse a favor de los primeros, quienes de la mano de un gran Antonello Riva firmaban un convincente 108-97. Sin fallos ante el resto de los equipos, la penúltima jornada parecía ser la decisiva de tal manera que, cuando tras una estratosférica actuación de Volkov, el Stroitel se imponía por 15 tantos la suerte del grupo parecía sentenciada. Sin embargo, contra todo pronóstico, en el último suspiro el cuadro ucraniano dejaba escapar el pase a las semifinales cayendo por un solo punto en la pista de un Orthez que nada se jugaba. Por su parte, el Zalgiris llegaría un paso más adelante aunque, curiosamente, esto les traería más problemas. Tras liderar su grupo de cuartos de final al quedar por delante de la Cibona gracias al average, el conjunto de Kaunas afrontaba con las máximas aspiraciones las semifinales de una Recopa, que, pese a su condición de segunda competición, reunía en su penúltima fase a tres de las más rutilantes estrellas del basket europeo: el propio Arvydas Sabonis, un Drazen Petrovic que en el otro lado destrozaba a sus antiguos compañeros de la Cibona y un Oscar Schmidt convertido en la mayor amenaza para el conjunto de Garastas, que no obstante lograba controlar la mano del brasileño para llevarse el partido de ida por 86-80. Con todo por resolver, el partido de vuelta en Caserta llegaba igualado a la media parte (53-53) pero acababa cayendo del lado transalpino tras una segunda parte donde los nervios del Zalgiris llegaban al punto de transformarse en un claro enfrentamiento entre varios de sus jugadores, con Jovaisa apuntando tras el partido directamente hacia su entrenador y alguno de sus compañeros (en especial Kurtinaitis y Homicius) acusándolos de olvidarse de Sabonis. El sensacional jugador de Anykščiai no eludía tampoco la autocrítica y, aunque desde fuera los problemas parecían gravitar en torno a la eliminación, se convertía en el vivo ejemplo de lo que comenzaba a suceder en un club cuya autoexigencia caminaba en paralelo con multitud de problemas estructurales, económicos e incluso políticos.
Con todo, el Zalgiris logra la primera plaza de la fase regular y se presenta en la final con el factor pista a favor ante un Budivelnyk que reafirma sus opciones dejando al Tska fuera de las dos primeras plazas por primera vez desde 1.968. La final, programada al mejor de tres partidos con el equipo mejor clasificado jugando fuera el primer encuentro, arranca en la capital ucraniana donde la buena defensa de Belostenny y los problemas físicos de Sabonis condicionan el juego de un Zalgiris que cae por 97-94. De vuelta a Kaunas, el segundo partido de la serie comienza marcado inevitablemente por la ausencia de un Sabonis al que, como en buena parte de la temporada, sus problemas en el talón le vuelven a jugar una mala pasada. El partido transcurre tenso, con los locales abusando del tiro exterior y con los visitantes llevando la iniciativa gracias a un inspirado Volkov que permite llegar a su equipo con 10 puntos de ventaja al descanso. Con todo por decidir, el partido entra en su tramo final mucho más comprimido gracias a una mayor agresividad de los locales y al despertar ofensivo de un Jovaisa que con un triple y una penetración marca de la casa, vuelve a poner al Zalgiris en un partido que de todas formas parece escapárseles de las manos cuando, a falta de un minuto, el punto número 23 de Volkov pone un 81-87 que se antoja definitivo. Con todo en contra, el decimotercer triple local (en 26 intentos) de la noche vuelve a apretar un partido que vive un nuevo golpe de efecto tras un precipitado tiro del omnipresente Volkov cuyo error deja a los de Kaunas 28 segundos para buscar el empate. Con Jovaisa y Kurtinaitis tapados, el balón va hacia un Homicius que recibe la falta de un nervioso Shaptala. El Zalgiris opta por sacar de banda y el balón vuelve a Valdemaras que con un escorzo en el aire intenta igualar el partido encontrándose con el hierro. Con el Budivelnyk paralizado por el vértigo del éxito, el rebote ofensivo cae, bajo el aro, en las manos de un Krapikas que sin oposición alguna y con una frialdad polar sale de la zona y anota el triple del empate con 12 segundos por jugar. En medio de la algarabía báltica, el Budivelnyk pone la última bola en manos de un Volkov que bota sin demasiada fluidez y que incomprensiblemente no ataca el aro, hasta que, con dos segundos por jugar, decide levantarse desde cerca de la línea de la media pista anotando limpiamente un triple increíble que desata la euforia en el cuadro ucraniano. La jugada parece clara, pero el público comienza a mostrar su ira mientras el cuadro que dirige Viktor Bojehar celebra su histórico triunfo en mitad de la pista. Los árbitros dudan, la canasta no acaba de subir al electrónico e incluso un “recuperado” Sabonis hace acto de aparición remangando su camisa de rayas a la par que se dirige hacia unos comisarios de mesa que tras un interminable debate deciden anular el triple visitante. Con el ánimo por los suelos, el Budivelnyk es presa fácil en la prórroga por lo que la serie se ve abocada a un tercer partido al que los jugadores de Kiev no comparecen. El Zalgiris es proclamado campeón, pero apenas dos días después, en una decisión que en Lituania se interpreta como puramente política, el comité deportivo accede a revisar el video del partido tras lo cual decide dar por válido el triple de Volkov y, por tanto, el primer título de la historia al conjunto ucraniano. https://www.youtube.com/watch?v=FcE39nlqxIk
La sentencia causaría un enorme revuelo pero los cambios cada vez más vertiginosos pronto la harían olvidar y así, apenas unas semanas después, 45 puntos de Nicos Gallis y un triple letal de Fannis Christodolou apeaban a la Urss de la final del eurobasket. Una Urss de la que en ese mismo verano comenzarían a salir sus estrellas más rutilantes y que, tan solo otro año después, se presentaría en el mundial de Argentina con un solo lituano: su seleccionador Vladas Garastas.
Si, aun teniendo en cuenta lo dicho, a día de hoy el panorama dista de resultar idílico, resulta fácil adivinar hasta dónde podían llegar las suspicacias y polémicas apenas unos años atrás. Ejemplos hay muchos, y podrían hallarse en casi cada competición y en cada momento. Entre los más curiosos podría citarse la final de la liga griega de 1.959, disputada en un curioso formato triangular y para cuyo desenlace último la organización se vio obligada a contratar a una pareja de árbitros yugoslavos (Vukovic y Pastor) ante las continuas objeciones de los dos grandes clubes de Salónica. Finalmente con 25 puntos de Ikonomou y 18 de Theothoritis, la moneda caería del lado de un cuadro blanquinegro que sumaría así el primero de los dos únicos triunfos ligueros que atesora. Ahora bien, más allá de ejemplos concretos, a buen seguro ninguna temporada habría de resultar tan convulsa como la 1988/89. Y es que, en una Europa en la que, permítase utilizar el empalagoso título de la canción de Scorpions, los vientos de cambio soplaban con fuerza, hasta tres de sus principales ligas acabarían por ver como su campeón se decidía más allá de los 40 minutos de juego del último encuentro. En Yugoslavia, la retirada del Partizan en un segundo partido que tenía poco menos que perdido cerraba la que bien pudiera haber sido una serie histórica. En cambio, en la Urss e Italia (ay Livorno) la validez de una última canasta tendría la palabra definitiva. PERESTROIKA
Procedente del vocablo ruso перестройка, la palabra perestroika fue acogida en el llamado mundo occidental con su acepción literal de reestructuración, focalizando en la figura de Mijaíl Gorbachov, un proceso que en realidad ya había comenzado muchos años antes y en el que incluso podrían rastrearse antecedentes en la desestalinización surgida tras el impacto del informe Jruschov. Con todo, los postreros meses de 1.988 y el comienzo del 89, traían consigo evidencias cada vez más claras del derrumbe, de tal manera que, aunque oficialmente el muro caía un 9 de Noviembre, se puede afirmar que en realidad las grietas ya estaban a la vista. El triunfo de “Solidaridad” en Polonia y los movimientos aperturistas en Hungría suponían los primeros signos evidentes del triunfo desde dentro de la teoría del shock, mientras que la retirada de las tropas de Afganistán ahondaba en la ya innegable vulnerabilidad del otrora gigante soviético. Junto a las cuestiones geopolíticas, la ecuación terminaría de resolverse con la consolidación del “Glasnost” o política de apertura, donde, ahí sí, la figura de Gorbachov acabaría de resultar fundamental para el devenir del coloso.
Paralelamente el baloncesto de la Urss vivía a caballo entre dos sensaciones, ya que mientras por un lado figuras tan emblemáticas como la de Sergei Belov o Aleksander Gomelsky criticaban abiertamente a la federación por su falso aperturismo, por el otro, en el ambiente aún permanecía la dulce fragancia del oro conseguido en los juegos de Seúl… aunque para ser sinceros, al igual que en el juego político, la perestroika baloncestistica había comenzado bastante tiempo atrás:
Es muy probable que ningún otro país europeo viva el baloncesto como lo hace Lituania, de ahí que no es de extrañar que la organización del eurobasket en 2011 supusiera todo un terremoto emocional para la joven república báltica, que de repente se veía inundada de actos, publicaciones y un sinfín de actividades relacionadas con su “Krepšinis”. Entre todas ellas, destacaba la publicación del excelente libro de fotografía “Legendiniai Zalgirio vyrai”, puesta al día de la histórica obra de los Romualdas más famosos de la fotografía europea: Pozaerkis y Rakauskas, quienes en 1987 publicaron un álbum captando en imágenes los cuatro últimos años de existencia de un club, el Zalgiris, que se había convertido en mucho más que una entidad deportiva, hasta el punto que en la nueva edición, Ferdinadas Kauzonas, uno de los autores del célebre documental “Aukso karstlige”, llegaba a comparar la trascendencia del club con la del movimiento Sajudis .
Es fácil comprender el orgullo que una ciudad como Kaunas pudo haber sentido cuando en 1998 y 1999 su equipo enlazaba los títulos de la Copa Saporta y la Euroliga, pero quizás sea un poco más complejo tratar de explicar como algo más de una década antes otro Zalgiris es reverenciado hoy con un fervor y un respeto a la altura de los más escogidos. Para explicarlo se podría enfocar el tema desde muchos ángulos, pero quizás ninguno como el de la rivalidad con un CSKA, que como símbolo del ejército soviético, era elevado a la categoría de perfecta Némesis , y es que como Holmes tuvo a su Moriarty (aunque en realidad el pobre profesor apenas aparece en una historia del canon a la par que es mencionado en otras dos…), la leyenda del Zalgiris va muy ligada a la del equipo rojo.
Hablar hoy en día del CSKA de Moscú conlleva referirse a uno de los equipos más potentes del viejo continente. Con una estructura altamente profesionalizada y un poderío económico casi sin parangón, el actual equipo moscovita poco tiene ya que ver con lo que fue en sus orígenes. Sin embargo, el histórico TSKA también logró dominar Europa, logrando cuatro títulos europeos entre 1963 y 1971 que bien podrían haber sido más de no mediar un par de decisiones políticas. Por un lado, las autoridades soviéticas daban absoluta prioridad al baloncesto olímpico y cada cuatro años sus equipos no participaban en competición internacional alguna. La otra, más dañina para los intereses del TSKA, llega en 1966. Buscando dar mayor protagonismo a los jóvenes valores, la Federación soviética decide limitar la presencia de los mayores de 25 años por lo que, de un plumazo, los moscovitas se ven obligados a prescindir de Zubkov, Korneev y Borodin. ¿Tenía razón el TSKA para quejarse? Evidentemente no, pues si alguien había favorecido la legislación era al equipo del ejército. El Tska de Moscú era oficialmente el equipo del ejército, por lo que, apoyándose en esa condición, comenzó a realizar su particular “draft”. Desde 1954 y hasta 1987, los técnicos del TSKA reclutaban a los mejores jugadores del país para que realizaran su servicio militar en el equipo rojo. De Semenov en 1954 a Goborov en 1987, con excepción de las lituanas, todas las grandes estrellas de la URSS pasaron por el TSKA mediante este procedimiento (Belov, Volnov, Edeshko, Tarakanov...), labrando una hegemonía local tan brutal que, entre 1960 y 1984, los moscovitas sólo dejarán de ganar el torneo en dos ocasiones, en el 68 ante el Dinamo de Tbilisi y en 1975 ante el Spartak de Leningrado de Alexander Belov, que por una vez dejaba de lado su condición de Poulidor del basket soviético (7 subcampeonatos en la década de los 70).
Paralelamente el basket se convertía en algo más que un mero acontecimiento deportivo para definir uno de los símbolos de la identidad lituana, entre los que el Zalgiris se erigía, con algún breve interludio como el del 79 del Statyba, como principal referente. Fundado en 1944 bajo la denominación de Skif Kaunas, el club de la segunda ciudad de Lituania tardaría tan sólo tres años en llevarse su primera liga soviética de la mano de Mykolas Zimiskas, llegando la segunda cuatro años más tarde ya bajo la denominación de Zalgiris. Pese a ese espectacular arranque, el club de Kaunas pasaría su particular travesía del desierto alejándose de manera paulatina de los puestos de cabeza. Con el excepcional Modestas Paulaskas a la cabeza, en los finales de los años 60 y los 70 el club va recobrando su status alcanzando en diversas ocasiones el tercer puesto (1971, 73 y 78), aunque la falta de jugadores interiores de garantías acaba por limitar a un equipo preciosista pero falto de contundencia. La irrupción de Raimundad Civilis y la consolidación de Iovaisha como una estrella llevan al Zalgiris al subcampeonato en el año 80 y preparan el asalto al trono de un CSKA que empieza a mirar de reojo la imparable ascensión de un gigantón de la propia Kaunas, de nombre Arvydas. Con Sabonis y Civilis cubriendo el juego interior, la falta de un base puro se suple con la dinamita de Homicius, Kurtinaitis o Iovaisha. El club sigue creciendo, y con la llegada de los play-off cede en las finales del 83 y del 84 ante un CSKA símbolo del poder central de Moscú y ya obsesión absoluta de un grupo que cada día está más cerca.
Así pues, la temporada 84/85 se ve en Kaunas como la de la definitiva ascensión algo que la propia competición va confirmando de tal manera que el Zalgiris cierra la primera fase liguera con un balance de 20-2 (cayendo solamente por 74-73 ante el Spartak y 100-92 ante el Vef Riga de Valdis Valters), incluyendo una doble victoria ante el CSKA (98-88 en Kaunas y 78-80 en Moscú) y con registros anotadores espectaculares hasta el punto de superar los 110 puntos en 8 ocasiones. La segunda fase de los pupilos de Vladas Garastas es aún mejor, cerrándola invictos y venciendo de nuevo al CSKA esta vez (la segunda vuelta la jugaban los ocho primeros a una sola vuelta) por 88-78. Las previsiones se cumplen y lituanos y moscovitas alcanzan la final con ventaja de campo para los primeros pero con la particularidad de que el equipo peor clasificado juega primero como local. Lejos de acusar la presión, el Zalgiris asalta Moscú por 71-86 con 26 puntos de Homicius, 19 de Kurtinaitis y 15 de Sabonis, mientras que Tkachenko con 12 se queda como el mejor realizador del Tska. Con todo a favor el segundo partido resulta ser mucho más trabado con la buena defensa de los de Gomelsky minimizando a Sabonis y obligando al Zalgiris a jugar a un ritmo menor al acostumbrado. Tensión, dureza, nervios… y empate a 69 que da paso a una prórroga donde un triple de Iovaisha, siempre valiente, siempre decisivo, certifica el triunfo del Zalgiris cortando la racha moscovita y llevando al delirio al público que abarrotaba el viejo pabellón.
La euforia de la victoria y la baja de un Iovaisha al límite condicionan a un Zalgiris que días después pierde la final de la Recopa ante el Barcelona. Esa derrota y la del año siguiente en la final de Copa de Europa ante la Cibona impiden un mayor reconocimiento internacional, pero los verdes con el triunfo ante el CSKA ya se habían convertido en inmortales en su tierra, más aún cuando conseguían repetir título ante el mismo rival en el 86 y el 87, con mención especial a esta última con un tercer partido épico y que probablemente se encuentre entre los mejores de esa década. La temporada 87/88 llega para los de Kaunas marcada por la ausencia de Sabonis, cuya baja se revela especialmente clave en unas finales que devuelven al Tska su condición de vanguardia en el baloncesto soviético. Con Sabonis de vuelta, el Zalgiris afronta la nueva temporada de nuevo como favorito, máxime cuando el rival moscovita pierde a dos jugadores de la talla de Tikhonenko y Volkov. Precisamente la salida del segundo, elegido mejor jugador el año anterior, rumbo a Kiev, donde se reencuentra con otro campeón olímpico como Belostenny, coloca al Budivelnyk entre los aspirantes claros a llevarse un torneo, donde por primera vez en años la dispersión de talento (Valters en Riga, Marciulionis en el Statyba, Tikhonenko en el Alma Ata, Sokk en el Kalev Tallin…) augura un campeonato menos bipolar de lo acostumbrado. Tras un inicio titubeante con sorprendentes derrotas ante rivales como el Dinamo Moscu o el Kalev, el Zalgiris mete la directa tras el parón liguero provocado por la habitual gira de la selección por los Estados Unidos (saldada con un balance de 8-2 para los soviéticos) dominando con claridad el segundo tramo de la temporada y asegurándose así el factor pista por delante del Budivelnyk y del Tska. El conjunto rojo había recuperado a Tkachenko tras su grave lesión y contaba con una buena base de jugadores encarnada en los Tarakanov, Goborov, Pankrashkin o Miglieniks, pero su excesiva mecanización ofensiva y su falta de frescura habían convertido en un suplicio el hecho de simultanear la competición doméstica con una Copa de Europa donde no podían pasar del penúltimo puesto en una liguilla de cuartos que cerraban con un pobre balance de 4-10. De los avatares europeos no estaban exentos tampoco los otros dos grandes candidatos. Por un lado el cuadro ucraniano, que en Europa utilizaba Stroitel como sustantivo, quedaba apeado en la liguilla de cuartos de la copa Korac de la manera más dura posible. Encuadrado en el grupo D junto a Cantú, Orthez y Den Helder, el hecho de que solo el primer clasificado siguiera adelante parecía abocar al grupo a un duelo directo entre ucranianos e italianos que en el primer cara a cara parecía decantarse a favor de los primeros, quienes de la mano de un gran Antonello Riva firmaban un convincente 108-97. Sin fallos ante el resto de los equipos, la penúltima jornada parecía ser la decisiva de tal manera que, cuando tras una estratosférica actuación de Volkov, el Stroitel se imponía por 15 tantos la suerte del grupo parecía sentenciada. Sin embargo, contra todo pronóstico, en el último suspiro el cuadro ucraniano dejaba escapar el pase a las semifinales cayendo por un solo punto en la pista de un Orthez que nada se jugaba. Por su parte, el Zalgiris llegaría un paso más adelante aunque, curiosamente, esto les traería más problemas. Tras liderar su grupo de cuartos de final al quedar por delante de la Cibona gracias al average, el conjunto de Kaunas afrontaba con las máximas aspiraciones las semifinales de una Recopa, que, pese a su condición de segunda competición, reunía en su penúltima fase a tres de las más rutilantes estrellas del basket europeo: el propio Arvydas Sabonis, un Drazen Petrovic que en el otro lado destrozaba a sus antiguos compañeros de la Cibona y un Oscar Schmidt convertido en la mayor amenaza para el conjunto de Garastas, que no obstante lograba controlar la mano del brasileño para llevarse el partido de ida por 86-80. Con todo por resolver, el partido de vuelta en Caserta llegaba igualado a la media parte (53-53) pero acababa cayendo del lado transalpino tras una segunda parte donde los nervios del Zalgiris llegaban al punto de transformarse en un claro enfrentamiento entre varios de sus jugadores, con Jovaisa apuntando tras el partido directamente hacia su entrenador y alguno de sus compañeros (en especial Kurtinaitis y Homicius) acusándolos de olvidarse de Sabonis. El sensacional jugador de Anykščiai no eludía tampoco la autocrítica y, aunque desde fuera los problemas parecían gravitar en torno a la eliminación, se convertía en el vivo ejemplo de lo que comenzaba a suceder en un club cuya autoexigencia caminaba en paralelo con multitud de problemas estructurales, económicos e incluso políticos.
Con todo, el Zalgiris logra la primera plaza de la fase regular y se presenta en la final con el factor pista a favor ante un Budivelnyk que reafirma sus opciones dejando al Tska fuera de las dos primeras plazas por primera vez desde 1.968. La final, programada al mejor de tres partidos con el equipo mejor clasificado jugando fuera el primer encuentro, arranca en la capital ucraniana donde la buena defensa de Belostenny y los problemas físicos de Sabonis condicionan el juego de un Zalgiris que cae por 97-94. De vuelta a Kaunas, el segundo partido de la serie comienza marcado inevitablemente por la ausencia de un Sabonis al que, como en buena parte de la temporada, sus problemas en el talón le vuelven a jugar una mala pasada. El partido transcurre tenso, con los locales abusando del tiro exterior y con los visitantes llevando la iniciativa gracias a un inspirado Volkov que permite llegar a su equipo con 10 puntos de ventaja al descanso. Con todo por decidir, el partido entra en su tramo final mucho más comprimido gracias a una mayor agresividad de los locales y al despertar ofensivo de un Jovaisa que con un triple y una penetración marca de la casa, vuelve a poner al Zalgiris en un partido que de todas formas parece escapárseles de las manos cuando, a falta de un minuto, el punto número 23 de Volkov pone un 81-87 que se antoja definitivo. Con todo en contra, el decimotercer triple local (en 26 intentos) de la noche vuelve a apretar un partido que vive un nuevo golpe de efecto tras un precipitado tiro del omnipresente Volkov cuyo error deja a los de Kaunas 28 segundos para buscar el empate. Con Jovaisa y Kurtinaitis tapados, el balón va hacia un Homicius que recibe la falta de un nervioso Shaptala. El Zalgiris opta por sacar de banda y el balón vuelve a Valdemaras que con un escorzo en el aire intenta igualar el partido encontrándose con el hierro. Con el Budivelnyk paralizado por el vértigo del éxito, el rebote ofensivo cae, bajo el aro, en las manos de un Krapikas que sin oposición alguna y con una frialdad polar sale de la zona y anota el triple del empate con 12 segundos por jugar. En medio de la algarabía báltica, el Budivelnyk pone la última bola en manos de un Volkov que bota sin demasiada fluidez y que incomprensiblemente no ataca el aro, hasta que, con dos segundos por jugar, decide levantarse desde cerca de la línea de la media pista anotando limpiamente un triple increíble que desata la euforia en el cuadro ucraniano. La jugada parece clara, pero el público comienza a mostrar su ira mientras el cuadro que dirige Viktor Bojehar celebra su histórico triunfo en mitad de la pista. Los árbitros dudan, la canasta no acaba de subir al electrónico e incluso un “recuperado” Sabonis hace acto de aparición remangando su camisa de rayas a la par que se dirige hacia unos comisarios de mesa que tras un interminable debate deciden anular el triple visitante. Con el ánimo por los suelos, el Budivelnyk es presa fácil en la prórroga por lo que la serie se ve abocada a un tercer partido al que los jugadores de Kiev no comparecen. El Zalgiris es proclamado campeón, pero apenas dos días después, en una decisión que en Lituania se interpreta como puramente política, el comité deportivo accede a revisar el video del partido tras lo cual decide dar por válido el triple de Volkov y, por tanto, el primer título de la historia al conjunto ucraniano. https://www.youtube.com/watch?v=FcE39nlqxIk
La sentencia causaría un enorme revuelo pero los cambios cada vez más vertiginosos pronto la harían olvidar y así, apenas unas semanas después, 45 puntos de Nicos Gallis y un triple letal de Fannis Christodolou apeaban a la Urss de la final del eurobasket. Una Urss de la que en ese mismo verano comenzarían a salir sus estrellas más rutilantes y que, tan solo otro año después, se presentaría en el mundial de Argentina con un solo lituano: su seleccionador Vladas Garastas.
Con
los cambios precipitándose, el Zalgiris pasa en la 89/90 a ser un
equipo casi irreconocible tras la salida del núcleo duro con Sabonis
y Homicius poniendo rumbo a la acb y Kurtinaitis y Iovaisha a
Alemania. Zalgiris queda lejos de los puestos de cabeza en liga, pero
a cambio firma una notable Recopa. Tras pasar con algunos apuros la
liguilla de cuartos de final, los de Kaunas se encuentran en las
semifinales con el Real Madrid. Los blancos ganan con solvencia en la
ida por 13 puntos pero en la vuelta el conjunto lituano firma los
mejores minutos del curso y al descanso ya vence por 15 tantos con un
buen Einikis y Lukminas desatado en el tiro exterior. Finalmente los
nervios locales y un providencial rebote ofensivo de Frederick
dejaban el marcador final en un insuficiente +12 para los lituanos
que daba el pase a la final a un Madrid (que siempre ha sido al menos
finalista en cada participación europea cuando no ha disputado la
copa de Europa) que habría de caer en ella ante la Knorr de Bolonia
de Ray Richardson y Messina. Esa eliminatoria sería el canto del
cisne del Zalgiris durante muchos años en Europa. Tras el derrumbe
final de la urss, la nueva liga profesional lituana nace en 1993 y
el Zalgiris (que ya ha ganado las tres ediciones de transición entre
el viejo y el nuevo modelo) se erige en el gran dominador hasta el
punto de que se lleva todas las ediciones hasta el triunfo del
Lietuvos en la 19999-2000. Pero en Europa las cosas son muy distintas
y durante años el guión es similar: eliminados en la primera
eliminatoria de la Copa de Europa pasan a la recopa...donde tampoco
consiguen avanzar. En la temporada 94/95, tras su éxito en las
inferiores de la selección, se hace cargo del equipo sin que el
resultado europeo mejore...una mejora que llegara el siguiente curso.
Por primera vez en años, el Zalgiris supera la primera ronda en la
máxima competición continental para caer en la segunda ante el
Panathinaikos que a la postre se proclamará campeón con Wilkins y
el famoso tapón de Vrankovic. Repescado para la Recopa, el club de
Kaunas esta vez si da la talla y regresa a unas semifinales europeas
donde cae ante el Paok de Prelevic, Stojakovic o Rentzias. El
siguiente año, sin derecho a participar en la copa de Europa, el
Zalgiris es líder de su grupo en la primera fase para acabar cayendo
en los octavos de final ante el PSG de Sciarra, Dacoury y Struelens.
Un paso atrás...pero de los que sirven para coger impulso. Pese al
ligero desengaño, la temporada sirve de consolidación para una
nueva hornada de jugadores y para implementar el estilo que desea
Jonas Kazlauskas. Un Kazlauskas que ese verano debuta como
seleccionador absoluto y que tras el título liguero promete un
Zalgiris “que va a llegar lejos en Europa” para el siguiente
curso. Sin derecho a participar de nuevo en la copa de Europa (la
fiba en esos años había dejado de lado las previas y los campeones
de diversos países no participaban), el Zalgiris debuta en la
segunda competición continental con paso firme y vuelve a erigirse
como líder de su grupo. Keravnos en dieciseisavos, Tofas en octavos
y Beobanka en cuartos caen ante un Zalgiris crecido. En semifinales
espera el Saratov, pero ya en la ida en Kaunas el cuadro de
Kazlauskas sentencia con un contundente 96-74. 30 puntos de
Stombergas y 22 de Adomaitis con 6 triples sentencian a un cuadro
ruso donde el más destacado es un ex de la casa como Einikis que a
base de ganchos alcanza la treintena. Tras cumplir en el partido de
vuelta con un -14, el Zalgiris alcanza la tercera final europea de su
historia. El rival el Stefanel de Milán con Gentile, Warren Kidd,
Sigalas o Thurl Bailey, el escenario la sala Pionir de Belgrado. Los
italianos parten como favoritos pero Zalgiris llega al descanso con
cuatro puntos de ventaja. Lejos de conformarse, la salida del segundo
tiempo es una avalancha lituana y los de Kazlauskas se llevan el
primer título europeo de su historia venciendo por 82-67. Stombergas
se va a los 35 puntos y 5 asistencias, Whatley aporta 19 y Franjo
Arapovic domina en defensa y en el rebote. Lo que vendría después
es de todos conocido. El lockout nba que facilitaba el fichaje de
Bowie, la llegada de Jiri Zidek y tras él la de Tyus Edney (Sabonis
llegó a entrenar con el equipo pero no a debutar). Campeón ncaa y
compañero de piso del checo, la amenaza de que el lockout vaya a
extenderse hacen que el menudo base se plantee dar el salto a Europa
y en esa tesitura la intermediación de Zidek acaba por ser decisiva.
La continuidad de los Zukauskas (que no eran hermanos) el liderazgo
de Stombergas y una buena base de rotación se veía reforzada por
tres fichajes de lujo. Otro factor acabaría por ser importante en
aquella gesta. Al margen de la Copa de Europa y la liga lituana, el
Zalgiris forma parte de la embrionaria NEBL. Mayor volumen de
partidos y un detalle importante, allí el reloj de posesión es de
24 segundos algo que acaba por definir a un conjunto ya de por sí
con vocación suicida. Tras aquel momento de gloria absoluto,
Zalgiris rozaría una nueva final four en 2004 quedando fuera tras
toda una sucesión de calamidades culminadas con el milagroso triple
de Sharp.
EL
JUEGO
ESTADÍSTICAS
EUROLIGA 2017/18:
http://www.euroleague.net/competition/teams/showteam?clubcode=ZAL&seasoncode=E2017#!stats
ESTADÍSTICAS
LKL 2017/18: http://www.lkl.lt/komandos/zalgiris#stats
ATAQUE:
CIRCULACIÓN:
Pese a que la configuración de la plantilla no parece la más
adecuada para ese estilo de juego, Zalgiris ha conseguido implementar
un estilo de juego coral, que genera ventajas a través del pick n
roll pero que rara vez ejecuta de manera directa, apostando por la
generación de espacios y el pase extra.
PACIENCIA:
Íntimamente
relacionado con el aspecto anterior, Zalgiris no duda en meter ritmo
en las transiciones pero ha conseguido minimizar sus momentos de
excesiva aceleración. Muy sintomático es también el proceder de
sus jugadores en el poste o cuando reciben un 2x1, y es que rara vez
se precipitan o se obcecan buscando como primera opción sacar el
balón al espacio.
REFERENTES:
Aunque es un equipo bastante coral, la figura de Kevin Pangos aparece
como la principal fuente de anotación ya sea de manera directa,
asistiendo o arrastrando las defensas rivales. Junto al canadiense,
solo Jankunas alcanza los dobles dígitos en anotación aunque en
buena parte de la temporada White con su primer paso o Milaknis desde
el triple han sido grandes desatascadores.
TIRO
EXTERIOR: Hubo
un tiempo en el que si algo definía a los jugadores exteriores
lituanos era su buena muñeca y su capacidad de generación de juego
pese a la pertinente sequía de bases. En los últimos años el
prototipo de jugador surgido de Lituania ha tendido a un modelo
diametralmente opuesto con el físico y la versatilidad como
estandartes. Y es que pese aún se pueda escuchar de tanto en cuanto
el viejo tópico de lituano-tirador no hay mucho de cierto ya en
ello, salvo contadas excepciones. Este Zalgiris podría ser prueba de
ambos casos. Por un lado es el equipo con mejor porcentaje de triples
del torneo pero por otro es el que menos intenta por partido con poco
más de 16. Y dentro de eso, su acierto está totalmente polarizado.
De los 243 triples que han anotado en la euroliga más de la mitad
(143) los han conseguido entre solo dos hombres: Arturas Milaknis
(74) Kevin Pangos (73). Mantener el acierto, incrementar el volumen y
sumar referentes fundamental para crecer…
DEFENSA
AGRESIVIDAD:
Fiel
espejo de lo que transmite Jasikevicius desde el banquillo (en la
oposición de lo que encarnaba y pregonaba como jugador) el Zalgiris
destaca por llevar los partidos a un punto de agresividad defensiva
notable, sin miedo al uso de las manos en línea de pase y con mucha
actividad.
RIESGO:
Defensas
adelantadas, cambios defensivos automáticos, presiones a toda pista
o atacar al hombre de balón desde muy lejos del aro son solo algunas
de las muescas de un Zalgiris que no duda (ni teme) en arriesgar
aunque en ocasiones le lleve a encajar algunas canastas gratis.
REBOTE:
Aunque
sus números totales no asustan, el Zalgiris es el segundo equipo que
menos rebotes concede a sus adversarios...aunque paradójicamente en
muchos momentos sufre para cerrar su aro.
ESPECIALISTAS:
Plantilla
en mano, solo Toupane parece merecer la consideración de
especialista defensivo, pero si algo ha demostrado a lo largo del año
este Zalgiris es que es capaz de cambiarle la cara a casi cualquier
jugador.
DATOS,
CLAVES, CURIOSIDADES….
LA
EXPERIENCIA ES UN GRADO:
Factor
absolutamente favorable al Fenerbahce frente a un Zalgiris donde
ninguno de sus jugadores sabe lo que es jugar una final four.
FENERBAHCE
Kostas
Sloukas: 5 (Campeón 2012 y 13 CON Olympiacos y 2017 con Fenerbahce,
subcampeón 2015 con Olympiacos y finalista 16 con Fenerbahce)
Bobby
Dixon: 2 ( campeón 2017 y finalista 16 con Fenerbahce)
Melih
Mahmutoglu: 3 (Sf 2015, finalista 16 y campeón 2017 con Fenerbahce)
James
Nunnally: 1 (Campeón 2017 con Fenerbahce)
Nikola
Kalinic: 2 (2 ( finalista 16 y campeón 17 con Fenerbahce)
Luigi
Datome 2 ( finalista 16 y campeón 17 con Fenerbahce)
Barış
Hersek 1: finalista 16 con Fenerbahce
Jan
Vesely: 4 (Sf 2010 y 2015 con Partizan y Fenerbahce , finalista 16 y
campeón 17 con Fenerbahce )
Ahmet
Duverioglou: 1 (Campeón 2017 con Fenerbahce)
Zeljko
Obradovic: 16 (campeón 2000, 02 , 07 09 y 11 con Panathinaikos, 1992
con Partizan, 1994 con Joventut y 1995 con Real Madrid y 2017 con
Fenerbahce; subcampeón 2001 con Panathinaikos y sf 2005 y 2012 con
Panathinaikos, 1998 con Benetton ,1996 con Real Madrid y Sf
2015 y finalista 16 con Fenerbahce)
*
Como jugador, Zeljko Obradovic fue semifinalista de la final four de
1988 con el Partizan
En
Zalgiris como jugador, Sarunas Jasikevicius disputó 6 final four
ganando cuatro. En su cuadro de asistentes están Darius Songaila que
fue semifinalista en 2003 con el Cska y Darius Maskoliunas que era el
capitán del Zalgiris campeón en 1999.
MEDALLISTAS
(senior)
Nikola
Kalinic: Plata mundial 2014 y plata JJOO 2016 con Serbia
Marko
Guduric: Plata eurobasket 2017 con Serbia
Zeljko
Obradovic: Oro en el mundial de 1998, oro en el eurobasket 1997,
plata en los JJOO de 1996 y bronce en el eurobasket de 1999 con
Yugoslavia (serbomontenegrina). Como jugador, oro en el mundial de
1990 y plata en los JJOO de 1988 con Yugoslavia.
Arturas
Milaknis: Plata eurobasket 2015 con Lituania
Vasilije
Micic: Plata eurobasket 2017 con Serbia
Paulius
Jankunas: Plata eurobasket 2015 y bronce 2007 (siendo compañero de
Saras) con Lituania
Antanas
Kavaliauskas: Plata eurobasket 2015
Como
jugador Jasikevicius fue oro en el eurobasket de 2003, bronce en el
de 2007 y bronce olímpico en el 2000.
Otros
títulos europeos:
Zeljko
Obradovic: Copa Saporta 1997 con el Real Madrid y Copa Saporta 1999
con Benetton Treviso.
BANQUILLOS:
Sin
duda uno de los polos de interés en la semifinal será el duelo de
banquillos entre Zeljko Obradovic y Sarunas Jasikevicius. Amo y señor
de la historia de la final four, el técnico serbio ha ganado más
final four que ningún otro equipo en su conjunto, las mismas copas
de Europa que el Real Madrid y ha accedido a tantas final four como
el Cska. En esta edición, Obradovic, que jugará en “casa”,
tendrá en los tres banquillos rivales a su antiguo asistente Itoudis
y a dos ex jugadores suyos como Pablo Laso y el propio Sarunas
Jasikevicius. Considerado un discípulo del serbio, Saras y Zeljko
mantienen una excelente relación personal, en especial desde la
segunda etapa del lituano en el Panathinaikos donde el serbio le
cambió el rol sin por ello hacerle perder jerarquía. Eso sí, si
bien como entrenador su carrera aún es incipiente, como jugador el
actual entrenador del Zalgiris tiene un bagaje como jugador también
muy ligado a la final four.
CAMPEÓN
DE EUROPA ENTRENADOR-JUGADOR:
A lo largo de la historia de la copa de Europa de baloncesto, solo
tres personas han conseguido alzar el título en la doble faceta de
jugador y entrenador: Ardenak Alachatchan (Cska Moscú), Lolo Saiz
(Real Madrid) y Sveteslav Pesic (Bosna Sarajevo/Barcelona). De los
tres solo el título como entrenador del serbio se produjo en la
final four por lo que aún nadie ha conseguido llevarse una final
four en ambas facetas...algo que sí podría sumar
Jasikevicius
este
año. Hasta el momento, quienes más cerca han estado son Dusko
Ivanovic y Panagiotis Giannakis que tras haber sido campeones como
jugadores lograron alcanzar la final desde el banquillo. En el caso
del técnico griego, el logro hubiera sido doble ya que ya había
logrado el doble triunfo en el eurobasket. Otros entrenadores que
alcanzaron la final four tras haber sido campeones de Europa fueron
Velimir Perasovic, Evgeni Pashutin y Velimir Perasovic. Otros dos
participantes en esta final four desde los banquillos como Zeljko
Obradovic y Pablo Laso saben lo que es vivir la gran cita como
jugadores y como entrenadores.
COPERO:
Como jugador Jasikevicius ha ganado 10 ediciones coperas en 5 países
distintos...pero perdió las tres que disputó en Lituania. Como
entrenador esa asignatura ya la ha corregido con dos títulos en los
dos últimos años.
NÚMERO
DE EQUIPOS DISTINTOS GANANDO EUROLIGA (RANKING)
3
Sarunas
Jasikevicius (Barcelona, Maccabi, Panathinaikos)
2
Dejan
Bodiroga (Panathinaikos, Barcelona)
Zoran
Savic (Jugoplastika, Kinder)
Matjas
Smodis (Kinder, Cska)
David
Andersen (Kinder, Cska)
Zeljko
Rebraca (Partizan, Panathinaikos)
Ivo
Nakic (Cibona, Partizan)
Predrag
Danilovic (Partizan, Kinder)
Dino
Meneghin (Varese, Milán)
Fausto
Bargna (Cantu, Milán)
Ramunas
Siskauskas (Panathinaikos, Cska)
Dimitris
Papanikolaou (Olympiacos, Panathinaikos)
Velibor
Radovic (Jugoplastika, Maccabi)
Aleksey
Savrasenko (Olympiacos, Cska)
Sin
embargo, en participar con el mayor
número de equipos distintos en final four,
Jasikevicius debe conformarse con compartir la segunda plaza:
4
David
Andersen (Kinder, Siena, Cska, Barcelona)
3
Sarunas
Jasikevicius (Barcelona, Maccabi, Panathinaikos)
Zeljko
Rebraca (Partizan, Benetton, Panathinaikos)
Zarko
Paspalj (Partizan, Olympiacos, Panathinaikos) *
Matjas
Smodis (Kinder, Skipper, Cska)
Zoran
Savic (Jugoplastika, Real Madrid, Kinder)
Michalis
Kakiouzis (Aek, Siena, Barcelona)
Mirsad
Turkcan (Efes, Siena, Cska)
Marko
Jaric (Teamsystem, Kinder, Siena)
Johny
Rogers (Milán, Olympiacos, Panathinaikos)
Predrag
Drobnjak (Partizan, Efes, Tau)
Erazem
Lorbek (Skipper, Cska, Barcelona) **
Damir
Mulaomerovic (Teamsystem, Efes, Panathinaikos)
Terence
Morris (Maccabi, Cska, Barcelona)
*
En la 97/98 Paspalj llegó a disputar algunos partidos con la Kinder
Bolonia, pero no llegó a disputar la final four.
**
En la 06/07 disputó la euroliga con el Unicaja, pero regresó a la
lega antes de la disputa de la final four.
Por
los pelos se queda fuera Ken Barlow, que fue campeón de Europa con
el Tracer en la última final pre-final four y luego llegó a
disputarla con Maccabi y Paok.
Ha
ganado el eurobasket y la final four el mismo año.
Jugadores
campeones de Europa club y selección mismo año
2015:
Sergio Llull, Sergio Rodríguez, Rudy Fernández y Felipe Reyes (Real
Madrid/España)
2003:
Sarunas Jasikevicius (Barcelona/Lituania)
2001:
Marko Jaric (Kinder/Yugoslavia)
1991:
Zoran Sretenovic, Velimir Perasovic, Toni Kukoc, Zoran Savic
(Pop84/Yugoslavia)
1989:
Toni Kukoc y Dino Radja (Pop 84/Yugoslavia)
1983:
Pierluigi Marzorati, Antonello Riva (Cantu/Italia)
1971:
Sergei Belov, Ivan Edeshko, Vladimir Andreev, Aleksandr
Zharmukhamendov (Cska/Urss)
1969:
Sergei Belov, Vladimir Andreev, Gennady Volnov, Aleksander Kulkov,
(Cska/Urss)
1963:
Armenak Alachachian, Aleksander Travin, Vjacheslav Khrynin, Gennadi
Volnov, Jaak Lipso, Aleksander Petrov (Cska/Urss)
1961:
Armenak Alachachian, Gennadi Volnov, Viktor Zubkov
1959:
Valdis Muiznieks, Maigonis Valdmanis, Janis Krumins (Ask Riga/Urss)
RITMO:
Siempre
importante en una cita de esta magnitud, la primera semifinal de la
final four enfrenta a dos equipos capaces de jugar con distintos
registros. Más anotadores que hace un año, tanto Fenerbahce como
Zalgiris pueden imponer un ritmo alto pero tienden más a gestionar
su ataque a través de la circulación. Con cierta tendencia a sufrir
atascos en su juego, quizás los de Kaunas necesiten un punto más
frente a un cuadro turco que llega tras unos últimos partidos
ligueros donde ha bordado el jugar con los espacios, la circulación
y el crono.
VERSATILIDAD:
Aunque
ambos equipos tienen jugadores polivalentes y que pueden doblar
posiciones, este parece uno de los grandes puntos fuertes del club
otomano. Zalgiris puede duplicar cuatros o juntar a Toupane y
Ulanovas en las alas para presentar un punto más de físico. Los
recursos del Fener, en cambio, son casi ilimitados. Meter tamaño con
Wanamaker de uno, Nunnally de dos y un tres grande con dos pivots...o
jugar con cuatro pequeños. Casi cualquier combinación la ha probado
ya un Obradovic probablemente más agusto que nunca con su equipo.
FÍSICO:
Un poco en la línea del punto anterior, el Fenerbahce, en especial
con Vesely, parece un punto por encima.
TIRO
EXTERIOR:
Frente
a frente los dos equipos con mejor porcentaje de triples del torneo.
Eso sí, los de Kaunas son el equipo que menos se prodiga y se
focaliza de manera muy clara en Pangos y Milaknis. Fenerbahce, en
cambio,cuenta tanto con especialistas como con muchos polos de
peligro.
REBOTE:
Otra prueba de que, salvando las distancias,Zalgiris y Fenerbahce son
dos equipos de corte similar es su desempeño en el rebote. Ambas son
las escuadras que menos rebotes conceden pero a la vez tienen
problemas para cerrar su propia canasta. Tema recurrente en el
pasado, el Fenerbahce ya supo gestionarlo a la perfección en la
pasada final four.
JUEGO
INTERIOR: Al
principio del curso daba la impresión de que la pintura del
Fenerbahce podía ser algo escasa en número, algo que el poco
impacto de Thompson ha podido agudizar. Con todo, Zalgiris presenta,
también en esto, una configuración similar con una rotación
limitada a cuatro jugadores.
FACTOR
PISTA: Aunque
Belgrado parece ser una sede neutral, dado el ritmo de ventas de
entradas es posible que el Fenerbahce juegue casi casi como local.
Ahí van algunos precedentes.
En
la historia de la Final Four, siete son los equipos que han ejercido
como anfitriones, con un balance de cinco títulos (Barcelona 2003,
Maccabi 2004, Panathinaikos 2007 ,madrid 2015 y Fenerbahce
2017), un finalista (Kinder 2002) y un eliminado en semifinales (Cska
2002). En la época FIBA ningún anfitrión propiamente dicho llegó
a participar, pero con el sistema de venta de entradas de entonces
mucho más limitado en lo geográfico podrían trazarse similitudes
con algunos casos. En esa tesitura, Zaragoza en 1990 y 1995 casi
puede decirse que ejerció de anfitriona para Barcelona y Real Madrid
con resultado dispar: derrota en la final para los blaugranas ante la
Jugoplastika y título para el Real Madrid. En la prehistoria del
torneo en 1966 y 1967 se disputó una primera versión de final a
cuatro con sede en Bolonia/Milán y Madrid. En el 66 el título sería
para los milanistas y en el 67 para los blancos.
Fuera
de la euroliga los precedentes en final four con equipo anfitrión
son dispares:
EUROCUP
2011 Treviso: Benetton eliminado en semifinales
EUROCUP
2012 Khimki: Khimki campeón ante el Valencia
Este
año en formato play-off el Valencia perdía el partido decisivo en
casa
EUROCHALLANGE
2004 Kazan: Unics Kazan campeón
EUROCHALLANGE
2005 Estambul: Fenerbahce eliminado en semifinales
EUROCHALLANGE
2006 Kiev: Bc Kyv eliminado en semifinales
EUROCHALLANGE
2007 Girona: Akasvayu Girona Campeón
EUROCHALLANGE
2008 Limassol: Proteas eliminado en semifinales
EUROCHALLANGE
2009 Bolonia: Virtus Bolonia campeón
EUROCHALLANGE
2010 Gottingen: BC Gottingen Campeón
EUROCHALLANGE
2011 Oostende: Oostende elimiando en semifinales
EUROCHALLANGE
2012 Debrecen: Szolnoki eliminado en semifinales
EUROCHALLANGE
2013 Esmirna: Pinar Karsiyaka subcampeón
EUROCHALLANGE
2015 Trabzon: Trabzonspor subcampeón
Champions
2016: Tenerife Campeón
La
edición de 2014 contó con el Reggio Emilia como anfitrión pero al
no cumplir su cancha los requisitos mínimos se disputó en Bolonia
con título para el Reggio.
Fuera
del formato final four los precedentes europeos con presencia del
anfitrión en final a partido único:
RECOPA
1968 Atenas: Aek Campeón
KORAC
1979 Belgrado: Partizan Campeón
RECOPA
1996 Vitoria: Tau Baskonia Campeón
Fuera
de lo literal, se podrían buscar ejemplos en ambos sentidos: el
título del Joventut en la Korac del 81 jugando en Barcelona, la
Jugoplastika llevando la Korac ante la Fortitudo en Génova en el
77...
A
nivel de selecciones, los últimos eurobaskets no han sido
especialmente propicios para los anfitriones:
EL
PAPEL DE LOS ANFITRIONES EN LOS ÚLTIMOS EUROBASKET
1971
RFA 9ª
1973
España Plata
1975
Yugoslavia Oro
1977
Bélgica 8ª
1979
Italia 5ª
1981
Checoslovaquia Bronce
1983
Francia 5ª
1985
Alemania 5ª
1987
Grecia Oro
1989
Yugoslavia Oro
1991
Italia Plata
1993
Alemania Oro
1995
Grecia 4ª
1997
España 5ª
1999
Francia 4ª
2001
Turquia Plata
2003
Suecia 16ª
2005
Serbia 9ª
2007
España Plata
2009
Polonia 10ª
2011
Lituania 5ª
2013
Eslovenia 5ª
2015
Francia Bronce
2017
Turquía Eliminado en octavos
Los
últimos mundiales y juegos tampoco han sido especialmente propicios
para los anfitriones.
A
modo de curiosidad desde que la ACB implantará un sistema de final
four en 1984 para pasar a final a 8 en 1987, sólo dos anfitriones se
han llevado la copa del Rey: Cai Zaragoza en 1984 y Baskonia en 2002.
Quizás la excepción sea la nueva champions de la fiba que en sus
dos ediciones ha coronado al anfitrión de la final four (Tenerife en
2017 y Aek en 2018)
Excelente artículo! Gracias
ResponderEliminarMuchas gracias Miguel. El lunes subire el de la segunda semifinal
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